lunes, 27 de septiembre de 2010

Lección 1 para el 2 de Octubre de 2010: Relatos e historia


Sábado 25 de septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 39:6-12; Josué 3:9-17; 1 Samuel 24:1-6; 1 Reyes 12:1-16; Job 1:1-12

PARA MEMORIZAR:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16, 17).

AUNQUE ALGUNAS PERSONAS no se interesan por la historia, a muchas les gustan los buenos relatos. Cada pueblo tiene narraciones que explican sus orígenes, valores, relaciones y cultura. Estas historias, repetidas, son buenos instrumentos de enseñanza.

En la Edad Moderna, el arte de contar historias fue despreciado: la gente buscaba explicaciones científicas sobre la vida, pero éstas no pudieron responder a las preguntas más importantes de la humanidad. Hoy, una generación nueva, la “postmoderna”, ha redescubierto el poder de los relatos.

La Biblia es muy contemporánea, pues está llena de relatos. No son leyendas, ni “fábulas artificiosas” (2 Ped. 1:16), sino narraciones históricas y personales que revelan la verdad divina y la relación de Dios con el hombre: describen a personas reales, con problemas, y cómo Dios les ofreció respuestas.

Cada relato se desarrolla en su ambiente específico. Exploraremos diferentes ambientes y sus contextos históricos, para comprender mejor los personajes que estudiaremos durante el trimestre.


Domingo 26 de septiembre: PERSONAS Y ARGUMENTOS

Un argumento es una sucesión de eventos que llevan a un desenlace. Cada uno nació, vive, y un día morirá. Estos son los parámetros del argumento de la vida. Entre los dos extremos, la vida está formada por argumentos menores, desencadenados por conflictos o tensiones. Buscar un argumento es tratar de conectar todas las partes del relato para ver el cuadro completo. En el libro de Job, por ejemplo, hay dos argumentos.

Identifica los dos argumentos en el relato de Job. Ver Job 1:1 al 12.

La historia de Job tiene un argumento de dos dimensiones, pues en la Biblia no hay argumentos de una sola dimensión: Dios siempre está activo en la historia y en las vidas humanas, aun cuando actúa detrás de escena. En los dos primeros capítulos de Job, podemos imaginar un cambio de canal, como en un televisor, al pasar del argumento terrenal al argumento celestial. Los relatos, sin embargo, son más que argumentos. Las personas crean su historia.

Describe a la profetisa Hulda, como aparece en 2 Reyes 22:14.

Los personajes están muy vinculados con el argumento de la historia. Conocemos al personaje a través la información dada por el narrador, que a su vez puede ser uno de los personajes. Tomemos a Hulda como ejemplo: ¿Es ella el personaje principal en la historia? No. Este relato cuenta el descubrimiento del libro de la ley cuando Josías era rey. Hulda ¿tenía hijos? ¿Qué edad tenía? No sabemos las respuestas. Las narraciones bíblicas son muy concisas y, a menudo, abreviadas. Por eso, necesitamos prestar atención a cada información que se nos da. Hulda era una profetisa confiable de Dios. Tenemos datos de la familia del esposo pues las mujeres, en los tiempos del Antiguo Testamento, eran identificadas por las familias de sus esposos. También se da su dirección. Como hoy, los documentos oficiales requieren un nombre y una dirección para demostrar que una persona es quien pretende ser.

¿Cuál es el argumento de tu vida? ¿Qué clase de personaje eres tú? Si tu historia fuera escrita como en las narraciones bíblicas, ¿qué diría o qué debería decir?


Lunes 27 de septiembre: ¿DÓNDE Y CÓMO?

La ambientación transmite la realidad de la historia, y crea cierta atmósfera y estado de ánimo. Por ejemplo, ¿por qué, en Rut 4:1 y 2, Booz ubica su caso legal en la puerta y no en su casa o en la casa del alcalde de la ciudad de Belén? Obviamente, la puerta –que era el lugar más público en los tiempos antiguos– añade a la historia un elemento legal importante. El ambiente también puede darnos una idea acerca del tiempo en el que se desarrolla la narración. Si un relato se ubica dentro de un automóvil o en una terminal aérea, sabemos, sin pensar mucho, que la historia no proviene del tiempo de David o de Martín Lutero.

Compara la ambientación o el marco de las siguientes dos historias: 1 Samuel 24:1-6; Génesis 39:6-12. ¿De qué modo estos dos ambientes contribuyen al argumento de las historias?

El marco nos ayuda a comprender mejor la acción que transcurre en el relato. David y sus hombres están solos con Saúl, que está desprotegido y muy vulnerable. El ambiente destaca el carácter superlativo de David. Él no aprovecha esta oportunidad para deshacerse de Saúl antes de que éste consiga matar a David, un hecho que revela el respeto de David por el líder ungido por Dios.

El ambiente de la historia de José presenta una oportunidad. José es atractivo y está en una posición de poder. La esposa de su amo está apasionada por él, y ellos están solos en la casa. José, como David, muestra su carácter puro al resistir esta tentación.

Pero el ambiente no es el único elemento importante de una historia; también lo es el punto de vista del narrador. Vemos que la historia se desarrolla a través de los ojos del narrador, quien nos da información importante, pero a veces retiene ciertos datos que para nosotros serían relevantes; esto es típico de las historias seculares. Aunque en los registros bíblicos hay diversos puntos de vista, asumimos que son inspirados por el Espíritu Santo y que, por lo tanto, la verdad revelada es la verdad de Dios.

Piensa en David y José en esos ambientes específicos. Cuán fácilmente podrían haber racionalizado para actuar de un modo diferente. El que no lo hayan hecho dice mucho acerca de sus caracteres. ¿Cuán a menudo racionalizas tus acciones equivocadas?


Martes 28 de septiembre: DE LA VICTORIA A LA" EDAD OSCURA"

Veremos algunos períodos de Israel que son el telón de fondo de los personajes que estudiaremos. Comencemos con la entrada de Israel en la Tierra Prometida. Después de la asombrosa actuación divina en el Éxodo y de la peregrinación por el desierto, Israel llegó otra vez a las fronteras de Canaán. Bajo su nuevo líder, Josué, cruzarían el Jordán en seco (Jos. 3:16, 17), algo similar al anterior cruce del Mar Rojo (Éxo. 14).

Lee Josué 3:9 al 17. ¿Cuál era el propósito de este milagro?

Israel no tomó Canaán por sus propias fuerzas o por el genio militar de Josué. Logró la victoria solamente por el poder de Dios. Cuando Israel obedecía, Dios le daba la victoria; pero cuando dependía de sus fuerzas, caía inevitablemente. Después de la muerte de Josué, algunos sectores de la Tierra Prometida seguían dominados por los cananeos (Juec. 1:27, 28). La fe de los israelitas pareció disminuir cuando su visión se debilitó. En vez de poseer toda la Tierra Prometida, estaban más preocupados por su propio sustento, y perdieron la visión y el ideal que Dios tenía para ellos como pueblo. Muchos eruditos llaman la “edad oscura” a los siglos siguientes de la vida de Israel.

Lee Jueces 17:6. ¿Qué clase de clima moral revela este pasaje?

Cuando perdemos la visión global de lo que Dios quiere para nosotros, lo pequeño cobra mayor magnitud. Israel había perdido su perspectiva como nación, y dejó que predominara el tribalismo. En el libro de Jueces, vemos a las tribus dispuestas a pelearse entre sí. Las prácticas religiosas seguían la conveniencia personal, y las componendas con las culturas vecinas eran frecuentes. El casamiento de israelitas con cananeos (Juec. 3:3-7) favorecía esta situación. Como resultado de esta declinación espiritual, Israel cayó en un ciclo de dominación extranjera, liberación, idolatría, y otra vez dominación.

El peligro de las componendas es que vienen en forma apenas perceptible. ¿En qué es diferente tu vida ahora que en años anteriores? ¿Podrían algunos de estos cambios ser el resultado de alguna componenda?


Miércoles 29 de septiembre: DE REYES Y PRÍNCIPES

Aunque Dios le dio mucho a Israel y prometió aún más si ellos obedecían, la cultura que los rodeaba influyó negativamente sobre ellos. Por ejemplo, en los reinos vecinos vieron una estructura política diferente. Todas esas naciones tenían un rey. Esto, combinado con el hecho de que los hijos de Samuel no imitaron la conducta y el liderazgo de su padre, sino que estuvieron “aceptando sobornos y pervirtiendo la justicia” (1 Sam. 8:3, NVI), hizo que las tribus de Israel sintieran que era tiempo de nombrar un rey sobre Israel (1 Sam. 8:4, 5). Samuel no estaba feliz con esta decisión, pero Dios le dijo que la aceptara (1 Sam. 8:7).

Samuel ungió como rey a Saúl, de la tribu de Benjamín (1 Sam. 10:1), y éste comenzó su reinado en Gabaa. Tal como Dios lo había previsto, las cosas no fueron fáciles para el nuevo rey. Las tensiones tribales continuaron y la misma existencia de Israel peligraba a causa de las presiones de los poderes circundantes. El nuevo rey no siguió los requerimientos de Dios (1 Sam. 15:3, 8, 9), quien finalmente rechazó a Saúl.

Luego, David fue ungido futuro rey de Israel. Como era de esperar, Saúl no deseaba traspasar el poder al nuevo campeón militar, y la siguiente década estuvo marcada por luchas internas, en las que David siempre estuvo huyendo.

El siguiente giro en la historia de Israel ocurrió cuando Saúl y sus hijos murieron en una batalla contra los filisteos (1 Sam. 31:1-6). David fue declarado rey de Judá y, siete años después, rey de todo Israel. David estableció su nueva capital en Jerusalén, sus campañas militares tuvieron éxito y extendió sus fronteras. David reinó cuarenta años y murió en Jerusalén (2 Sam. 5:4; 1 Rey. 2:10, 11). Al igual que en nuestras vidas, el reinado de David tuvo grandes victorias, algunas malas elecciones y mucha gracia de Dios. Lo sucedió su hijo Salomón, que también reinó por cuarenta años (1 Rey. 11:42).

Salomón no fue guerrero ni conquistador, pero recibió sabiduría divina (1 Rey. 3:3-13), construyó el Templo de Dios en Jerusalén, diseñó estructuras administrativas, y controló y organizó a Israel. Sin embargo, hacia el fin de su vida, se apartó de Dios y siguió las prácticas religiosas de sus muchas mujeres (1 Rey. 11:1-8).

Lee 1 Samuel 8:7 al 20. ¿Cómo se muestra que los caminos de Dios son mejores que los del hombre? ¿Cuán a menudo nos encontramos deseando hacer las cosas a nuestro modo, en lugar de hacerlas de la manera en que lo haría Dios?


Jueves 30 de septiembre: LA LOCURA DE ROBOAM

La muerte de Salomón marcó otro punto de inflexión en la historia de Israel. El enfoque administrativo de mano dura, las leyes de conscripción laboral, los experimentos del pluralismo religioso, todo contribuyó a una gran tensión al comienzo del reinado de Roboam, el hijo de Salomón

Lee 1 Reyes 12:1 al 16, y trata de captar lo dramático de la situación. Considerando el liderazgo de Roboam, ¿qué podemos aprender acerca de nuestras propias actitudes hacia cualquier tipo de autoridad que ostentemos en las diversas situaciones de la vida? ¿Qué podemos aprender de su error?

Con la división de Judá e Israel, el que una vez fuera el pueblo unido de Dios comenzó a recorrer caminos diferentes. Viendo que el centro de adoración y de sacrificios estaba ubicado en Judá, el rey Jeroboam I de Israel hizo construir dos becerros de oro (1 Rey. 12:26-29) y erigió altares en dos lugares de adoración: uno en Bet-el y el otro en Dan. A Israel no le fue bien y, durante los siguientes doscientos años, los israelitas sufrieron marcados altibajos. Algunos reyes siguieron (en forma parcial) el llamado de Dios al arrepentimiento; otros rehusaron obstinadamente escuchar a los profetas. Cambiaron las dinastías y abundaron los asesinatos políticos.

Veinte reyes gobernaron desde Jeroboam I hasta Oseas, el último rey de Israel en Samaria, y lo hicieron en condiciones inestables. Finalmente, en el año 722 a.C., Samaria fue capturada por los asirios e Israel fue llevado en cautiverio. En Judá, la situación no era mucho mejor. La dinastía de David se mantuvo, pero no todos los descendientes de David imitaron la fe de su antepasado. Algunos reyes, como Josafat, Ezequías y Josías, trataron de volver al Señor y llevar a todo Judá al arrepentimiento. Sus esfuerzos fueron apoyados por una veintena de profetas que hablaron, en situaciones específicas, de las necesidades espirituales y sociales particulares en Judá. La destrucción y cautividad babilónica fue el fin del pueblo judío.

¿Qué nos dice su restauración, después de esta calamidad, acerca de la paciencia y la gracia de Dios? ¿De qué maneras has visto la misma paciencia y gracia en tu propia vida? ¿Cuál debería ser tu reacción frente a esta gracia?


Viernes 1º de octubre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“El Señor llama a todos a estudiar la divina filosofía de la historia sagrada, escrita por Moisés bajo la inspiración del Espíritu Santo. La primera familia colocada sobre la tierra es una muestra de todas las familias que existirán hasta el fin del tiempo. Encontramos mucho que estudiar en esta historia, a fin de entender el plan divino para la raza humana. Este plan está definido claramente, y el alma consagrada en oración llegará a ser un estudioso del pensamiento y el propósito de Dios desde el comienzo de la historia de este mundo hasta el final. Se dará cuenta de que Jesucristo, uno con el Padre, fue el gran impulsor en todo progreso, aquél que es la fuente de toda la purificación y elevación de la raza humana” (MR 3:184).

“Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro líder. No tenemos nada que temer por el futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido. Somos ahora un pueblo fuerte, si queremos poner nuestra confianza en el Señor; porque estamos manejando las grandiosas verdades de la Palabra de Dios” (MS 3:183).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

La participación activa de Dios en la historia es un concepto muy importante en las Escrituras. Lee Daniel 2:21.

  1. ¿Qué se dice acerca de la relación de Dios con la historia humana? ¿Por qué es importante que quienes vivimos en el “fin de la historia” recordemos esta realidad?
  2. ¿Por qué nos gustan los relatos? ¿Qué constituye un buen relato? ¿De qué modo las historias pueden ser efectivas para enseñar la verdad? ¿Quiénes son algunos de tus narradores favoritos y por qué?
  3. Los israelitas fueron llamados a ser testigos, para todo el mundo, del verdadero Dios y de su mensaje de salvación por la gracia, pero las peleas internas los debilitaron. ¿Qué lecciones podemos obtener de esta triste historia para nosotros hoy?
  4. El ambiente es muy importante para comprender cualquier situación, pero muchas veces hay información de fondo que no conocemos. Por eso, ¿por qué es tan importante que no juzguemos a otros? ¿Cuán a menudo has juzgado a alguien antes de saber hechos importantes de esa persona y de sus circunstancias? ¿Cuán a menudo has sido juzgado por los que no conocían todos los hechos relevantes acerca de ti?

lunes, 20 de septiembre de 2010

Lección 13 para el 25 de Septiembre de 2010: Todo el resto es comentario


Sábado 18 de septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 14- 1 5 - 16

PARA MEMORIZAR:
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Rom. 14:10).

Alguien pidió a un rabino de la antigüedad que explicara el significado de la Torah mientras se mantuviera parado en un solo pie. “No hagas a otro”, dijo el rabino, “lo que te parezca dañino; eso es toda la Torah. Todo el resto es comentario”.

Estés de acuerdo o no con su declaración, tiene su valor. Hay aspectos de la fe que son fundacionales y otros son “comentarios”. Consideraremos algunos de esos “comentarios”. Lo que Pablo presentó antes estaba concentrado en los principios fundamentales de la salvación. ¿Cuál es el rol de la ley –ya sea todo el sistema del Antiguo Testamento o solo los Diez Mandamientos– en la salvación? Pablo deseaba definir cuáles son los fundamentos por los cuales Dios acepta a una persona. Quizás eso podría resumirse en la pregunta del carcelero: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hech. 16:30).

Después de explicar esto, Pablo se ocupa de hacer algunos “comentarios”. Aunque es muy fuerte en algunos puntos, en otros toma una actitud más libre. Hay cosas no esenciales, como si fueran “comentarios”. Aunque había problemas que no eran vitales, la actitud mutua de los cristianos al tratar estos problemas sí lo era.

Domingo 19 de septiembre EL HERMANO DÉBIL

En Romanos 14:1 al 3, la pregunta es sobre el comer carnes que habían sido sacrificadas a los ídolos. El Concilio de Jerusalén (Hech. 15) había determinado que los conversos gentiles debían abstenerse de tales comidas. Pero siempre estaba la pregunta acerca de si la carne que se vendía en el mercado público procedía de animales sacrificados a los ídolos o no (ver 1 Cor. 10:25). A algunos cristianos no les preocupaba esto; otros, si estaban en duda, comían verduras. El problema no tenía nada que ver con el vegetarianismo ni la vida saludable. Pablo tampoco está insinuando que la distinción entre carnes limpias e inmundas se había abolido. Este no es el tema en consideración. Si las palabras “uno cree que se ha de comer de todo” (Rom. 14:2) se tomaran como que ahora podía comerse cualquier animal, limpio o no, se las estaría aplicando mal. La comparación con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación.

“Recibir” al débil en la fe significaba otorgarle plena feligresía y estatus social. No se debía discutir con la persona, sino permitirle tener su opinión sobre este asunto.

¿Qué principio debemos tomar de Romanos 14:1 al 3?

Es importante notar que Pablo, en el versículo 3, no habla negativamente del hermano “débil en la fe”, ni le da consejos acerca de cómo llegar a ser fuerte. En lo que respecta a Dios, el cristiano excesivamente escrupuloso (aparentemente juzgado como muy escrupuloso, no por Dios, sino por los demás cristianos) es aceptado. “Dios le ha recibido”

¿De qué modo Romanos 14:4 amplía lo que acabamos de considerar?

Aunque necesitamos recordar los principios que vimos hoy, ¿no hay acaso momentos y lugares en los que necesitamos juzgar, no el corazón de una persona, pero sí sus actos? ¿Hemos de hacernos a un lado y no decir ni hacer nada en toda situación? Isaías 56:10 describe a los atalayas como “perros mudos, no pueden ladrar”. ¿Cómo podemos saber cuándo hablar y cuándo mantener silencio? ¿Cómo logramos un equilibrio correcto

Lunes 20 de septiembre CON LA MEDIDA CON QUE MEDÍS

Lee Romanos 14:10. ¿Por qué debemos ser cuidadosos acerca de juzgar a otros?

A veces juzgamos a otros severamente, y a menudo por lo mismo que hacemos nosotros. Sin embargo, lo que hacemos no nos parece tan malo como cuando lo hacen otros. Nuestra hipocresía puede engañarnos, pero no a Dios. “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque [...] con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?” (Mat. 7:1-4).

¿Cuál es la importancia de la declaración del Antiguo Testamento que cita Pablo? Rom. 14:11.

Isaías 45:23 apoya la idea de que todos seremos juzgados. “Toda rodilla” y “toda lengua” individualizan la orden. Cada uno tendrá que responder por su propia vida y sus propias acciones (vers. 12). En este sentido, no somos guardas de nuestro hermano.

Recordando el contexto, ¿cómo entiendes lo que Pablo dice en el versículo 14?

Todavía habla de los alimentos sacrificados a los ídolos. El problema no es la distinción entre alimentos limpios e inmundos. Pablo está diciendo que no hay nada de malo, en sí mismo, en comer algo que fue ofrecido a los ídolos. ¿Qué es un ídolo? Nada (1 Cor. 8:4). ¿A quién le preocupa si algún pagano ofreció la comida a una estatua de una rana o un toro? Sin embargo, no se debería obligar a una persona a violar su conciencia, aunque su conciencia sea muy sensible. Aparentemente, los hermanos “fuertes” no entendían esto. Ellos despreciaban la escrupulosidad de los hermanos “débiles” y les ponían piedras de tropiezo.

¿Podrías, en tu celo, estar en el peligro que Pablo está denunciando? ¿Por qué debemos ser cuidadosos en no ser conciencia para otros, no importa cuán buenas sean nuestras intenciones?

Martes 21 de septiembre NO OFENDER

Lee Romanos 14:15 al 23 (ver también 1 Cor. 8:12, 13). Resume lo que Pablo está diciendo. ¿Qué principio podemos obtener de este pasaje para aplicar a nuestra vida?

En los versículos 17 al 20, Pablo pone varios aspectos del cristianismo en su debida perspectiva. Aunque la dieta es importante, los cristianos no deberían pelear por la elección de comer verduras en vez de carne que podría haber sido sacrificada a los ídolos. En cambio, deberían concentrarse en la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. ¿Cómo podríamos aplicar esta idea en nuestra iglesia hoy? Por más que el mensaje pro salud, y especialmente las enseñanzas sobre la dieta, pueden ser una bendición para nosotros, no todos ven el tema del mismo modo, y debemos respetar esas diferencias.

En el versículo 22, luego de decir que debemos permitir que la gente siga su propia conciencia, Pablo añade una advertencia muy interesante: “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”. ¿Cómo equilibra esto el resto de lo que dice en este contexto?

¿Has escuchado que alguien diga: “A nadie le importa lo que yo coma o lo que vista o en qué clase de entretenimiento participo”? ¿Es realmente así? Ninguno de nosotros vive en el vacío. Nuestros actos, palabras, acciones, y aun nuestra dieta pueden afectar a otros, para bien o para mal. No es difícil ver cómo. Si alguien que te admira te ve haciendo algo “malo”, podría ser influenciado por tu ejemplo a hacer lo mismo. Nos autoengañamos si pensamos de otro modo. Argumentar que no forzaste a la persona a hacerlo no viene al caso. Como cristianos, tenemos una responsabilidad mutua, y si nuestro ejemplo puede desviar a alguno, somos culpables.

¿Qué clase de ejemplo presentas tú? ¿Te sentirías cómodo si otros, especialmente gente joven o creyentes nuevos, siguieran tu ejemplo en todas las áreas? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti?

Miércoles 22 de septiembre LA OBSERVANCIA DE DÍAS

En el análisis acerca de no juzgar a otros ni ser una piedra de tropiezo para los que ven tus acciones, Pablo plantea el problema de los días especiales que algunos querían observar y otros no.

Lee Romanos 14:4 al 10. ¿Cómo debemos entender lo que Pablo dice aquí? ¿Dice algo acerca del cuarto mandamiento?

¿Qué días está mencionando Pablo? ¿Había una controversia en la iglesia primitiva sobre la observancia o no de ciertos días? Aparentemente, sí. Tenemos un indicio de ello en Gálatas 4:9 y 10, donde Pablo reprende a los cristianos gálatas por observar “los días, los meses, los tiempos y los años”. Vimos en la Lección 2 que algunos habían persuadido a los cristianos gálatas a circuncidarse y a guardar la ley de Moisés. Pablo temía que estas ideas dañaran también a la iglesia de Roma. Pero tal vez a los judíos cristianos de Roma les podía ser difícil dejar de observar los festivales judíos. Pablo les dice: Hagan lo que gusten en este asunto; pero no juzguen a los que ven las cosas en forma diferente. Algunos cristianos, para estar seguros, observaban uno o más de los festivales judíos. El consejo de Pablo es: Dejen que lo hagan, si están convencidos de que deben hacerlo.

Ver el sábado semanal en Romanos 14:5, como algunos alegan, es injustificado. Pablo no pudo haber tomado esa actitud retrógrada hacia el cuarto mandamiento. Él enfatizó vigorosamente la obediencia a la ley, de modo que no pondría el mandamiento del sábado al mismo nivel que la preocupación por comer algo que podría haber sido ofrecido a los ídolos. Aunque algunos usan estos textos para mostrar que el sábado no está vigente, los textos no dicen nada de eso. Usarlos de este modo es un buen ejemplo de lo que Pedro advirtió que la gente hacía con los escritos de Pablo: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Ped. 3:16).

¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado? ¿Ha sido la bendición que debe ser? ¿Qué cambios puedes hacer para experimentar plenamente lo que Dios te ofrece el sábado?

Jueves 23 de septiembre BENDICIÓN FINAL A PROPIADA

Lee Romanos 15:1 al 3. ¿Qué importante verdad cristiana hay aquí?

¿Según estos textos ¿qué significa ser un seguidor de Jesús?

¿Qué otros versículos enseñan la misma idea? ¿Cómo puedes vivir estos principios?

Al finalizar la epístola, ¿qué bendiciones expresa Pablo? Rom. 15:5, 6, 13, 33

El Dios de la paciencia es el Dios que ayuda a sus hijos a soportar con perseverancia. (“Paciencia”, hupomoné, significa “resistencia perseverante”). La palabra “consolación” puede ser traducida como “ánimo”. El Dios del ánimo es el que anima. El Dios de esperanza es el que da esperanza. Del mismo modo, el Dios de paz es el que da paz. ¡Qué bendiciones apropiadas en una carta cuyo tema dominante es la justificación por la fe: resistencia, esperanza, paz! ¡Cuán urgentemente necesita estas cosas nuestro mundo actual!

Después de muchos saludos personales, ¿cómo concluye Pablo su epístola? Rom. 16:25-27

Pablo concluye con una alabanza a Dios. Los cristianos romanos, y todos los demás, pueden confiar en Dios y confirmar su relación de hijos e hijas redimidos, justificados por fe y conducidos por el Espíritu de Dios. Pablo se emociona al proclamar esas gloriosas noticias, y las llama “mi evangelio” porque él las anuncia. Él confirma lo que había sido establecido por Jesús y por los profetas. Fue guardado en secreto, no porque Dios quisiera esconderlo, sino porque los hombres, al rehusarlo, impidieron que Dios les diera luz adicional. Más aún, los hombres no habrían podido captar algunos aspectos hasta que el Mesías hubiera venido.

Él mostró cómo es Dios, pero también lo que podemos llegar a ser si nos aferramos al poder divino. La nueva clase de vida sería una de “obediencia a la fe”; o sea, obediencia por fe en el Señor, quien por su gracia justifica a los pecadores que se lo piden

Viernes 24 de septiembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El amor por los que yerran”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 247-249; El ministerio de curación, p. 123; el Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 715; y “La unidad y el amor en la iglesia”, Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 451-453.

“Se me mostró el peligro del pueblo de Dios cuando mira a los hermanos White y cree que deben acudir a ellos para llevarles sus cargas y pedirles consejo. Esto no debe ser así. El compasivo y amante Salvador los invita a acudir a él cuando están trabajados y cansados, y los hará descansar. [...] Muchos nos preguntan: ‘¿Puedo hacer esto?’ ‘¿Debo hacer o no este negocio?’ O, con respecto a la ropa: ‘¿Puedo usar este vestido o el otro?’ Les respondo: ‘Ustedes pretenden ser discípulos de Cristo.

Estudien la Biblia. Lean cuidadosamente y con oración la vida de nuestro querido Salvador cuando moró entre los hombres sobre la tierra. Imiten su vida y así no se apartarán de la senda estrecha. Rehusamos enfáticamente ser conciencia para ustedes. Si les dijéramos exactamente lo que tienen que hacer, nos mirarían para que los condujéramos, en lugar de acudir directamente a Jesús por sí mismos’ ” (T 2:108).

“Pero no hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos depender de la humanidad para obtener consejos.[...] Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios sabrán, luego de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir” (DTG 622).

“Siempre ha habido en la iglesia quienes tienden constantemente a la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos” (HAp 135).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

Por lo estudiado esta semana, ¿cómo encontraremos el equilibrio correcto como cristianos en:

a) ser fieles a lo que creemos, sin juzgar a otros que ven las cosas en forma diferente?
b) ser fieles a nuestra propia conciencia y no buscar ser conciencia para otros, y al mismo tiempo procurar ayudar a quienes creemos que están en el error?
c) ser libres en el Señor y, no obstante, darnos cuenta de nuestra responsabilidad de ser buenos ejemplos para quienes nos observen?

lunes, 13 de septiembre de 2010

Lección 12 para el 18 de Septiembre de 2010: El amor y la ley


Sábado 11 de septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 12 13

PARA MEMORIZAR: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Rom. 12:2).

Aunque Pablo quería cambiarles a los romanos sus falsas ideas acerca de la ley, también llama a todos los cristianos a una obediencia más elevada, que viene solo por un cambio en el corazón y en la mente mediante el poder de Dios.

En Romanos no hay indicios de que esta obediencia sea automática. El cristiano necesita conocer cuáles son los requerimientos: debe desear obedecer esos requerimientos; y debe buscar el poder divino, sin el cual esa obediencia es imposible.

Esto significa que las obras son parte de la fe cristiana. Pablo nunca quiso menospreciar las obras; en los capítulos 13 al 15 les da un fuerte énfasis. Sin embargo, no niega la justificación por la fe; al contrario, las obras son la verdadera expresión de una vida de fe.

Se podría alegar que, por la revelación que trajo Jesús, los requerimientos del Nuevo Testamento son más difíciles que los del Antiguo. Los creyentes recibieron el ejemplo de Jesucristo. Él es el único modelo. “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en” –no en Moisés, o Daniel, o David, o Salomón, o Enoc, o Débora– sino “en Cristo Jesús” (Fil. 2:5). La norma no es -ni puede ser- más elevada que esa.

Domingo 12 de septiembre SACRIFICIO VIVO

Con el capítulo 11 termina la parte doctrinal de Romanos. Los capítulos 12 al 16 presentan instrucciones prácticas y notas personales. Pero estos capítulos son sumamente importantes, porque muestran cómo ha de vivirse la vida de fe.

La fe no es un sustituto de la obediencia, como si la fe anulara nuestra obligación de obedecer al Señor. Los preceptos morales son todavía válidos; en el Nuevo Testamento se los explica, y aun se los amplifica. Y tampoco hay indicación de que será fácil para el cristiano ajustar su vida a estos preceptos. Por el contrario, se nos dice que a veces podría ser difícil, ya que la batalla con el yo y con el pecado es siempre dura (1 Ped. 4:1).

Al cristiano se le promete poder divino y se le asegura que la victoria es posible, pero todavía estamos en el mundo del enemigo y tendremos muchas batallas contra la tentación. La buena noticia es que si fallamos no somos desechados, porque tenemos un Sumo Sacerdote que intercede en nuestro favor (Heb.7:25)

Lee Romanos 12:1. ¿Cómo revela esta analogía la manera en que hemos de vivir como cristianos? ¿De qué modo Romanos 12:2 se adecua a esto?

En Romanos 12:1, Pablo alude a los sacrificios del Antiguo Testamento. Así como en la antigüedad los animales eran sacrificados a Dios, los cristianos ahora deben ceder sus cuerpos a Dios, no para ser muertos, sino como sacrificios vivos a su servicio. En el antiguo Israel, cada ofrenda que se traía como sacrificio era cuidadosamente examinada.

Si se descubría cualquier defecto en el animal, era rechazado porque las ofrendas debían ser sin tacha. A los cristianos se les pide que presenten sus cuerpos como “un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”. Para hacer esto, todos sus poderes deben ser conservados en la mejor condición posible. Aunque ninguno de nosotros está sin tacha, el punto es que debemos procurar vivir tan sin mancha y tan fielmente como podamos.

Siempre es fácil encontrar excusas para nuestros pecados y faltas, ¿verdad? ¿Cuál es tu excusa común para caer en lo mismo una y otra vez? ¿No será tiempo ya de dejar a un lado las excusas y pedir que Dios cumpla sus promesas porque el poder de Dios es mayor que el de tus excusas?

Lunes 13 de septiembre PENSAR EN SÍ MISMO

Hemos hablado bastante este trimestre acerca de la perpetuidad de la ley moral de Dios, y hemos enfatizado que el mensaje de Pablo en el libro de Romanos no enseña que los Diez Mandamientos han sido anulados o invalidados por la fe.

No obstante, es fácil entusiasmarse tanto con la letra de la ley que nos olvidemos del espíritu que la respalda, y ese espíritu es el amor: amor a Dios y amor los unos a los otros. Aunque cualquiera puede profesar amor, revelar ese amor en la vida diaria es un asunto completamente diferente.

Lee Romanos 12:3-21 ¿Cómo debemos revelar el amor a los otros?

Como en 1 Corintios 12 - 13 , después de tratar con los dones del Espíritu, Pablo exalta el amor. El amor (en griego, agápe) es el camino más excelente. “Dios es amor” ( 1 Juan 4:8) . O sea, el amor describe el carácter de Dios. Amar es actuar hacia otros como Dios actúa, y tratarlos como Dios los trata.

Pablo aquí muestra cómo ese amor debe expresarse en una manera práctica. Surge un principio importante, y es la humildad personal, una disposición para que cada uno “no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener” (Rom. 12:3); en cuanto a honra, “prefiriéndose los unos a los otros” (vers. 10); y una disposición a no ser “sabios en vuestra propia opinión” (ves. 16). Las palabras de Cristo acerca de sí mismo, “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mat. 11:29)), captan la esencia de esto.

De todas las personas, los cristianos deberían ser los más humildes. Después de todo, considera cuán impotentes somos, cuán caídos estamos, cuán dependientes somos, no solo de la justicia desde fuera de nosotros para la salvación, sino de un poder que obre en nosotros a fin de cambiarnos de un modo que nunca podríamos hacerlo nosotros. ¿Qué tenemos para jactarnos y para estar orgullosos? Nada. Partiendo de esta humildad personal, no solo ante Dios, sino ante los demás, hemos de vivir como Pablo nos amonesta en estos versículos.

Lee Romanos 12:18 ¿Cuán bien estás aplicando esta amonestación a tu propia vida ahora mismo? ¿Podrías estar necesitando algunos ajustes de actitud a fin de hacer lo que la Palabra nos dice aquí?

Martes14 de septiembre RELACIÓN CON EL GOBIERNO

Lee Romanos 13:1 al 7. ¿Qué principios básicos ves en estos versículos acerca de cómo debemos relacionarnos con el poder del gobierno civil?

Las palabras de Pablo son interesantes porque las escribió mientras un imperio pagano regía el mundo; un imperio que podía ser increíblemente brutal, que no conocía al verdadero Dios y que pronto perseguiría a los que adoraran a ese Dios. Pablo fue martirizado por este gobierno. A pesar de eso, Pablo abogaba que los cristianos fueran buenos ciudadanos, aun bajo un gobierno como ese.

La idea de que necesitamos un gobierno se encuentra en toda la Biblia. El principio del gobierno es ordenado por Dios. Los seres humanos necesitan vivir en una comunidad con reglas, leyes y normas. La anarquía no es un concepto bíblico.

Esto no significa que Dios apruebe todas las formas de gobierno o cómo actúan estos. En la historia y en el mundo actual se pueden ver algunos regímenes brutales. No obstante, aun en estas situaciones, los cristianos deberían, tanto como sea posible, obedecer las leyes del país.

Los cristianos deben apoyar al gobierno mientras éste no esté en conflicto con lo que Dios manda. Se debe considerar cuidadosamente, con mucha oración y con el consejo de otros, antes de entrar en conflicto con los poderes existentes. Sabemos por las profecías que un día todos los fieles seguidores de Dios serán confrontados por los poderes políticos que controlan al mundo (Apoc. 13). Hasta entonces, deberíamos hacer todo lo que podamos para ser buenos ciudadanos en el país en que vivamos.

“Hemos de reconocer los gobiernos humanos como instituciones ordenadas por Dios mismo, y enseñar la obediencia a ellos como un deber sagrado, dentro de su legítima esfera. Pero cuando sus demandas estén en pugna con las de Dios, hemos de obedecer a Dios antes que a los hombres. [...]

“No se nos pide que desafiemos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas, deben ser cuidadosamente examinadas, no sea que por nuestras declaraciones parezcamos estar en contra de la ley y el orden. No debemos decir ni hacer ninguna cosa que pudiera cerrarnos innecesariamente el camino” (HAp 58).

Miércoles 15 de septiembre RELACIONES CON OTROS

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley” Romanos 13:8 . ¿Cómo hemos de entender este texto? ¿Significa que, si amamos, no tenemos obligación de obedecer la ley de Dios?

Como Jesús en el Sermón del Monte, Pablo amplifica los preceptos de la ley: indica que el amor debe motivar todo lo que hacemos. Como la ley es una transcripción del carácter de Dios, y Dios es amor, amar es cumplir la ley. No obstante, Pablo no está sustituyendo los detallados preceptos de la ley por alguna vaga norma de amor, como algunos cristianos pretenden. La ley moral todavía es obligatoria, pues señala nuestro pecado: y ¿quién negará la realidad del pecado? Sin embargo, la ley se puede guardar solo en el contexto del amor. Recuerda: algunos de los que condenaron a Cristo, luego corrieron a su casa ¡para guardar la ley!

¿Qué mandamientos citó Pablo como ejemplo para ilustrar el principio del amor en la observancia de la ley? ¿Por qué esos mandamientos en particular? Romanos 13:9,10

El amor no fue un nuevo principio. Al citar Levítico 19:18, “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”, Pablo mostró que el principio ya era parte del Antiguo Testamento. Algunos alegan que Pablo enseña que solo los mandamientos que menciona están en vigencia. ¿Significa que los cristianos pueden deshonrar a sus padres, adorar ídolos y tener otros dioses delante de Dios? Por supuesto que no. Considera el contexto aquí. Se refiere al modo en que nos relacionamos unos con otros. Su argumento no anula el resto de la ley. (Ver Hech. 15:20; 1 Tes. 1:9; 1 Juan 5:21.) Además, otros escritores del Nuevo Testamento señalan que al amar a los otros mostramos que amamos a Dios (Mat. 25:40;) 1 Juan 4:20, 21) ).

Piensa acerca de tu relación con Dios y cómo eso se refleja en tus relaciones con otros. ¿Cuán grande es el factor del amor en esas relaciones? ¿Cómo puedes aprender a amar a otros del modo que Dios nos ama? ¿Qué te impide hacer precisamente eso?

Jueves 19 de agosto MÁS CERCA QUE CUANDO CREÍMOS

Lee Romanos 13:11

Como dijimos todo el trimestre, Pablo tenía un propósito en esta carta: clarificar a la iglesia de Roma, especialmente a los creyentes judíos, el papel de la fe y las obras en el contexto del Nuevo Pacto. El problema era la salvación y cómo un pecador es considerado justo y santo ante el Señor. Para ayudar a aquellos cuyo énfasis había sido solo la ley, Pablo puso la ley en su lugar y su contexto apropiados. Aunque, idealmente, el judaísmo aun en los tiempos del Antiguo Testamento era una religión de gracia, el legalismo había hecho mucho daño. Cuán cuidadosos necesitamos ser, como iglesia, para no cometer el mismo error.

Lee Romanos 13:11 al 14 . ¿De qué evento habla Pablo aquí, y cómo deberíamos actuar en espera de ese evento?

Cuán fascinante es que Pablo les hablaba a los creyentes para despertarlos porque Jesús iba a regresar. No importa que esto haya sido escrito hace casi dos mil años. Siempre debemos vivir en espera de la cercana venida de Cristo. En nuestra experiencia personal, la segunda venida de Cristo está tan cercana como la posibilidad de nuestra muerte. Si la semana próxima o en cuarenta años cerramos nuestros ojos en la muerte, ya sea que durmamos solo cuatro días o 400 años, esto no producirá ninguna diferencia para nosotros.

Lo siguiente que sabremos es la segunda venida de Jesús. Con la muerte siempre cerca para cada uno de nosotros, el tiempo es realmente corto, y nuestra salvación está más cerca que cuando primero creímos. Aunque en el libro de Romanos Pablo no habla mucho de la Segunda Venida, en las cartas a los tesalonicenses y a los corintios la presenta con mucho más detalle. Después de todo, es un tema vital en la Biblia, especialmente en el Nuevo Testamento. Sin él, y la esperanza que ofrece, nuestra fe no tendría sentido. ¿Qué significaría la “justificación por la fe” sin la Segunda Venida para concretar esa maravillosa verdad?

Si supieras con certeza que Jesús vendría el próximo mes, ¿qué cambiarías en tu vida y por qué? Ahora, si crees que necesitas cambiar esas cosas un mes antes de la venida de Jesús, ¿por qué no las deberías cambiar ahora? ¿Cuál es la diferencia?

Viernes 17 de septiembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Una explicación de las primeras declaraciones”, Mensajes selectos, t. 1, pp. 66-69; “La piedad práctica”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 211-213;

“El tabernáculo y sus servicios”, Patriarcas y profetas, pp. 364, 365; “La espiritualidad de la ley”, El discurso maestro de Jesucristo, pp. 46-48; y “Nuestra actitud hacia las autoridades civiles”, Testimonios para la iglesia, t. 6, pp. 394-397.

“En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios son la expresión del Altísimo. El que convierte esas verdades en parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No recibe nuevas facultades mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y el pecado entenebrecían su entendimiento. [...] Al cambio de corazón acompaña siempre una clara convicción del deber cristiano y la comprensión de la verdad. El que con oración da atención estricta a las Escrituras tendrá conceptos claros y juicios sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de inteligencia” (MeM 24). “El Señor [...] va a venir pronto, y debemos estar listos y aguardar su aparición. ¡Oh, cuán glorioso será verle y recibir la bienvenida como sus redimidos! Largo tiempo hemos aguardado; pero nuestra esperanza no debe debilitarse. [...] Nos estamos acercando al tiempo en que Cristo vendrá con poder y grande gloria a llevar a sus redimidos a su hogar eterno” (JT 3:257).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

1. En la clase, repasen la pregunta al final de la sección del jueves. ¿Cuáles fueron las respuestas que dieron los alumnos, y cómo las justificaron?


2. El tema de cómo hemos de ser buenos ciudadanos y buenos cristianos puede ser muy complicado. Si alguien viniera y pidiera tu consejo acerca de mantenerse firme por lo que cree que es la voluntad de Dios, aun cuando eso lo pondría en conflicto con el Gobierno, ¿qué le dirías? ¿Qué principios debería seguir? ¿Por qué deberíamos seguir esto solo con la máxima seriedad y consideración, y con mucha oración?


3. ¿Qué crees que es más difícil de hacer: adherirse estrictamente a la letra de la ley o amar a Dios y amar a los demás incondicionalmente? O ¿podrías alegar que esta pregunta presenta una falsa dicotomía? Si es así, ¿por qué?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Lección 11 para el 11 de Septiembre de 2010: La elección de gracia


Sábado 4 de septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 10 – 11


PARA MEMORIZAR:


Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín” (Rom. 11:1).


Esta lección cubre Romanos 10 y 11, especialmente el capítulo 11. Es útil leer ambos capítulos para seguir el pensamiento de Pablo.


Los dos capítulos fueron, y son aún, muy discutidos. Pero algo parece claro: el amor de Dios por la humanidad y su deseo de salvar a todos. No hay rechazo corporativo de nadie para la salvación. Romanos 10 muestra que “no hay diferencia entre judío y griego” (Rom. 10:12): todos son pecadores y necesitan la gracia de Dios que da Jesucristo. Esta gracia viene a todos: no por nacionalidad, nacimiento ni por obras de la ley, sino por la fe en Jesús, quien murió como el Sustituto por todos los pecadores. Los roles pueden cambiar, pero el plan básico de salvación nunca cambia.


Pablo continúa el tema en el capítulo 11. Aquí también hay que comprender que él habla de la elección y la vocación; el problema no es la salvación, sino el plan de Dios para alcanzar al mundo. Ningún grupo ha sido rechazado para la salvación. Pero, después de la Cruz y de la introducción del evangelio a los gentiles, el movimiento cristiano –tanto judíos como gentiles– aceptó la tarea de la evangelización del mundo.

Domingo 5 de septiembre: EL FIN DE LA LEY


Lee Romanos 10:1 al 4. Recordando todo lo que vimos antes, ¿cuál es el mensaje aquí? ¿Cómo podríamos estar en peligro de tratar de establecer nuestra propia justicia?


El legalismo viene en muchas formas, algunas más sutiles que otras. Los que se miran a sí mismos, sus buenas obras, su dieta, cuán estrictamente guardan el sábado, todas las cosas malas que no hacen o todas las cosas buenas que logran, caen en la trampa del legalismo. Debemos recordar siempre la santidad de Dios frente a nuestra pecaminosidad; esa es la manera más segura de protegernos del pensamiento que lleva a la gente a buscar su “propia justicia”, que es contraria a la justicia de Cristo.


Romanos 10:4 es un texto importante que capta la esencia de todo el mensaje de Pablo a los romanos. Primero, veamos el contexto. Muchos judíos estaban “procurando establecer la suya [justicia] propia” (Rom. 10:3) y buscando “la justicia que es por la ley” (Rom. 10:5). Pero, al venir el Mesías, se presentó el verdadero camino de la justicia. La justicia se ofreció a todos los que fijaran su fe en Cristo. A él señalaba el antiguo sistema ceremonial.


Aun si aquí incluimos los Diez Mandamientos en la definición de la ley, eso no significa que estos fueron eliminados. La ley moral señala nuestros pecados, faltas y limitaciones, y nos conduce a la necesidad de un Salvador, de perdón y de justicia, todo lo cual se encuentra solo en Jesús. En ese sentido, Cristo es el “fin” de la ley, porque la ley nos conduce a él y a su justicia. La palabra griega para “fin” aquí es télos, que también puede ser traducida como “meta” o “propósito”. Cristo es el propósito final de la ley, puesto que la ley ha de conducirnos a Jesús.


Ver este texto como si enseñara que los Diez Mandamientos –o específicamente el cuarto (lo que la gente realmente quiere decir)– están ahora anulados es llegar a una conclusión que va en contra de muchas otras cosas que Pablo y el Nuevo Testamento enseñan.


¿Te encuentras alguna vez orgulloso acerca de lo bueno que eres, especialmente en contraste con otros? Tal vez tú eres “mejor”, ¿y entonces qué? Compárate con Cristo, y luego piensa acerca de cuán “bueno” eres realmente.


Lunes 6 de septiembre: LA ELECCIÓN DE GRACIA


Lee Romanos 11:1 al 7. ¿Qué enseñanza popular niega clara e irrevocablemente este pasaje?


En la primera parte de su respuesta a la pregunta: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” Pablo señala a un remanente, una elección de gracia, como prueba de que Dios no ha desechado a su pueblo. La salvación está abierta a todos los que la acepten, judíos y gentiles por igual. Debería recordarse que los primeros conversos al cristianismo eran todos judíos; por ejemplo, el grupo que se convirtió el día de Pentecostés. Fue necesaria una visión y un milagro para convencer a Pedro de que los gentiles tenían el mismo acceso a la gracia de Cristo (Hech. 10; compara con Hech. 15:7-9) y que el evangelio debía ser llevado también a ellos.


Lee Romanos 11:7 al 10. ¿Está Pablo diciendo que Dios a propósito encegueció a la parte de Israel que rechazó a Jesús, para que no se salvase? ¿Qué está mal en esta idea?


En estos versículos, Pablo cita el Antiguo Testamento, que los judíos aceptaban como dotado de autoridad. Los pasajes que Pablo menciona presentan a Dios como dando a Israel un espíritu de embotamiento, que les impedía ver y escuchar. ¿Ciega Dios los ojos de las personas para impedirles que vean la luz que los conduciría a la salvación? ¡Jamás! Estos pasajes deben ser comprendidos a la luz de nuestra explicación de Romanos 9. Pablo no está hablando de la salvación individual, porque Dios no rechaza a ningún grupo, como tal, para la salvación. En cambio, el asunto aquí, como en los capítulos anteriores, es el lugar que estas personas desempeñaban en su misión hacia el mundo.


¿Qué está mal con la idea de que Dios ha rechazado en conjunto a cualquier pueblo en términos de salvación? ¿Por qué eso va en contra de toda la enseñanza del evangelio, que en su núcleo muestra que Cristo murió para salvar a todos los seres humanos? ¿Cómo, por ejemplo, en el caso de los judíos, esta idea condujo a resultados trágicos?


Martes 7 de septiembre: LA RAMA INJERTADA


Romanos 11:11 al 15. ¿Qué esperanza presenta Pablo aquí?


Aquí hay dos expresiones paralelas: 1) “su plena restauración [de los israelitas]” (vers. 12), y 2) “su admisión [de los israelitas]” (vers. 15). Pablo veía la disminución y la defección como solo temporarias, a las que seguirían la plenitud y la admisión. Esta es la segunda respuesta a la pregunta del versículo 1: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” Lo que parece un rechazo, dice él, es solo temporal.


Lee Romanos 11:16 al 24. ¿Qué nos está diciendo Pablo aquí?


Pablo compara el remanente en Israel con un olivo, del que algunas ramas han sido desgajadas (los incrédulos). Con esta ilustración prueba que “Dios no ha desechado a su pueblo” (Rom. 11:2). La raíz y el tronco todavía están allí.


Los creyentes gentiles han sido injertados en este árbol, el Israel creyente: absorben la savia y la vitalidad de la raíz y el tronco. Lo que pasó a los que rechazaron a Jesús podría suceder también a los gentiles creyentes. La Biblia no enseña que “una vez salvo, siempre salvo”. La salvación se ofrece libremente, y también puede rechazarse libremente. Aunque no debemos pensar que cada vez que caemos perdemos la salvación, o que si no somos perfectos no somos salvos, necesitamos también evitar lo opuesto: que una vez que la gracia de Dios nos cubre, ninguna acción o elección nuestra nos quitará la salvación. Solo los que “permanecen en esa bondad” (vers. 22) serán salvos.


Ningún creyente debe jactarse por su bondad o sentir superioridad sobre los demás. No ganamos la salvación: es un regalo. Ante la Cruz, ante la santidad de Dios, todos somos iguales: pecadores que necesitan la gracia divina y una santidad que solo por gracia es nuestra. No tenemos nada de qué jactarnos, sino solo en Jesús: lo que hizo por nosotros al venir al mundo, sufrir nuestros males, morir por nuestros pecados, ofrecernos un modelo de vida y prometernos poder para vivir esa vida. Para todo, dependemos de él; sin él no tenemos esperanza, sino la de este mundo.


Miércoles 8 de septiembre: SE REVELA UN MISTERIO


Lee Romanos 11:25 al 27. ¿Qué grandes eventos predice Pablo aquí?


Los cristianos discutieron estos versículos durante siglos. Pero algunos puntos son claros. Todo el tenor aquí es que Dios procura llegar a los judíos. Lo que Pablo dice es una respuesta a la pregunta planteada al comienzo del capítulo: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” Su respuesta es “no”, y su explicación es:

1) que la ceguera (en griego porósis, “dureza”) es solo “en parte”,

2) que es solo temporal, “hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles”.


¿Qué significa “la plenitud de los gentiles”? Muchos ven esto como el cumplimiento de la comisión evangélica: todo el mundo oye el evangelio. “La plenitud de los gentiles” habrá llegado cuando el evangelio haya sido predicado en todas partes. El evangelio habrá sido predicado a todo el mundo, la venida de Jesús estará cercana; entonces, muchos judíos comenzarán a venir a Jesús.


Otro punto difícil es el significado de “todo Israel será salvo” (vers. 26). Esto no debe interpretarse como que todos los judíos, por algún decreto divino, tendrán salvación en el tiempo del fin. En ninguna parte de las Escrituras se enseña el universalismo, ni para un grupo específico, ni para toda la raza humana. Pablo esperaba “hacer salvos a algunos de ellos” (vers. 14). Algunos aceptaron al Mesías, otros lo rechazaron, como pasa con todos los grupos
.

Comentando Romanos 11, Elena de White habla de que “en la proclamación final del evangelio” “muchos judíos [...] recibirán por la fe a Cristo como su Redentor” (HAp 314).


“Hay una grandiosa obra que ha de hacerse en nuestro mundo. El Señor ha declarado que los gentiles serán reunidos, y [...] también los judíos. Hay entre los judíos muchas personas que serán convertidas, y por medio de las cuales veremos cómo la salvación de Dios avanzará como una lámpara que arde. Hay judíos por todas partes. [...] Hay entre ellos muchos que vendrán a la luz, y que proclamarán la inmutabilidad de la ley de Dios con maravilloso poder” (Ev 421)


Piensa acerca de las raíces judías de la fe cristiana. ¿Cómo un estudio selectivo de la religión judía podría ayudarte a entender mejor tu fe cristiana?


Jueves 9 de septiembre: LA SALVACIÓN DE LOS PECADORES


El amor de Pablo por su propio pueblo es claramente visible en estos versículos. Cuán difícil debió haber sido para él que algunos de sus conciudadanos lucharan contra él y contra la verdad del evangelio. Y sin embargo, a pesar de todo, todavía creía que muchos verían a Jesús como el Mesías.


Lee Romanos 11:28 al 36. ¿De qué modo Pablo muestra el amor de Dios, no sólo por los judíos, sino por toda la humanidad? ¿De qué modo expresa aquí el maravilloso y misterioso poder de la gracia de Dios?


En todos estos versículos, aunque se hace un contraste entre judíos y gentiles, un punto resulta claro: la misericordia, el amor y la gracia de Dios se derraman sobre los pecadores. Desde antes de la fundación del mundo, el plan de Dios fue salvar a la humanidad y usar otros seres humanos, aun naciones, como instrumentos para cumplir su voluntad divina.


Lee cuidadosamente y con oración el versículo 31. ¿Qué punto importante deberíamos obtener de este texto acerca de nuestro testimonio, no solo a los judíos, sino a todas las personas con quienes entramos en contacto?


Sin duda, a través de los siglos, si la iglesia cristiana hubiera tratado mejor a los judíos, muchos más hubieran venido a su Mesías. La gran apostasía en los primeros siglos después de Cristo y la extrema paganización del cristianismo –incluyendo el rechazo del sábado en favor del domingo– ciertamente hicieron más difícil para un judío el que fuera atraído hacia Jesús.


Es muy vital, entonces, que todos los cristianos, dándose cuenta de la misericordia que se les ha extendido en Jesús, exhiban esa misericordia a otros. No podemos ser cristianos si no hacemos esto (Mat. 18:23-36).


¿Hay alguien a quien necesitas mostrar misericordia, que tal vez no la merezca? ¿Por qué no mostrarle a esta persona esa misericordia, no importa cuán difícil sea hacerlo? ¿No es eso lo que Jesús hizo por nosotros?


Viernes 10 de septiembre


PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Ante el Sanedrín” “De perseguidor a discípulo” “Cartas escritas desde Roma” y , Los hechos de los apóstoles, pp. 65-67; 93-95; 392-396; “Para alcanzar a los católicos” , El evangelismo, pp. 573-576 y “Qué predicar y qué no predicar” , Mensajes selectos, t. 1, pp. 182, 183


“A pesar del fracaso de Israel como nación, había entre ellos un remanente que se salvaría. En el tiempo del advenimiento del Salvador, había hombres y mujeres fieles que habían recibido con alegría el mensaje de Juan el Bautista, y habían sido inducidos a estudiar de nuevo las profecías concernientes al Mesías. Cuando se fundó la iglesia cristiana primitiva, estaba compuesta de estos fieles judíos que reconocieron a Jesús de Nazaret como Aquel cuyo advenimiento habían anhelado” (HAp 310, 311).


“Entre los judíos hay algunos que, como Saulo de Tarso, son poderosos en las Escrituras, y estos proclamarán con poder la inmutabilidad de la ley del Señor. [...] Cuando sus siervos trabajen con fe por los que por mucho tiempo han sido descuidados y despreciados, su salvación se manifestará” (HAp 314).


“Cuando las escrituras del Antiguo Testamento se combinen con las del Nuevo para explicar el eterno propósito de Jehová, para muchos judíos eso será como la aurora de una nueva creación, la resurrección del alma. Cuando vean al Cristo de la dispensación evangélica delineado en las páginas de las escrituras del Antiguo Testamento, y perciban cuán claramente explica el Nuevo Testamento al Antiguo, se despertarán sus facultades adormecidas y reconocerán a Cristo como el Salvador del mundo. Muchos recibirán por la fe a Cristo como su Redentor” (HAp 314).


PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. En los últimos días, cuando la ley de Dios y, especialmente, el sábado lleguen a estar en un lugar destacado, ¿no es razonable pensar que los judíos –muchos de los cuales toman con tanta seriedad los Diez Mandamientos como los adventistas– ayudarán a clarificar estos temas ante el mundo? Después de todo, en cuanto a la observancia del sábado, los adventistas son relativamente nuevos en la historia. Analiza.


2. ¿Por qué, de todas las iglesias, la Iglesia Adventista es la de mayor éxito en alcanzar a los judíos? ¿Qué puedes hacer tú o tu iglesia local para procurar alcanzar a los judíos en tu comunidad?


3. ¿Qué podemos aprender de los errores de muchos en el antiguo Israel? ¿Cómo podemos evitar hacer las mismas cosas hoy?