martes, 22 de junio de 2010

Lección 13 Para el 26 de junio de 2010: Apoyo social: el vínculo que une


Sábado 19 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Génesis 1:27; Juan 1:1-3; Romanos 14:7; 1 Corintios 12:14-26; 1 Corintios 13; Gálatas 6:2; Efesios 4:1-16.

PARA MEMORIZAR:
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34, 35).

NO SER AMADO, ESTAR SOLO Y AISLADO aumenta las conductas de riesgo. En tales personas, las enfermedades y las muertes prematuras por todas las causas aumenta del 200 al 500 por ciento o más. Además, el aislamiento nos priva del gozo que viene de relaciones satisfactorias. Un estudio realizado con 170 mujeres embarazadas que recibían cuidados previos al parto en un hospital militar mostró que las mujeres sin apoyo emocional y psicológico tuvieron tres veces más complicaciones que las que tenían un apoyo adecuado.

Sentirse aislado puede llevar a enfermedades y sufrimiento. Recibir amor y sentirse parte de una comunidad es sanador y favorece la salud. Es que fuimos hechos para vivir en compañerismo mutuo.

Esta semana será la última en nuestro estudio sobre la salud y la temperancia. Trataremos el tema de las relaciones interpersonales y cómo impactan en nuestro bienestar físico.

UN VISTAZO A LA SEMANA:
Amarse unos a otros es la característica distintiva de los discípulos de Cristo. El amor bendice al receptor y también al dador.

Domingo 20 de junio: LA IMAGEN ORIGINAL

Como seres humanos, estamos tan inmersos en el pecado que a menudo podemos olvidar cuán malo es y cuánto nos afecta. Nos cuesta ver cuánto hemos caído, porque hemos estado abajo por tanto tiempo.

Lee Génesis 1:27. El saber que Jesús mismo es Dios, ¿cómo nos ayuda a comprender lo que significa haber sido hechos a la imagen de Dios? ¿De qué manera conocer acerca de Jesús nos ayuda a comprender la clase de caracteres que tuvieron nuestros primeros padres al ser creados?

La Biblia es clara: fuimos creados a imagen de Dios. También es claro que Jesús es Dios (ver Juan 1:1-3). En el principio, los seres humanos reflejaban algo del carácter moral de Jesús, el Jesús que nos ama tanto que tomó nuestra humanidad para salvarnos. El Jesús que estuvo dispuesto a lavar los pies aun al traidor. El Jesús que, mientras moría en la cruz, consoló al ladrón moribundo. El Jesús que clamó: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Así eran los seres humanos, hasta cierto punto, antes de que entrara el pecado.

El amor abnegado y la preocupación por los demás que marcó la vida de Jesús tuvieron que haber reflejado cómo fueron Adán y Eva antes de la caída, creados “a la imagen de Dios”.

Por eso, la idea de ser como Jesús significa ser re-hechos a la imagen de cómo fuimos creados originalmente. Al mirar a Jesús y ver cómo vivió, cómo trató a las personas y cómo amó a sus enemigos, percibimos claramente que en el centro de su carácter estaba el amor abnegado por otros. Los seres humanos, entonces, originalmente fuimos hechos para amarnos y preocuparnos por los que nos rodean. Esto ciertamente es parte de lo que significa haber sido hechos a imagen de Dios.

Sí, fuimos hechos para amar y ser amados, y esto no puede hacerse en el vacío. Necesitamos personas a quienes amar, y que necesiten ser amadas. A esto se refiere la comunidad y la familia.

Medita en lo que significa haber sido hechos a imagen de Dios, y que Jesús es Dios. ¿De qué modo esto nos ayuda a comprender cuánto hemos caído y cuánto necesitamos un Salvador? Más aún, ¿cómo te ayuda esto a comprender por qué necesitamos tratar bien a las personas?

Lunes 21 de junio: LAS PERSONAS : SERES SOCIALES

Las personas somos seres sociales. Después de que Adán fue creado, Dios le proveyó una compañera. Dijo: “No es bueno que el hombre esté solo” (Gén. 2:18). Nos necesitamos unos a otros.

Por esto, debemos comprender un punto vital con respecto a esta realidad.

Lee Romanos 14:7. ¿Qué principio importante ves aquí? ¿De qué modo has experimentado la poderosa realidad de esta verdad?

Influimos sobre otros, en especial sobre nuestra familia. El cuidado responsable de nuestra salud trae bendiciones no solo sobre nosotros sino también sobre aquellos con quienes compartimos nuestras vidas.

¿Qué nos enseñan estos textos acerca de cómo las relaciones sociales fueron creadas con el fin de ser una bendición para nosotros? Gén. 2:18; Ecl. 4:9-12; 1 Cor. 12:14-26; Gál. 6:2.

Las buenas relaciones influyen positivamente sobre nuestras vidas y las de los demás, y deberíamos aprender a dar y recibir con alegría. Es incorrecto decir: “Es mi cuerpo, y solo yo debo ocuparme de él”. La sociedad paga, directa o indirectamente, por las malas elecciones de salud que hacen las personas. La vida humana es de máximo valor y merece ser conservada. En muchos lugares no se aprecia el valor de la vida. Para los cristianos, cada persona es valiosa. Es importante invertir no solo en tu propia salud, sino también en la de otros.

Un médico estudió la importancia del apoyo social en relación con las enfermedades y la tasa de mortalidad. Los estrechos lazos sociales, culturales y tradicionales de la cultura japonesa dieron resultados ejemplares de salud: cuanto mejores son los vínculos, mejor es la salud. Además, se vio que el aislamiento social resulta en una mala salud y en una mayor tasa de mortalidad. Las relaciones sociales significativas influyen positivamente sobre la conducta física, mental y emocional.

¿De qué modo te beneficias con una red social? ¿Cómo puedes ayudar a otros en esto? ¿Tiendes a tomar más de la red o a dar más? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti mismo?

Martes 22 de junio: UNIDAD EN LA REDENCIÓN

Toda la humanidad está relacionada a través de nuestros antepasados en común (Hech. 17:26). También estamos relacionados por el amor que Dios tiene por cada uno. Todos pueden ser redimidos por la sangre de Cristo, porque Dios no quiere que ninguno se pierda (2 Ped. 3:9).

La Biblia es clara: por medio de la redención en Jesús, todas las barreras deben ser eliminadas, porque somos iguales ante el Señor: pecadores que necesitan la gracia de Dios.

¿De qué modo describe Pablo a los que han sido redimidos por Jesús? Efe. 4:1-16. Entonces, ¿cómo debemos relacionarnos los unos con los otros?

Nadie odia su propio cuerpo (Efe. 5:29, 30). Todas las partes del cuerpo interactúan para funcionar con efectividad. Si una parte sufre, todas las funciones quedan afectadas. Cuanto más cercanos estemos a los demás, más sentiremos el impacto de sus problemas.

Interactuar socialmente y ayudar a otros mejora nuestra salud. Un estudio hecho sobre 276 voluntarios expuestos al virus del resfriado común mostró que los que tuvieron menos relaciones interpersonales tuvieron cuatro veces más riesgo de desarrollar el resfrío que los que informaron más relaciones interpersonales. Estas diferencias fueron independientes de factores tales como la inmunidad, el fumar, el hacer ejercicio, el sueño, el consumo de alcohol, etc. Se mostró que la diversidad de relaciones es más importante que el número total de personas con las que los individuos interactuaron. El apoyo mutuo y la diversidad de relaciones interpersonales aumentaron la resistencia a la infección.

Todo esto señala lo que vimos este trimestre: nuestra salud emocional, mental y espiritual tiene un impacto poderoso sobre nuestra salud física. Las relaciones interpersonales que compartimos con otros son básicas para nuestra salud emocional y espiritual.

Claro, hay ocasiones en las que queremos estar solos, pero eso no es contrario a ser parte de una comunidad mayor que puede actuar como grupo de apoyo, especialmente en tiempos de necesidad.

¿Cómo puedes involucrarte mejor en la vida de la comunidad de tu iglesia? ¿Cuánta muerte al yo será necesaria para esto? ¿Qué dones tienes que pueden beneficiar a otros?

Miércoles 23 de junio: APÓYENSE UNOS A OTROS

Reconociendo el notable beneficio del servicio mutuo, podemos entender por qué la señora de White hizo esta declaración en El ministerio médico: “La bondad cristiana y la aplicada consagración deben manifestarse de continuo en la vida” (MM 268). Una persona puede tener todo el conocimiento teológico del mundo, pero si no es bondadosa, amante y se preocupa por otros, ¿qué bien puede hacer ese conocimiento? Esto se parece al tema de Pablo en 1 Corintios 13. Leamos este capítulo de vez en cuando, y entonces preguntémonos si estamos siguiendo lo que dice allí.

¿Qué enseñan los siguientes versículos acerca de cómo debemos relacionarnos unos con otros?: Juan 13:35 / Rom. 15:7 / Efe. 4:32 / Col. 3:13 / 1 Tes. 4:18 / Sant. 5:16 / 1 Ped. 3:8 / 1 Ped. 4:9 / 1 Juan 1:7

Los cristianos debemos seguir el ejemplo de Jesús en amar a las personas a pesar de sus debilidades. Jesús amó a sus discípulos a pesar de sus muchas fallas. Era amante e incluía a todos, aun cuando lo rechazaron y lo traicionaron. Hoy se nos llama a hacer lo mismo. Esto solamente puede suceder si Cristo actúa en nuestras vidas, y únicamente puede hacerlo cuando nos rendimos a él y se lo permitimos. Al captar cuánta gracia y misericordia nos ha extendido Dios, podemos comenzar a hacer lo mismo con otros. Amar a los que nos aman y a los bondadosos es bastante fácil, pero cuando se nos pide que amemos a aquellos con quienes nos cuesta relacionarnos, los que nos tratan injusta y detestablemente, entonces se requiere que la gracia de Dios actúe en nosotros.

¿Cuánto amas a quienes no es fácil amar? ¿Qué puedes hacer para mejorar en esta área? ¿Cómo trataría Jesús a esa persona? Ve y haz lo mismo.

Jueves 24 de junio: SÍRVAVANSE UNOS A OTROS

La vida de Jesús sobre la Tierra fue una vida de servicio. Desde los primeros días de su ministerio hasta el fin, sirvió a la humanidad. De hecho, la Biblia dice que él todavía nos está sirviendo (Heb. 2:17, 18).

Todos fuimos creados con dones espirituales específicos para el servicio. ¿Cuáles son los diversos dones espirituales que se encuentran en los siguientes textos?: Rom. 12:4-8 / 1 Cor. 12:1-5 / Efe. 4:8-11

Sí, los seres humanos fuimos hechos para amar a otros, como Jesús amó. Y, cuando hacemos esto, no solo beneficiamos a otros, sino también a nosotros mismos.

Piensa en cuán bien te sientes cuando ayudas a otros, cuando abnegadamente das de ti mismo sin intención de que te lo devuelvan. Dentro de ti hay un sentido de bienestar; obtenemos una satisfacción que, realmente, nada puede igualar. Y eso es porque, al dar de nosotros mismos, estamos haciendo lo que fuimos creados para hacer.

Como hemos visto, una perspectiva mental positiva de la vida puede tener un impacto positivo sobre nuestro físico. Nuestro cuerpo reacciona mejor cuando nos sentimos positivos, realizados y felices. No es extraño que los estudios científicos muestren los beneficios médicos positivos que aparecen cuando hacemos bien a otros. Por eso, cuando ayudamos a otros, nos sentimos mejor y, cuando nos sentimos mejor, nuestro ser físico mejora. ¡Qué combinación perfecta!

“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros” (Gál. 5:13). ¿Qué significa servirnos unos a otros por amor? ¿Cómo puedes aplicar esto en forma práctica en tu propia vida? Piensa en alguien a quien puedas “servir por amor”, y hazlo, aun si requiere negarte a ti mismo. Después de todo, no hay dudas: Alguien allí afuera te necesita.

Viernes 25 de junio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee, en Patriarcas y profetas, “La creación”, páginas 24 a 33; en Consejos sobre la salud, “Pureza social”, páginas 569 a 573; en El ministerio de curación, “Salvados para servir”, páginas 64 a 74, y “Desarrollo y servicio”, páginas 397 a 402.

“Muchos estimarían como gran privilegio el visitar las regiones en que se desarrolló la vida terrenal de Cristo, andar por donde él anduvo, contemplar el lago junto a cuya orilla le gustaba enseñar, y las colinas y los valles en que se posaron tantas veces sus miradas. Pero no necesitamos ir a Nazaret, ni a Capernaum ni a Betania, para andar en las pisadas de Jesús. Veremos sus huellas junto al lecho del enfermo, en las chozas de los pobres, en las calles atestadas de las grandes ciudades, y doquiera haya corazones necesitados de consuelo.

“Hemos de dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, consolar a los que sufren y a los afligidos. Hemos de auxiliar a los de ánimo decaído, y dar esperanza a los desesperados.

“El amor de Cristo, manifestado en un ministerio de abnegación, será más eficaz para reformar al malhechor que la espada o los tribunales. Estos son necesarios para infundir terror al criminal; pero el ministerio amante puede hacer mucho más. A menudo el corazón que se endurece bajo la reprensión es ablandado por el amor de Cristo” (MC 73).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Medita en que, como seres hechos a la imagen de Dios, Adán y Eva fueron algo similares a Cristo, aun cuando tenían mucho que aprender. ¿De qué modo esto nos ayuda a comprender nuestra necesidad de un Salvador? (Después de todo, podemos compararnos con Jesús y ver cuánto hemos caído.)

2. Analiza con la clase si podría mejorarse el compañerismo en tu iglesia. ¿Qué puedes hacer tú, personalmente, o la clase en conjunto, para mejorar el nivel de compañerismo y para fortalecer las relaciones interpersonales dentro de tu iglesia? ¿Cómo trata tu iglesia a los que tienen necesidades especiales, tales como los inválidos?

3. En la clase, hablen acerca de la felicidad que viene de servir a otros. ¿Qué cosas nos retienen de hacer esto más a menudo? ¿Cómo podemos, con el poder de Cristo, luchar contra el egoísmo inherente en nosotros que nos mantiene enfocados en nosotros mismos y en nuestras propias necesidades en vez de las necesidades de otros? ¿Cuál es tu experiencia con el egoísmo? Es decir, ¿cómo has visto en tu vida cuán totalmente insatisfactoria y vacía puede ser la existencia cuando vivimos en forma egoísta?

viernes, 18 de junio de 2010

VIGENCIA DE LEVÍTICO 11 EN UNA ECONOMÍA DE LA GRACIA

Introducción

Levítico 11 ha sido motivo de interés no solamente para los adventistas, sino también para todo exégeta veterotestamentario interesado en las leyes y regulaciones judías. Aun los estudiosos de la fauna del Medio Oriente han encontrado este capítulo de cierta utilidad. Para el hombre moderno, Levítico parece ser un pasaje que pertenece al mundo de la superstición y del tabú, al mundo primitivo de la ignorancia humana.

Es conveniente analizar el contenido del capítulo 11 para descubrir su significado, y el lugar que ocupa en el pensamiento del AT: ¿Qué origen tiene la distinción entre animales puros e impuros, y cuál es el propósito de dicha distinción?


Observaciones generales

Si damos un vistazo general a Levítico 11 notaremos inmediatamente varias observaciones:

1. El capítulo está formado por seis secciones principales. Cada sección se inicia usando las palabras “estos”, “esta” (vers. 2, 9, 13, 24, 29, 46).

2. Los animales están agrupados de acuerdo al área en que habitan. Así, se mencionan primero las criaturas que habitan sobre la tierra (2-8), luego las que habitan en el agua (9-12) y, finalmente, las criaturas del aire, las que vuelan (13-23).

3. La distinción entre animales puros e impuros se define de forma sencilla: los animales terrestres limpios tienen pezuña partida y rumian; los peces limpios tienen aletas y escamas; y las aves limpias se caracterizan por no ser animales de rapiña. En el caso de los insectos, aquellos que tienen patas para saltar se pueden comer (20-22).

4. El capítulo establece que la capacidad contaminante de los animales impuros no se limita únicamente al acto de comer su carne. La persona puede contaminarse al tocar sus cuerpos muertos (24). Un animal limpio que muere también se convierte, si se toca, en instrumento de impureza, contaminando al individuo (39), indicando que la muerte, independientemente del tipo de animal, es fuente de impureza.

5. La identificación de algunos animales mencionados en este capítulo es imposible por el momento. Algunas versiones bíblicas han preferido transliterar ciertos términos hebreos, en lugar de adivinar sus significados. Así, por ejemplo, hargol y hagab, que probablemente designan etapas en el desarrollo de la langosta, o a grupos distintos de langostas. Es de imaginar que para los hebreos de aquella época la identificación no era un problema.

Estas breves observaciones indican que Levítico 11 tiene un carácter didáctico. La forma sencilla y estructurada del capítulo tenía el propósito de facilitar al israelita el aprendizaje de su contenido. En este proceso fue muy útil acompañar el principio de distinción con ejemplos específicos que ilustraban el principio expuesto. Por eso, las clasificaciones de animales en grupos de puros e impuros no tienen un carácter científico. Los criterios para identificar a los animales son de tipo pragmático, determinados básicamente por lo que cualquier persona podía observar en la fauna. Por ejemplo, el animal terrestre ha de rumiar y tener la pezuña partida.


Teorías sobre el origen y significado de la ley de Levítico 11

Aunque Levítico 11 se distingue por su sencillez, no les resultó fácil a los eruditos descubrir su origen y el significado de la distinción entre animales puros e impuros. En un esfuerzo por comprender mejor esas leyes surgieron varias teorías. Éstas son algunas de ellas:


1. LA INTERPRETACIÓN ÉTICA

Ésta es, probablemente, la más antigua. Entre los primeros exponentes de esta posición se encuentra el historiador judíos Aristeas, del siglo I AC. En un documento conocido como “La Carta de Aristeas”, el autor establece que la ley de los animales puros e impuros tiene el propósito de enseñarle al israelita los principios de moral y de justicia. Así, por ejemplo, se prohíbe comer animales de presa, para que éste no convierta a otros hombres en sus presas. Esa misma idea es desarrollada por Filón de Alejandría (20 AC-40 DC), al decir que los judíos no comen animales con malos instintos para no desarrollar esos mismos instintos. El propósito de la ley es, por lo tanto, refinar al ser humano en su conducta, instruyéndolo en el autocontrol, que es el primer paso en la búsqueda de santidad. Esta interpretación no se interesa en definir el origen de la ley. Su interés se centra en definir su función.

Jacob Milgrom, erudito judío, dio hace algunos años un nuevo enfoque a la interpretación ética. Según él, el propósito de las leyes de salud de promover la santidad debe ser entendido en términos éticos, pues imitar la santidad de Dios es practicar la ética asociada con su naturaleza. Ese llamado a la santidad se enfatiza en forma especial en las leyes alimentarias. Esto indicaría que a través de esas leyes se logra una elevada ética de la vida. El principio ética fundamental que la ley trata de inculcar es el de la inviolabilidad de la vida. Así, el propósito de esta ley era enseñar reverencia hacia la vida, mediante el acceso restringido a la carne animal como alimento, y absteniéndose de su sangre (vida).

En cierta forma, los límites impuestos por la ley para el consumo de carne animal podrían interpretarse como expresando, en cierta medida, respeto por la vida. El problema derivado de esta interpretación se puede resumir en dos preguntas: ¿por qué debe respetarse una forma de vida y otra no? y ¿por qué respetar más la vida de los animales que no respetan la de otros? Si la intención de la ley era enseñar al israelita a respetar la vida, resulta un tanto incongruente tratar de hacerlo autorizando que se maten animales, aunque sea de forma limitada.

Aún cuando pueda existir en las leyes de animales puros e impuros un interés ético, no parece ser ese interés el que determina el propósito fundamental de la distinción, pues permite acabar, para comer, con la vida de ciertos animales.


2. LA INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA

De acuerdo con ella, cada animal simboliza una virtud. El cerdo es considerado símbolo de la suciedad del pecado. La oveja, por otro lado, es limpia porque recuerda al israelita que Dios es su pastor. Pero el problema es que para esta interpretación no existen controles hermenéuticos. Este enfoque es más bien de carácter homilético, pero nunca exegético.


3. LA INTERPRETACIÓN DE MOVIMIENTO Y SANTIDAD

La antropóloga Mary Douglas propuso, en la década de los setenta del siglo pasado, una teoría novedosa para explicar la distinción entre animales puros e impuros, que ha sido aceptada por no pocos exégetas del AT (entre ellos Wenham y Porter). En esta interpretación, Douglas no solamente intenta explicar la función de esta ley, sino también su origen. Según ella, la única razón que da Levítico 11 para esta distinción es la santidad. Esa santidad significa no solamente “separar algo” para su uso especial, sino “estar sin mezcla”, ser puro. Esa pureza se refleja en la perfección física que se requiere para todo lo que se lleva al templo, pero también se extiende al mundo social y, por consiguiente, a los animales. De ahí que lo híbrido sea negativo y, por lo tanto, impuro. ¿Cómo descubrir, entonces, el grado de mezcla o de pureza en los animales? Douglas sostiene que, para los hebreos, el mundo animal está dividido en tres esferas. Hay animales que vuelan, y para ello tienen dos alas para volar y dos patas para caminar. Hay animales que caminan sobre la tierra, y para ello tienen la pezuña partida. Finalmente están los animales que nadan, y para ello tienen aletas y escamas. Estos animales son puros, porque se conforman a la forma de movimiento de su especie. Cualquier criatura que se desvía de las características de movimiento de su especie es inmundo, y carece de santidad.

Pero esta teoría comporta algunos problemas. Sólo mencionaré uno de ellos: no explica por qué la oveja, el buey y la cabra, que tienen pezuñas partidas son animales limpios, mientras que el cerdo, que también tiene patas con pezuña partida, es impuro. El cerdo no se ha desviado de las características de movimiento de su grupo, y de acuerdo con esta teoría no debería ser impuro. Parece ser ésta una grave inconsistencia.


4. LA INTERPRETACIÓN CARNÍVORA

Para esta teoría, los impuros son animales carnívoros. Ellos comen carne con sangre. En muchos casos esto es cierto, sobre todo cuando hablamos de las aves. Sin embargo, con ella no se pueden explicar todas las distinciones. Por ejemplo, hay animales impuros que no son carnívoros. ¿Por qué deben considerarse comestibles las langostas, pero no los otros insectos que no se alimentan de carne? Además, no todos los peces que tienen aletas y escamas comen vegetales o plancton. Éstas son algunas cuestiones que esta teoría no puede explicar.


5. LA INTERPRETACIÓN IDOLÁTRICA

De acuerdo con esta teoría, los animales impuros de Israel eran los usados para sus sacrificios por los pueblos paganos de su entorno. A veces, eran también usados en relación con procesos de magia.

Efectivamente, sabemos que la mayoría de los animales declarados como impuros por Levítico 11 eran usados para sus cultos y sacrificios por los paganos del entorno de Israel. Pero no podemos olvidar que muchos de los animales declarados puros por esta ley también eran usados como sacrificios a las deidades paganas. Tampoco sirve la explicación de que no tiene que ver con los sacrificios paganos, sino con la divinización pagana de algunos animales, pues hay animales declarados puros por Levítico 11 y que representan deidades en las religiones paganas.


6. LA INTERPRETACIÓN DEMONÍACA

Se ha sugerido que los animales impuros fueron considerados como tales por los israelitas porque entre los paganos esos animales estaban asociados son el mundo de los demonios, de las deidades de los mundos infernales, es decir, con el mundo de la muerte y del caos. El representante más destacado de esta teoría es Walter Kornefeld.

Todo parece indicar que, efectivamente, todos los animales impuros están relacionados directa o indirectamente con esas ideas. Algunos de ellos no están vinculados con los demonios de forma clara, como el camello, pero están asociados con aspectos demoníacos, como el desierto y las ruinas. De acuerdo con esta teoría, los animales impuros fueron rechazados como alimento por su asociación con las fuerzas de la muerte.

Esta interpretación, no obstante, tiende a pasar por alto el hecho de que algunos animales impuros son asociados, entre los paganos, con fuerzas benéficas. El león, por ejemplo, era un símbolo del poder de la fuerza divina sobre el mal. En Egipto, los faraones eran representados muchas veces como leones. Por otro lado, aun ciertos animales puros, como el toro, se usaban para ilustrar el poder atribuido a los demonios. Estos son argumentos que esta teoría no es capaz de rebatir. Sin embargo, ha de reconocerse que, en términos generales, los animales impuros parecen estar asociados a símbolos de muerte y de fuerzas demoníacas (reveladora es la imagen de Jesús expulsando a los demonios del Gadareno, y éstos entrando en una piara de cerdos…).


7. LA INTERPRETACIÓN HIGIÉNICA O DE LA SALUD

Esta teoría considera la ley de los animales puros e impuros como una ley de salud. Su intención era definir o identificar cuáles eran los animales que se podían comer sin que la salud del individuo se viera afectada. Aquellos animales con problemas higiénicos y que podían contagiar al ser humano sus enfermedades eran considerados impuros. Esta interpretación se remonta al escritor judío Moses Ben Maimón (1135-1204 DC), más conocido como Maimónides. Hay también un buen número de exégetas modernos que se adhieren a ella (entre ellos, Albright, Clements, o Knigth)

Esta interpretación ha sido severamente criticada por algunos especialistas (sobre todo por Gordon Wenham). Y es que, efectivamente, hay animales puros cuya carne es extremadamente grasa (como el cordero, por ejemplo) y pueden contribuir a enfermar al organismo. Esto no ocurre si la ingesta es moderada, pero lo mismo se puede decir con carnes como la del cerdo ibérico, por ejemplo. Además, los recientes casos de contagio de la encefalopatía espongiforme (comúnmente llamada la enfermedad de las vacas locas), o los habituales contagios de la gripe aviar por parte de aves migratorias a aves de granja, y de éstas a seres humanos, desmienten esta postura. Por último, esta teoría supondría que Dios creó a los animales con unas características morfológicas determinadas para que los seres humanos supieran qué debían comer y qué no, por lo que en el propio acto de la creación Dios habría tenido en cuenta una economía del pecado. No puede haber muerte en un mundo libre de pecado, por lo que pensar que Dios creó a los animales de forma que el hombre pudiese distinguir los que era sano matar para comer y los que no significaría que Dios creó pensando ya en el pecado de los seres humanos, y la consiguiente aparición de la muerte. Este extremo me parece, como mínimo, indefendible, si hacemos caso al texto genésico que dice que Dios creó todo por bondad y todo era bueno en gran manera.


8. LA INTERPRETACIÓN DEL SACRIFICIO

Según esta teoría, a la que personalmente me adhiero, el origen de la distinción entre animales puros e impuros está en la economía de sacrificios de Israel. Esta teoría no responde a una supuesta funcionalidad de las carnes puras (más sanas o menos sanas), pues eso nos llevaría a un cierto determinismo de la economía del pecado en el propio acto creador de Dios.

El libro de Levítico deja claro que sólo lo puro (definido como tal por la única discrecionalidad de Dios) puede ser destinado al sacrificio. Esta relación entre la santidad de Dios, el animal puro y el sacrificio de dicho animal apunta hacia el origen de la distinción entre animales puros e impuros. Y nos aleja de la funcionalidad en términos de salud, que nos sumerge en el callejón sin salida del determinismo de la economía del pecado en el acto creador de Dios, ya que Dios lo crea todo por bondad, y bueno en gran manera, y una vez que el ser humano entra en la economía del pecado Dios decide qué servirá para sacrificios y qué no, tomando como base la fácil distinción morfológica.

Es interesante analizar, en este sentido, el primer pasaje bíblico en el que se menciona la distinción que nos ocupa. Se trata de Génesis 7: 2 y 3. Antes de que viniera el diluvio, Dios pide a Noé: “De todo animal (behemah) limpio toma siete parejas; pero de los animales que no son limpios, una pareja, para conservar viva la especie sobre la faz de la tierra”. Consideremos algunas observaciones:

1. Lo primero que debemos notar es que los criterios de distinción entre animales puros e impuros no se le explican a Noé. Esto parece indicar que Noé estaba ya acostumbrado a dicha distinción.

2. Además, solamente se mencionan dos tipos de animales. Uno es llamado behemah. Con este término se designa a los animales cuadrúpedos en general, o incluso a los cuadrúpedos domésticos. El segundo tipo de animal es llamado ‘of. Con este término se designa a los pájaros. Y aquí surge la primera pista.

3. Evidentemente, en el arca entraron muchos animales que no eran ni cuadrúpedos ni pájaros. De acuerdo con Génesis 6: 19-20, entró todo tipo de animales, aves, y reptiles. Sin embargo, al hacerse referencia al concepto de animal limpio y no limpio, sólo se mencionan dos tipos de animales: cuadrúpedos y aves.

4. Está bastante claro que la distinción de Génesis 7: 2 y 3 no está determinada por la preocupación de lo que se puede o no se puede comer. De hecho, la narración de la experiencia de Noé con relación a los animales que entrarían en el arca presupone que los animales no formaban parte de la dieta: Noé recibe el permiso de comer carne animal únicamente después del diluvio (Gn. 9: 2 y 3). Al crear a los seres humanos, Dios previó para su alimentación frutos y semillas (Gn. 1: 29), que parecen tener en común el principio de preservación de la vida a la hora de comer. Además, Génesis 6: 21 sugiere que Noé era vegetariano.

La lectura de estos pasajes levanta, por tanto, dos importantes preguntas:

1. ¿Por qué se limita la distinción entre animales puros e impuros únicamente a dos tipos de animales?

2. Si la distinción no parece estar determinada por razones de alimentación, ¿cuál es su propósito?

Ambas preguntas son contestadas en Génesis 8: 20: “Y edificó Noé un altar a Dios, y tomó de todo animal (behamah) limpio y de toda ave (‘of) limpia, y ofreció sacrificio en el altar”. La distinción entre animal puro e impuro tiene el propósito de identificar a los animales que pueden ser ofrecidos como sacrificio, y no el de determinar cuáles se pueden comer y cuáles no. Y la distinción se limita a dos tipos (cuadrúpedos y aves) porque eran los que se usaban para sacrificios. A Dios nunca se le sacrificaban insectos o peces. Tampoco reptiles. Solamente se le ofrecían cuadrúpedos y aves. Así que la distinción tiene que ver, en su origen, con qué animales se debía llevar al altar del sacrificio, y no con los que eran aptos para el consumo.

El libro de Levítico hereda, en un principio, este propósito de la distinción: qué animales son aptos para el sacrificio, y cuáles no. Es más, incluso no todos los animales puros sirven para el sacrificio. Éstos, además, deben ser perfectos (tamim). Son numerosos los pasajes que se dedican a determinar qué animales puros no son perfectos y, por lo tanto, no son aptos para el sacrificio: Animales ciegos, perniquebrados, mutilados, verrugosos, sarnosos o rosoños (22:22). Tampoco los deformes (22:23), ni con testículos heridos (22:24). Esto demuestra la preocupación de Levítico por la idoneidad del animal que va a ser sacrificado.

Es lógico pensar que, en una economía del sacrificio y el holocausto, Dios aproveche la distinción entre animales puros e impuros para dictar las normas alimentarias. Es como decir: “Lo que es apto para mí, tu Dios (animales puros), lo es también para ti para comer. La santidad sacrificial será tu forma de distinguir las carnes. Los animales que te sirvan para comer te recordarán los animales que sirven para sacrificar”. Israel adoptará para comer las carnes que Dios acepta como sacrificio.


Conclusiones

En una economía de la gracia, que se aleja años luz de la economía del sacrificio, esta distinción comienza a ser precaria. Si ya no hacen falta los sacrificios, porque Jesús viene a mostrarnos cuál es el verdadero carácter de Dios, y lo que a Dios realmente le agrada (no sacrificios de animales, sino la vida vivida a favor de los demás hasta sus últimas consecuencias), tiene mucho menos sentido la distinción entre animales que se pueden comer y animales que no, pues conecta íntimamente con la de los animales que sirven para el sacrificio ritual.

No se niega la utilidad de Levítico 11 como base alimentaria en lo que respecta al consumo de carne. Es generalmente aceptado que las carnes de animales puros suelen ser más saludables, en la mayoría de los casos, que las de los impuros. Pero no en todos, por lo que si la regla de la salud no funciona como criterio de forma coherente en todos los casos, siendo un prescripción dictada por un Dios que debería conocernos a la perfección, pues es nuestro creador, es que no debe ser ésa la razón de dicha norma.

Por otra parte, el hecho de que dicha diferenciación, no aplicada al sacrificio ritual sino como base alimentaria, aparezca en un libro del que rescatamos tan apenas este capítulo, no dice mucho de nuestro criterio de selección. Hay decenas de normas higiénicas en Levítico que no hemos rescatado para nuestros días, pues los cristianos entendemos que pertenecen al orden ceremonial, y que no tienen vigencia para nosotros. Si el origen pre-levítico de esta norma se encuentra en la distinción de animales para el sacrificio ritual, y el resto de Levítico lo calificamos de ley ceremonial, ¿qué sentido tiene conceder casi rango de ley moral a la distinción alimentaria entre animales puros e impuros?

Por ello, es fácil colegir que no debería ser signo de discipulado, en una iglesia cristiana, la aplicación en la vida personal de las normas alimentarias de Levítico 11, aunque se puedan recomendar como base de una forma de nutrición que opte por el omnivorismo. Sin embargo, está mucho más pegada al principio bíblico de la preservación de la vida la recomendación de una forma de alimentación basada en vegetales, huevos y leche. Y, de todas formas, ni mucho menos debería ser, tampoco esta forma de alimentarse, signo de discipulado cristiano. Mejor seguir el consejo del apóstol Pablo: "Pues si coméis, o si bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1ª Cor 10:31).

lunes, 14 de junio de 2010

Lección 12 Para el 19 de junio de 2010: La nutrición en la Biblia


Sábado 12 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Génesis 1:26-30; 7:1, 2; 8:20; Levítico 11; Deuteronomio 14; Proverbios 23:19-21; Hechos 10:1-28; Romanos 14:17; 1 Timoteo 4:1-5.

PARA MEMORIZAR:
“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Cor. 10:31).

UN ESCRITOR HABLABA CONTRA LA CREENCIA en Dios, en lo sobrenatural o en cualquier realidad espiritual. Creía solamente en el mundo material y las cosas materiales.
–El hombre –decía– es lo que come. Punto.

Por extrema que sea su posición, tiene algo de cierto. Aunque somos más que lo que comemos, lo que comemos nos ayuda a ser lo que somos. Nuestra sangre, nuestros huesos, nuestra grasa y nuestros tejidos son alimentados por la comida que le damos a nuestro cuerpo. Sabemos que si dejamos de comer moriremos. También sabemos que nuestros alimentos influyen en nuestro bienestar físico de muchos modos. Cualquiera que alguna vez comió de más, o las cosas incorrectas y enfermó, sabe qué impacto produce la comida sobre lo físico y también sobre la mente. La dieta puede impactar en nuestros pensamientos, lo que no debe sorprendernos, porque nuestro cerebro es básico para el pensamiento, y el cerebro es afectado por los alimentos que le damos.

Esta semana consideraremos la dieta, ese importante componente de un estilo de vida saludable.

UN VISTAZO A LA SEMANA: Una buena dieta es un factor muy importante para vivir en forma saludable.

Domingo 13 de junio: LA DIETA ORIGINAL

Lee Génesis 1:26 al 30. ¿Qué nos enseña acerca de la dieta original? ¿Qué puede significar el hecho de que la humanidad y los animales tuvieran una dieta similar?

Dios plantó un huerto lleno de frutas y nueces para la nutrición de nuestros primeros padres. Solo podemos especular cuán diferentes habrán sido esos frutos de los que disponemos hoy, y suponemos que había muchos muy sabrosos, coloridos y de gran variedad en la gran provisión que hizo Dios. Estaba allí el árbol de la vida, que producía doce cosechas al año. Las hojas eran para la sanidad de la gente, y para prevenir las enfermedades y las dolencias. En Apocalipsis 22:2 y 3, Juan describe el árbol. La descripción de la vida en el Edén es tan escueta que muchas preguntas quedan sin respuesta; pero Adán y Eva gozaban de la fruta de ese árbol en el Huerto.

La investigación científica confirma que una dieta vegetariana es más sana que una dieta con carne y grasas saturadas. Un estudio dirigido por la Universidad de Loma Linda comparó a los feligreses de la Iglesia Adventista en los Estados Unidos con personas con un estilo de vida similar excepto por dos dietas diferentes. Los que tenían una dieta lacto-ovo-vegetariana (vegetales más huevos y leche) se compararon con los omnívoros, que incluían carnes rojas y blancas en sus dietas. Los vegetarianos tenían menos afecciones al corazón, menos cánceres, menos hipertensión, menos diabetes, menos demencia y menos osteoporosis, lo que conducía a una vida más larga. Los vegetarianos adventistas gozaban de ocho a diez años más al comer granos enteros, frutas, verduras, legumbres y nueces. Comían menos productos de granos refinados, menos azúcar y menos comidas muy preparadas. Estudios realizados en Europa, Australia y Sudamérica confirmaron estos hallazgos, y ya se publicaron más de cuatrocientos informes científicos sobre la salud de los Adventistas del Séptimo Día.

Algunas personas hacen que la dieta sea el centro de su religión, con la idea de que al tener una dieta más estricta la persona es más santa. Sin caer en ese extremo, ¿por qué es importante que vigilemos nuestra dieta y procuremos comer sanamente?

Lunes 14 de junio: LA DIETA POSDILUVIANA

Los cristianos no debemos olvidar el hecho de que el primer pecado de la humanidad se relacionó con el apetito. Adán y Eva no debían comer de cierto árbol (Gén. 2:16, 17), pero comieron de él de todos modos (Gén. 3:6). Esto era pecado, puro y sencillo. Aunque debemos ser cuidadosos de no hacer de la dieta un ídolo, no debemos disminuir su importancia. Necesitamos buscar sabiduría para encontrar el equilibrio correcto acerca de cómo debemos comer y beber.

Lee Génesis 9:3 y 4, y compáralo con Génesis 1:26 al 30. ¿Qué cambios tuvo la dieta humana por causa del Diluvio? ¿Por qué crees que sucedió esto? ¿De qué modo este cambio refleja una mayor desarmonía en la Tierra por causa del pecado?

Solo después del Diluvio, que destruyó tanta vegetación, Dios dio permiso a los hombres para comer animales. Eso fue un cambio grande en la relación del hombre con los animales. Hoy estamos tan acostumbrados a esto que seguramente no nos damos cuenta de qué cambio increíble tuvo que haber sido eso.

Lee Génesis 7:1 y 2 y 8:20. ¿De qué modo aquí se descarta la idea de que la distinción entre carnes limpias e inmundas comenzó con la nación judía?

Estos versículos prueban que la diferencia entre carnes limpias e inmundas no se originó con la economía judía, ya que no había judíos en esa época. Cuando Dios eligió al pueblo judío e hizo un pacto con él, le dio una revelación detallada de la distinción entre carnes limpias e inmundas. Levítico 11 y Deuteronomio 14 proveen una exposición extensa del tema. Aunque en el mundo teológico y médico se debaten las razones de esta distinción, parece claro que es por causa de la salud. Los animales tenidos por inmundos no son los más saludables para poner dentro del cuerpo (como ratas, cerdos, serpientes y buitres). Si Dios quiere que cuidemos nuestro cuerpo, tiene sentido que él nos muestre las cosas que no son buenas para comer.

Martes 15 de junio: LOS ALIMENTOS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Como vimos ayer, la distinción entre alimentos limpios e inmundos no comenzó con el pueblo judío. No obstante, muchos hoy afirman que en los tiempos del Nuevo Testamento se canceló esta distinción, y que ya no importa lo que las personas coman.

Sin embargo, eso no tiene sentido. La dieta desempeña un papel importante en nuestra salud; por eso, sería difícil imaginar por qué el Nuevo Testamento no mostraría ninguna preocupación por la dieta, que es fundamental para vivir en forma saludable.

Lee 1 Timoteo 4:1 al 5. ¿Qué está indicando Pablo? ¿Significa esto que podemos comer alimentos inmundos?

Pablo estaba refiriéndose a herejías futuras que prohibirían a los creyentes participar del alimento y el matrimonio, dados por Dios en la Creación. Los alimentos involucrados son todos alimentos que Dios creó para el consumo humano. Las palabras de Pablo aquí no deben ser tomadas como si los alimentos inmundos hubiesen sido creados por Dios “para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” (1 Tim. 4:3). De otro modo, ¿se debería comer una rata con “acción de gracias”?

En sus cartas a los Romanos y a los Corintios (Rom. 14; 1 Cor. 8:4-13; 10:25-28), Pablo se ocupó de las implicaciones de las prácticas difundidas en el mundo gentil de ofrecer carne a los ídolos. Los primeros cristianos lucharon con la idea de si comer tales alimentos era un acto pagano de adoración. Los fuertes en la fe no creían que lo era, y así comían las cosas apropiadas ofrecidas a los ídolos. Los otros usaban solo vegetales que no eran ofrecidos a los ídolos. Pablo instó a que no se despreciara a los que solo comían verduras o no se juzgara a los que “comían todas las cosas” apropiadas para comer.

¿Por qué no se puede usar Hechos 10 como prueba de que el Nuevo Testamento eliminó la distinción limpio/inmundo de la dieta humana? Ver Hech. 10:28.

¿Cómo te encuentras en este tema de la dieta? ¿Qué mejoras debes hacer en lo que comes, en cómo lo comes o en la cantidad que comes?

Miércoles 16 de junio: UNA DIETA EQUILIBRADA

“Oye, hijo mío, y sé sabio, y endereza tu corazón al camino. No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos” (Prov. 23:19-21). ¿Qué importante principio de salud hay en este texto? ¿Cómo podemos aplicar estos principios en el área de nuestra salud y de la temperancia?

“Para saber cuáles son los mejores comestibles, tenemos que estudiar el plan original de Dios para la alimentación del hombre. [...] Los cereales, las frutas carnosas, las oleaginosas y las legumbres [...] preparados del modo más sencillo y natural posible son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante” (MC 227, 228).

Si alguien es vegetariano, esto no significa automáticamente que tiene una dieta saludable; o si alguien come un poco de carne limpia no significa automáticamente que está contaminando el templo de su cuerpo. Hay otros factores que también son importantes en una buena dieta.

Uno puede ser vegetariano y, al mismo tiempo, estar consumiendo demasiada grasa, demasiada sal o demasiado azúcar, y esto puede conducir a serios problemas de salud, como diabetes, infartos, apoplejía y cáncer.

O podrías estar consumiendo demasiada comida. También puedes seguir una dieta vegetariana estricta y, no obstante, por comer demasiado, podrías excederte de peso, con consecuencias muy negativas.

En la dieta, como en todas las cosas, la temperancia es importante. Demasiado, aun de una comida buena, puede ser perjudicial para tu salud. La idea es comer una gran variedad de comidas saludables, suficientes para atender todas las demandas de nutrición, y no comer en exceso, agotando el sistema digestivo. Para mantener la salud, la clave es el equilibrio.

Nuestra iglesia no hace del vegetarianismo una prueba de discipulado, y no debe hacerlo. Muchos fieles adventistas eligen no ser vegetarianos. No obstante, ¿cuáles son las ventajas de ser vegetariano, si puedes obtener suficientes alimentos para una dieta apropiada?

Jueves 17 de junio: LA DIETA HOY

Lee Romanos 14:17. ¿Cómo debemos comprender este pasaje en el contexto del tema de la dieta y la salud? ¿Cuáles son algunos extremos que debemos evitar?

Como adventistas, deberíamos estar agradecidos por los consejos que tenemos sobre salud. La mejor ciencia médica afirma los principios básicos de la dieta que defendemos. Elena de White, en su último mensaje en un Congreso de la Asociación General, aconsejó: “No prescribimos un régimen definido, pero decimos que en los países donde abundan las frutas, los cereales y las nueces, la carne no es el alimento adecuado para el pueblo de Dios” (JT 3:359). Es decir, si estamos en condiciones de comer así, debemos procurar hacerlo. No nos hace justos, ni santos, ni nos pone en situación de juzgar a los que no comen así. Pero sí puede hacernos más sanos.

Hoy, los nutricionistas exhiben la pirámide de los alimentos, un diagrama que muestra cuáles son los mejores alimentos y las cantidades que se deben consumir. En la base están los granos integrales: panes, pastas y arroz integral. Se debe comer de seis a once porciones por día. El siguiente nivel incluye frutas y verduras, y se recomiendan de cinco a nueve porciones por día. Luego están los productos lácteos y los huevos, unas dos o tres porciones diarias. Estos últimos son importantes para los vegetarianos, a fin de obtener suficiente vitamina B12 en la dieta. Los vegetarianos totales deberían tomar suplementos de vitamina B12. El siguiente grupo, casi en lo más alto de la pirámide (lo que significa que estos deben comerse en cantidades aún menores), incluye legumbres, nueces y semillas, las alternativas de la carne para los vegetarianos. Una dieta no vegetariana incluiría pescado, aves y carne, pero solo en cantidades moderadas. En la cúspide, es decir que deben consumirse en mínima cantidad, están las grasas, los aceites, los dulces y la sal yodada.

La salud es un don precioso. La dieta es importante, y debemos comer lo mejor que podamos. Debemos ejercitar la autodisciplina y el control propio cuando estemos tentados a comer lo que sabemos que no es bueno. Dios nos dio este conocimiento para nuestro beneficio. Cuando lo ignoramos, nos dañamos a nosotros mismos, y muchas veces otros también sufren.

Viernes 18 de junio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee lo que puedas en Consejos sobre el régimen alimenticio.

En el Manual de la iglesia, leemos: “Conducta cristiana: [...] Significa también que, siendo que nuestros cuerpos son el templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlos inteligentemente. Junto con la práctica adecuada del ejercicio y el descanso, debemos adoptar un régimen alimentario lo más saludable posible, y abstenernos de los alimentos inmundos, identificados como tales en las Escrituras” (p. 16).

“La alimentación original. La Biblia no condena la práctica de comer animales limpios. Pero la alimentación original de Dios para el hombre no incluía alimentos cárneos, porque no era el plan divino que se quitara la vida a ningún animal, y porque un régimen vegetariano equilibrado es el mejor para nuestra salud, hecho a favor del cual la ciencia ofrece evidencias cada vez más abundantes. [...]

“El régimen que Dios ordenó en el jardín del Edén –el régimen vegetariano– es el ideal, pero hay ocasiones en las cuales no podemos alcanzar el ideal. En esas circunstancias [...] los que desean mantener su salud en el mejor estado posible se alimentarán con el mejor alimento que puedan obtener” (Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, p. 319).

El Concilio de Nutrición de la Asociación General, en su declaración de 2006, titulada “Pautas para una dieta vegetariana”, afirma: “Recomendamos el uso generoso de granos integrales, verduras y frutas; un uso moderado de productos lácteos de bajo contenido graso; legumbres, nueces y semillas; y un uso muy limitado de alimentos de alto contenido de grasas saturadas, colesterol, azúcar y sal”.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Qué desafíos a la dieta afrontas en donde vives? ¿Hay abundancia de alimentos, lo que podría llevar a ingerir comidas no saludables o a comer en exceso? ¿O es difícil conseguir suficientes alimentos saludables? ¿Cómo puedes hacer para ayudar a los que están luchando con alguna de estas situaciones?

2. ¿Qué extremos en la dieta necesitamos evitar?

3. ¿De qué manera nuestra comprensión de la naturaleza humana afecta nuestra comprensión de la importancia de cuidar nuestros cuerpos físicos? En otras palabras, siendo que no creemos que el alma sea inmortal, ni que pueda existir en forma independiente del cuerpo, ¿no tenemos más razones para cuidar nuestros cuerpos?

4. Muchos adventistas nuevos saben poco acerca de una dieta saludable. ¿Cómo podemos ayudarlos a conocer este importante tema en una forma equilibrada, sin llevarlos al extremismo?

domingo, 6 de junio de 2010

Lección 11 Para el 12 de junio de 2010: Optimismo: felicidad y curación


Sábado 5 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
1 Reyes 19:2-18; Salmo 27; 42; Lucas 8:14; 10:38-42; Romanos 8:35-39; 2 Corintios 12:9, 10; 1 Tesalonicenses 5:16, 17.

PARA MEMORIZAR:
“Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad” (Lam. 3:21-23).

DOS HOMBRES EN LA CÁRCEL. Uno mira las estrellas. Su belleza y majestad lo llenan de optimismo y esperanza: ¡hay algo mejor más allá de los barrotes! El otro mira el barro que rodea las celdas. Nada allí lo anima, y pierde la esperanza.

La Biblia trata acerca de problemas de la vida real que son relevantes actualmente. Algunas situaciones conducen a la desesperación hasta a los fieles. Pero la Palabra de Dios nos anima, y es fuente de gozo y optimismo.

La esperanza influye sobre nosotros siempre. Nos capacita para ser optimistas aun en circunstancias difíciles. Nos afecta emocionalmente e influye positivamente sobre nuestra salud física, nuestra inmunidad y nuestro bienestar general.

No es fácil cambiar las circunstancias externas, pero sí podemos cambiar nuestras actitudes hacia ellas. Esta semana consideraremos este principio, y por qué podemos tener esperanza.

UN VISTAZO A LA SEMANA:
El optimismo y la esperanza pueden tener un impacto muy positivo sobre nuestra salud.

Domingo 6 de junio: DEPRESIÓN Y DESESPERACIÓN

La depresión es muy común hoy. Junto con la tristeza general que la acompaña, se pierde el gozo de lo que antes era placentero, se experimenta cansancio, un sentido de inutilidad y desesperanza, y pérdida de energía. Se perturba el sueño, y a menudo hay otros síntomas físicos: problemas digestivos, dolor de cabeza y de espalda, etc.

Si no se reconoce y se trata, la depresión puede conducir al suicidio. Es un problema de todos los grupos de edad pero, en algunas sociedades, los que tienen 24 años o menos son muy vulnerables.

Hay dos clases principales de depresión. La primera es una reacción a circunstancias desagradables, como muertes, enfermedades, pérdida del trabajo o relaciones rotas. Todos experimentamos algo de esto en algún momento. La otra clase de depresión está relacionada con desequilibrios químicos en el sistema nervioso central. A menudo es genética y es una enfermedad como otras. Necesitamos aceptar a las personas que enfrentan estos desafíos y no juzgarlas.

Abajo hay dos ejemplos de personajes bíblicos que sufrieron síntomas de depresión. ¿Quiénes fueron, y cuáles fueron esos síntomas?

Salmo 42
1 Rey. 19:2-18

Estos dos personajes del Antiguo Testamento sufrieron momentos de oscuridad y desesperanza. David pasó días y noches llorando. Elías tuvo ideas suicidas, pero en lugar de quitarse la vida pidió a Dios que lo hiciera (1 Rey. 19:4). Hoy diríamos que pudo haber lamentado ser el único adventista que mantenía las normas.

Dios, lleno de gracia, trató suavemente tanto a David como a Elías. David fue guiado a comprender que debía poner su esperanza en Dios (Sal. 42:11), y el resultado fue una vida de alabanza. Con voz suave, Dios le recordó su misión a Elías y de dónde procedía su fuerza. Elías, entonces, llamó a Eliseo y comenzó a adiestrarlo en el servicio.

Todos, en algún momento, luchamos con la depresión. Aunque eso es inevitable, todavía puedes elegir cosas que eviten situaciones potencialmente deprimentes. ¿Qué clase de elecciones estás haciendo, y hacia dónde te conducirán probablemente?

Lunes 7 de junio: LOS CUIDADOS DE ESTA VIDA

Nuestras agendas repletas disminuyen nuestro optimismo y nuestra esperanza. Podemos estar tan concentrados en las cosas y el trabajo, aun en actividades buenas y necesarias, que perdemos nuestra relación con Jesús, algo que es esencial para nuestro crecimiento en todos los aspectos.

Lee los siguientes textos. ¿Qué nos indican acerca de cómo hemos de vivir? ¿Cuáles son las lecciones que podemos obtener de estos ejemplos?


Miq. 6:8
Luc. 8:14
Luc. 10:38-42
Luc. 12:16-21

Las personas, a menudo, gastan muchas horas en busca del éxito. ¡Cuán a menudo procuramos llegar al éxito cuando la meta debería ser lograr lo que es más importante! ¿Es significativo lo que hago, digo o pienso? ¿O soy como el agricultor “exitoso” de la parábola, que tuvo que dar cuenta y fue llamado necio? (Ver también Luc. 21:34.)

Marta estaba ocupada en proveer alimento y bebida a su huésped. Estaba tan ocupada en la obra para el Señor que descuidó la relación vital con el Señor de la obra. Jesús le recordó que María había elegido más sabiamente y afirmó que la elección de una relación significativa es más importante que el éxito del trabajo.

A veces podemos ser vencidos por los cuidados de esta vida al tratar de sobrevivir. Esto incluye las necesidades de una familia, la educación de nuestros hijos o atender las demandas de la vida. Nutrir nuestra relación con Jesús impacta en cada aspecto de nuestras vidas, y permite lograr una perspectiva optimista y esperanzada, aun en tiempos de agitación y presión.

¿Cuánto de lo que haces será recordado en la eternidad? ¿Cuánto de lo que haces será olvidado para siempre? ¿Qué te dice tu respuesta acerca de ti mismo, de cómo vives y, tal vez, de las elecciones que deberías hacer?

Martes 8 de junio: REGOCIJAOS SIEMPRE

Lee 1 Tesalonicenses 5:16 y 17. ¿Cómo están relacionadas ambas amonestaciones?


Hace tres décadas se escribió mucho acerca de alabar a Dios en toda circunstancia. Pero, mucho de ello llenó de culpa a los que luchaban para sobreponerse a la muerte, las pérdidas, la tragedia, la incapacidad y la tristeza, como si ellos fueran infieles al Señor y no vivieran como cristianos porque no estaban gozosos durante esas crisis.

No siempre nos regocijamos en todas las situaciones. Jesús ciertamente no lo hizo (Mat. 26:38; Juan 11:35), y ¿quién lo acusará de ser infiel? Job, aunque fiel al Señor, no parece muy contento en la mayor parte del relato de su infortunio; por el contrario, se lo ve miserable y quejoso.

Sin embargo, en medio de las tragedias de la vida, podemos tener motivos de gozo y optimismo, aunque sintamos que estas razones están enterradas debajo de ayes y preocupaciones. Y eso es porque, gracias a Jesús y a las promesas que nos dio, vemos estas cosas como temporarias y que, por duro e incomprensible que sea nuestro sufrimiento, Dios nos ama. Al sufrir, si nos aferramos a sus promesas y a la esperanza que proviene de él, podemos encontrar razones para tener gozo y optimismo aun en las peores situaciones.

¿Qué esperanza y optimismo puedes obtener de las siguientes promesas?


Rom. 8:31
Rom. 8:35-39
1 Juan 3:1
Apoc. 21:4


¿Qué otras promesas bíblicas puedes encontrar que te dan razones para ser optimista y tener esperanza aun en medio de circunstancias difíciles? ¿De qué modo estos textos te ayudan a sobreponerte a situaciones difíciles?

Miércoles 9 de junio: RISA Y CURACIÓN

Lee 2 Corintios 12:9 y 10. ¿Qué está diciendo Pablo, y cómo podemos aplicar este principio en nuestras vidas, especialmente en tiempos de aflicción?

Norman Cousins, el autor de un libro titulado Anatomy of An Illness [Anatomía de una enfermedad], fue el editor de una revista popular durante unos treinta años. En 1964 lo atacó una enfermedad que afectaba el tejido conectivo del cuerpo. Sufrió mucho dolor. Tenía mucha dificultad para mover sus dedos, sus miembros y hasta su mandíbula. Le resultaba difícil darse vuelta en la cama. Además, comenzaron a formarse protuberancias en todo su cuerpo. Hecho el diagnóstico, los médicos recetaron toda clase de calmantes y sedantes, cosas como aspirina, codeína y otras drogas, incluyendo pastillas para dormir. Su cuerpo comenzó a reaccionar contra los medicamentos, y le brotó una urticaria aún más dolorosa que la enfermedad misma. Las cosas se veían mal para Norman, ya que sólo uno en quinientos pacientes se recuperaban.

Finalmente, cansado de todos los medicamentos y sus malos efectos colaterales, comenzó a mirar algunas películas cómicas de un show muy popular en la televisión, Candid Camera. En la cama reía y reía. Casi inmediatamente, comenzó a notar un cambio. Cuanto más se reía, mejor se sentía. La enfermera a veces le leía relatos cómicos que lo hacían reír a carcajadas. Con el tiempo, los exámenes mostraron que estaba mejorando. Antes de mucho, las protuberancias en su cuerpo se achicaron, y él regresó a su trabajo. Poco después, el hombre que había tenido dificultades para darse vuelta en la cama estaba jugando al tenis y al golf, cabalgaba y tocaba el piano.

Aunque nadie dice que la risa es la solución de todos nuestros problemas médicos, no hay dudas de que una buena actitud puede tener un impacto positivo sobre nuestra salud.

Amenudo, la actitud es algo que puedes controlar si realmente quieres hacerlo. ¿Cuál es tu actitud general? ¿Cómo puedes aprender a ser más optimista? ¿De qué modo el enfocar la Cruz y lo que ella revela acerca de Dios te debería ayudar a tener una orientación más positiva de la vida?

Jueves 10 de junio: UN CORAZÓN AL EGRE: ¡OPTIMISMO PRÁCTICO!

Sí, hay beneficios físicos por la risa y el pensamiento gozoso (Prov. 17:22). La risa ejercita los pulmones y estimula el sistema circulatorio. Como resultado, entra más oxígeno en la sangre. La risa actúa como un relajante y, a la larga, puede asociarse con pequeños descensos de la presión arterial. La risa aumenta la producción de las endorfinas, que tranquilizan y relajan la mente, alivian el dolor, mejoran el genio y aumentan la actividad de las células inmunológicas. Este optimismo y este corazón alegre serán enteramente apropiados, porque se basan en el conocimiento de que Dios controla nuestras vidas.

Sabemos que no es posible ser felices y reírnos continuamente. Sin embargo, podemos procurar tener una actitud positiva.

Lee Isaías 26:1 al 4. ¿Cómo puedes aplicar este pasaje en tu vida práctica?

Cuando nuestras mentes están fijas en Dios y confiamos en él, cosechamos beneficios concretos. Los estudios han mostrado que ver a otros en una forma positiva y benévola puede impactar benéficamente en nuestra resistencia a las infecciones (y nos hará agradables para los demás). Al cultivar y nutrir nuestra relación con Cristo, nuestra salud física se beneficia, y podemos encontrar la clase de curación emocional y espiritual que puede ayudar a nuestra curación física también.

Según Proverbios 17:22, tenemos que escoger una de dos alternativas: un corazón alegre hace bien; un espíritu quebrantado tiene efectos negativos sobre todo nuestro ser. David aprendió la importancia de esta elección y se recordó a sí mismo la función conservadora de Dios en esta lucha permanente.

Lee el Salmo 27. ¿Qué esperanza se presenta en este Salmo? ¿Cómo podemos aplicar a nosotros estas palabras?

Hay evidencia abundante de que una relación vibrante con Dios influye en nuestro bienestar total. ¿Qué cambios necesitas hacer a fin de tener una mejor relación con el Señor?

Viernes 11 de junio

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee “La curación mental”, en El ministerio de curación, páginas 185 a 200.

“Nada tiende más a fomentar la salud del cuerpo y del alma que un espíritu de agradecimiento y alabanza. Resistir a la melancolía, a los pensamientos y los sentimientos de descontento, es un deber tan positivo como el de orar. Si somos destinados para el cielo, ¿cómo podemos portarnos como un séquito de plañideras, gimiendo y lamentándonos a lo largo de todo el camino que conduce a la casa de nuestro Padre?” (MC 194).

“Sin la Cruz, el hombre no podría unirse con el Padre. De ella depende toda nuestra esperanza. De ella emana la luz del amor del Salvador, y cuando al pie de la Cruz el pecador mira al que murió para salvarlo, puede regocijarse con pleno gozo, porque sus pecados son perdonados. Al postrarse con fe junto a la Cruz, alcanza el más alto lugar que pueda alcanzar el hombre” (HAp 173).

“Con esta esperanza de una herencia segura en la Tierra Nueva se regocijaban los cristianos primitivos aun en tiempos de dura prueba y aflicción” [Y a continuación el párrafo transcribe 1 Ped. 1:6-9] (HAp 427).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Conoces a alguien que está sufriendo de depresión? Si es así, ¿qué puedes hacer para ayudarlo? Muchas veces una palabra bondadosa o aun un gesto amable pueden, hacer mucho para que alguien se sienta mejor. ¿Qué puede hacer tu clase o la iglesia como un todo para ayudar a los que luchan con la depresión?

2. Proverbios 3:7 y 8 dice: “No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal; porque será medicina a tu cuerpo, y refrigerio para tus huesos”. ¿De qué manera cabe esto en la lección de esta semana?

3. La siguiente ocasión en que te sientas deprimido, haz un esfuerzo decidido de meditar en cosas positivas. Piensa acerca del amor de Dios. Lee algunos textos de la Biblia que te gustan especialmente. Alaba al Señor en canto y oración. Te puedes sorprender por cuánto mejor te sientes.

4. Aunque el énfasis de esta semana ha sido sobre nuestros sentimientos y la importancia de sentirse bien, debemos recordar que la fe no es un sentimiento. En otras palabras, solo porque nos sintamos desanimados, deprimidos o abatidos no significa que hemos perdido nuestra conexión con Dios. ¿Cuál es la diferencia entre fe y sentimiento, y por qué es importante conocer esta diferencia?