domingo, 29 de noviembre de 2009

Lección 10 Para el 5 de diciembre de 2009: La “locura” del profeta


Sábado 28 de noviembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Números 22-24; Deuteronomio 1:30; 20:4; Mateo 15:14; 1 Corintios 2:14; 2 Pedro 2:14-16; Apocalipsis 3:17.

PARA MEMORIZAR:
“Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores” (1 Tim. 6:10).

LA HISTORIA DE BALAAM ES BIEN CONOCIDA y a menudo se la usa para hacer bromas, tales como: “Bueno, si Dios pudo hablar por medio del asna de Balaam, entonces puede hablar por medio de Fulano de Tal”.

En un sentido, esta historia no tiene nada de graciosa. Aunque puede ser leída en diferentes niveles, el encuentro de Balaam con Dios es otro ejemplo de cómo, si no vencemos el pecado con el poder de Dios, podemos ir hacia la destrucción.

En el Nuevo Testamento se menciona a Balaam tres veces (2 Ped. 2:15, 16; Judas 11; Apoc. 2:14), y ninguna de ellas le es muy favorable. En realidad, él es un símbolo del pecado.

Pedro habla acerca de la “locura” de Balaam, pero no la “locura” de una mente extraviada; sino la locura de alguien que, arrastrado por la codicia, estuvo listo para hacer por dinero lo que Balac le pedía, sin importarle que fuera malo.

Si alguien, como Balaam, un profeta, pudo estar tan “loco”, ¿cuanto más locos estaríamos nosotros si hiciéramos algo similar, especialmente con su triste ejemplo delante de nosotros?

Domingo 29 de noviembre: UN REY TEMEROSO Y ENGAÑADO

Trata de ponerte en el lugar de Balac, rey de Moab. Aquí esta esa inmensa horda que había salido de la gran nación de Egipto, y que había sobrevivido, solo por milagro (¿de qué otra manera?) en el desierto durante cuatro décadas. Y ahora estaban acampados “en los campos de Moab” (Núm. 22:1), no lejos de su reino.

Aun cuando la Nación no había proferido ninguna amenaza contra ellos y no tenía la intención de invadir su reino, Balac, comprensiblemente, estaba nervioso. Después de todo, miren lo que acababan de hacer al rey Og de Basán, y al rey Sehón de los amorreos, cuya nación ya había derrotado a Moab (ver Núm. 21:26); para no mencionar lo que habían hecho a los cananeos (vers. 1-3). No era extraño que estuviera nervioso.

Lee Números 22:1 al 6. ¿Qué tenían los israelitas para que el rey tuviera tanto temor?

En realidad, si Israel hubiera sido una amenaza, ¿de qué debería haber estado realmente temeroso Balac? Ver Gén. 48:21; Éxo. 15:1; Deut. 1:30; 20:4.

Es un tanto irónico que Balac, afrontando lo que él creía ser un enemigo invencible, fuera a buscar a un profeta de Dios, del pueblo mismo que él quería que se maldijera y derrotara. Si se daba cuenta de lo que estaba haciendo, no lo sabemos; pero, desde nuestra perspectiva, es obvio que los planes de Balac estaban destinados al fracaso desde el mismo comienzo. Además, uno solamente se puede preguntar por qué no buscó a uno de sus santos locales para pedir a los dioses moabitas que los defendieran de Israel? En cambio, buscó a un profeta del verdadero Dios. Tal vez la clave de esto se encuentra en Números 22:6: “Maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito”.

Pregúntate cuánto realmente procuras depender de Dios, y cuánto confías en ti mismo, en tu dinero, tu trabajo, tus talentos, lo que sea. ¿Cómo puedes aprender a quitar tus ojos de estas cosas y ponerlos en Dios? ¿Por qué esto es naturalmente difícil de hacer? Ver 1 Cor. 2:14.

Lunes 30 de noviembre: BALAAM

¿Quién era este Balaam?

“Balaam había sido una vez hombre bueno y profeta de Dios; pero había apostatado, y se había entregado a la avaricia; no obstante, aun profesaba servir fielmente al Altísimo. No ignoraba la obra de Dios en favor de Israel; y, cuando los mensajeros le dieron su recado, sabía muy bien que debía rehusar los presentes de Balac, y despedir a los embajadores. Pero se aventuró a jugar con la tentación” (PP 468).

Lee Números 22:7 al 21. En un análisis superficial, pareciera como si Balaam se hubiera mantenido firme del lado de Dios. Sin embargo, si lo lees con cuidado, ¿qué indicios puedes encontrar de que jugaba con la tentación?

Balaam había pedido que los mensajeros se demoraran con él esa noche, declarando que él no daría una respuesta específica hasta que hubiera pedido consejo a Dios. Balaam debería haber notado que sus maldiciones no dañarían a Israel, pues Balaam conocía o, por lo menos, había conocido a Dios. Él realmente no necesitaba preguntarle a Dios; tal vez lo hizo con la esperanza de que hubiera otra respuesta. De cualquier manera, al pedirles que se detuvieran, cuando él debía haberlos despedido de inmediato, se abrió a la tentación. Después de todo, los hombres habían venido con “las dádivas de adivinación” (vers. 7).

Nota lo que ocurrió en la segunda invitación, cuando le prometieron aún más. Dios había dicho que, “si vinieron para llamarte estos hombres, levántate y vete con ellos; pero harás lo que yo te diga” (vers. 20). Pero temprano a la mañana –antes que los príncipes pudieran decir nada– Balaam enalbardó su asna y salió de inmediato con los embajadores hacia Moab. En otras palabras, a pesar de toda la pretensión de fidelidad y su afirmación de que no podría ser comprado por ningún precio, estaba ansioso de obtener todo el dinero que le habían ofrecido.

Lee 2 Pedro 2:14 al 16. ¿De qué manera consideró Pedro las acciones de Balaam? ¿Qué advertencia hay, para nosotros, con respecto a la codicia y la tentación? ¿Por qué es tan fácil racionalizar nuestro pecado hasta el punto de que no parece pecaminoso?

Martes 1º de diciembre: CONFRONTACIÓN NO NATURAL

Decidido, en su corazón, a obtener las recompensas que el rey le ofrecía, Balaam salió con los hombres hacia Moab. A pesar de toda la profesión externa de fidelidad, que hasta él podría haber llegado a creer, Dios sabía lo que estaba sucediendo en el corazón del hombre, y le respondió a él.

Lee Números 22:22 al 34, y responde las siguientes preguntas:

* ¿Qué importancia simbólica podría haber en el hecho de que el asna fue capaz de ver al ángel de Dios y que Balaam, un supuesto profeta de Dios, no pudo verlo? Ver Sof. 1:17; Mat. 15:14; Apoc. 3:17.

* Lee la primera respuesta de Balaam al asna después de que esta le habló. Piensa acerca de lo que estaba ocurriendo. ¿Qué respuesta irracional de Balaam revela la verdadera naturaleza de su corazón y su deseo de riquezas? Después de todo, ¿qué haría la mayor parte de la gente si de repente un animal comenzara a conversar con ellos?

* ¿Cómo revela esta historia la gracia de Dios a Balaam, a pesar de su curso de acción?


Mucho se ha escrito, a lo largo de los siglos, con respecto a esta historia, una de las más extrañas de la Biblia. Diferentes comentadores dan distintas interpretaciones. Sin embargo, un punto parece claro: Balaam era un hombre que había tenido una conexión especial con el Señor. Después de todo, Dios todavía le estaba hablando de una manera íntima. Y, no obstante, aun con esta conexión, Balaam estaba decidido a hacer lo que él mismo quería.

¿De qué maneras, aun de las formas más sutiles, te encuentras luchando contra Dios? Es decir, tú estás decidido a hacer lo que quieras aun cuando sabes que no es lo que Dios quiere. ¿Cómo puedes superar esta actitud peligrosa?

Miércoles 2 de diciembre: “LA MUERTE DE LOS RECTOS”

Después del incidente con el asna, Balaam se presentó delante de Balac. Es interesante notar que Balac llevó a Balaam a Bamot-baal (“lugares altos de Baal”) (Núm. 22:41). Aparentemente, los paganos del Cercano Oriente edificaban sus altares en las cumbres de las montañas, como para estar más cerca de los dioses, a quienes querían influenciar. Balaam ordenó al Rey que construyera en ese lugar siete altares, y ofreció siete bueyes y siete carneros.

Lee las palabras que Balaam, controlado por Dios, habló acerca de los hijos de Israel. ¿Qué mensaje poderoso y qué promesa se encuentran en él? ¿Qué esperanza nos ofrece también a todos este mensaje? Ver Núm. 23:5-10; también 1 Cor. 15.

“Los vio, sostenidos por su brazo, entrar en el valle de la sombra de muerte. Y les vio salir de la tumba, coronados de gloria, honor e inmortalidad. Vio a los redimidos regocijarse en las glorias imperecederas de la Tierra Renovada. Mirando la escena, exclamó: ‘¿Quién contará el polvo de Jacob, o el número de la cuarta parte de Israel?’ Y, al ver la corona de gloria en cada frente y el regocijo que resplandecía en todos los semblantes, contempló con anticipación aquella vida ilimitada de pura felicidad, y rogó solemnemente: ‘¡Muera mi persona de la muerte de los rectos, y mi postrimería sea como la suya!’” (PP 476).

¿Qué significa “morir la muerte de los rectos”? ¿Cuál es la única manera en que podemos morir esa muerte? Rom. 3:20-24.

En un sentido, estas palabras de Dios, pronunciadas sobre su antiguo pueblo, reflejan la promesa del evangelio de todo el pueblo de Dios de todas las edades, la promesa de vida eterna por causa de la justicia de Jesús. Ninguno de nosotros es recto; ninguno de nosotros vive o muere, por sí mismo, con suficiente justicia para librarse de la tumba. Solo la justicia de Jesús puede hacerlo, que es acreditada a nosotros por fe. Aquí, en el libro de Números, con la historia de Balaam, Dios nos revela la promesa de la salvación por medio de Jesús.

Jueves 3 de diciembre: ESTRELLA Y CETRO

Imagínate la sorpresa del rey cuando Balaam comenzó a bendecir a Israel. Aunque enojado, el Rey no estaba listo para renunciar. Llevó al profeta a otro monte, desde donde pudiera ver solamente una pequeña parte de Israel, y construyó otros siete altares, en los que ofrecieron bueyes y carneros. Balaam no fue “como en la primera y segunda vez, en busca de agüero” (Núm. 24:1). Otra vez, en lugar de lograr Balac la maldición por la que estaba dispuesto a pagar tanto, Balaam –controlado por Dios– pronunció otra bendición sobre Israel. Una tercera vez, Balac dispuso siete altares más con sus sacrificios en otra cumbre, pero Balaam sabía que era inútil pedir permiso a Dios para usar la magia contra Israel. Mirando a Israel desde este tercer ángulo, bendijo otra vez a la Nación (Núm. 23:27-30; 24:1-10), y Balac lo envió de vuelta a casa en desgracia, por su fracaso.

Lee la parábola que Balaam contó en Números 24:15 al 17. ¿De qué era esto una profecía, y cómo se cumplió? Gén. 49:10; Mat. 2:1, 2.

“Buscando un conocimiento más claro, [los sabios] se dirigieron a las Escrituras hebreas. [...] Balaam era uno de esos magos, aunque fuera en un tiempo profeta de Dios; por el Espíritu Santo, había predicho la prosperidad de Israel y la aparición del Mesías. [...] La profecía de Balaam declaraba: ‘Saldrá estrella de Jacob, y levantaráse cetro de Israel” [...] ¿Podría haber sido enviada esta extraña estrella como precursora del Prometido?” (DTG 41, 42).

Los estudiosos de la Biblia han visto por mucho tiempo, en estas palabras, una predicción mesiánica, la de un Redentor venidero. Un cetro (poder) y una estrella (luz) eran símbolos adecuados de Jesús. Aunque el Señor usó, en el tiempo de la profecía misma, los símbolos locales, que tendrían significado para quienes los oyeron entonces, el principio detrás de la profecía –la del poder y la victoria de Cristo– se aplica a todo el mundo. Jesús es la Luz del mundo y el dueño de él; y, no importa cuáles sean los planes humanos, al fin todos verán que Dios prevalecerá. Ver Isa. 45:23; Rom. 14:11; Fil. 2:10.

Por mucha que sea la injusticia en el mundo, tenemos la promesa de que Dios prevalecerá, que la justicia también lo hará. ¿De qué modo esta promesa te ayuda a soportar toda la injusticia que ves ahora?

Viernes 4 de diciembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee el capítulo “Balaam”, pp. 467-482, en Patriarcas y profetas; “Las bienaventuranzas”, pp. 11-42; y “La espiritualidad de la Ley”, pp. 43-68, en El discurso Maestro de Jesucristo.

“El que abusa de los animales porque los tiene en su poder es un cobarde y un tirano. La tendencia a causar dolor, ya sea a nuestros semejantes o a los animales irracionales, es satánica. Muchos creen que nunca será conocida su crueldad, porque las pobres bestias no la pueden revelar. Pero, si los ojos de esos hombres pudiesen abrirse como se abrieron los de Balaam, verían a un ángel de Dios de pie como testigo, para testificar contra ellos en las cortes celestiales. Asciende al cielo un registro, y vendrá el día cuando el juicio se pronunciará contra los que abusan de los seres creados por Dios” (PP 473).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cuáles son otras lecciones espirituales que puedes obtener de la historia de Balaam? ¿Qué enseña, por ejemplo, acerca de la soberanía de Dios, de la libertad humana para elegir, y de la providencia de Dios, o acerca de la pecaminosidad del hombre?

2. Medita más en la idea de “la muerte de los rectos”. Si tú fueras a morir hoy, ¿sería una “muerte de los rectos”? Justifica tu respuesta.

3. El dinero es una influencia increíblemente corruptora en todas las áreas de la vida, incluyendo nuestra vida religiosa. ¿Cómo podemos, como cristianos, protegernos a nosotros mismos, a nuestra fe y a nuestra iglesia de la potencial influencia corruptora del dinero?

4. Lee Judas 11 y Apocalipsis 2:14, los que, aparte de los versículos que ya consideramos en 2 Pedro, son los únicos otros versículos del Nuevo Testamento que se refieren a Balaam. ¿Qué podemos aprender de ellos que nos puede ayudar a comprender mejor qué fue lo que perdió a Balaam?

Resumen:
Este informe del intento de Balaam de maldecir a Israel, a cambio de riquezas y honores, trajo a la luz su desordenada avaricia y codicia. El décimo Mandamiento nos advierte de este rasgo humano pecaminoso. Ninguno de nosotros es inmune a esto, o a cualquier otro pecado, que si no es vencido puede conducirnos a nuestra ruina final. Cuán importante es que aprendamos de los errores de Balaam.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Lección 9 Para el 28 de noviembre de 2009: El pecado de Moisés y de Aarón


Sábado 21 de noviembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Números 20, 21; Juan 3:14, 15; Santiago 4:4-15.

PARA MEMORIZAR:
“Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán” (Deut. 3:27)

DESPUÉS DE PEREGRINAR POR EL DESIERTO, Israel finalmente regresó a Cades-barnea, en la frontera sur de Canaán. Después de todo lo que habían pasado, de las duras lecciones que Dios procuró enseñarles, de los fuertes castigos enviados a los que abiertamente se habían rebelado, se pensaría que este pueblo habría estado listo para que Dios lo usara. Como sabemos, eso no sucedió.

Esta semana estudiaremos lo que es tema permanente en toda la Biblia: la misericordia y la gracia de Dios, en contraste con la falta de fidelidad, el pecado y la ingratitud de su pueblo. Desde Adán y Eva en el Edén hasta la iglesia de Laodicea hoy (Apoc. 3:14-18), vemos la misericordia y la gracia de Dios al tratar con los que no han reclamado las promesas de victoria, fe y santidad que él ofrece. Al mismo tiempo, vemos su disposición a perdonar a los que tropiezan y caen, y aun a aquellos que sabían más, como Moisés mismo, quien, en un momento de debilidad, impaciencia y tal vez aun de arrogancia, perdió de vista al Dios que había hecho tanto por él. De este modo, si hasta Moisés podía caer, ¿qué sucede con el resto de nosotros?

Domingo 22 de noviembre: CUANDO CAEN LOS GIGANTES

El agua dejó de fluir en Cades-barnea, e Israel tuvo una grandiosa oportunidad para buscar la ayuda de Dios. Él siempre los había provisto en lo pasado, de modo que ¿por qué sería diferente ahora? Sin embargo, olvidaron el pasado, y se volvieron contra Moisés y Aarón con sus quejas.

Lee Números 20:1 al 13. ¿Qué ordenó Dios a Moisés que hiciera, y qué hizo este en cambio? ¿Por qué crees que este manso, fiel y devoto siervo de Dios mostró tal falta de fe y confianza, no características en él?

Es fácil comprender la frustración de Moisés. Primero, él acababa de enterrar a su hermana, y sin duda eso le dolía. Y entonces oye que esta gente murmura: básicamente es la misma queja que sus antepasados habían hecho años antes. Pero, a los ojos de Dios, nada excusa su conducta.

“El agua brotó en abundancia para satisfacer a la hueste. Pero, se había cometido un gran agravio. Moisés había hablado, movido por la irritación [...]. Pero, cuando se arrogó la responsabilidad de acusarlos, contristó al Espíritu de Dios y únicamente le hizo daño al pueblo. Evidenció su falta de paciencia y de dominio propio. Así, dio al pueblo oportunidad de dudar de que sus procedimientos anteriores hubieran sido dirigidos por Dios, y de excusar sus propios pecados. Tanto Moisés como los hijos de Israel habían ofendido a Dios. Su conducta, dijeron ellos, había merecido desde un principio crítica y censura. Ahora habían encontrado el pretexto que deseaban para rechazar todas las reprensiones que Dios les había mandado por medio de su siervo” (PP 441).

Aun los mejores siervos de Dios necesitan ser cuidadosos. Moisés había tenido grandes privilegios, lo que hace que su pecado sea peor. Piensa en todo lo que Moisés había visto del poder de Dios; piensa en todas las increíbles revelaciones de Dios que había presenciado. Pero, con todo esto, permitió que el yo se levantara y dominara. ¡Qué advertencia para el resto de nosotros!

Piensa en una ocasión en que te sentiste impulsado a salirte del límite y hacer algo apresurado y pecaminoso. ¿Cuán a menudo desearías haber podido hacer retroceder el reloj y deshacer el daño? ¿Qué lecciones has aprendido de este incidente que, idealmente, te podrían ayudar a impedir que hicieras lo mismo otra vez?

Lunes 23 de noviembre: LA MUERTE DE AARÓN

Lee Números 20:23 al 29. ¿Qué puntos parecen pertinentes aquí en la descripción de la muerte de Aarón? ¿Qué lecciones podemos obtener de esto para nosotros mismos, cualquiera que sea la obra que estamos haciendo para Dios?

El capítulo 20 se abre con la muerte de María y termina con la muerte de Aarón. La generación mayor estaba pasando, y una generación nueva debía seguir donde aquellos la habían dejado. Lo mismo sucede en nuestra iglesia. Una generación se va, y una nueva toma su lugar. La pregunta vital permanece: ¿Cuánto aprenderá la nueva generación, tanto de los errores como de los éxitos, de la anterior?

Nota la diferencia en los informes dados de la muerte de María y de Aarón. La muerte de ella se menciona en un corto versículo. Es casi como si su muerte hubiera ocurrido repentina e inesperadamente. ¡Qué contraste con la de Aarón, que claramente había sido predicha!

Antes de la muerte de Aarón, Moisés y el hijo de Aarón, Eleazar, fueron a la cumbre del monte Hor, donde a la vista de la congregación Moisés le saca las vestimentas sacerdotales a Aarón y las pone sobre su sobrino Eleazar, un fuerte símbolo de la transferencia del rol de una generación a otra. Aunque Aarón pronto sería “reunido a su pueblo”, la obra del sumo sacerdote debía continuar. En otras palabras, la obra y la misión de la iglesia son mayores que cualquier hombre o mujer. Si queremos, podemos realizar nuestro deber fielmente, pero nos tocará salir del escenario, y otros seguirán desde donde nosotros hemos dejado.

Es difícil de imaginar cuán emocionante debió haber sido este incidente para todos los que estuvieron involucrados. Moisés, sabiendo que su muerte seguiría muy pronto, le quita a su hermano las sagradas vestiduras y las pone sobre su sobrino, el hijo de Aarón; Aarón mismo, sin duda con remordimiento por su fracaso, sabe que él pronto ha de morir; y Eleazar, parado delante de su padre, ahora lleva la pesada responsabilidad de ser el sumo sacerdote. Entretanto, allá abajo, los hijos de Israel observan cómo se desarrolla esta transición.

Si tú fueras a morir mañana, ¿qué legado dejarías? ¿Qué has hecho para la obra de Dios? ¿Cómo puedes usar mejor el poco tiempo que te queda a ti, o a cualquiera de nosotros (Sant. 4:4-15)?

Martes 24 de noviembre: EL PECADO DE LA INGRATITUD

Por cuanto Edom (descendientes de Esaú) rehusó dar permiso para que Israel pasara sus fronteras, Israel tuvo que rodear a esa nación. (Ver Núm. 20:14-21.) Los edomitas ocupaban el territorio que se extendía hacia el sur, desde el Mar Muerto hasta el golfo de Akaba.

Lee Números 21:1 al 5. ¿Cuáles fueron las quejas de la gente? Piensa en todo lo que les había sucedido y en todo lo que ellos habían pasado. ¿Había alguna justificación para sus quejas?

Aunque pensaban que tenían razón para quejarse, Dios no estaba de acuerdo. Después de todo, cada día de su travesía habían sido sostenidos por un milagro de misericordia divina. Tenían toda el agua que necesitaban, aun en un desierto; tenían pan del cielo para comer (Sal. 78:25); y tenían paz y seguridad bajo la nube que les daba sombra y la columna de fuego por la noche. No había nadie con debilidad en sus filas. Sus pies no se habían hinchado en sus largos viajes, su ropa “nunca se envejeció” (Deut. 8:3, 4; Sal. 105:37). Sin duda, habían tenido sus luchas, sus problemas, sus temores, como nos pasa a todos. Pero, concentrándose en esos problemas, se olvidaron de las bendiciones divinas que habían gozado por tanto tiempo. Tal vez ese podría haber sido el problema de ellos: estaban tan acostumbrados a la misericordia, la gracia y la provisión de Dios que comenzaron a darlas por sentado. Y, una vez que las cosas se dan por sentado es muy fácil olvidarse de ellas.

¿Cuáles son algunas de las cosas que das por sentado en tu vida? ¿Por qué esto es tan necio?

La única cura para esto es el agradecimiento diario a Dios por lo que nos ha dado. Por esto la alabanza es tan importante. Dios no necesita nuestra alabanza; nosotros necesitamos alabar a Dios tanto como podamos, porque esto sirve como un recordativo constante de cuánto tenemos que agradecer a Dios.

Escribe tu propio salmo de alabanza. Pon en él todas las cosas por las cuales estás agradecido. Imagínate que lo cantaras cada día. ¿Cómo podría esto ayudarte a evitar caer en la ingratitud y las peligrosas trampas a las que puede conducir?

Miércoles 25 de noviembre: LAS SERPIENTES ARDIENTES

Por más que la gente pensara que tenía cosas válidas por las cuales quejarse, es claro que Dios no tenía simpatía por su resentimiento. Después de todos esos años en el desierto en que vieron cómo Dios obraba en su favor, no hacían sino repetir la misma queja de haber sido llevados al desierto para morir. No sorprende que esto no haya sido agradable a Dios. Sus quejas eran aún peores ya que acababan de tener una victoria sobre los cananeos.

Lee Números 21:5 al 9. ¿De qué manera vemos otra vez a Moisés como intercesor? ¿Por qué necesitaba la gente un intercesor, especialmente ahora?

Hay unas 35 especies diferentes de víboras en Palestina, algunas muy ponzoñosas. Las serpientes venenosas que infectaban el desierto son llamadas “serpientes ardientes”, por causa de los terribles efectos producidos por su mordedura. En cuanto Dios quitó la mano protectora de sobre Israel, muchos fueron atacados por ellas. En otras palabras, Dios no las envió; más bien, Dios quitó la protección de sobre ellos, y ellos sufrieron las consecuencias.

Lee Juan 3:14 y 15. ¿Cómo relaciona Jesús el plan de salvación con el incidente de las serpientes? ¿En qué sentido todos hemos sido mordidos por serpientes ardientes?

Que la serpiente de bronce estuviera sobre el asta no era suficiente para impedir que las mordeduras mataran a la gente. Las personas tenían que mirar; tenían que elegir obedecer, y luego recibir los beneficios de la provisión hecha en su favor. De la misma manera, la muerte de Jesús no produce automáticamente la salvación del mundo. Su muerte proveyó el medio de salvación, pero así como la gente en el desierto tenía que mirar, nosotros tenemos que mirar a Jesús y creer, a fin de recibir lo que tan libremente nos ofrece en forma gratuita.

¿Cómo has conocido en tu propia vida el poder sanador de Cristo, hasta ahora? ¿Qué otros dolores necesitas padecer para ir a él por consuelo, curación y fuerza para avanzar a pesar de lo que parece un dolor insoportable?

Jueves 26 de noviembre: PRIMERAS CONQUISTAS

Casi cuarenta años antes, Israel intentó atacar a los cananeos en esta misma región, y fueron derrotados (Núm. 14:40-45). Esa generación había muerto durante los años de peregrinación por el desierto, y una nueva generación se preparaba para seguir desde donde ellos habían quedado.

Lee Números 21:10 al 33 y responde las siguientes preguntas:
* ¿Qué promesas hicieron los hebreos al rey pagano Sehón? ¿Qué le ofrecían en esas promesas?
* ¿Quién atacó a quién? Vers. 23
* ¿Qué diferencia había entre cómo respondieron los israelitas al rey Sehón y al rey Og?

“Estas naciones que estaban situadas en los confines de Canaán se habrían salvado si no se hubieran opuesto al progreso de Israel. [...] Aunque los amorreos eran idólatras que por su gran iniquidad habían perdido todo derecho a la vida, Dios los toleró cuatrocientos años. [...] Ellos conocían todas las maravillas que Dios había realizado al sacar de Egipto a los israelitas. Les dio suficiente evidencia” (PP 462).

Nota la diferencia en la estrategia con respecto a los dos reinos. No se hizo ningún pedido de pasar pacíficamente por la tierra de Og. Más bien, Dios hizo que el rey y sus ejércitos se alejaran de sus ciudades “con muros altos, con puertas y barras” (Deut. 3:5). Lejos de sus defensas, Israel –bajo la conducción y las promesas de Dios por medio de Moisés– fue totalmente capaz de derrotar al rey Og y su ejército amorreo en el campo.

La victoria sobre Sehon y Og –los reyes amorreos en Transjordania– fue inmortalizada para siempre en cantos (Sal. 135:10-12; 136:18-26) y en la memoria de la Nación (Juec. 11:18-22).

Cuarenta años más tarde, los hijos de Israel finalmente estaban entrando en la Tierra Prometida. Mira todo el tiempo perdido, todo debido a su propia falta de fe y de confianza, a pesar de toda la evidencia que tenían de la conducción divina. ¿Cuánto tiempo precioso estás desperdiciando, por no avanzar con fe? ¿Cómo puedes aprender a confiar más en las promesas de Dios y luego actuar sobre la base de esas promesas ahora, en lugar de desperdiciar tiempo?

Viernes 27 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee, en Patriarcas y profetas, “La roca herida”, pp. 436-446; “El viaje alrededor de Edom”, pp. 447-460; y “La conquista de Basán”, pp. 461-466.

“Nicodemo se sentía atraído a Cristo. Mientras el Salvador le explicaba lo concerniente al nuevo nacimiento, sintió el anhelo de que ese cambio se realizara en él. ¿Por qué medio podía lograrse? `Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado; para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna´.

“Este era terreno familiar para Nicodemo. El símbolo de la serpiente alzada le aclaró la misión del Salvador. Cuando el pueblo de Israel estaba muriendo por las mordeduras de las serpientes ardientes, Dios indicó a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocase en alto en medio de la congregación. Luego se pregonó por todo el campamento que todos los que mirasen a la serpiente vivirían. El pueblo sabía muy bien que, en sí misma, la serpiente no tenía poder de ayudarlo. Era un símbolo de Cristo” (DTG 146).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Piensa en la historia de las serpientes ardientes y el acto de fe necesario. A los israelitas se les prometió que serían protegidos con solo mirar a la serpiente, para no morir. No había ninguna explicación natural; su vida dependía de un acto sobrenatural en su favor. ¿Cómo refleja eso el plan de salvación? ¿Qué nos debería enseñar esto acerca de cuán indefensos somos si dependemos de nosotros mismos, y no de Dios, para llegar a tener la vida eterna? ¿Por qué esta realidad nos debería mantener humildes?

2. ¿En qué formas podríamos, ya sea como individuos o como iglesia, estar cometiendo algunos de los mismos errores en los que incurrieran los hijos de Israel? ¿Por qué siempre es tan difícil ver nuestros puntos débiles en lo espiritual?

RESUMEN:
Esta parte del libro de Números se concentra en el final de los cuarenta años de la peregrinación. Lamentando la muerte de su hermana María, Moisés y Aarón, en un momento de ira, pecaron contra Dios. Más tarde, la congregación quejosa, mordida por las serpientes mortales, encontró sanidad física y espiritual por la fe, al mirar a una serpiente de bronce que Dios ordenó a Moisés que hiciera y la pusiera ante ellos. Después de esta experiencia humillante, Dios permitió que Israel conquistara a los amorreos de Transjordania y tomara sus territorios.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Lección 8 para el 21 de noviembre de 2009: Sacerdotes y levitas


Sábado 14 de noviembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Números 9, 18, 19; 1 Pedro 2:9; Apocalipsis 14:6-12.

PARA MEMORIZAR:
“Y Jehová dijo a Aarón: [...] Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel” (Núm. 18:20).

DESPUÉS DE LA REBELIÓN DE CORÉ y la prueba de las varas, fue necesario enfatizar los papeles específicos de sacerdotes y levitas. Cada uno de ellos tenía funciones asignadas por Dios, y él quería trazar claramente esas funciones. Y, aunque todos estos papeles y funciones hace mucho que llegaron a estar fuera de uso, hay todavía lecciones que podemos obtener de ellos para nosotros hoy.

Nota, por ejemplo, cuán sagradas y solemnes eran estas funciones. De este modo, podríamos aprender para nosotros cómo debemos tomar en serio nuestras responsabilidades sagradas, cualesquiera que sean ellas.

Nota, también, cuán interdependientes entre sí y con la Nación, como un todo, eran esas personas. Ciertamente podemos obtener lecciones de esto hoy para nosotros mismos y para el cuerpo de la iglesia.

Además, presta atención al lugar que tiene la gracia en estos capítulos, especialmente con respecto a los dones dados a estas personas sin ningún mérito de parte de ellas. Se les habían dado cargos solo porque Dios les dio esas posiciones, no por causa de ningún valor que tuvieran ellos en sí mismos o por sí mismos.

¡Qué símbolo magnífico del evangelio!

Domingo 15 de noviembre: DIVISIÓN DE LABORES

“Ahora, pues, si dieres oído a mi voz, y guardares mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel” (Éxo. 19:5, 6).

¿De qué modo podemos relacionar estas palabras con nosotros mismos, hoy, y como iglesia llamada a dar un mensaje al mundo? ¿Es incondicional este llamado? Ver 1 Ped. 2:9; Apoc. 14:6-12.

En Números 18:1, Dios quería darles a los adoradores la certeza de que ellos no morirían únicamente si se acercaban al Santuario por medio de los sacerdotes especialmente elegidos, que actuarían como mediadores entre ellos y Dios. Los sacerdotes, que eran diferentes del resto de los levitas, eran responsables por ver que ninguna persona no autorizada se acercara al Tabernáculo y, con ello, que lo contaminara. Esto aplacaría los temores de la congregación de que al acercarse al Santuario se arriesgaban a morir.

Lee Números 18:1 al 7. ¿Qué distinciones se hicieron en los papeles dados a estos hombres?

Lo importante de notar aquí es que, aunque toda la Nación debía ser un “reino de sacerdotes”, solo ciertas personas tenían permiso para desempeñar ciertos roles, como se ve en la división hecha entre la familia de Aarón y los levitas. Obviamente, en tiempos del Nuevo Testamento, los papeles hereditarios, tales como se encontraban entre los levitas, claramente se habían abolido; no obstante, encontramos en el Nuevo Testamento roles diferentes en la iglesia (1 Cor. 12:28-31; Efe. 4:11).

¿Cuáles son tus dones, y cómo podrías usarlos mejor para servir a tu iglesia local?

Lunes 16 de noviembre: LOS DONES DEL SERVICIO DIVINO

Cuando leemos las instrucciones de Dios en Números 18:1 al 7, se destacan algunos puntos: Dios es quien asigna a las personas a estos cargos. Tal vez este énfasis se debió a problemas previos, no sólo con Coré y su séquito, sino aun con María y Aarón. No obstante, ahora no habría dudas acerca de por qué estas personas recibieron esos roles. Estaban allí porque Dios los dio, y punto.

Nota, también, la razón por la que Dios quería hacer estas divisiones. Era para que “no venga más la ira sobre los hijos de Israel” (vers. 5). Aquí, otra vez, vemos la misericordia de Dios aun en medio de castigos fuertes. Dios procura salvar a su pueblo, no condenarlo ni destruirlo. Todo el plan de salvación revela el deseo de Dios de redimir a los seres humanos pecadores de la destrucción que, de otro modo, produciría el pecado (Juan 3:16-18).

¿Qué término se usa para describir lo que los levitas eran para el sacerdocio, y lo que el sacerdocio era para la familia de Aarón? ¿Qué lecciones deberíamos obtener de esto?

Cuando piensas en un regalo, te resulta claro que no lo ganaste. Es totalmente gratuito. Este fue un privilegio otorgado a ese pueblo, no porque tuvieran algún mérito sino sencillamente por la gracia y la providencia de Dios. Al fin, Dios necesitaba a alguien que hiciera esta obra, y en su divina sabiduría ellos fueron los elegidos.

Por supuesto, con esta tarea sagrada vinieron responsabilidades sagradas. Los problemas de la vida y la muerte, tanto física como espiritual, estaban involucrados allí, porque el Tabernáculo era la morada de Dios sobre la tierra. El Santuario también era un modelo de lo que Jesús haría aquí sobre la tierra, y de su ministerio en el cielo (Heb. 9). Era como un Calvario en miniatura, que se mostraba en tipos y sombras. El destino de las almas estaba en la balanza. Por eso, Dios asignó gran solemnidad a las funciones dadas a estos hombres.

Piensa acerca de tus talentos naturales. No importa cuánto trabajes para cultivarlos, siguen siendo regalos, algo que Dios te ha dado. ¿Qué estás haciendo con estos dones? ¿Los estás usando para ti mismo o para el bien de otros y el avance de la obra de Dios? ¿Podría ser necesario que hicieras un examen interior serio y algunos cambios?

Martes 17 de noviembre: SOSTÉN DEL SANTUARIO

Habiendo distinguido entre los dos grupos de obreros religiosos, Dios luego da instrucciones acerca de su apoyo económico. Aparentemente, sus cargos eran de tiempo completo. Es decir, no estaban para “servir a las mesas” (Hech. 6:2) a fin de sostenerse. El sostén tenía que provenir de otra parte.

Lee Números 18:8 al 20. ¿Qué aspectos te parecen más pertinentes?

Muchos pensamientos interesantes surgen de estos textos. Nota, por ejemplo, cuán estrechamente relacionaba Dios la ofrenda dada a él con lo que se les daba a los sacerdotes. Esto es, aunque las ofrendas y los dones eran hechos a él, él se los daba a los sacerdotes. De este modo, al dar ofrendas a Dios, al mismo tiempo las estaban dando a los sacerdotes. Esto muestra el estrecho vínculo entre Dios y el sacerdocio, que servía como intermediarios entre Dios y el pueblo.

Al mismo tiempo, podemos ver también la humanidad de los sacerdotes. Aunque en esa posición privilegiada, todavía dependían del pueblo al que servían para su sustento. Sin duda, al darle la gente los mejores aceite, vino, granos, etc., el sacerdocio debía recordar constantemente su obligación de servir a esas personas fielmente y no aprovecharse del cargo que se le había dado.

También, redimir a un niño o un animal por medio de dinero era una de las maneras en que Dios enseñó a Israel el concepto de la sustitución. Un día en el futuro, Cristo daría su vida como sustituto por los pecadores (ver 1 Ped. 1:18, 19). La sal que se añadía a todo sacrificio era un símbolo que significaba la permanencia del pacto de Dios con su pueblo (ver Lev. 2:13).

¿Qué clase de responsabilidades sagradas tienes tú? ¿Cuán fiel eres en las tareas que otros te confían? ¿Cómo podrías hacer mejor en el cumplimiento fiel de tus responsabilidades?

Miércoles 18 de noviembre: EL PLAN DEL DIEZMO

Aunque la tribu de Leví no tenía tierras, se le dieron 48 ciudades, 13 de las cuales eran para las familias de los sacerdotes (Jos. 21:19, 41). Dios declaró que él era la “parte”, o porción, de ellos (Núm. 18:20).

Además de las porciones de las ofrendas sacrificiales de ellos, ¿qué otro plan diseñó Dios para atender tanto a los sacerdotes como a los levitas? Núm. 18:21-32.

Devolver a Dios un diezmo del ingreso de una persona (Lev. 27:30) era una práctica antigua. Se menciona por primera vez en la Biblia cuando Abraham le dio los diezmos a Melquisedec, el rey-sacerdote de Salem (Gén. 14:18-20; Heb. 7:1, 2). Jacob le prometió a Dios que le daría “el diezmo” de todo lo que ganara en su futuro (Gén. 28:22). Ahora bien, Dios adaptó el uso del diezmo de Israel, dándolo para el sostén de toda la tribu de Leví, incluyendo las familias de los sacerdotes.

Aun los levitas, que eran pagados con el diezmo, también diezmaban, y su diezmo iba a Aarón. Los levitas habían de dar la “mejor parte” de lo que recibían como diezmo. Por eso, no solo ese diezmo estaba destinado al sostén del sacerdocio; también permitía que los levitas se dieran cuenta de su dependencia de Dios y de que todo lo que recibían era de él. Ellos también necesitaban mostrar su gratitud devolviendo el “diezmo del diezmo”. Si la gente siempre necesitaba recordar su dependencia de Dios, ¿cuánto más los levitas?

Lee Números 18:32. ¿Qué aspecto deberíamos notar especialmente con respecto a lo sagrado de su llamamiento?

En este plan divino, todos tenían lugar; cada uno tenía algo que hacer. Los sacerdotes y los levitas tenían sus deberes sagrados que cumplir con respecto al servicio y el ministerio en el Santuario, mientras la gente tenía los suyos con respecto a la devolución de un diezmo fiel. El diezmo era algo pequeño para dar, considerando lo que los levitas y los sacerdotes realizaban en favor de ellos. En un sentido, todos los diferentes grupos dependían de las funciones de cada uno de los demás, y todos dependían de Dios.

Jueves 19 de noviembre: LA VACA ROJA

El sacrificio de una vaca alazana (rojiza) era el rito más extraño del sistema del Santuario (Núm. 19). ¿Qué lecciones podemos obtener de esto?

Esta vaca, o vaquilla, debía ser rojiza, un símbolo de la sangre de Cristo. Tenía que ser sin mancha, y que nunca hubiera sido puesta bajo un yugo, otro símbolo de Cristo: un sacrificio sin mancha, voluntario, para realizar la obra de la expiación.

Esa vaca era degollada fuera del campamento. Cristo sufrió fuera de las puertas de Jerusalén (Heb. 13:12, el Calvario estaba fuera de la ciudad). Esto debía mostrar que Cristo no murió solamente por los hebreos sino por toda la humanidad (Rom. 5:12-20). Él proclama al mundo que vino para ser su Redentor, e invita a todos a aceptar la salvación.

El sacerdote, vestido de ropas blancas, tomaba de la sangre de la víctima, y la salpicaba hacia el Tabernáculo siete veces. De este modo, Cristo, en su propia justicia sin mancha, después de derramar su preciosa sangre, entró en el Santuario celestial para ministrar en favor del pecador. Y allí su sangre actúa en la obra de reconciliar a Dios con la humanidad (ver Heb. 10:21-23).

El cuerpo de la vaca se quemaba hasta ser reducido a cenizas, lo que significaba un sacrificio amplio y total. Una persona no contaminada recogía las cenizas y las guardaba en un lugar limpio, fuera del campamento. Para realizar una ceremonia de purificación, se ponía parte de estas cenizas en un recipiente con agua de un arroyo que corría. Una persona limpia tomaba una vara de cedro con una tela escarlata y un manojo de hisopo, y salpicaba del contenido del recipiente sobre la carpa y la persona. Esta ceremonia se repetía varias veces a fin de ser completa, y se hacía como purificación del pecado.

El agua purificadora, rociada sobre la persona impura, simbolizaba la sangre de Cristo derramada para limpiarnos de las impurezas morales. Las salpicaduras repetidas ilustran la obra completa que debe realizarse en favor del pecador arrepentido. Todo lo que esa persona tenía debía ser consagrado. No solo el alma del pecador debía ser purificada, sino también todos los aspectos de su existencia.

Considera tu vida. ¿Qué cosas todavía necesitan ser sometidas al proceso de purificación? ¿A qué te estás aferrando, y por qué?

Viernes 20 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
“El plan de Dios en el sistema del diezmo es bello en su sencillez y equidad. Todos pueden aceptarlo con fe y valor, porque su origen es divino. En él se combinan la sencillez y la utilidad, y no requiere profundo saber para comprenderlo y ejecutarlo. Todos pueden sentir que les es posible hacer una parte en promover la preciosa obra de salvación. Cada hombre, mujer y joven puede hacerse tesorero del Señor, y puede ser un agente para suplir las demandas hechas a la tesorería [...].

“Este sistema logra grandes objetos. Si todos lo aceptaran, cada uno sería un vigilante y fiel tesorero de Dios; y no habría falta de recursos con que llevar a cabo la gran obra de proclamar el último mensaje de amonestación al mundo” (OE 235).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Cuáles son algunos de los problemas con respecto al diezmo en la iglesia hoy? ¿Por qué el diezmo es tan importante, no solo para el funcionamiento de la iglesia, sino también para el bienestar espiritual de aquel que diezma?

2. Vuelve a la sección del jueves sobre la vaca rojiza. Medita en lo que nos indica acerca de la muerte y el ministerio de Cristo en nuestro favor. ¿Qué nos sugiere acerca de nuestra necesidad de ser limpiados del pecado? ¿Qué hizo Cristo que nos capacita para obtener victorias sobre el pecado?

3. Piensa en tu hogar. ¿Hay cosas allí que necesitas limpiar, cosas que podrían estar contaminándolo? ¿Libros, DVD, música, revistas, lo que sea? ¿Cuáles son, y por qué deberías eliminarlas?

4. ¿En qué formas puedes ayudar a otros, especialmente a los jóvenes en tu iglesia, a usar para Dios los talentos que Dios les dio? Es decir, ¿cómo podemos ayudar a guiar a las personas que tienen dones en la dirección correcta, a fin de que usen esos dones para el propósito correcto? ¿De qué modo podemos ayudarlas?

Resumen: Por causa de la rebelión y el deseo de Coré de obtener el cargo de sacerdote, Dios instruyó a Moisés (para decirle al pueblo) con respecto a la distinción entre los sacerdotes y los levitas. El sacerdocio era un don de Dios; los levitas eran un don para el sacerdocio. Ambos eran sostenidos por el plan del diezmo. Con las cenizas de la vaquilla roja mezcladas con agua, Dios proveyó un rito especial de purificación, que representaba la gracia de Dios al limpiar a una persona de la mancha del pecado.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Bienvenid@s


Salir a la aventura es excitante. No sólo por las sorpresas que esperan a quienes deciden emprenderla, con poco más en los bolsillos que la necesidad de buscar respuestas. También porque la aventura puede convertirse en un viaje íntimo, silencioso, en el que lo nuevo no está sólo fuera, sino dentro de uno mismo, aún por descubrir.

A menudo, es en la aventura hecha camino, en el desierto de la reflexión, donde los seres humanos gastan lo propio que les queda, y se abandonan en las manos de Dios. Lo sabe Moisés. Y Elías. Y también Juan. Y por supuesto, Jesús.

No sé por qué el desierto tiene tan mala prensa. Será porque a los humanos nos da miedo encontrarnos con nosotros mismos. Con nuestros miedos, dudas, aquello que nos inquieta y nos saca de la comodidad de lo conocido, de lo que dominamos. En el desierto, a donde se llega saliendo de donde estamos, nos vaciamos, nos hacemos vulnerables, penetrables, necesitados de la ayuda que viene de fuera. Creo que por eso a Dios le gusta tanto el desierto. Porque le gustamos nosotros, desnudos, tal como somos, sin tanta armadura que nos protege de Él, llevados al límite de nuestras propias fuerzas, en un estado de completa dependencia, ansiando cualquier gota de agua que provenga de lo alto. En ese estado de necesidad, el miedo a perder lo que ya no tenemos desaparece, y estamos en condiciones de escuchar la voz de Dios.

Os proponemos esta desértica aventura, en la que nuestras soledades se unirán las unas con las otras, para poder escuchar el susurro de Dios en cada una de nuestras aportaciones. Salir de donde estamos, para reflexionar juntos sobre Dios, y volver después a nuestras comunidades, para contar lo que hemos aprendido de Él. Éste será nuestro camino de cada semana. Quizá no sepamos a dónde vamos. Pero espero que, paso a paso, avancemos juntos, asidos de la mano de nuestro Padre.

Los domingos colgaremos como entrada principal el propio texto de la Escuela Sabática, y durante el resto de la semana intentaremos descubrir, todos juntos, al Dios que se nos revela, esperando que sea una experiencia enriquecedora. Os esperamos como al agua en el desierto...