lunes, 26 de enero de 2015

Lección 5: LAS BENDICIONES DE LOS JUSTOS (Para el 31 de enero de 2015)

LAS BENDICIONES DE LOS JUSTOS


Sábado 24 de enero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Proverbios 10:1-14; Mateo 19:19; Proverbios 11 y 12; Juan 3:16; Proverbios 13.

PARA MEMORIZAR:

“Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; pero violencia cubrirá la boca de los impíos” (Prov. 10:6).

Como sugiere el título, esta lección considera las bendiciones de los justos. La palabra hebrea zaddiq, para “justos”, es la palabra clave en nuestros textos. Zedeq (también traducida como “justicia”), de la cual se deriva, aparece en la introducción de todo el libro: “Los proverbios de Salomón [...] para entender sabiduría y doctrina [...] justicia [zedeq]” (Prov. 1:1-3). Lo que el libro de Proverbios nos está diciendo es que la sabiduría es justicia, y “justicia” significa caminar según los mandatos de Dios: caminar en fe y obediencia a lo que Dios nos ha llamado para ser y hacer. La justicia es un don, que proviene de Dios. Lo opuesto es insensatez e infidelidad. La sabiduría es justicia; la insensatez es pecado y maldad; y en los versículos que estudiaremos el contraste entre ellos es clarísimo.

Domingo 25 de enero
LA JUSTICIA ES INTEGRAL

Lee Proverbios 10:1 al 7. ¿Qué diversos principios acerca de la vida y de la fe se revelan aquí?

Se cuenta de un hombre en un bote que comenzó a hacer un agujero donde tenía sus pies. Cuando la gente que iba con él le exigió que se detuviera, él respondió: “A ustedes no les importa nada. ¡Este bote es mío!” Esta respuesta absurda es a menudo la excusa que usa el pecador para justificar su conducta. “Esta es mi vida; no tienes nada que ver con ella”. Por supuesto, lo que hagamos o no hagamos impacta en otros, especialmente a quienes están más cerca de nosotros. ¿Quién no ha sentido, muy fuertemente, los resultados de las acciones de otros, sean buenas o malas?

El principio de la unidad entre la vida espiritual-moral y la vida física-material se trata en los versículos 3 al 5. La idea principal es que la maldad o la deficiencia moral no recompensan, aunque uno sea rico; y segundo, que la justicia siempre trae su recompensa, de una manera u otra, aunque uno sea pobre.

En los versículos 6 y 7 vemos una expresión anterior de lo que Jesús dijo acerca de cómo la lujuria es adulterio, o el odio es equivalente al homicidio. Esconder nuestro odio detrás de nuestras palabras tampoco siempre funciona; nuestro lenguaje corporal y el tono de nuestra voz a menudo traicionan nuestros pensamientos malvados. El mejor punto de partida para tener buenas relaciones con otros es “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Lev. 19:18; comparar con Mat. 19:19). Como también sugieren los textos, la impresión que haces en favor del bien puede ejecer una influencia duradera sobre otros. Al fin, estamos tratando con cierta cantidad de sentido común: ¿no es mejor tener un buen nombre que un nombre malo?

¿Qué decisión importante tomarás pronto? Si no lo has hecho todavía, considera con todo cuidado el impacto que tu elección puede tener sobre otros, para el bien o para el mal.

Lunes 26 de enero
LA BOCA DEL JUSTO

La boca (con sus componentes, los labios y la lengua) es el órgano más importante en el libro de los Proverbios. En la versión Reina Valera de 1960, la palabra “boca” se usa 53 veces, “labios” aparece 45 veces y “lengua”, 19. El uso de este órgano del lenguaje es un tema especialmente importante en Proverbios capítulos 10 al 29.

La premisa básica es importante: nuestras palabras son muy poderosas, para el bien o para el mal. La lengua puede ser el mejor de los dones que se nos ha dado, o el peor de ellos. Esta ambivalencia acerca de la lengua es una de las lecciones más importantes del libro de Proverbios. En realidad, la boca genera vida, pero también puede producir la muerte.

Lee Proverbios 10:11 al 14. ¿Cuál es el contraste entre cómo habla una persona justa y como lo hace un necio?

Nota en el versículo 11 la expresión “manantial de vida”. Simbólicamente, se refiere a las cualidades de la sabiduría. Se usa con referencia a Dios (Sal. 36:9), la Fuente de la vida. La misma imagen se usa en relación con el Santuario, del cual brotan corrientes de aguas (Eze. 47:1, 2). Jesús utilizó esta metáfora para ilustrar el don del Espíritu (Juan 4:14). Así, la comparación de la boca del justo con “un manantial de vida” equivale a relacionarla con Dios mismo.

Lo que caracteriza a esta boca es el don positivo de la “vida”. Esta cualidad nos dice cómo debería ser la función de la boca: debería ser una fuerza para el bien, no para el mal; una fuente de vida, no de muerte. Lo que se dice aquí, también se considera en Santiago 3:2 al 12.

Además, recuerda que fue por medio del lenguaje, por medio de “la palabra de su poder” (Heb. 1:3), que Dios creó los cielos y la tierra. El lenguaje, por lo tanto, debería servir solo para propósitos creativos.

Considera cuán increíblemente poderosas son las palabras. Con tus palabras puedes llenar a las personas con confianza propia, alegría y esperanza, o puedes destruirlos y dañarlos tan ciertamente como si los hubieras atacado físicamente. ¿Cuán cuidadoso eres al manejar el poder de tu lengua?

Martes 27 de enero
LA ESPERANZA DEL JUSTO

“La integridad de los rectos los encaminará; pero destruirá a los pecadores la perversidad de ellos” (Prov. 11:3). ¿Qué evidencia tenemos de la verdad de este versículo? ¿Qué ejemplos has visto u oído en los cuales se reveló esta verdad espiritual? En contraste, ¿qué cosas crees que significan, ya que, por lo menos hasta ahora, tienes que tomar este texto por fe?

Lee todo el capítulo 11 de Proverbios. Aunque habla de muchos temas, ¿cuáles son algunas de las grandes bendiciones que alcanzan a los fieles, a diferencia de lo que sucede con los malvados?

La comprensión de que hay un futuro y el valor de lo que no se ha visto todavía (ver 2 Cor. 4:18) ayudan a motivar al justo a vivir correctamente. Por causa de esta esperanza en el futuro, el justo se conducirá con humildad, honestidad y compasión.

Por otro lado, los impíos viven solo el presente; están preocupados solo con lo que ven y con las recompensas inmediatas. Piensan en sí mismos antes que en otros, y se valdrán del engaño y el abuso. Por ejemplo, los vendedores que engañan a sus clientes pueden tal vez conseguir una recompensa inmediata con un precio más elevado, pero en última instancia pueden perder a sus clientes, y sus negocios pueden fracasar (Prov. 11:3, 18).

Piensa en algunas decisiones que tienes que tomar, y cómo las harás. ¿Cuántos factores de largo alcance (como el de la eternidad) incluyes en tus elecciones?

Miércoles 28 de enero
LA VERDAD DE LOS JUSTOS

Lee Proverbios 12 y concéntrate en el tema de las palabras, especial­ mente en el contexto de decir verdad o mentiras. ¿Qué mensaje encon­tramos aquí acerca de la honestidad y el mentir?

La filósofa Sissela Bok ha demostrado en forma convincente cómo el mentir puede ser dañino para la sociedad. Escribe: “Una sociedad, entonces, cuyos miembros fueran incapaces de distinguir los mensajes verdaderos de los engañosos, colapsaría” (Lying: Moral Choice, p. 19).

Del mismo modo, San Agustín, citado en la introducción del libro de Bok, notó que “cuando se ha quebrantado el respeto por la verdad, o aunque estuviera ligeramente debilitado, todas las cosas serán dudosas” (p. 15).

Elena de White escribió: “Los labios mentirosos le son abominación. Declara que a la santa ciudad ‘no entrará [...] ninguna cosa sucia, o que hace abominación y mentira’. Aferrémonos a la veracidad con mano firme, y sea ella parte de nuestra vida. El juego al tira y afloja con la verdad, y el disimular para acomodar los planes egoístas de uno, significa provocar el naufragio de la fe [...] El que declara falsamente, vende su alma a bajo precio. Sus mentiras pueden parecerle útiles en casos de apuro; de esta manera le parecerá que adelanta en sus negocios como no podría hacerlo mediante un proceder correcto, pero llega finalmente al punto en que no puede confiar en nadie. Al ser él mismo un falsario, no tiene confianza en la palabra de otros” (MeM 341).

Cuando pensamos en el poder de las palabras, debemos pensar en el mentir, porque la mayoría de las mentiras se dicen con palabras. ¿Quién no ha sentido la traición, cuando se le ha dicho alguna mentira? Una sociedad puede caer en un caos total cuando la mentira es la norma, en vez de la desviación de la norma.

Además, consideremos el efecto del mentir sobre el que miente. Algunas personas están tan acostumbradas a esta práctica que no les molesta; otras sienten culpa o vergüenza cuando mienten. Eso es bueno para ellas, porque significa que todavía están recibiendo un poco de la influencia del Espíritu Santo.

No obstante, imagínate el peligro de quien miente, y ni siquiera piensa en ello por segunda vez. ¿Cuándo fue la última vez que mentiste? ¿Cómo te sentiste cuando lo hiciste?

Jueves 29 de enero
LA RECOMPENSA DE LOS JUSTOS

Como ya vimos en Proverbios, se ha presentado mucha instrucción y enseñanza por medio del contraste de dos tipos de personas. “El sabio hace esto; el insensato, aquello”. “El hombre piadoso hace esto, el malvado hace lo otro”.

Por supuesto, en realidad hay un poco de sabiduría y de insensatez en todos nosotros. Con la excepción de Jesús, todos somos pecadores, y estamos “privados de la gloria de Dios” (Rom. 3:23, NVI). Afortunadamente, tenemos la maravillosa promesa que aparece en el versículo siguiente: aunque somos pecadores, por fe podemos ser “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús” (Rom. 3:24).

Al fin, toda la humanidad estará en uno u otro de los dos bandos: seremos salvos o perdidos.

Lee Juan 3:16. ¿Qué dos opciones afronta toda la humanidad?

Lee Proverbios 13. ¿Cómo se contrasta en este capítulo la expe­riencia y la suerte del justo con la del pecador?

A los sabios se los compara con lámparas duraderas, mientras que a los impíos, con una lámpara que se apagará (Prov. 13:9). La persona sabia gozará del buen fruto de su trabajo, mientras que el pecador cosechará el mal (vers. 2, 25). Por medio de sus hijos, el sabio tiene un futuro más allá de sí mismo (vers. 22); el pecador, en cambio, dejará su riqueza a extraños; aun hasta al justo (vers. 22).

El punto claro aquí es que la vida de fe y obediencia a Dios es mejor que una de desobediencia y necedad.

Poniendo a un lado el gran tema de la promesa de vida eterna, ¿cuáles son algunas de las ventajas inmediatas y diarias que has experimentado al vivir una vida de fe en Cristo?

Viernes 30 de enero
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“No es suficiente profesar fe en Cristo y tener nuestros nombres registrados en el libro de la iglesia. [...] No importa cuál sea nuestra profesión de fe, no nos vale de nada a menos que Cristo se revele en obras de justicia” (PVGM 254).

“El mayor engaño de la mente humana consistía en creer que un mero asentimiento a la verdad constituía la justicia. En toda experiencia humana, un conocimiento teórico de la verdad ha demostrado ser insuficiente para salvar el alma. [...] Los capítulos más sombríos de la historia están cargados con el recuerdo de crímenes cometidos por fanáticos religiosos. [...]

“Aún subsiste el mismo peligro. Muchos dan por sentado que son cristianos simplemente porque aceptan ciertos dogmas teológicos. Pero, no han hecho penetrar la verdad en la vida práctica. [...] Los hombres pueden profesar creer en la verdad, pero esto no los hace sinceros, bondadosos, pacientes y tolerantes, ni les da aspiraciones celestiales; es una maldición para sus poseedores, y por la influencia de ellos es una maldición para el mundo.

“La justicia que Cristo enseñaba es la conformidad del corazón y de la vida a la voluntad revelada de Dios” (DTG 275, 276).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Analiza cómo impactan nuestras decisiones sobre otros, para el bien o para el mal. ¿Por qué esto es un hecho inevitable de la vida? Esta verdad fue revelada primero en la historia de la Caída, y hasta hoy se siente el impacto de las elecciones de Adán y de Eva en cada una de nuestras vidas. Podría ser tentador tratar de medir la cantidad de bien o de mal que pueden producir nuestras decisiones, pero eso es arriesgado, porque a menudo no conocemos la influencia de nuestras elecciones. ¿Por qué, entonces, a la luz de Dios y de su Ley, debemos elegir hacer lo que es correcto, no importa las consecuencias que podamos temer que eso produzca?

2. Proverbios hace una clara distinción entre el justo y el necio, y en estos versículos aprendemos acerca de qué es lo correcto y qué lo equivocado. No obstante, ¿por qué debemos ser muy cuidadosos acerca de quiénes consideramos necios? Por otro lado, ¿cuán a menudo hemos sido engañados por quienes una vez consideramos que eran justos? 

lunes, 19 de enero de 2015

Lección 4: SABIDURÍA DIVINA (Para el 24 de enero de 2015)

Lección 4: Para el 24 de enero de 2015
SABIDURÍA DIVINA


Sábado 17 de enero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Proverbios 8:1-21; Mateo 16:26; Proverbios 8:22-31; Génesis 1:31; Proverbios 8:32-36; Proverbios 9:1-18.

PARA MEMORIZAR:

“Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras” (Prov. 8: 22).

La sabiduría reaparece en este momento en Proverbios (ver Prov. 1:20, 21), y los textos de esta semana dejan en claro que la sabiduría es la verdad, la Verdad según existe en Dios, la fuente y el fundamento de toda verdad.

Este énfasis en el carácter “absoluto” de la verdad contrasta con parte del pensamiento contemporáneo, especialmente en Occidente, para el cual la verdad se considera como relativa, circunstancial, cultural, y que varía de una persona a otra.

Sin embargo, este concepto no es bíblico. Mi verdad debe ser la misma que la tuya, sencillamente porque la “verdad” es universal. No pertenece a nadie en particular, sino a toda la humanidad, ya sea que la humanidad lo reconozca o no.

Es interesante que la famosa pregunta que hizo Pilato a Jesús: “¿Qué es la verdad?” (Juan 18:38) surgió en respuesta a la afirmación de Jesús: “Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz” (vers. 37). La verdad, la verdad absoluta, existe y aun nos habla a nosotros; lo que importa es si nosotros escuchamos y obedecemos lo que nos está diciendo.


Domingo 18 de enero
LA SABIDURÍA CLAMA

Lee Proverbios 8:1 al 21. Según estos versículos, ¿cuál es el valor dela sabiduría?

La sabiduría es tan importante que debe alcanzar a todos. Dios creó toda vida humana, y Cristo murió por cada uno de nosotros. Así, la sabiduría, y el conocimiento de Dios y de la salvación que él ofrece, es para todo ser humano.

Considera las palabras usadas para describir la presencia clamorosa de la sabiduría: “clama”; “da su voz”; “clamo”; voz”; “hablaré”; “abriré mis labios”; “boca”; “mis labios”; “palabras”. No importa la manera en que comprendamos estas metáforas, es claro que la sabiduría ha de ser comunicada; ha de ser escuchada por todos los que la oigan. Después de todo, como vimos la semana pasada, lo que señala la sabiduría es cuestión de vida o muerte.

Ocho veces la sabiduría habla acerca de la veracidad de sus palabras. Es interesante que la descripción de la sabiduría, aquí, es paralela a la descripción de Dios en Deuteronomio 32:4. Por supuesto, este paralelo no debe sorprendernos pues Dios, como Creador de todas las cosas (ver Juan 1:1-3), es el fundamento de toda verdad.

Lee Proverbios 8:10, 11. ¿Qué dicen estos versículos acerca de la sabiduría?

Muchas personas han vivido, y todavía viven, en ignorancia, en necedad y en oscuridad. Muchos viven sin ninguna esperanza o con esperanzas falsas. Lo que hace que este triste estado de cosas sea aún más triste es que la sabiduría y la verdad son maravillosas, y llenas de esperanza y de promesas de una vida mejor ahora, por la seguridad de la vida eterna en el cielo nuevo y la Tierra Nueva; y todo, gracias al sacrificio de Jesús. Toda la riqueza del mundo no significa nada (ver Ecl. 2:11-13), en contraste con el conocimiento de Dios.

Lee Mateo 16:26 y pregúntate cuán bien refleja tu vida la gran verdad de estos versículos.


Lunes 19 de enero
LA SABIDURÍA Y LA CREACIÓN

Lee Proverbios 8:22 al 31. ¿De qué modo la sabiduría se relaciona con la creación?

En estos textos, la sabiduría se relaciona misteriosamente con Dios como Creador. Este poema comparte muchas palabras con el informe de la creación de Génesis 1 y 2, y aun refleja su estructura literaria, organizada alrededor de los tres elementos básicos: el cielo, el agua y la tierra. La intención de este paralelo es enfatizar la principal credencial de la sabiduría: si Dios mismo usó la sabiduría para crear, si la sabiduría es la herramienta más antigua, aun más antigua que el mismo universo, y por ello fundamental para su existencia, nosotros tendríamos que usar mucho más la sabiduría en todo lo que hacemos en la vida.

Aquí se hace un fuerte énfasis en el origen divino de la “sabiduría”. La primera palabra del poema es Yahweh, quien “poseía” (segunda palabra) la sabiduría. El término hebreo qanáh, traducido como “poseía” en la versión RVR, tiene la connotación de “engendrar”, en vez de “crear” (ver Deut. 32:6; Gén. 4:1). El siguiente término es la palabra técnica que, en el Génesis, se asocia con la creación: reshít (“principio”), y se encuentra en Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”.

No obstante, la palabra “principio” en Proverbios 8:22 se emplea en forma un tanto diferente que en Génesis 1. Aquí, la palabra se relaciona con la creación, mientras que en Proverbios 8:22 se relaciona con Dios, con sus caminos (dérek), es decir, su naturaleza. De este modo, la sabiduría es parte de la naturaleza misma de Dios.

Por lo tanto, la sabiduría se encuentra en el tiempo incluso antes de la creación del universo. La existencia de la sabiduría, en ese momento en que solo Dios estaba presente, marca la antigüedad de la sabiduría como “desde la eternidad”.

Así, la sabiduría no se origina en nosotros sino, más bien, se nos revela; es algo que aprendemos, algo que se nos enseña, no la generamos nosotros. Ciertamente, caminar con nuestra propia luz es caminar en oscuridad. Se nos dice que Jesús es la “luz verdadera, que alumbra a todo hombre” (Juan 1:9). Cada hombre también la necesita.


Martes 20 de enero
REGOCIJO EN LA CREACIÓN

En Génesis 1 vemos que cada paso de la creación concluye con el mismo estribillo: “Y vio Dios que era bueno” (Gén. 1:4, 10, 12, 18, 21, 25, 31). El último paso (vers. 31) va más allá todavía: “Era bueno en gran manera”. La palabra hebrea para “bueno” contiene la idea de regocijo y, además, implica una relación. Al final de la semana de la creación, Dios se detiene para gozar plenamente de su creación (Gén. 2:1-3). Y Dios bendice ese momento de pausa: el sábado. Del mismo modo, nuestro poema concluye indicando que la sabiduría se goza en la creación.

Lee Proverbios 8:30 y 31. ¿Por qué se regocijaba la sabiduría?

El regocijo de la sabiduría refleja la alegría de Dios en la creación. Este gozo no solo ocurre “diariamente” en cada etapa de la creación, sino también corona la obra creadora, cuando la creación –de la vida sobre la Tierra– se completó.

En Proverbios 8, encontramos la razón para el gozo de la sabiduría: “Mis delicias son con los hijos de los hombres” (vers. 31). El sábado, al final de la semana de la creación, Dios estableció una relación con los seres humanos. La aplicación inmediata de esta pausa y alegría divinas, después de la obra de la semana, tiene implicaciones para la experiencia humana del sábado: “Siguiendo el modelo del Creador, él también pude mirar atrás a su obra terminada, con gozo, placer y satisfacción. De este modo, el hombre puede alegrarse no solo en la creación de Dios, sino también en su gobierno responsable de la creación, no en su explotación” (G. F. Hasel, en K. A. Strand, The Sabbath in Scripture and History, p. 23).

Lee Colosenses 1:15 al 17 y 2:3, Apocalipsis 3:14, y Juan 1:1 al 14. ¿Qué nos dicen estos versículos acerca de la función de Jesús en la crea­ción misma? ¿Por qué esa actividad como Creador es tan importante para comprender su función como nuestro Redentor?


Miércoles 21 de enero
LA APELACIÓN DE LA SABIDURÍA

Los últimos versículos de este capítulo vuelven a lo personal, a la aplicación práctica de lo que significa tener sabiduría. El conocimiento intelectual acerca de la preexistencia de la sabiduría y de su presencia en la creación es, ciertamente, profundo. Pero en la Biblia, la verdad siempre debe bajar, en cierto momento, al nivel humano y a la manera en que respondemos a lo que se nos ha dado en Jesús.

Lee Proverbios 8:32 al 36. ¿Qué mensaje de vida o muerte se da aquí?

El término hebreo traducido como “bienaventurado” significa “feliz” o “dichoso” (NVI). En este pasaje, la palabra “bienaventurado” está vinculada a dos sentencias. La primera describe una acción: “Bienaventurados [son] los que guardan mis caminos” (vers. 32). El mismo lenguaje se usa en Salmo 119:1 y 2, con respecto a la Ley: “Bienaventurados los perfectos [...] que andan en la ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimonios”.

La segunda sentencia describe una actitud: “Bienaventurado el hombre que me escucha” (vers. 34). En ambos casos, el requisito implica un esfuerzo continuo. No es suficiente con haber descubierto el camino correcto, tenemos que “guardarlo”. No es suficiente oír la palabra de Dios, tenemos que velar “cada día” y seguir lo que sabemos. Como dijo Jesús: “Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan” (Luc. 11:28).

“¿Es codiciable la felicidad que se encuentra en la senda de la desobediencia y la transgresión de la ley física y moral? La vida de Cristo señala la verdadera fuente de dicha e indica cómo llegar a ella [...] Para ser felices de verdad, deben tratar gozosamente de estar siempre en el puesto del deber, cumpliendo la obra que les corresponde con fidelidad, y adaptando su corazón y vida al Modelo perfecto” (MeM 167).
La felicidad puede ser algo elusivo; cuanto más la buscamos, más difícil parece ser el alcanzarla. ¿Por qué la fidelidad a Dios, en vez de la búsqueda de la felicidad, debe ser nuestra primera prioridad? Además, ¿qué es más probable que nos produzca felicidad (y por qué): buscar la felicidad o buscar primero el Reino de Dios?


Jueves 22 de enero
UNO U OTRO

Después de la apelación que hace la sabiduría, el autor inspirado de Proverbios 9 anima a sus oyentes a hacer la elección entre dos estilos de vida: la sabiduría o la insensatez. Los primeros seis versículos, y los últimos seis (Prov. 9:1-6, 13-18) son simétricos, y destacan el contraste entre ambos estilos.

Compara Proverbios 9:1 al 6 con Proverbios 9:13 al 18. ¿Qué diferencias hay entre la sabiduría y la insensatez?

1. La sabiduría es eficiente y está involucrada en la creación. Se usan siete verbos para describir sus acciones allí (vers. 1-3). Los siete pilares que ha labrado (vers. 1) aluden a los siete días de la creación. La insensatez, en con- traste, está sentada sin hacer nada, pretendiendo ser alguien cuando en realidad “es simple e ignorante” (vers. 13).

2. Aunque la sabiduría y la insensatez llaman a los mismos oyentes (nota que los versículos 4 y 16 son idénticos), lo que proveen es fundamentalmente diferente. La sabiduría invita a sus huéspedes a comer pan y a beber la bebida que ella ha preparado (vers. 5). La insensatez ofrece nada de comer o de beber; sencillamente, se jacta acerca de provisiones robadas (vers. 17).

3. La sabiduría nos llama a abandonar la insensatez y, por lo tanto, a vivir. La insensatez es más tolerante: no exige que abandonemos nada, pero el resultado es la muerte. Los que siguen la sabiduría avanzarán, irán “por el camino de la inteligencia” (vers. 6). Quienes siguen la insensatez quedarán estáticos, y “no saben” (vers. 18).

Lee Proverbios 9:7 al 9. ¿De qué modo responden el hombre sabio y el impío a la instrucción de la sabiduría? ¿Qué hace que el sabio sea más sabio que el impío?

La clave de la sabiduría es la humildad. El sabio es el hombre a quien se le puede enseñar, y que responde a la instrucción con una mente abierta. La sabiduría solo llega a quien, como un niño, siente que necesita crecer. Por esto, de la manera más explícita, Jesús enseñó que “si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mat. 18:3).


Viernes 23 de enero
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“El soberano del universo no estaba solo en su obra benéfica. Tuvo un compañero, un colaborador que podía apreciar sus designios, y que podía compartir su regocijo al brindar felicidad a los seres creados. ‘En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios’ (Juan 1:1, 2). Cristo, el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno solo con el Padre eterno, uno solo en naturaleza, en carácter y en propósitos; era el único ser que podía penetrar en todos los designios y fines de Dios. [...] Y el Hijo de Dios, hablando de sí mismo, declara: ‘Jehová me poseía en el principio de su camino, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternalmente tuve el principado [...] Cuando establecía los fundamentos de la tierra; y fui su delicia todos los días, teniendo solaz delante de él en todo tiempo’ (Prov. 8:22-30)” (PP 11, 12).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿Por qué la creencia en el informe de la creación registrado en el Génesis es el fundamento de la sabiduría bíblica? ¿Por qué la idea del Evolucionismo es contraria a la Biblia en todos sus aspectos?

2. Medita en la idea de que la sabiduría verdadera es algo que no podemos generar por nosotros mismos, sino que tiene que sernos revelado. ¿Cuáles son algunos ejemplos de verdades importantes que nunca conoceríamos si no fueran reveladas por la inspiración divina? Por ejemplo, ¿de qué modo sabríamos sobre la muerte de Cristo en la cruz y lo que esta nos ofrece, si no nos fuera revelada? ¿Qué diríamos acerca del sábado o de la Segunda Venida?

3. ¿De qué forma la obra de Dios revelada en Génesis 1 testifica del hecho de que el bien no se puede mezclar con el mal? ¿Qué repercusiones tiene tu respuesta en el concepto de que uno podría, por ejemplo, incorporar una cosmovisión evolucionista en la historia de la creación de Génesis?

4. ¿De qué manera el gozo de Dios en la creación nos ayuda a comprender cómo podemos tener una experiencia sabática más profunda y rica? 

domingo, 11 de enero de 2015

Lección 3: UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE (Para el 17 de enero de 2015)

UNA CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE


Sábado 10 de enero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 5:21-30; Proverbios 6:21; 7:3; 6:23; 7:2; 6:24; 6:30, 31; 7:26, 27.


PARA MEMORIZAR:

“Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, y camino de vida las reprensiones que te instruyen” (Prov. 6:23).


Dos hermanos quedaron solos en casa, pero la madre les advirtió en forma estricta que no comieran el pastel que acababa de hornear. Para asegurarse de que los muchachos obedecieran, añadió la amenaza de un castigo.

Cuando ella salió, los muchachos solo necesitaron unos minutos para decidir que comerían el pastel, de todos modos. “Esta no es una cuestión de vida o muerte”, razonaron. “Mamá nunca nos mataría, así que, ¡comamos!”.

El problema del que habla el maestro en Proverbios, sin embargo, es realmente un asunto de vida o muerte. Su lenguaje es fuerte y, a veces, gráfico. Por supuesto, Jesús mismo usó un lenguaje muy fuerte cuando habló acerca de asuntos de vida eterna o muerte eterna (ver Mat. 5:21-30). Y no es de extrañar, pues nuestro destino final, nuestro destino eterno (¿qué podría ser más importante que esto?), descansa sobre las elecciones que hacemos aquí y ahora. Así que, debemos aceptar la urgencia de ese lenguaje fuerte.


Domingo 11 de enero
LA LEY EN NUESTRA VIDA

Lee Proverbios 6:21 y 7:3. ¿Cómo hemos de entender las imágenes relacionadas con el cuerpo, en este texto, con respecto al modo en que nos relacionamos con la Ley de Dios?

Como ya vimos, en Proverbios, el corazón representa el asiento de las emociones y los pensamientos. Al decirnos que atemos el Mandamiento a nuestro corazón (Prov. 6:21), el maestro indica que siempre debemos tener una conexión íntima con la Ley. No hay momento en que podamos perder el contacto con la Ley, porque esta define qué es el pecado (Rom. 7:7). El maestro también insiste en que esta Ley debe estar escrita aun en las tablas de nuestro corazón (Prov. 7:3), así como fue escrita por Dios en tablas de piedra (Éxo. 24:12).

Hablar de la Ley escrita en el corazón significa que esta no es un conjunto externo de reglas impuestas. La Ley debe compenetrar nuestras motivaciones, nuestras intenciones secretas y ser, así, parte de nuestro yo íntimo. Es otra manera de indicar la realidad de la promesa de Pablo, que dice: “Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Col. 1:27).

Enlazar la Ley alrededor del cuello también significa que debemos mantenerla cerca de nosotros. La gente de la antigüedad solía atar sus posesiones preciosas alrededor del cuello. El cuello es el lugar por donde pasa el aire en su camino hacia los pulmones, lo que nos permite respirar y vivir, una asociación de pensamientos que se manifiesta en la palabra hebrea néfesh (“alma”), que se refiere a la “vida” y deriva de una palabra que significa “garganta” y “respirar”.

Atar la Ley en los dedos de la persona (Prov. 6:13) significa llevar la Ley al dominio de las acciones. El maestro se concentra en los dedos para sugerir las acciones más delicadas e íntimas. La Ley debe afectar no solo las grandes elecciones que tomemos, sino también las menores (ver Luc. 16:10).

Aunque la intención bíblica con estas imágenes era puramente simbólica, es digno de notar que estos símbolos fueron tomados literalmente por las tradiciones judía, cristiana e islámica. Se ve en el uso de los tefilím judíos alrededor de la cabeza y de los dedos, las cruces alrededor del cuello de muchos cristianos y los rosarios alrededor de los dedos de musulmanes y cristianos.

Los símbolos pueden ser útiles, pero ¿por qué debemos ser cuidadosos para evitar confundir el símbolo con la realidad que representa?


Lunes 12 de enero
LUZ Y VIDA

Lee Proverbios 6:23. ¿De qué forma se relaciona la Ley con la luz?

En la Biblia, la Palabra de Dios o su Ley se comparan con la luz: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Sal. 119:105). En la mentalidad hebrea, hay una conexión entre la idea de “ley” y la de “luz”. Así como una lámpara alumbra el sendero por donde caminamos, la Ley nos ayuda a mantenernos en el buen camino; es decir, cuando enfrentamos elecciones morales, nos ayudará a saber cuál es la correcta, aunque a veces la razón o la experiencia personal nos tentarán a no seguir la Ley.

¿Qué ejemplos puedes encontrar en la Biblia de quienes eligieron seguir la Ley de Dios a pesar de tener poderosas razones para no ha­cerlo? ¿Qué podemos aprender de su obediencia? ¿En qué casos, si los hubiera, la elección de ser fiel parece ser la equivocada, por lo menos, desde la perspectiva humana?

Junto con Proverbios 6:23, lee Proverbios 7:2. ¿Por qué la Ley se relaciona con la “vida”?

Desde la Caída, nuestra esperanza de vida eterna no puede encontrarse en la Ley, sino en la fe en Cristo. Sin embargo, la obediencia a la Ley y a los principios que representa sigue desempeñando una parte central en la vida de fe (ver Mat. 19:17; Apoc. 14:12). Obedecemos porque, como dijo Dios a los israelitas hace miles de años, “Yo [soy] Jehová vuestro Dios” (Lev. 18:4). La Ley de Dios está relacionada con la “vida” sencillamente porque Dios es la fuente de nuestra vida. Este principio representa la espiritualidad verdadera: confiamos en Dios y en sus promesas para nuestra vida presente, así como confiamos en sus promesas para la vida eterna.

Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). En tu andar con Dios, ¿cuál ha sido tu experiencia con la realidad de esta maravillosa promesa?


Martes 13 de enero
LUCHAR CONTRA LA TENTACIÓN

Como acabamos de ver, el autor de Proverbios 6:23, bajo la inspiración del Espíritu Santo, vincula directamente la luz y la vida con la Ley de Dios. En el versículo siguiente, da un ejemplo sólido del modo en que la Ley, como luz y vida, puede ofrecernos una protección espiritual poderosa.

¿Cuál es la amonestación de Proverbios 6:24? Además de lo que es obvio, ¿qué advertencia más sutil se nos da aquí?

Cuando una persona religiosa es tentada, la mayor tentación es encontrar una razón religiosa para justificar el pecado. Usar a Dios para racionalizar una mala conducta no es solo una forma terrible de blasfemia, también es sumamente engañoso. Después de todo, si alguien piensa: “Dios está conmigo”, ¿cómo puedes responder? Esto puede suceder aun en casos de adulterio. “Dios me mostró que esta persona [hombre o mujer] es con quien debería estar”. Si eso es lo que creen, ¿quién puede discutir lo que “Dios” les ha mostrado?

Nota, además, que no es solo la belleza física la que atrae al hombre. Aquella mujer usa el lenguaje, palabras aduladoras, para atraer a su víctima a su trampa. Cuán a menudo hombres y mujeres han sido conducidos a situaciones comprometedoras por palabras sutiles y seductoras, a veces enmarcadas en un lenguaje religioso. El autor de Proverbios procura advertirnos contra este engaño.

La Ley es el antídoto perfecto contra “la blandura de la lengua” de la seductora. Solo el imperativo de la Ley y el deber de obediencia nos ayudarán a resistir sus palabras atrayentes, que pueden sonar hermosas y verdaderas. En realidad, la seductora te encontrará no solo apuesto, sino también sabio y brillante. Ella, incluso, podría evocar sus necesidades espirituales; e irónicamente, el “amor de Dios” puede llegar a ser la justificación para el pecado.

Piensa en cuán fácilmente podemos ser llevados, aun bajo el disfraz de la fe, a justificar acciones equivocadas de toda clase, no solo el adulterio. Entonces, ¿por qué un compromiso absoluto con la Ley de Dios es nuestra única protección real, aun contra nuestra propia mente y las trampas que esta nos podría plantear?



Miércoles 14 de enero
“NO HURTARÁS”

Inmediatamente después de su advertencia acerca del adulterio (Prov. 6:24-29), el autor plantea otro pecado: el robo (vers. 30, 31). La relación entre estos dos Mandamientos (robo y adulterio) muestra cómo la desobediencia a un Mandamiento puede afectar nuestra obediencia a los otros. La actitud de buscar “resquicios” en la Ley de Dios podría ser aún más peligrosa que la completa desobediencia a la Ley. “La fortaleza más poderosa del vicio en nuestro mundo no es la vida inicua del pecador abandonado o del paria degradado; es la vida que parece virtuosa, honorable, noble, pero en la cual se fomenta un pecado, se abriga un vicio. [...] El que, dotado de elevados conceptos de la vida, la verdad y el honor, viola intencionalmente un precepto de la santa Ley de Dios pervierte sus nobles dones hasta convertirlos en una tentación para pecar” (Ed 150).

Lee Proverbios 6:30 y 31. ¿Qué dicen estos versículos acerca de lo que hace una persona desesperada?

La pobreza y la necesidad no justifican el robo: el ladrón es culpable aun si “tiene hambre” (vers. 30). Aunque el ladrón hambriento no debe ser despreciado, debe reponer siete veces lo que ha robado; lo que muestra que, por des- esperada que sea su situación, no justifica el pecado. Además, la Biblia insiste en que nuestro deber es atender a las necesidades de los pobres, para que no se sientan forzados a robar para sobrevivir (Deut. 15:7, 8).

Es interesante que, después de pasar del adulterio al robo, ahora regresa al adulterio (Prov. 6:32-35). Los dos pecados son un tanto similares. En ambos casos, alguien está tomando ilegalmente lo que pertenece a otro. Sin embargo, hay una diferencia vital entre el robar y el adulterar: en el primer caso, solo se trata de la pérdida de un objeto; mientras que el segundo es mucho más grave. Se puede restituir lo robado, pero en los casos de adulterio, el daño puede ser mucho mayor que en el caso de un robo, sobre todo, si hay niños de por medio.

‘No fornicarás’. Este Mandamiento no solo prohíbe las acciones impuras, sino también los pensamientos y los deseos sensuales, y toda práctica que tienda a excitarlos. [...] Cristo, al enseñar cuán amplia es la obligación de guardar la Ley de Dios, declaró que los malos pensamientos y las miradas concupiscentes son tan ciertamente pecados como el acto ilícito” (PP 317).


Jueves 15 de enero
LA AMENAZA DE MUERTE

La mayor parte de la gente no piensa en la muerte cuando peca; piensa en otras cosas, generalmente, la gratificación y el placer que derivan de su pecado. Tampoco ayuda el hecho de que la cultura popular a menudo exalta el adulterio y otras maldades. En contraste, el libro de Proverbios pone el pecado en su perspectiva correcta, una visión señalada por Pablo mucho más tarde: “La paga del pecado es muerte” (Rom. 6:23).

Lee Proverbios 7:22 y 23. ¿Qué hace que el adúltero esté indefenso ante la amenaza de muerte?

Se describe a quien va “tras ella” como alguien que ha perdido su personalidad y su voluntad. Ya no piensa más. La expresión al punto sugiere que no se toma mucho tiempo para la reflexión. Se lo compara con un buey que va “al degolladero”, a un “necio [que va] a las prisiones” y a un “ave que se apresura a la red”. Ninguno de estos se da cuenta de que su vida está amenazada.

Lee Proverbios 7:26 y 27. ¿Qué hace que la mujer inmoral sea mortífera?

Es posible que la mujer aquí descrita sea más que una “mera” adúltera. Ella representa valores opuestos a la sabiduría. Salomón emplea esta metáfora para advertir a su discípulo contra cualquier forma de mal. El riesgo es enorme, porque esta mujer no solo hiere, también mata; y su poder es tal que ha matado aun a los hombres más fuertes. Es decir, otros antes que tú, más fuertes que tú, no han podido sobrevivir al trato de sus manos. El lenguaje universal de este pasaje sugiere que el autor bíblico está hablando acerca de la humanidad en general. (La palabra hebrea sheol, en el texto, no tiene nada que ver con el “infierno”, como se cree generalmente; en realidad, designa el lugar donde se encuentran ahora los muertos: el sepulcro.)

Al fin, el pecado, ya sea de adulterio u otro, conduce a la aniquilación; el opuesto a la vida eterna, que Dios anhela que todos tengamos.

No es extraño que el lenguaje sea fuerte, dado que estamos tratando con asuntos de vida eterna o muerte eterna.

Piensa en algunas personas “fuertes” que cayeron de una manera estrepitosa. ¿Por qué eso debería hacernos temblar? ¿Cuál es tu única protección?



Viernes 16 de enero
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “Satanás les ofrece a los hombres los reinos del mundo a cambio de que ellos le entreguen la supremacía. Muchos sacrifican así el cielo. Mejor es morir que pecar; mejor es necesitar que defraudar; mejor es pasar hambre que mentir” (TI 4:485).

“Prefiramos la pobreza, el oprobio, la separación de nuestros amigos o cualquier sufrimiento antes que contaminar el alma con el pecado. La muerte antes que el deshonor o la transgresión de la Ley de Dios, debiera ser el lema de todo cristiano. Como pueblo que profesa ser constituido por reformadores que atesoran las más solemnes y purificadoras verdades de la Palabra de Dios, debemos elevar la norma mucho más alto de lo que está puesta actualmente” (TI 5:137).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. ¿De qué modo podemos tomar seriamente la gravedad del pecado sin caer en la trampa del fanatismo? Al mismo tiempo, ¿cómo podemos ser obedientes a la Ley de Dios sin caer en el legalismo?

2. Lee Éxodo 20:1 al 17. ¿De qué forma se relacionan los Diez Mandamientos entre sí? ¿Por qué si violamos abiertamente un Mandamiento es probable que transgredamos también otros? (Ver Sant. 2:11). ¿Qué ejemplos puedes encontrar en los que la transgresión de uno de los Mandamientos ha llevado a la transgresión de otros?

3. Medita en la idea de que, como pueblo, podamos usar la religión para justificar acciones equivocadas. No es difícil hacerlo, especialmente si uno tiene la tendencia a sostener “el amor” como la norma final del bien y del mal. Después de todo, piensa en todas las cosas malas hechas bajo el pretexto del “amor”. Entonces, ¿de qué manera la Ley sigue actuando como un modo de proteger a la gente (ya sea de sí misma o de otros) que, de otra forma, sería conducida al pecado?

4. Considera otra vez la pregunta que está al final de la sección del domingo, sobre confundir los símbolos con la realidad. ¿Cómo es esto posible? Por ejemplo, ¿de qué manera la idolatría puede llevar a esto? ¿Qué tradiciones, que son representativas de verdades espirituales, podrían ser confundidas con esas verdades mismas?