lunes, 9 de febrero de 2015

Lección 7: ¿CÓMO TRATAR CON LAS PELEAS? (Para el 14 de febrero de 2015)

CÓMO TRATAR CON LAS PELEAS


Sábado 7 de febrero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Proverbios 17; 1 Corintios 13:5-7; Juan 8:1-11; Proverbios 18; Proverbios 19; Deuteronomio 24:10-22.

PARA MEMORIZAR: “Mejor es un bocado seco, y en paz, que casa de contiendas llena de provisiones” (Prov. 17:1).

Proverbios denuncia otra vez el engaño de las apariencias. Puede ser que parezcamos tener todo lo que el mundo ofrece −riqueza, poder, placeres, fama−, no obstante, detrás de la fachada florecen la tensión y la miseria. Aun es posible que la causa de esta tensión y miseria sean, precisamente, la riqueza y los placeres que la gente persigue con tanto afán. Como lo destaca un proverbio egipcio: “Mejor es el pan con un corazón contento, que la riqueza con fastidio” (Miriam Lichtheim, “Instructions”, Ancient Egyptian Literature, II:156).

De acuerdo con el libro de Proverbios, el primer paso para resolver este problema es reconocer cuáles son nuestras prioridades: las relaciones pacíficas son más importantes que la riqueza (Prov. 17:1). Lo que importa no es tanto lo que tenemos, sino quiénes somos dentro de nosotros mismos. El consejo que sigue ayudará a restaurar esta prioridad y a conducirnos a tener paz interior (hebreo, shalom), que aumentará nuestra felicidad.

Domingo 8 de febrero
EL PECADO Y LOS AMIGOS

Lee Proverbios 17:9 y 19:11. ¿Qué punto vital se presenta en estos textos? ¿De qué forma debemos tratar con otros que caen?

Cuando alguien comete un error, es muy tentador difundir la historia, contarla a otros. ¿Oíste acerca de lo que hizo Fulano de Tal? Aunque actuemos como si estuviéramos consternados por la acción, seguimos con el deseo de contar a otros lo que sucedió. Esto significa que estamos chismeando, y es precisamente en contra de eso que se nos advierte, porque esta conducta generará contiendas, aun entre amigos cercanos. Después de todo, si un amigo tuyo tiene una caída, ¿qué clase de amigo eres, si vas por allí contándoselo a otros?

En cambio, se nos advierte que debemos “cubrir” la falta. Sin embargo, esto no implica que debamos esconder el pecado, actuar como si nunca hubiera ocurrido, como si la persona nunca hubiese hecho nada malo. El pecado que está encubierto todavía está presente, pero escondido. En realidad, en esta expresión, la palabra hebrea para “cubrir” tiene la connotación específica de “perdonar” (Sal. 85:2; Neh. 4:5). El amor, y no el chisme, debe ser nuestra res- puesta a la equivocación de una persona.

Lee Proverbios 17:17 y 1 Corintios 13:5 al 7. ¿De qué modo el amor ayuda a afrontar la equivocación de un amigo?

Uno no ama a su cónyuge o a un amigo porque sean perfectos: los amamos a pesar de sus errores y fallas. Solo mediante el amor aprendemos a no juzgar a otros porque, a causa de nuestras propias faltas y errores, podemos ser tan culpa- bles como ellos. En cambio, podemos lamentarnos con ellos por lo que hicieron y procurar, de cualquier manera en que podamos hacerlo, ayudarlos a superar la situación. Después de todo, ¿para qué están los amigos, si no para esto?

Piensa en una ocasión en que te equivocaste mucho y te perdonaron, te ayudaron y te consolaron. ¿Qué te dice esto acerca de cómo debes comportarte con otros?

Lunes 9 de febrero
¡SÉ JUSTO!

El amor verdadero no es ciego. El que “cubramos” con amor el error de alguien no significa que no veamos el pecado ni que no lo reconozcamos como tal. El amor y la justicia van juntos. La palabra hebrea para “justicia”, tsedeq, también significa “amor”, “caridad”. No podemos tener compasión verdadera si no somos justos, y no podemos ser justos si no tenemos compasión y amor. Los dos conceptos deben estar unidos.

Por ejemplo, el ejercicio de la caridad hacia los pobres no debe ser hecho a expensas de la justicia; por eso, está la recomendación de no favorecer al pobre en el tribunal (Éxo. 23:3). Si el amor nos obliga a ayudar a los pobres, sería injusto favorecerlos cuando están equivocados sencillamente por ser pobres. La justicia y la verdad deben, por lo tanto, ir juntas con el amor y la compasión. Este sabio equilibrio caracteriza la Torá y la Ley de Dios, y se enseña y promueve en el libro de Proverbios.

Lee Proverbios 17:10 y 19:25. ¿Qué dicen estos textos acerca de la necesidad de la reprensión y la confrontación?

El hecho de que Proverbios 17:10 siga inmediatamente al llamado de cubrir los errores mediante el amor (Prov. 17:9) no es por casualidad. Esta mención de “reprensión” en relación con el “amor” pone al amor en la perspectiva correcta. El texto implica una reprensión severa.

Lee Juan 8:1 al 11. ¿De qué modo trató Jesús con el pecado?

“En su acto de perdonar a esta mujer y estimularla a vivir una vida mejor, el carácter de Jesús resplandece con la belleza de la justicia perfecta. Aunque no toleró el pecado ni redujo el sentido de la culpabilidad, no trató de condenar sino de salvar. El mundo tenía, para esta mujer pecadora, solamente desprecio y escarnio; pero Jesús le dirigió palabras de consuelo y esperanza. El Ser sin pecado se compadece de las debilidades de la pecadora, y le tiende una mano ayudadora. Mientras los fariseos hipócritas la denuncian, Jesús le ordena: ‘Vete, y no peques más’ ” (DTG 427).

Martes 10 de febrero
OTRA VEZ LAS PALABRAS

Lee Proverbios 18. Aunque aquí se presentan diversos temas, con­ céntrate en lo que dice acerca de nuestras palabras. ¿Qué conceptos importantes se presentan aquí con respecto a lo que decimos o a lo que no decimos?

Otra vez se nos confronta con el poder de las palabras; en este caso, vemos cómo los necios usan sus bocas para su propia destrucción. El versículo 13 es especialmente iluminador. Cuán fácil es hablar antes de escuchar con cuidado y discernir lo que se nos dijo. Cuántas veces podríamos habernos ahorrado, a nosotros y a otros, un dolor innecesario si solo hubiéramos aprendido a pensar con cuidado lo que acabamos de escuchar antes de responder a ello. Además, también es cierto que hay momentos en que el silencio es la mejor respuesta.

Lee Proverbios 18:4. ¿Por qué las palabras de los sabios son como aguas profundas?

La imagen de “aguas profundas” se usa en el libro de Proverbios para representar la sabiduría (Prov. 20:5). Transmite la idea de tranquilidad y, también, de profundidad y riqueza. Los sabios no son superficiales. Obtienen sus palabras de lo profundo de su reflexión y de experiencias personales. ¿Quién no se ha maravillado, a veces, por los pensamientos profundos de quienes tienen sabiduría y conocimiento?

Lee Proverbios 18:21. ¿Qué significa esto?

Proverbios nos dice de nuevo lo que deberíamos saber: nuestras palabras son poderosas, y pueden constituirse en una fuerza para el bien o para el mal, para la vida o para la muerte. Por eso debemos ser cuidadosos al usar esta potente herramienta.

Piensa en una ocasión en la que las palabras de alguien te hirieron muchísimo. ¿Qué te enseñó eso acerca de cuán poderosas son las palabras? ¿Qué te enseña acerca de cuán cuidadoso debes ser con lo que dices?

Miércoles 11 de febrero
LOS DOS LADOS DE UNA HISTORIA

Lee Proverbios 18:2 (si es posible, en la Nueva Versión Internacional). ¿Por qué los necios necesitan tiempo para formar sus opiniones?

Los necios están tan seguros de sí mismos y tan ansiosos de expresar sus propias opiniones (es decir, descubrir su corazón) que no se interesan en aprender de otros. Sus mentes cerradas se conjugan con sus bocas abiertas. Esta es una combinación mortal. Cuán cuidadosos debemos ser, para que no nos encontremos haciendo lo mismo, especialmente en un tema en el que estamos convencidos de estar en lo cierto.

Después de todo, ¿no nos hemos sentido muy seguros sobre un tema en algún momento, solo para encontrar más tarde que estábamos equivocados? Esto no significa que no debamos tener convicciones o estar seguros de nuestros conceptos; solo significa que necesitamos algo de humildad, pues ninguno de nosotros tiene todas las respuestas, y aun cuando nuestras respuestas sean correctas, la verdad a menudo es más profunda y tiene más matices de los que podemos apreciar o comprender.

Lee Proverbios 18:17. ¿Qué punto importante se presenta aquí?

Solo Dios no necesita una segunda opinión, precisamente porque su naturaleza ya la tiene pues sus ojos están en todas partes (Prov. 15:3). Dios tiene la capacidad de ver todos los lados de un asunto. Nosotros, por el contrario, solemos tener una visión muy limitada de las cosas; idea que tiende a volverse aún más estrecha cuando nos decidimos por una posición, especialmente en asuntos que nosotros pensamos que son importantes.

Sin embargo, como ya debemos saber, siempre hay dos o más lados en una historia, y cuanta más información tengamos más correcta será nuestra visión acerca del tema.

Piensa en una ocasión en que estabas absolutamente convencido de algo, tal vez una idea que tuviste toda la vida, solo para descubrir más tarde que habías estado equivocado todo ese tiempo. ¿Qué debe decirte esto acerca de tu necesidad de estar abierto a la posibilidad de que puedas estar equivocado acerca de las cosas que ahora te entusiasman más?

Jueves 12 de febrero
SÉ VERAZ

Un rey necesitó designar un nuevo ministro para el cargo más alto de su reino. Para ello, organizó un concurso especial acerca de la mentira: quién podría pronunciar la mentira más grande. Todos sus ministros se inscribieron, y cada uno fue y dijo su mentira más grande. Pero el rey no estuvo satisfecho; sus mentiras parecían pobres. El rey, entonces, preguntó a su consejero más confiable:

–¿Por qué no te presentaste al concurso?
–Majestad, lamento haberlo defraudado, pero no puedo inscribirme en ese concurso –contestó el consejero.
−¿Por qué no? –preguntó el rey.
−Porque nunca miento –respondió el consejero.

El rey decidió designarlo a él para el cargo.

Como pecadores, mentir es para nosotros más fácil de lo que pensamos; por ello, cuán cuidadosos debemos ser con nuestras palabras.

Lee Proverbios 19. Aunque aquí aparecen muchos temas, ¿qué dice acerca del mentir?

El libro de Proverbios sostiene una elevada norma ética. Es mejor continuar siendo pobre o aun perder una promoción si, para obtenerla, tenemos que mentir o sacrificar nuestra integridad (Prov. 19:1), si tenemos que hacer trampas o el precio es la falta de fidelidad (Prov. 19:22).

Lee Proverbios 19:9. ¿Cuál es la responsabilidad de un testigo?

Mentir, en sí mismo, ya es bastante malo; pero hacerlo en un tribunal y bajo juramento es aún peor. En muchos países, el perjurio es un crimen, y muy serio. El testigo, por lo tanto, debe dar un testimonio veraz. No es accidental que este versículo siga a la mención de los “amigos de quienes reparten regalos” (Prov. 19:6, NVI), y del pobre que es odiado por sus amigos y aun por sus hermanos (Prov. 19:7). El punto es: los testigos no deben ser influenciados por sobornos o por la condición social de aquel de quien testifican.

Lee Deuteronomio 24:10 al 22. ¿Qué principio importante se ve aquí, y cómo debemos aplicar esto a nosotros mismos y en nuestro trato con los necesitados?

Viernes 13 de febrero
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “El espíritu de la chismografía es uno de los agentes esenciales que tiene Satanás para sembrar discordia y disensión, para separar amigos y minar la fe de muchos en la veracidad de nuestra posición. Hay hermanos y hermanas que propenden demasiado a hablar de las faltas y de los errores que creen ver en los demás, y especialmente en aquellos que han dado sin vacilar los mensajes de reprensión y amonestación que Dios les confiara” (JT 1:492; TI 4:193).

“Los hijos de estos quejosos escuchan con oídos abiertos y reciben el veneno del desafecto. Los padres están así cerrando ciegamente las avenidas por medio de las cuales se podrían alcanzar los corazones de los hijos. Cuántas familias sazonan sus comidas diarias con dudas y preguntas. Disecan el carácter de sus amigos, y lo sirven como un delicado postre. Circula por la mesa un precioso trozo de calumnia, para que lo comenten no solamente los adultos, sino también los niños. Esto deshonra a Dios. Jesús dijo: ‘En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeñitos, a mí lo hicisteis’” (TI 4:193, 194).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Siempre resulta difícil callar cuando los que amas se equivocan. Y es tan fácil tratar de disimularlo. ¿De qué modo alcanzamos un equilibrio correcto en situaciones como estas? Ciertamente, necesitamos mostrar gracia, así como recibimos gracia por nuestros errores. Pero ¿significa esto que siempre, o alguna vez, la persona pueda seguir pecando con impunidad y no afrontar las consecuencias? ¿Cuál es el camino correcto en situaciones como estas?

2. Tal como dice la lección de esta semana, la mayor parte de las cosas de la vida son muy complicadas y tienen muchas facetas. Por eso, aun aquellas cosas en las que estamos en lo correcto pueden ser más complejas de lo que entendemos. ¿Cómo podemos aprender a tener la mente abierta y, al mismo tiempo, no ser necios acerca de ello?

3. ¿Cuáles son algunas maneras en que podemos mentir sin usar ninguna palabra? 

martes, 3 de febrero de 2015

Lección 6: LO QUE CONSIGUES NO ES LO QUE VES (Para el 7 de febrero de 2015)

LO QUE CONSIGUES NO ES LO QUE VES


Sábado 31 de enero
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Proverbios 14; Daniel 7:25; Marcos 12:30, 31; Proverbios 15:13; Isaías 5:20; Proverbios 15; Mateo 20:26-28.

PARA MEMORIZAR:

“Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Prov. 14:12).

Como dijo Pablo: “Ahora vemos por espejo, oscuramente” (1 Cor. 13:12). Vemos muy poco, y lo que vemos siempre resulta filtrado por nuestras propias mentes. Nuestros ojos y oídos –en realidad, todos nuestros sentidos− nos dan solo una limitada visión de lo que realmente está allí afuera.

También podemos ser engañados no solo acerca del mundo externo, sino también acerca de nosotros mismos. Nuestros sueños, nuestros conceptos y nuestras opiniones pueden darnos imágenes muy distorsionadas de cómo es la realidad. De todos los engaños, ese puede ser el peor.

¿Qué debemos hacer, entonces, para protegernos de estos engaños? Proverbios nos da un consejo básico: no debemos confiar en nosotros mismos, como hacen los necios. Por el contrario, debemos confiar en Dios, quien controla el curso de los eventos aun cuando todo parezca ir mal. En pocas palabras, necesitamos vivir por fe, y no meramente por vista, porque la vista puede ser enormemente engañosa, al mostrar solo una pequeña porción de lo que es real, y además –peor aún–, distorsionar lo poco que nos muestra.

Domingo 1 de febrero
LA CERTEZA DEL NECIO

Lee Proverbios 14. ¿Qué dice acerca del necio?

El necio habla con soberbia (Prov. 14:3). La primera imagen del necio tiene que ver con “la vara de la soberbia”. La idea de la vara, asociada con los labios del necio, implica su castigo final. Sus palabras orgullosas resultaron en un golpe dado sobre sus labios; resultado que aparece en contraste con los labios del sabio, que son protegidos (ver también Dan. 7:8).

El necio se burla de la sabiduría (Prov. 14:6-9). Aunque el necio parece buscar sabiduría, en realidad no cree en ella y es escéptico hacia ella. No la encontrará porque, en su propia opinión, no hay sabiduría fuera de sí mismo. Lo más terrible es su actitud hacia la violación de la Ley. ¿Qué podría ser más mortal que burlarse de la idea del pecado?

El necio es crédulo (Prov. 14:15). Paradójicamente, el necio se burla de esos idealistas que todavía creen en los valores de la sabiduría; él ha perdido su capacidad de pensar críticamente acerca de lo que oye: “todo lo cree”. La ironía de esta situación es que golpea el centro de la sociedad secular. Las personas escépticas ridiculizan a Dios y se burlan de la religión, pretendiendo que estas creencias son para los niños y los ancianos; no obstante, ellos mismos creen a menudo en algunas de las cosas más tontas, tales como la creación de la vida sobre la tierra por el solo azar.

El necio es impulsivo (Prov. 14:16, 29). Como el necio cree que tiene la verdad dentro de sí mismo, no se toma tiempo para pensar. Su reacción será rápida, dictada mayormente por un impulso.

El necio oprime a otros (Prov. 14:21, 31). Los mecanismos de la opresión y de la intolerancia aparecen sugeridos en la psicología del necio. Es intolerante con los demás y los tratará con desprecio (ver Dan. 7:25; 8:11, 12).

Es fácil ver los rasgos de un necio en los demás, pero ¿qué diremos de nosotros mismos? ¿Cuáles de estas fallas de carácter necesitas reconocer primero, y luego procurar vencer, por la gracia de Dios?

Lunes 2 de febrero
EL TEMOR DEL SABIO

Lee otra vez Proverbios 14. ¿Qué dice acerca del sabio?

El sabio habla con humildad (Prov. 14:3). El sabio refrena sus labios. Su reflexión silenciosa es motivada por una falta de autosuficiencia arrogante. Para el sabio, la otra persona podría tener razón; por lo tanto, el sabio se toma el tiempo para pensar en ello y pesar la evidencia. También guarda silencio porque escucha, listo para aprender de los demás.

El sabio valora el aprendizaje y el conocimiento (Prov. 14:6, 18). Es difícil para el necio aprender porque le resulta difícil sentarse a los pies de un maestro; en contraste, es fácil para el sabio aprender por causa de su humildad. Gozará de la experiencia de aprender y de crecer. También, esta búsqueda de la sabiduría, de algo que no se tiene, es lo que lo hace sabio.

El sabio es cauto (Prov. 14:15). El sabio sabe que el pecado y el mal existen, por lo tanto, será cuidadoso por donde camine. No confiará en sus sentimientos y opiniones personales; revisará las cosas y pedirá consejo. No obstante, siempre será cuidadoso acerca de lo que otras personas dicen de él; separará lo bueno de lo malo (1 Tes. 5:21).

El sabio es apacible y paciente (Prov. 14:29, 33). El sabio puede quedar tranquilo porque no confía en “sus caminos” (vers. 14), sino que depende de la “rectitud” de su camino (vers. 2). Su fe en Dios le permite relajarse y ejercer control propio (Isa. 30:15). El temor de Dios le da confianza (Prov. 14:26).

El sabio es compasivo y sensible (Prov. 14:21, 31). Los dos Mandamientos: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón” y “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” están vinculados (Mar. 12:30, 31). No podemos amar a Dios y, al mismo tiempo, tratar mal a las demás personas. La mayor expresión de nuestra fe es cómo tratamos a otros, especialmente a los que sufren necesidad.

“No comprendemos cuántos de nosotros andamos por la vista, y no por la fe. Creemos en las cosas visibles, pero no apreciamos las preciosas promesas que se nos ha dado en su Palabra” (NEV 87). ¿Qué significa andar por fe y no por vista? ¿Cómo podemos hacer eso?

Martes 3 de febrero
LOS OJOS DE JEHOVÁ

“Los ojos de Jehová están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos” (Prov. 15:3). ¿Cómo te hace sentir este texto, y por qué?

El tono de Proverbios cambia en los siguientes dos capítulos. Estos son más teológicos que los anteriores, y se hacen más referencias a Dios que en ellos. También, se nos dicen cosas sorprendentes acerca de él: que sus ojos están en todo lugar (Prov. 15:3).

Esta conciencia aguda de la presencia de Dios es precisamente lo que los antiguos israelitas llamaban “el temor de Jehová”. La misma asociación se encuentra en los Salmos: “El ojo de Jehová [está] sobre los que le temen” (Sal. 33:18). Del mismo modo, Job describe a Dios como mirando hasta los fines de la Tierra, y ve todo lo que sucede bajo los cielos (Job 28:24). Por esto, Job concluye que “el temor del Señor es la sabiduría” (Job. 28:28).

Este proverbio nos recuerda la capacidad de Dios de ver el bien y el mal, no importa dónde estemos. Como lo entendió Salomón (1 Rey. 3:9), la verdadera sabiduría es la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. En el ámbito humano, esta percepción nos debe ayudar a recordar siempre que debemos hacer el bien y nunca el mal, porque Dios ve todo lo que hacemos, aun cuando nadie más lo advierta. Nos engañamos a nosotros mismos pensando que, por el momento, nos salimos con la nuestra haciendo el mal; que realmente nos escapamos con él. A la larga, nunca es así.

Por lo tanto, seamos diligentes, pues “no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Heb. 4:13).

Lee Proverbios 15:3, Isaías 5:20 y Hebreos 5:14. ¿Qué mensaje vital tienen estos versículos para nosotros, especialmente en una épocas en que los mismos conceptos de “bien y de mal” a menudo están confusos? Muchos ahora afirman que el bien y el mal son relativos o, sencilla­ mente, ideas humanas que no tienen existencia objetiva fuera de lo que digamos. ¿Qué está mal con esa idea sobre el bien y el mal, y por qué es muy peligroso sostenerlo?

Miércoles 4 de febrero
EL GOZO DE DIOS

Lee Proverbios 15. ¿Por qué el gozo es un bien tan grande para el hombre?

La Escritura no nos promete una vida sin pruebas. Como Jesús mismo dijo: “Basta a cada día su propio mal” (Mat. 6:34). Proverbios 15:15 explica que en medio de los días malos, el que mantiene un corazón contento lo pasará mejor. Vendrán el dolor, el sufrimiento y las pruebas, y a menudo no podremos controlar ni el cuándo ni el cómo. Lo que podemos controlar, por lo menos hasta cierto punto, es cómo elegimos reaccionar ante ellos.

Lee Proverbios 15:14, 23. ¿Cuál es la parte de Dios en este gozo?

Aunque el texto bíblico no menciona explícitamente la razón para este gozo, el pensamiento paralelo entre los versículos 13 y 14 sugiere que el “corazón contento” es “el corazón del entendido”. Es el corazón del que tiene fe y ve la redención más allá del problema presente. Por esto la fe en Dios es tan importante; por eso es vital que conozcamos por nosotros mismos, por nuestra propia experiencia, la realidad de Dios y de su amor. Entonces, no importa qué pruebas nos sobrevengan, cualquiera que sea el sufrimiento que afrontemos, los que tengamos entendimiento lo soportaremos, porque conoceremos personalmente el amor de Dios.

Proverbios 15:23 nos da otra idea importante. El gozo se produce más por lo que damos que por lo que recibimos. La buena palabra que se comparte con otros dará gozo al que la dio. ¿Quién no ha experimentado las bendiciones que provienen de bendecir a otros, sea de palabra o de hecho, o de ambos? Como ya vimos en Proverbios, nuestras palabras tienen poder; pueden hacer mucho bien o mucho mal. Y cuánto mejor es cuando hacen un gran bien, no solo para aquel que lo recibió, sino además para quien lo hace.

¿Cuán bien conoces el amor de Dios, personalmente? ¿Qué cosas podrías hacer para abrir aún más tu corazón a esta verdad importante? Considera cuánto mejor sería la vida si conocieras la realidad del amor de Dios.

Jueves 5 de febrero
LA SOBERANÍA DE DIOS

Todos tenemos sueños y hacemos planes, y no obstante, las cosas salen en forma diferente; a veces para mejor, a veces para peor. La Biblia reconoce el valor de la responsabilidad y la libertad humanas. No obstante, la Biblia también afirma el control de Dios sobre los eventos (ver Prov. 20:24; 21:31; Dan. 2; 7).

¿Qué dice Proverbios 16:1? ¿Cómo hemos de entender este texto?

Nos preparamos y hacemos planes, pero la última palabra pertenece a Dios. Esto no significa que nuestros preparativos sean inútiles. Pero, en la vida de fe, si sometemos nuestros planes a Dios él obrará con ellos, y nuestros planes serán dirigidos por él (Prov. 16:9), y en última instancia, afirmados por él (Prov. 16:3). Dios usará aun la obra de nuestros enemigos en nuestro favor (Prov. 16:4, 7).

Aunque estas no son ideas fáciles de captar, especialmente cuando afrontamos situaciones difíciles, deben darnos consuelo y ayudarnos a confiar en Dios, aun cuando las cosas parezcan ir cada vez peor y nuestros planes no resulten como habíamos esperado. El punto clave para nosotros es aprender a rendir todo a Dios; si lo hacemos, podemos estar seguros de su conducción, aun en los tiempos más difíciles.

Lee Proverbios 16:18, 19. ¿Cuál es el lugar de la ambición en el éxito humano?

La Biblia no deja lugar para el azar. Pues aun cuando pensemos que el curso de los eventos es guiado por el azar, podemos confiar en que Dios sigue estando en los controles.

Al procurar comprender por qué ocurren las cosas, ¿de qué modo la realidad de la Gran Controversia nos ayuda a avanzar en medio de algunos problemas difíciles, con respecto a cómo ocurren las cosas que nos suceden?

Viernes 6 de febrero
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“Desde el principio, Satanás ha venido presentando a los hombres un cuadro de las ganancias que pueden obtenerse por la transgresión. Así sedujo a los ángeles. Así tentó a Adán y a Eva a que pecaran. Y así sigue todavía apartando a las multitudes de la obediencia a Dios. Representa el camino de la transgresión como apetecible; ‘empero su fin son caminos de muerte’ (Prov. 14:12). ¡Felices aquellos que, habiéndose aventurado en ese camino, aprenden cuán amargos son los frutos del pecado, y se apartan de él a tiempo!” (PP 779).

“Nada tiende más a fomentar la salud del cuerpo y el alma que un espíritu de gratitud y alabanza. Es un deber positivo resistir a la melancolía, a los pensamientos y los sentimientos de descontento; es un deber como el de orar. Si estamos destinados para el cielo, ¿cómo podemos portarnos como un séquito de plañideras, gimiendo y lamentándonos a lo largo de todo el camino que conduce a la casa de nuestro Padre?

“Los profesos cristianos que están siempre lamentándose y parecen creer que la alegría y la felicidad fueran pecado, desconocen la religión verdadera” (MC 194).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. Analiza la idea de que tenemos solo una visión limitada de la realidad. ¿Qué significa esto? ¿Qué cosas existen que sabemos que son reales, pero que sencillamente no podemos percibirlas, de ninguna manera? Por ejemplo, ¿cuántas ondas (de programas de radio, de satélites, de celulares) están en el aire alrededor de nosotros ahora mismo, que no podemos ver, ni escuchar ni sentir? ¿De qué modo la existencia de estas realidades debe ayudarnos a com- prender cuán limitados son nuestros sentidos? ¿Cómo estas cosas deben ayudarnos a entender otras realidades que no podemos ver, como por ejemplo, los ángeles?

2. ¿Por qué es importante que comprendamos las realidades del libre albedrío y la libertad de elegir que tenemos los seres humanos, aun si Dios está, en última instancia, en el control de todo? Aunque estos conceptos (la libertad humana de elección y la soberanía de Dios) parecen ser contradictorios, ambos son enseñados en la Biblia; por lo tanto, ¿cómo podemos reconciliarlos?