jueves, 1 de abril de 2010

Lección 1 para el 3 de abril de 2010: ¡Alabad a Dios, fuente de toda bendición!


Sábado 27 de marzo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA:
Mateo 22:37, 38; Romanos 12:1; Efesios 2:8, 9; 5:2; Colosenses 3:13; 2 Timoteo 1:9; 1 Juan 4:10.

PARA MEMORIZAR:
“Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre” (Salmo 103:1).

ASÍ COMO EL TELESCOPIO HUBBLE ha penetrado cada vez más profundamente en el universo, los misterios de la creación han llegado a ser cada vez más grandiosos. Si esa infinitud es incomprensible para men­tes finitas, cuánto más lo es la de su Creador, quien -necesariamente- es más complejo que lo que él creó. Si no podemos comprender el universo, ¿cómo podríamos comprender a aquel que lo hizo?

Zofar naamatita le preguntó a Job: “¿Descubrirás los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?” (Job 11:7). La respuesta es: no.

Como si todo esto no fuera suficiente, este Dios que creó el universo es aquel que, en la persona de Jesús, cargó no solo con nuestra humani­dad, sino también con nuestros pecados. El Dios que creó el universo afrontó, él mismo, el castigo por nuestras iniquidades, a fin de que pudié­ramos tener vida eterna.

Recordando siempre una verdad como esta, ¿cómo podríamos no amar a este Dios, y ofrecerle nuestra mejor alabanza y adoración?

UN VISTAZO A LA SEMANA: El apreciar el amor, el poder y la majes­tad de nuestro Dios debería conducirnos a una actitud de alabanza, aun en la peor de las situaciones.

Domingo 28 de marzo: NUESTRO DIOS DE AMOR

Al crear a la humanidad con una voluntad moral libre, es decir, al dar a los humanos la capacidad de escoger obedecer o desobedecer a Dios, él también hizo provisión para las consecuencias potenciales que se produ­cirían si la humanidad hacía la elección equivocada. Esa provisión es el “evangelio”, las buenas noticias de lo que Jesús ha hecho por nosotros a fin de restaurarnos a la vida eterna, la que debíamos tener cuando él nos creó.

Lee 2 Timoteo 1:9. Medita en las implicaciones de lo que Dios ha­bía preparado, el plan de salvación, aun antes de que el mundo comen­zara. ¿Qué nos indica esto acerca del amor incondicional de Dios por nosotros, que lo indujo a hacer esto antes de que existiéramos? ¿Cómo nos ayuda este texto a comprender qué es la gracia?

El amor y la gracia de Dios actuaban por nosotros aun antes de nues­tra existencia. El evangelio fue una garantía sobre nuestras almas. Dios sabía lo que sucedería y, en su amor y en su sabiduría, tenía el plan de sal­vación listo para afrontar la crisis cuando apareciera. Y en el centro de ese plan estaba la muerte de Jesús como sacrificio en nuestro lugar. La única forma de ser redimidos de nuestra condición caída era por medio de la Cruz, el evento en el que Dios mismo, en nuestra humanidad, soportó el castigo por nuestros pecados. Ninguna otra cosa podía lograrlo. No im­portaba el precio, Jesús estaba dispuesto a pagarlo en nuestro favor.

Entonces, ¿cómo debemos responder a tal amor por nosotros? Efesios 4:32; 5:2; Filipenses 2:5-8; Colosenses 3:13. ¿Cuál es el mensaje básico que estos tex­tos tienen en común?

Amar Incondicionalmente es un concepto extraño para el corazón humano. Casi siempre hay un motivo ulterior, manchado con el yo. No obstante, al mismo tiempo, si tuviésemos que esperar hasta que nuestros motivos fueran absolutamente puros, no podríamos hacer nada. ¿Cuánto tiempo deberías pasar meditando en el carácter de Cristo? ¿Cómo puede esto ayudarte a actuar más con ese amor in­condicional que nos ha sido manifestado en Jesús?

Lunes 29 de marzo: EL DIOS DE LA GRACIA

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8, 9). Resume en tus propias palabras el significado de este texto. Pre­gúntate: “¿Por qué la salvación debe ser por fe y no por obras? ¿Por qué las obras no nos pueden salvar?” Ver Gálatas 3:21.

Un joven epiléptico cayó, con convulsiones, sobre las vías del ferro­carril subterráneo de Nueva York, mientras un tren entraba en la estación. Sin vacilar, un extraño se arrojó sobre el joven, que se retorcía. Mante­niendo al joven aplastado, el hombre se acostó a su lado hasta que el tren se detuvo sobre él. Entonces, gritó: “¡Estamos bien!” Su arriesgado acto de negación propia salvó al joven de una muerte segura. ¡Qué ilustración poderosa de la gracia, un favor no merecido, de lo que Jesús ha realizado por nosotros! Cuan agradecido debió haberse sentido el joven hacia aquel hombre. ¿Cuánto más nosotros deberíamos estar agradecidos a Jesús por lo que hizo en nuestro favor?

La pregunta vital es: ¿Cómo manifestamos esa gratitud en nuestras vidas? Una cosa es hablar acerca de cuan agradecidos estamos por Jesús, o cuánto amamos a Dios por lo que Jesús hizo. Pero la prueba real de nuestra, fe son nuestras obras: obras que no tratan de ganar la salvación (no podemos hacerlo) sino que nacen de un corazón lleno de gratitud y alabanza por lo que se nos ha dado en Jesús y en sus promesas.

Sin embargo, a veces no es fácil apreciar completamente lo que Cris­to ha hecho por nosotros. En una clase de jóvenes en la que se explicaba el plan de salvación, un muchacho dijo: “Yo no he hecho nada para me­recer morir”. Sin embargo, el hecho es que todos merecemos la muerte. O, tal vez, se podría preguntar de otro modo: ¿Qué hemos hecho para merecer vivir o para merecer la vida eterna? ¿Qué tenemos nosotros para que Dios sufriera tanto para salvarnos?

Medita en el párrafo anterior. ¿Qué respuesta tienes a esas pregun­tas? Después de todo, ¿qué ha hecho alguno de nosotras para mere­cer la vida eterna? ¿Quién, entre nosotros, es tan digno de que Jesús muriera por él? ¿De qué modo esto te ayuda a comprender cuan agradecidos debemos estar por la salvación? ¿Cuan bien revelan tus obras esa gratitud?

Martes 30 de marzo: UNA RELACIÓN DE AMOR

Cuando le preguntaron cuál era el mandamiento más importante de todos, Jesús respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu cora­zón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento” (Mateo 22:37, 38). ¿Qué significa este texto? ¿Cómo he­mos de hacer lo que Jesús ordena?

Piensa en las increíbles implicaciones de estas palabras. El manda­miento más importante de todos no es guardar el sábado, ni las prohi­biciones contra el matar, el robar y el adulterio. Al contrario, el manda­miento más importante trata de lo que hay en nuestros corazones; trata de lo que está dentro de nosotros y no de las acciones exteriores, por importantes que sean.

Si el mandamiento más importante se refiere a nuestro amor a Dios, entonces el fundamento de todos los mandamientos es una relación. Des­pués de todo, ¿qué es el amor sino una relación, en la que amamos a Dios por sobre todos y por sobre todas las cosas?

¿Por qué el amor a Dios debe ser la relación más importante de todas? ¿Por qué es tan fundamental? ¿Qué peligros espirituales surgen si amamos cualquier cosa más que a Dios?

Dios tenía el propósito de que la humanidad fuera capaz de gozar de una relación especial con él. Era su propósito proveer un plano de experiencia para los humanos más elevado que para el resto de las cria­turas creadas. Esta verdad está reflejada en Génesis 1:26 al 28: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra”. Ninguna de las otras criaturas fue hecha a su imagen, ni recibió las res­ponsabilidades dadas a la humanidad. De aquí que los humanos no sean simios altamente desarrollados; hay una brecha enorme entre la humani­dad y el resto de la creación de Dios. Somos especiales, y parte de eso se revela en la relación de amor que Dios nos llama a tener con él, algo que los animales y las plantas no son capaces de experimentar.

¿Cuál es tu experiencia en cuanto a amar a Dios? ¿Cómo sabes que amas a Dios? Escribe un párrafo en el que expresas lo que esto signi­fica y de qué modo ese amor ha cambiado tu vida. Compártelo con la clase el sábado.

Miércoles 31 de marzo: ALABAR A DIOS

“Regocíjense en Dios. Cristo es luz, y en él no hay ningunas tinieblas. Miren hacia la luz. Acostúmbrense a expresar alabanzas a Dios. Hagan felices a otros. Esta es la primera obra de ustedes. Fortalecerá los mejores rasgos del carácter. Abran de par en par las ventanas del alma hacia el cielo, y permitan que entre la luz del sol de la justicia de Cristo. Por la mañana, al mediodía y a la noche, los corazones de ustedes podrán estar llenos con los brillantes rayos de la luz celestial” (El ministerio de la bondad, p. 83). ¿Cómo puedes tomar estas palabras y hacerlas una realidad en tu vida?

Sin duda, como cristianos, tenemos mucho por lo cual alabar a Dios; esto es, cualesquiera que sean nuestras, luchas, cualesquiera que sean nuestros temores, nuestros dolores, nuestras pérdidas y nuestros chascos, todos tenemos mucho para agradecer a Dios, ¿verdad? Después de todo, no importa cuál sea nuestra situación inmediata, todavía tenemos la espe­ranza y la promesa de la vida eterna en Jesús, la esperanza y la promesa de que “ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron” (Apocalipsis 21:4). Eso solo, si no hubiera otra cosa, nos da razones para alabar al Señor.

Cualesquiera que sean nuestras luchas ahora mismo, ¿qué cosas tenemos por las cuales alabar a Dios? Prepara una lista de ellas, e indica por qué estás agradecido a Dios por ellas.

Antes de que podamos alabar con sinceridad, necesitamos haber ex­perimentado personalmente la bondad de Dios. Necesitamos conocer por nosotros mismos la realidad de Dios y la realidad del amor de Dios por nosotros como individuos. Esto es algo que Dios hará por cualquiera y por todos los que se abran a su conducción. Son solo nuestros obstinados corazones y naturalezas carnales lo que nos impide conocer por nosotros mismos la bondad y el amor de Dios. Y, una vez que llegamos a conocer esa bondad y ese amor, ¿cómo no vamos a alabar a Dios?

¿Cómo podemos aprender a vivir más y más en una actitud de ala­banza y gratitud a Dios, a pesar de las pruebas y los sufrimientos que podamos afrontar?

Jueves 1º de abril: UN “CULTO RACIONAL”

“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que pre­sentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1).

Dios es un Dios de amor y gracia, y desea tener una relación especial con nosotros, como ninguna otra criatura puede gozar. El centro de esa relación es la Cruz y el plan de salvación porque, de todas las razones que tenemos para amar a Dios, la Cruz permanece, por lejos, como la mejor.

¿De qué modo 1 Juan 4:10 capta la esencia de lo que significa amar a Dios?

Cuando amas a alguien, las palabras de aprecio y alabanza son na­turales. Cuando damos nuestros corazones al Señor, recibimos el don del Espíritu Santo, y él nos llena con un profundo sentido de gratitud y apre­cio. De allí surgirá un corazón lleno de alabanza y adoración a Dios.

Pero, hay un punto importante que muchos olvidan. La verdadera alabanza a Dios involucra a todo el ser. Es decir, alabamos a Dios no solo en los niveles espiritual, emocional y mental, sino también con nuestros cuerpos físicos. La formación de hábitos saludables en la vida nos da cla­ridad mental y equilibrio en todo.

Los hombres de ciencia han descubierto fascinantes cambios físicos en el cerebro que siguen a prácticas habituales. Por ejemplo, las drogas producen cambios que llegan a estar firmemente arraigados y producen adicciones. La degeneración de los vasos sanguíneos también resulta en un mal funcionamiento del cerebro. Enfermedades como la de Alzheimer son el resultado de la destrucción de células del cerebro. Es claro que dependemos de nuestro estado físico para gozar de relaciones mentales, emocionales y espirituales claras. Muchos alimentos y bebidas, incluidos como elementos ocasionales en la dieta, quizá no tengan efectos medibles. Sin embargo, llegan a ser un problema cuando se incorporan como prácticas habituales. Alabamos a Dios con todo el ser al ofrecer nuestra vida entera como un sacrificio viviente.

Medita más sobre la idea de alabar a Dios con nuestros cuerpos. ¿Qué puede significar esto? ¿De qué modo nuestras elecciones pue­den ser un medio de alabar a Dios? Al mismo tiempo, ¿de qué modo las elecciones equivocadas en el estilo de vida pueden ser una mane­ra de negar a Dios?

Viernes 2 de abril

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee, en Patriarcas y profetas, el capítulo “El ungimiento de David”, páginas 691 a 695.

“David, en la belleza y el vigor de su juventud, se preparaba para ocupar una elevada posición entre los más nobles de la tierra. Empleaba sus talentos, como dones preciosos de Dios, para alabar la gloria del divino Dador. Las oportunidades que tenía de entregarse a la contemplación y la meditación sirvieron para enriquecerlo con aquella sabiduría y piedad. [...] Mientras contemplaba las perfecciones de su Creador, se revelaban a su alma concepciones más claras de Dios. [...] El amor que le inspiraba, los dolores que le oprimían, los triunfos que lo acompañaban, eran temas para su pensamiento activo; y cuando contemplaba el amor de Dios en todas las providencias de su vida, el corazón le latía con adoración y grati­tud más fervientes, su voz resonaba en una melodía más rica y más dulce, su arpa era arrebatada con un gozo más exaltado; y el pastorcillo procedía [...] de sabiduría en sabiduría; pues el Espíritu del Señor lo acompañaba” (Patriarcas y profetas, p. 695).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

En la clase, analicen las respuestas que dieron a la pregunta de lo que significa amar a Dios. ¿De qué modo, como seres caídos, amamos a Dios? ¿Qué significa esto? ¿En qué forma se diferencia el amor a Dios del amor a otras personas o a ciertas cosas?

¿Por qué la alabanza a Dios es tan importante para nosotros? ¿De qué modo la alabanza y la adoración nos acercan a Dios, y nos ayudan a conocer mejor a Dios y a amarlo más? Además, ¿por qué la alaban­za a Dios es especialmente importante durante los momentos de crisis? Después de todo, cualquiera puede alabar a Dios en los tiempos buenos. ¿Qué se requiere para ser capaz de alabarlo durante los tiempos malos?

Como hemos enfatizado toda la semana, la salvación es solo por fe. Ninguno de nosotros es bueno como para merecer la salvación, ni podríamos ser hechos buenos para merecerla. La salvación es un don, un regalo de Dios a una raza que está corrompida por el pecado y no tiene nada que ofrecer al Señor. Pero, al mismo tiempo, en la Biblia se nos llama a obedecer a Dios. En otras palabras, aunque no somos salvados por obras, las obras son una parte de lo que significa ser salvados. ¿Cómo entendemos la relación entre la fe y las obras? ¿Cómo podemos aprender a alabar a Dios y revelar nuestro amor a él mediante nuestras obras, sin enredarnos en la trampa de creer que esas obras nos salvan?

16 comentarios:

  1. Perdonadme el retraso en la publicación de la lección de esta semana, pero es que el cambio de trimestre ha traído como consecuencia que mi proveedor del texto de la lección ha debido dejar de hacerlo. Hasta que he encontrado un formato que me agradase para publicarlo han pasado unos días. Disculpas...

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  2. No hay nada que disculpar, querido JR. Un nuevo trimestre en el que como casi siempre solemos hacer con las cosas nuevas, empezaremos sin duda a estudiar con ilusión la lección. ¿Seguiremos todo el trimestre así?...

    Quiero lanzar una pregunta que inicie el debate o la comunicación al nuevo trimestre relacionado con la Salud y la Sanidad.

    ¿Qué razones te impulsan para alabar a Dios?

    Feliz semana a todos...

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  3. Buenas tardes a todos, JR estaba por escribirte por si necesitabas ayuda a la hora de incorporar la lección, por lo que si en algún momento sientes la necesidad de ayuda, aquí me tienes.

    En cuestión a la pregunta de Diego, voy a ser muy exiguo en palabras.

    Me impulsa el gran amor que ha tenido por mí. Alabado sea mi Dios por sacarme de las tinieblas a su luz admirable.

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  4. Gracias, querido Roberto, por tu ofrecimiento, que no cae en saco roto. Cuento contigo para cuando lo necesite, o para lo que tú me ofrezcas. Agradecido.

    Me he permitido "pintar" de rojo las frases de esta lección que me parecen más controvertidas, al menos para mí. Echadles un vistazo, y podríamos ir comentándolas juntos. ¿Qué os parece? Adelante...

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  5. .- Ahora bien para comprender dónde está el problema debemos entender el concepto de pecado.

    .- Gal 5:19 pero ésto no es pecado, sino frutos del pecado. Es decir que El hombre no es pecador porque hace esas acciones sino que hace esas acciones, en éste caso para las Iglesias negativas pero podríamos poner ejemplos de buenas acciones llenas de egoísmo, porque es pecador ya antes de realizarlas,

    ejemplifiquemos.
    (imaginad una huerta de naranjos…pero queremos que produzcan manzanas. No es posible. ¿verdad? Entonces ocurre que
    .- Muchos quieren corregir éste problema arrancando las naranjas, pero se olvidan de la raiz del problema, la esencia del pecado. ¿Qué es pecado entonces?
    .- Pecado es todo lo que no proviene de la fé, es vivir separado de la justicia=Jesús y decidme NADIE NACE AGARRADO DE LA MANO DE DIOS SINO SUMIDO EN UN CRUEL LLANTO LLENO DE INOCENCIA CULPABLE, ¿O NO? ASÍ QUE (VAYA CONSEJO QUE VOY A DAR..)

    .- ¿Quieres corregir tu vida? NO TRATES DE PORTARTE BIEN, NO LO LOGRARÁS, PER ACUDE A LOS BRAZOS DE JESÚS, Y ENCONTRARÁS LA JUSTICIA, Y LA SALVACIÓN…HERMANOS SIENTO QUE

    .- Hemos perdido mucho tiempo enfatizando sobre las conductas externa y olvidando que la vida xtna es mucho más profunda que nuestras conductas externas...

    Diego Calvo

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  6. Yo me pregunto, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de "Alabar" a Dios? ¿Son sólo palabras de aprecio, agradecimiento y reconocimiento?¿Las necesita Dios? ¿Las necesitamos nosotros?
    ¿Son acciones que debemos hacer para mostrar agradecimiento? ¿Es que debemos hacerlas?
    A mí me parece que es un poco buscarle los cinco pies al gato, como lo de la doctrina 28.
    Cada uno vivimos el amor que sentimos hacia Dios de manera personal y lo manifestamos de manera personal y única. No me gusta que me digan cómo debe ser mi relación con Dios.
    Esther

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  7. Querida Esther: cuando buscamos la unidad a través de la uniformidad, es normal que se pretenda instalar un sistema que marque las diferencias entre la forma correcta y la incorrecta de alabar. Sólo lo harás bien, y sólo Dios aceptará de buen grado tu alabanza si lo haces como la institución dicta que conviene.

    Pero cuendo se busca la unidad que se forja en la diversidad, esto cambia mucho. Ya no hay guardianes de la alabanza ortodoxa, sino gentes diversas que alaban de forma diversa, unidos en su diversidad. Almas que se expresan como el Espíritu de la Creatividad les da a entender. Una alabanza que sale de lo más íntimo del corazón, y que no siente miedo a hacer el ridículo, como no lo sintió el propio rey David, danzando medio desnudo ante el Arca que volvía a Israel. La alegría, tanto en la alabanza como en la propia vida, es un factor desestabilizante de las instituciones, y por ello no está muy bien vista. Tendrán que ir cambiando las cosas. O, mejor aún, tendremos que cambiarlas nosotros, a pesar del riesgo que eso conlleve.

    De todas formas, esto de la alabanza de esta semana no ha sido sino la excusa para hablarnos, de rondón, de otras cosas. De forma sibilina nos ha filtrado, como quien no quiere la cosa:

    -"Que la fe sólo se demuestra con obras"... ¡¡¡¿¿¿Peeeeeerdooooooón...???!!!

    -"Que debo amar a Dios más y mejor que a cualquier otra cosa, incluidos mis padres, mis hijos, mi esposa, mis amigos"... Y yo me pregunto: ¿Pero no es, precisamente, amando a mis padres, hijos, esposa y amigos como mejor amo a Dios. Si Dios es amor, está en medio mismo de mi amor por los demás. Luego jamás me hará escoger, porque hablar del amor que les tengo a los demás es hablar de la perfecta manifestación de Dios mismo en mi vida.

    -"Que debemos aprender a alabar a Dios aún en las más crueles circunstancias"... ¡Sí, claro... como hizo Job ¿no?!

    -"Que Dios estaba tan enfadado con nosotros, que sólo la sangre de un inocente en la cruz podía aplacar su ira"... ¿Así es el Dios en el que creemos? ¿Esa es la imagen que nos hacemos de Él?

    -"Que los animales y las plantas no son capaces de experimentar a Dios"... Y digo yo: tras el montón de estudios que demuestran las extraordinarias percepciones que el reino natural tiene de tantas cosas que nosotros ni captamos, ¿a quién se le ocurre afirmar de forma tan categórica que los animales no son capaces de captar de alguna manera a Dios? ¿Así es Dios, que crea criaturas que jamás tendrán la oportunidad de saber de Él? Se han hecho últimamente experimentos científicos con plantas. No tenemos ni idea de lo que pueden llegar a sentir. En una habitación se colocaron seis macetas con geranios. Un hombre entró en la estancia y partió por el tallo uno de los geranios y se lo llevó de allí. Acto seguido se colocaron unos medidores de impulsos y de ondas en los cinco geranios que quedaban, a manera de un encefalograma, para recoger los cambios que se pudieran producir en ellos durante el experimento. Después de unas horas fueron entrando personas en la habitación, sin producirse ninguna variación reseñable. Pero cuando entró la persona que había "matado" al geranio, los medidores empezaron a dispararse. El hecho de que las plantas no se muevan no significa que no puedan sentir...

    -"Que mis equivocaciones en mi estilo de vida niegan a Dios"... Si eso es así, de tanto negarlo acabará no existiendo de verdad. Y, desde luego, hay cosas de mí que lo niegan mucho más que lo que como o lo que bebo: mi egoísmo, mi falta de solidaridad, mis ganas de medrar, mi indiferencia ante el sufrimiento ajeno, mi codicia o mi indolencia. Ya es hora de que tengamos claro el orden de prioridades de nuestra vida espiritual.

    Ya veis, amigos y amigas: no hay nada como despistar un poco para poder entrar más fácilmente. Amagar, regatear y tirar a gol. Si no estamos atentos, no hay forma de parar el tiro, y nos la meterán por la escuadra. Amén...

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  8. 1 Juan 3:4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. según el comentario de Diego, el texto bíblico está equivocado.

    Gálatas 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, esto no son los frutos del pecado, sino las obras de la carne. Es decir las que hacemos solo para salvaguardar nuestra supuesta salvación.

    recuerda siempre el contexto

    Gálatas 5:23-26
    Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

    Existe una relación extrecha en como los frutos del espíritu ( trimestre pasado ) con la vida que debemos vivir, una vida basada en esos frutos y una lucha en no abandonar a Cristo.

    Santiago 2:14-26
    Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

    Juan Ramón, con lo que dices, ¿estás diciendo que la Biblia está equivocada?

    creo que debemos unifircar nuestro pensamiento al único que puede aclarar estas cuestiones, es decir a Dios, curiosamente las escrituras en estos textos son claros, por lo que argumentar entre obras y fe, cuando no se hablan en el mismo plano es un error. La fe en Dios te lleva a ser instrumento en sus manos y en el creyente surge las obras del espíritu, que no son para uno sentirse satisfecho porque no lo sabe, curiosamente es lo que Jesús le dice a los benditos de su padre, porque tuvo hambre y le dieron de comer, sed y le saciaron, desnudo y le vistieron, pero cuando esos benditos le preguntaron cuando hicieron eso ( es decir obraron ) si te fijas Jesús le dice, cuando a uno de estos mis hermanos lo hicísteis a mí me lo hicisteís, si esto no es obra del espíritu, apaga la luz y vamonos.

    Un saludo

    Andrés

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  9. Querido Andres:

    Gracias por tu análisis, debo añadir que grandes milagros y obras cómo las que menciona el texto bíblico, tales como dar de comer al hambriento y de beber al sediento, incluso conversiones¡¡¡¡ que sin embargo sólo demostraron un desconocimiento total y absoluto de Dios, además de ser obras portadoras de maldad junto con sus hacedores.

    No sé si te refieres a que mi comentario está equivocado o a algo en cuestión que yo haya podido mencionar. Pero te agradezco el interés que por lo menos has mostrado.

    Los comentarios que podéis leer están basados en la tesis doctoral de uno de los mayores maestros que ha podido dar el cristianismo a parte de Jesús y Pablo.

    Son comentarios de un grandísimo exégeta reconocido en el mundo entero, del que simplemente os aludo para que si os interesara de verdad, os pondrías en contacto conmigo...

    Gracias
    diego@gomas.jazztel.es

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  10. Entiendo tu forma de pensar, Andrés, aunque no la comparta. ¿Entiendes tú la mía? Fíjate que yo no he dicho que la Biblia se equivoque, eso lo has deducido tú. Tan sólo he añadido "¡¿Peeeeerdoooooón?! Es la pregunta admirativa de un sorprendido. Sorprendido al leer que la fe sólo se demuestra con obras. Pongamos la afirmación a la inversa. ¿Las obras demuestran fe? ¿Seguro? Podría traer aquí decenas y decenas de textos de la Biblia que contradicen esa forma de pensar. Y, entonces, estaríamos en la disyuntiva de decidir cuándo se equivoca, ¿cuando afirma una cosa o cuando afirma su contraria?

    No, Andrés. Los textos bíblicos fueron escritos por seres humanos, inspirados por el Espíritu de la Creatividad, para otros seres humanos, que esperan ser inspirados a su vez cuando los leen. Los que los escribieron estaban sujetos a su cultura y circunstancias, lo hicieron teniendo en cuenta la cultura y circunstancias de los receptores, y nosotros, cuando los leemos, también estamos sujetos a los mismos parámetros. Cuando interpretamos, unos y otros, los textos bíblicos deberíamos ser conscientes de que podemos errar al hacerlo. No porque alguien interprete de forma distinta a como lo hago yo, tendrá que estar irremediablemente equivocado. Quizá si somos capaces de poner sobre la mesa las dos interpretaciones, debatirlas y ponernos en cuestión a nosotros mismos, estaremos más cerca de la verdad que si nos empeñamos en tener razón...

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  11. buenos días, antes de irme a la iglesia, a profundizar en la Palabra de Dios, unas pequeñas aclaraciones:

    Juan Ramón, si te fijas, yo no deduzco sino pregunto porque me parece incongruente lo que dices, el texto bíblico fue inspirado por el Espíritu Santo, las escrituras si no mal recuerdo se interpretan a sí mismas y si te fijas tanto e texto que utilizo de Santiago concuerda con las palabras de Jesús, claro que hay obras sin fe, es lo que dice el apóstol son las obras de la carne, y claro que no existe fe sin obras, ya que la fe en sí es un perfeccionamiento de aquel al que creo sin ver. Esa fe llevada a obras no la hacemos nosotros, sino la aceptamos, son las obras del Espíritu Santo, que hace de mí mero instrumento de acción de Dios. Por eso Jesús reconoce a los que hicieron eso sin la obligación de hacerlo.

    Recuerda también como Jesús contó la parábola de los talentos, aquel que se sintió que con guardar lo que el señor le había dado, fue el desechado, aquellos que vivieron conforme a los dones dados, fueron los benditos del Padre.

    La Biblia es clara y la cuestión es cuando incorporamos el ámbito cultura y las circunstancias, por esa regla de tres, nuestra cultura hoy es la de adorar a Dios en Domingo y las circunstancias es que muchos pierden trabajo por aceptar el sábado, bajo esa premisa, pues dejemos de adorar a Dios en Sábado y vayamos los domingos a la iglesia, creo que Dios lo entenderá, son las circunstancias y la cultura social de nuestro entorno.

    Un saludo

    Andrés

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  12. Querido Andres:

    No creo hayas entendido a JR y me parece que tu forma de terminar tu comentario no es acertada.

    ¿Te puedo dar un consejo? Lee Gálatas por favor.

    En teología parece que todo vale y no es así. Parece que todos podemos hablar de fútbol, del partido del domingo, pero no todos saben de fútbol aunque hablen.

    En teología parece que hacemos lo mismo. Yo pido un respeto para los que saben un poquito, ¿No te parece Andrés?

    Gracias

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  13. Buenas tardes Diego, Gálatas lo he leído muchas veces y de muchas maneras, al final surge el mismo sistema de aceptación, el libro de Gálatas lo entiendes en el contexto de todos los escritos de la Biblia. Todavía nadie me ha demostrado que la fe es una acción hacia el otro. Y ni las circunstancias ni la cultura limitan la Biblia, porque si fue escrita en una circunstancia y con una cultura, queda todavía saber si esa circunstancia y cultura se asemeja a la de hoy, como no es así, tendremos que adaptar las escrituras a nuestra circunstancia y cultura, resultado, adoración a Dios en Domingo.

    Saludos

    Andrés

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  14. La parábola de los talentos no tiene nada que ver con el tema de las obras. Cometemos el error de interpretar estos relatos de Jesús como alegorías fijándonos en cada detalle y dándole un sentido particular. Pero cada relato de Jesús tiene un objetivo claro que se debe mirar en su conjunto y este es el que Joachim Jeremías llama “el punto culminante”, que encierra todo el mensaje principal de la parábola. Hay un libro buenísimo sobre ellas de este autor, “Las parábolas de Jesús”, para mí fue una revelación maravillosa de cómo es el Padre y de cómo es Jesús.

    Si tuviéramos que identificar cada elemento de las parábolas con una correspondencia real nos encontraríamos con muchas contradicciones: en la parábola de los talentos el amo cuando regresa a casa le dice al que enterró su talento “sabias que siego donde no sembré y recojo donde no esparcí” ¿podemos identificar a Jesús con un hombre injusto y cruel como el de la parábola? .

    Esto dice Joachim Jeremías:

    “¿Cómo tuvieron que entender los oyentes de Jesús la parábola? ¿En qué les hizo pensar especialmente el siervo que enterró su talento?… los oyentes de Jesús, al hablar de los siervos, tuvieron que pensar en primer lugar en los jefes religiosos, especialmente en los escribas. … se les ha confiado algo grande: la palabra de Dios. Pero, como los siervos de la parábola, tendrán que dar cuenta pronto de cómo han empleado el bien confiado: si lo han aprovechado según la voluntad de Dios o si, igual que el tercer siervo, inducidos por el egoísmo y el desdén inconsiderado del don de Dios, han privado a la palabra de Dios de su efecto…
    Originalmente las cinco parábolas de parusía han sido parábolas de crisis. Querían sacudir a un pueblo ciego y a su jefe ante la seriedad terrible de la hora. La catástrofe vendrá tan inesperadamente como el ladrón nocturno, como el esposo que aparece a medianoche, como el amo que regresa del banquete a una hora tardía, como el señor que vuelve de un largo viaje. ¡No os dejéis sorprender sin estar preparados!”

    Este es el mensaje de la parábola y no: ¡A ver que hacéis con los talentos porque como no me guste el resultado no os salvo y os echo a las tinieblas, al llanto y al crujir de dientes!

    ¡QUÉ MIEDO!

    Eva

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  15. Fíjate, Andrés, que ante la disyuntiva interpretativa que nos plantea el asunto de la fe y las obras, yo te propongo que intentemos encontrar un sendero común, una forma de entendernos con la podamos aprender el uno del otro, mientras que tú acabas llevando mi argumentación tan lejos, y tan caricaturizada, que termino abrazando el domingo como día de reposo. Imagino que percibes la diferencia. Yo intento crecer a tu lado. Tú me dices que si no creo lo que cuentas tú, estoy dando la Biblia por equivocada. No sé, no sé...

    Por cierto: quiero compartir con vosotros una cita de Tía Elena que aparece en el miércoles:

    “Regocíjense en Dios. Cristo es luz, y en él no hay ningunas tinieblas. Miren hacia la luz. Acostúmbrense a expresar alabanzas a Dios. Hagan felices a otros. Esta es la primera obra de ustedes. Fortalecerá los mejores rasgos del carácter. Abran de par en par las ventanas del alma hacia el cielo, y permitan que entre la luz del sol de la justicia de Cristo. Por la mañana, al mediodía y a la noche, los corazones de ustedes podrán estar llenos con los brillantes rayos de la luz celestial."(El ministerio de la bondad, p. 83)

    Si éstas son las obras de las que hablan cuando hablan de obras, me apunto el primero de la fila. ¡Qué hermosura de texto! Es la religión de la felicidad, de la suprema alegría que proviene del encuentro con el Salvador. Y una vez que hemos sentido esa dicha, no podemos callar. El corazón se nos sale del pecho, y comprendemos que la única forma de guardar esa felicidad es compartirla, hacer felices a los demás. ¡Gracias, Tía Elena! ¡Qué mal te he juzgado tantas veces...!

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  16. Gracias, Eva, por tu texto sobre el maestro Joachim Jeremías. Agradezco que me toméis el relevo, porque no doy abasto muchas veces. Lo mismo para Diego. Gracias.

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