lunes, 20 de septiembre de 2010

Lección 13 para el 25 de Septiembre de 2010: Todo el resto es comentario


Sábado 18 de septiembre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 14- 1 5 - 16

PARA MEMORIZAR:
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo” (Rom. 14:10).

Alguien pidió a un rabino de la antigüedad que explicara el significado de la Torah mientras se mantuviera parado en un solo pie. “No hagas a otro”, dijo el rabino, “lo que te parezca dañino; eso es toda la Torah. Todo el resto es comentario”.

Estés de acuerdo o no con su declaración, tiene su valor. Hay aspectos de la fe que son fundacionales y otros son “comentarios”. Consideraremos algunos de esos “comentarios”. Lo que Pablo presentó antes estaba concentrado en los principios fundamentales de la salvación. ¿Cuál es el rol de la ley –ya sea todo el sistema del Antiguo Testamento o solo los Diez Mandamientos– en la salvación? Pablo deseaba definir cuáles son los fundamentos por los cuales Dios acepta a una persona. Quizás eso podría resumirse en la pregunta del carcelero: “¿Qué debo hacer para ser salvo?” (Hech. 16:30).

Después de explicar esto, Pablo se ocupa de hacer algunos “comentarios”. Aunque es muy fuerte en algunos puntos, en otros toma una actitud más libre. Hay cosas no esenciales, como si fueran “comentarios”. Aunque había problemas que no eran vitales, la actitud mutua de los cristianos al tratar estos problemas sí lo era.

Domingo 19 de septiembre EL HERMANO DÉBIL

En Romanos 14:1 al 3, la pregunta es sobre el comer carnes que habían sido sacrificadas a los ídolos. El Concilio de Jerusalén (Hech. 15) había determinado que los conversos gentiles debían abstenerse de tales comidas. Pero siempre estaba la pregunta acerca de si la carne que se vendía en el mercado público procedía de animales sacrificados a los ídolos o no (ver 1 Cor. 10:25). A algunos cristianos no les preocupaba esto; otros, si estaban en duda, comían verduras. El problema no tenía nada que ver con el vegetarianismo ni la vida saludable. Pablo tampoco está insinuando que la distinción entre carnes limpias e inmundas se había abolido. Este no es el tema en consideración. Si las palabras “uno cree que se ha de comer de todo” (Rom. 14:2) se tomaran como que ahora podía comerse cualquier animal, limpio o no, se las estaría aplicando mal. La comparación con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación.

“Recibir” al débil en la fe significaba otorgarle plena feligresía y estatus social. No se debía discutir con la persona, sino permitirle tener su opinión sobre este asunto.

¿Qué principio debemos tomar de Romanos 14:1 al 3?

Es importante notar que Pablo, en el versículo 3, no habla negativamente del hermano “débil en la fe”, ni le da consejos acerca de cómo llegar a ser fuerte. En lo que respecta a Dios, el cristiano excesivamente escrupuloso (aparentemente juzgado como muy escrupuloso, no por Dios, sino por los demás cristianos) es aceptado. “Dios le ha recibido”

¿De qué modo Romanos 14:4 amplía lo que acabamos de considerar?

Aunque necesitamos recordar los principios que vimos hoy, ¿no hay acaso momentos y lugares en los que necesitamos juzgar, no el corazón de una persona, pero sí sus actos? ¿Hemos de hacernos a un lado y no decir ni hacer nada en toda situación? Isaías 56:10 describe a los atalayas como “perros mudos, no pueden ladrar”. ¿Cómo podemos saber cuándo hablar y cuándo mantener silencio? ¿Cómo logramos un equilibrio correcto

Lunes 20 de septiembre CON LA MEDIDA CON QUE MEDÍS

Lee Romanos 14:10. ¿Por qué debemos ser cuidadosos acerca de juzgar a otros?

A veces juzgamos a otros severamente, y a menudo por lo mismo que hacemos nosotros. Sin embargo, lo que hacemos no nos parece tan malo como cuando lo hacen otros. Nuestra hipocresía puede engañarnos, pero no a Dios. “No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque [...] con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?” (Mat. 7:1-4).

¿Cuál es la importancia de la declaración del Antiguo Testamento que cita Pablo? Rom. 14:11.

Isaías 45:23 apoya la idea de que todos seremos juzgados. “Toda rodilla” y “toda lengua” individualizan la orden. Cada uno tendrá que responder por su propia vida y sus propias acciones (vers. 12). En este sentido, no somos guardas de nuestro hermano.

Recordando el contexto, ¿cómo entiendes lo que Pablo dice en el versículo 14?

Todavía habla de los alimentos sacrificados a los ídolos. El problema no es la distinción entre alimentos limpios e inmundos. Pablo está diciendo que no hay nada de malo, en sí mismo, en comer algo que fue ofrecido a los ídolos. ¿Qué es un ídolo? Nada (1 Cor. 8:4). ¿A quién le preocupa si algún pagano ofreció la comida a una estatua de una rana o un toro? Sin embargo, no se debería obligar a una persona a violar su conciencia, aunque su conciencia sea muy sensible. Aparentemente, los hermanos “fuertes” no entendían esto. Ellos despreciaban la escrupulosidad de los hermanos “débiles” y les ponían piedras de tropiezo.

¿Podrías, en tu celo, estar en el peligro que Pablo está denunciando? ¿Por qué debemos ser cuidadosos en no ser conciencia para otros, no importa cuán buenas sean nuestras intenciones?

Martes 21 de septiembre NO OFENDER

Lee Romanos 14:15 al 23 (ver también 1 Cor. 8:12, 13). Resume lo que Pablo está diciendo. ¿Qué principio podemos obtener de este pasaje para aplicar a nuestra vida?

En los versículos 17 al 20, Pablo pone varios aspectos del cristianismo en su debida perspectiva. Aunque la dieta es importante, los cristianos no deberían pelear por la elección de comer verduras en vez de carne que podría haber sido sacrificada a los ídolos. En cambio, deberían concentrarse en la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo. ¿Cómo podríamos aplicar esta idea en nuestra iglesia hoy? Por más que el mensaje pro salud, y especialmente las enseñanzas sobre la dieta, pueden ser una bendición para nosotros, no todos ven el tema del mismo modo, y debemos respetar esas diferencias.

En el versículo 22, luego de decir que debemos permitir que la gente siga su propia conciencia, Pablo añade una advertencia muy interesante: “Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba”. ¿Cómo equilibra esto el resto de lo que dice en este contexto?

¿Has escuchado que alguien diga: “A nadie le importa lo que yo coma o lo que vista o en qué clase de entretenimiento participo”? ¿Es realmente así? Ninguno de nosotros vive en el vacío. Nuestros actos, palabras, acciones, y aun nuestra dieta pueden afectar a otros, para bien o para mal. No es difícil ver cómo. Si alguien que te admira te ve haciendo algo “malo”, podría ser influenciado por tu ejemplo a hacer lo mismo. Nos autoengañamos si pensamos de otro modo. Argumentar que no forzaste a la persona a hacerlo no viene al caso. Como cristianos, tenemos una responsabilidad mutua, y si nuestro ejemplo puede desviar a alguno, somos culpables.

¿Qué clase de ejemplo presentas tú? ¿Te sentirías cómodo si otros, especialmente gente joven o creyentes nuevos, siguieran tu ejemplo en todas las áreas? ¿Qué dice tu respuesta acerca de ti?

Miércoles 22 de septiembre LA OBSERVANCIA DE DÍAS

En el análisis acerca de no juzgar a otros ni ser una piedra de tropiezo para los que ven tus acciones, Pablo plantea el problema de los días especiales que algunos querían observar y otros no.

Lee Romanos 14:4 al 10. ¿Cómo debemos entender lo que Pablo dice aquí? ¿Dice algo acerca del cuarto mandamiento?

¿Qué días está mencionando Pablo? ¿Había una controversia en la iglesia primitiva sobre la observancia o no de ciertos días? Aparentemente, sí. Tenemos un indicio de ello en Gálatas 4:9 y 10, donde Pablo reprende a los cristianos gálatas por observar “los días, los meses, los tiempos y los años”. Vimos en la Lección 2 que algunos habían persuadido a los cristianos gálatas a circuncidarse y a guardar la ley de Moisés. Pablo temía que estas ideas dañaran también a la iglesia de Roma. Pero tal vez a los judíos cristianos de Roma les podía ser difícil dejar de observar los festivales judíos. Pablo les dice: Hagan lo que gusten en este asunto; pero no juzguen a los que ven las cosas en forma diferente. Algunos cristianos, para estar seguros, observaban uno o más de los festivales judíos. El consejo de Pablo es: Dejen que lo hagan, si están convencidos de que deben hacerlo.

Ver el sábado semanal en Romanos 14:5, como algunos alegan, es injustificado. Pablo no pudo haber tomado esa actitud retrógrada hacia el cuarto mandamiento. Él enfatizó vigorosamente la obediencia a la ley, de modo que no pondría el mandamiento del sábado al mismo nivel que la preocupación por comer algo que podría haber sido ofrecido a los ídolos. Aunque algunos usan estos textos para mostrar que el sábado no está vigente, los textos no dicen nada de eso. Usarlos de este modo es un buen ejemplo de lo que Pedro advirtió que la gente hacía con los escritos de Pablo: “Casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición” (2 Ped. 3:16).

¿Cuál ha sido tu experiencia con el sábado? ¿Ha sido la bendición que debe ser? ¿Qué cambios puedes hacer para experimentar plenamente lo que Dios te ofrece el sábado?

Jueves 23 de septiembre BENDICIÓN FINAL A PROPIADA

Lee Romanos 15:1 al 3. ¿Qué importante verdad cristiana hay aquí?

¿Según estos textos ¿qué significa ser un seguidor de Jesús?

¿Qué otros versículos enseñan la misma idea? ¿Cómo puedes vivir estos principios?

Al finalizar la epístola, ¿qué bendiciones expresa Pablo? Rom. 15:5, 6, 13, 33

El Dios de la paciencia es el Dios que ayuda a sus hijos a soportar con perseverancia. (“Paciencia”, hupomoné, significa “resistencia perseverante”). La palabra “consolación” puede ser traducida como “ánimo”. El Dios del ánimo es el que anima. El Dios de esperanza es el que da esperanza. Del mismo modo, el Dios de paz es el que da paz. ¡Qué bendiciones apropiadas en una carta cuyo tema dominante es la justificación por la fe: resistencia, esperanza, paz! ¡Cuán urgentemente necesita estas cosas nuestro mundo actual!

Después de muchos saludos personales, ¿cómo concluye Pablo su epístola? Rom. 16:25-27

Pablo concluye con una alabanza a Dios. Los cristianos romanos, y todos los demás, pueden confiar en Dios y confirmar su relación de hijos e hijas redimidos, justificados por fe y conducidos por el Espíritu de Dios. Pablo se emociona al proclamar esas gloriosas noticias, y las llama “mi evangelio” porque él las anuncia. Él confirma lo que había sido establecido por Jesús y por los profetas. Fue guardado en secreto, no porque Dios quisiera esconderlo, sino porque los hombres, al rehusarlo, impidieron que Dios les diera luz adicional. Más aún, los hombres no habrían podido captar algunos aspectos hasta que el Mesías hubiera venido.

Él mostró cómo es Dios, pero también lo que podemos llegar a ser si nos aferramos al poder divino. La nueva clase de vida sería una de “obediencia a la fe”; o sea, obediencia por fe en el Señor, quien por su gracia justifica a los pecadores que se lo piden

Viernes 24 de septiembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El amor por los que yerran”, Joyas de los testimonios, t. 2, pp. 247-249; El ministerio de curación, p. 123; el Comentario bíblico adventista, t. 6, p. 715; y “La unidad y el amor en la iglesia”, Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 451-453.

“Se me mostró el peligro del pueblo de Dios cuando mira a los hermanos White y cree que deben acudir a ellos para llevarles sus cargas y pedirles consejo. Esto no debe ser así. El compasivo y amante Salvador los invita a acudir a él cuando están trabajados y cansados, y los hará descansar. [...] Muchos nos preguntan: ‘¿Puedo hacer esto?’ ‘¿Debo hacer o no este negocio?’ O, con respecto a la ropa: ‘¿Puedo usar este vestido o el otro?’ Les respondo: ‘Ustedes pretenden ser discípulos de Cristo.

Estudien la Biblia. Lean cuidadosamente y con oración la vida de nuestro querido Salvador cuando moró entre los hombres sobre la tierra. Imiten su vida y así no se apartarán de la senda estrecha. Rehusamos enfáticamente ser conciencia para ustedes. Si les dijéramos exactamente lo que tienen que hacer, nos mirarían para que los condujéramos, en lugar de acudir directamente a Jesús por sí mismos’ ” (T 2:108).

“Pero no hemos de colocar la responsabilidad de nuestro deber en otros, y esperar que ellos nos digan lo que debemos hacer. No podemos depender de la humanidad para obtener consejos.[...] Los que decidan no hacer, en ningún ramo, algo que desagrade a Dios sabrán, luego de presentarle su caso, exactamente qué conducta seguir” (DTG 622).

“Siempre ha habido en la iglesia quienes tienden constantemente a la independencia individual. Parecen incapaces de comprender que la independencia de espíritu puede inducir al agente humano a tener demasiada confianza en sí mismo, y a confiar en su propio juicio más bien que respetar el consejo y estimar debidamente el juicio de sus hermanos” (HAp 135).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

Por lo estudiado esta semana, ¿cómo encontraremos el equilibrio correcto como cristianos en:

a) ser fieles a lo que creemos, sin juzgar a otros que ven las cosas en forma diferente?
b) ser fieles a nuestra propia conciencia y no buscar ser conciencia para otros, y al mismo tiempo procurar ayudar a quienes creemos que están en el error?
c) ser libres en el Señor y, no obstante, darnos cuenta de nuestra responsabilidad de ser buenos ejemplos para quienes nos observen?

21 comentarios:

  1. Esta semana será movidita la cosa. Nada más empezar ya nos sueltan una como una catedral: «Si las palabras "uno cree que se ha de comer de todo" (Rom. 14: 2) se tomaran como que ahora podía comerse cualquier animal, limpio o no, se las estaría aplicando mal. La comparación con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación».

    ¡Y se queda tan ancho el hombre! ¿Qué pasajes son esos? Una declaración de tal calibre no se puede dejar huérfana de argumentos. No creo yo que el espacio disponible sea tan escaso como para que le impida facilitar las referencias a los textos que aduce.

    Vamos bien. Vamos "muy" bien… ¡Anda que los apriorismos no campan por sus dominios!

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  2. Es que ya en el título, el autor parte de una premisa que a mi entender es falsa, y que le permite interpretar como quiera los textos que restan para finalizar la epístola a los Romanos: "TODO EL RESTO ES COMENTARIO".

    Si la cosa es así, si no queda ya nada nuevo por decir, cualquier innovación que quieran plasmar los últimos capítulos se dará por invalidada. No hay novedad, no hay noticia, no hay nada de enjundia que podamos aprender. Por eso, "cualquier comparación con otros pasajes del Nuevo Testamento impide tal aplicación...". Todo lo que se diga a partir de ahora deberá pasar por el filtro, bien encajonado por nuestras interpretaciones políticamente correctas, de lo que se ha dicho con anterioridad.

    Pero pensar que todo lo que queda de Romanos es "simple comentario" significa admitir que todo lo importante se ha dicho ya, y que todo lo que venga será, en el mejor de los casos, secundario.

    Esa actitud ante el final de Romanos se me antoja como la del espectador futbolero que está viendo un partido de baloncesto al que le quedan diez segundos para el final, los dos equipos están empatados a puntos y, acostumbrado a la parsimonia del deporte rey, piensa: "Diez segundos... ya está todo el pescado vendido. No queda nada. Sólo el tiempo de la basura...". Decir de los capítulos 14 al 16 de Romanos "todo el resto es comentario" es juzgar a Pablo como el futbolero juzga los últimos diez segundos de un partido de baloncesto: se ha equivocado de deporte...

    Nada podría estar más lejos de la realidad que este "Todo el resto es comentario". Al contrario, toda la epístola se ha construido para llegar a este final. Pablo no es sólo un teólogo teorizante. Es, ante todo, un pastor apasionado, preocupado por el futuro de una iglesia cristiana, la de Roma, que está tomando derivas que le hacen perder el sueño. Roma es la capital del Imperio, la joya de la corona. Y piensa en ella, además, como trampolín para su próximo viaje a España. Necesita que los cristianos romanos no pierdan de vista el ideal de Jesús de Nazareth, que no es otro que la unidad. Bajo múltiples formas, es cierto, en el medio mismo de la diversidad, pero teniendo todos claro qué es (o mejor, quién es...) lo que nos reúne: el amor al Hijo del Hombre, y el amor entre los hombres.

    Es más: yo diría que esto es al revés de como lo plantea el autor: todo lo anterior ha sido comentario. Lo importante, lo nuclear, viene ahora. (CONTINÚA...)

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  3. Como he escrito antes, Pablo tenía intención de visitar España, y Roma iba a ser su base de operaciones. Pero para ello, necesitaba que la iglesia de la capital del Imperio estuviera unida. Unos cristianos romanos envueltos en disputas sobre los alimentos y “los días” no era la mejor opción.

    Por ello, la síntesis de la epístola a los Romanos sería ésta: no os enfrentéis agriamente los unos contra los otros por asuntos secundarios; lo verdaderamente importante no son los alimentos, el origen étnico o social de los creyentes, o su pasado religioso. Todos, judíos y gentiles, libres y esclavos, hombres y mujeres, tienen un mismo origen, Dios Padre. Todos son pecadores. Todos necesitan adherirse, por medio de la fe, a la fuente de la vida. A todos vino Jesús a salvar. A todos sin excepción. Por lo que no tiene importancia de dónde provengan, sino a dónde se dirigen y a quién escogen como camino hacia su destino. Si quieren volver al Padre, y el camino es Jesucristo, la procedencia no tiene importancia.

    Todos somos hijos rebeldes de Dios y, por lo tanto, todos somos hermanos que necesitamos ayudarnos los unos a los otros para llegar a nuestro destino. Esto es lo que Pablo nos ha explicado en Romanos hasta ahora. Y llegan los capítulos finales, la gran culminación de la reflexión del apóstol, la conclusión. Por eso decía yo que todo lo anterior había sido escrito para servir en bandeja estos últimos pensamientos:

    1. Los cristianos deberían llevarse bien los unos con los otros, también cuando no están de acuerdo.

    2. Si no llegan a ponerse de acuerdo, una de las dos partes ha de ceder, por el bien común. Esto no significa dejar de pensar lo que se piensa, sino anteponer el amor al hermano a la propia teología. Si lo que dices o haces provoca tanto daño a tu comunidad que se siente escandalizada porque no te entiende, es mejor que lo guardes para ti, sin que por ello tengas que renunciar a pensar como piensas.

    3. Para eso, si alguien ha de ceder para no provocar daños irreparables, que sea el “fuerte”, a quien le será más fácil adaptarse que al “débil”, esperando que poco a poco se vaya haciendo más luz comunitaria sobre el asunto. Esto es un reto importantísimo para los sectores “progresistas” de la iglesia, porque en el ánimo de Pablo parece construirse el binomio “progresista-fuerte”.

    4. Por su parte, el hermano “débil” no tiene derecho a señalar con el dedo a quien progresa en los aspectos de libertad del evangelio más rápidamente que él. Lo estricto que pueda sentir el evangelio, que se lo guarde para él. Conservador para sí mismo, liberal para los que no piensan como él. No tiene derecho a frenar el progreso de quienes sienten la fe de otra forma, así como los progresistas ralentizan sus reivindicaciones en aras del amor y de la unidad.

    5. Nadie tiene un derecho especial sobre la gracia de Dios, y todos podemos ser hermanos y hermanas en Cristo. La salvación por gracia, mediante la fe, no es una cuestión teórica para Pablo, sino la base de la unidad en Jesús, formando una comunidad donde todos los creyentes se den la bienvenida unos a otros, incluso cuando no están de acuerdo en algunos asuntos.

    Que los hermanos sean capaces de vivir en unidad, a pesar de sus diferencias, es lo que el autor de la lección llama “Todo el resto es comentario”. Lamento estar en desacuerdo con él. Para mí, muy al contrario, es el clímax de la epístola a los Romanos. (CONTINÚA...)

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  4. Y para que todo esto les quede claro a los cristianos de Roma, Pablo acaba su carta enviándoles saludos de muchas personas. Esta lista incluye nombres judíos, romanos y griegos; gentes de todas las clases sociales, y de orígenes religiosos muy diversos. Todos a una les mandan saludos. Todos pueden ser, y de hecho se sienten, uno en Cristo. Mención aparte merecen dos de ellos. Aparecen en Rom 16:23:

    "Erasto, quien es director de obras públicas de la ciudad, y también nuestro hermano Cuarto, os envían saludos.".

    Erasto era, obviamente, un tipo importante. Una inscripción descubierta en Corinto lo menciona, y dice que obtuvo su posición social construyendo una calle en la ciudad y pagándola de su bolsillo. Por su parte, Cuarto era un creyente a quien se conocía por su número de esclavo: Quartus. Ambos nombres, y ambos hombres, están juntos en la misma frase. No puedo creer que esto sea por casualidad. Éste es el mensaje de Pablo a los Romanos. Todos somos hijos de Dios, de distintas procedencias, con distintas sensibilidades religiosas y con diferentes estatus sociales. Pero todos sintiéndonos uno en Cristo.

    Si todo este resto es simple comentario, me quedo con el resto…

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  5. Se me cae la baba... uf.
    Ya en la anterior lección con tus interrogantes al principio de tu comentario Juan Ramón, me daban vueltas los ojos en las órbitas. Y ahora creo que levito.

    Esto es apasionante, o lo hacéis apasionante.
    ¿Qué puedo decir?

    Dejadme poner un cacho del comentario que viene en el último capítulo del libro de E. S. 3 en 1.

    "Los creyentes en Roma estaban divididos sobre ciertas normas. Sin duda, algunos de ellos se encontraban esperando que Pablo les hiciera saber cuál era la norma correcta de conducta para todos ellos. Pero él no hizo eso. En cambio, les dijo que había algo más importante que las normas. Lo más importante era cómo se relacionaban con Dios y los unos con los otros.
    Este consejo no era un apéndice no esencial añadido al mensaje esencial del evangelio. Este es el clímax del libro. Esto es lo que Pablo tenía como meta en todo el libro. El mensaje de salvación por gracia mediante la fe no es sencillamente una fórmula teórica para creer. Es un mensaje para ser vivido en una comunidad de creyentes. Ahora llegamos a ver cómo debía hacerse eso. Ahora llegamos a la parte de la Epístola a los Romanos que nos dice de qué trataba realmente la carta".

    ¿Qué? ¿Coincidís? Yo creo que sí ¿no? Él también dice que es el "clímax". Que ahora viene lo importante. Lo práctico, digamos. Todo lo anterior se ha dicho, sí; pero aquí queríamos llegar. Todo lo anterior se ha dicho para que comprendamos que no debemos juzgar, que no hagamos de ningún asunto un tema de fricción o división; "así que, (otra vez el así que) sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación" vers. 19.
    "Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles..., y no agradarnos a nosotros mismos" 15:1

    Difícil la cosa, eh!!!! Y no por un "quítame allá esas pajas" la liamos parda, jajajaja.

    Es un desafío esto de ser cristiano, ¿no? Claro, en una ermita allá en Santa Orosia con unas cabras y tal no hay problema. Ahora, métete tú en una comunidad y verás la que se lía cuando tengas en tu vaso medio dedo más de leche o las sandalias último modelo o el cuarto más ventilado.

    A un pastor le he oí decir, que estar en el seno de la iglesia, en medio de la comunidad cristiana es un bautismo necesario. Del que muchos, por cierto, buscan escabullirse.
    Ni quieren cargos, pero critican a los que los tienen.
    Ni apoyan los planes o viajes, pero tampoco están contentos de no apoyarlos. Aunque a veces la iglesia les complace realizando actividades que son de su agrado.

    "Cada uno de vosotros agrade a su prójimo" 15:3
    "recibíos los unos a los otros" vers. 7

    Pablo sabía muy bien lo que decía. Y vosotros lo habéis entendido pero que muy bien.

    Abrazos.

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  6. Todo el resto es comentario… ¡Pues qué bien! ¡Vaya comentario nos suelta el buenazo de Pablo de Tarso! Cada uno de esos capítulos daría para comentar no una semana, sino todo un trimestre. Y el autor de la Escuela Sabática se los pule en un sentir. Ahí es nada.

    Concretamente, el capítulo 14 es de un calado que habría necesitado, por lo menos, una semana entera para comentarlo ni que fuera por encima. Y, en cambio, lo ventila en un par de días y aún gracias.

    Todo el resto es comentario… La Epístola a los Romanos es un ejemplo perfecto de cómo debe ser la estructura de un texto argumentativo: exposición – argumentación – recapitulación/conclusión. Estos últimos capítulos son la conclusión, es decir, la reexposición de las ideas que presentó al inicio de la epístola y ha desarrollado en la sección central.

    Después de pasarse trece capítulos teorizando sobre la salvación, las obras, la ley y la fe, Pablo aborda la cuestión verdaderamente importante: Muy bien, todo esto está muy bien; pero, ¿cómo se hace, cómo se plasma en el día a día? Y, al igual que Jesús, en lugar de dar una casuística y unas normas generales de conducta que todos deben seguir, plantea la cuestión desde la base: «Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado» (Juan 15: 12). ¡Ahí es nada! ¡Vaya un encargo!

    Todo el resto es comentario… En toda comunidad con miembros de procedencia y extracción social diversas es normal que aparezca un amplio abanico de sensibilidades. La Iglesia no iba a ser la excepción. Puesto que a Roma acudían gentes de todos los rincones del Imperio, no es extraño que la Iglesia fuera un vivo reflejo de la complejidad y la diversidad de la ciudad. En tales circunstancias, que surgiera un conflicto grave era sólo cuestión de tiempo. Pablo se percata de ello y pone manos a la obra para atajar el problema antes de que se convierta en una cuestión irresoluble.

    Toda la Epístola a los Romanos apunta hacia aquí. Pablo aprovecha la conclusión para recapitular y reexponer lo que ya dijo bastantes capítulos atrás. Pero esta vez lo hace de manera más próxima a su audiencia, con palabras que puedan ser entendidas por todos, instruidos y analfabetos. Así se asegura que el mensaje que quería transmitir llega a todos los que escuchan su carta (no olvidemos que las epístolas estaban pensadas para ser leídas en voz alta ante un grupo más o menos nutrido).

    Todo el resto es comentario… Lo que voy a decir ahora probablemente levante algunas ampollas a más de uno. No sé qué pensar. Lo que sí es cierto es que se ha desperdiciado miserablemente una magnífica oportunidad de suscitar el diálogo. Parece que, en un desafortunado intento de quedar bien con todos, el autor ha acabado indignando a unos y otros. Se ha quedado en una tierra de indefinición que, en lugar de favorecer el diálogo, añade aún más desconcierto si cabe a la discusión.

    Las cuestiones abordadas por Pablo en estos últimos capítulos de la Epístola a los Romanos requieren una reflexión profunda y sincera, sin miedo a, si es necesario, modificar posturas previas. Pero ello conlleva un alto grado de responsabilidad personal. Pablo, en lugar de unas normas de conducta, propone un estilo de vida. Esto implica que el creyente no puede abdicar su facultad de tomar decisiones libremente y asumir sus consecuencias; situación esta a la que, por hábito, tantos se han acomodado. Vivir según la propuesta de Pablo es vivir en tensión constante; hacerlo según una casuística preestablecida es avanzar con el piloto automático activado, sumidos en un cierto estado de embotamiento que impide discernir correctamente. ¿Será esta nuestra elección?

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  7. Me gusta el comentario que hace Niel,¿estara indignando a unos y a otros el autor de estas lecciones?.Creo que en la iglesia hay mucho miedo a lanzarse al vacio de entregarnos en cuerpo y alma al Señor sin dudas ni reservas, rompiendo con nuestros fantasmas del pasado "en Cristo nuevas criaturas somos",pensemos que abajo en el vacio siempre estara Jesus para recogernos,por supuesto antes de tocar suelo.Un abrazo para todos.J.Martinez.

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  8. ((( Discurso de protesta con motivo de la visita del Papa a Reino Unido. Pensé que sería interesante dejar por aquí este enlace, para el que tenga curiosidad.

    http://www.youtube.com/watch?v=UeXHzkHbBJU

    ADVERTENCIA: ¡No apto para menores! ¡Sexo explícito! ¡Dawkins dando con la fusta a la Gran Ramera! )))

    Macarra-Chungo

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  9. He visto el vídeo. Estoy de acuerdo con Dawkins en que las jerarquías religiosas, sean de la denominación que sean (esto es mío...), no se han caracterizado habitualmente por sembrar el bien, o al menos por abrirle caminos, sino por acumular cuantas más parcelas de poder, mejor. Y cuanto más poder acumulaban (o acumulan...) más voraces se volvían (y se vuelven...).

    Pero esto es la antítesis del mensaje de Jesús de Nazareth. Y así como no podemos juzgar al comunismo por su distorsión en el stalinismo, no creo justo juzgar al cristianismo por la distorsión que de él supone el peor catolicismo. Hay muchos curas que se parten el alma por llevar el bien a sus comunidades. Hay comunidades que se desviven por llevar el bien a los que las rodean. Y estoy convencido de que la mayoría de los católicos no se sienten representados por la monstruosidad que significa violar a un niño. Utilizar esos delitos para juzgar a todo un movimiento religioso (no digo que Dawkins lo esté haciendo; estoy generalizando, porque hay personas que sí lo están haciendo) me parece un exceso digno de mejor causa. Del mismo calibre que sostener que es el ateísmo lo que está detrás del Holocausto (además de ser falso).

    Las atrocidades de uno, o de unos cuantos, no deberían pagarlas todos. Ni podemos meterlos a todos en el mismo saco.

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  10. He aquí un ejemplo de lo que dice Juan Ramón: titular de hoy en El Periódico de Catalunya, relacionado con la próxima visita del Papa a Barcelona para la consagración del Templo de la Sagrada Familia:

    Los cristianos de base se movilizan contra la visita del Papa.

    Los comentarios que llegan de los católicos de base no son nada favorables ni aun para los obispos de las diócesis españolas. Parece como si en la Iglesia Católica se hubiera producido una fractura entre las bases y su jerarquía. Por nuestra parte, los adventistas debiéramos poner mucho cuidado en que esto no se produzca porque, de darse, se estaría pervirtiendo el espíritu original del movimiento adventista.

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  11. Shalom a tod@s.Despues de unos dias de ausencia,diez dias de reflexion, de t´shuvah(retorno completo al CREADOR),llegó Yom Kippur(num29;levit16;levt23),dia de reposo,ayuno y oración.Comenzo la puesta del domingo,justo el decimo dia como dice la escritura.He tomado prestada una frase usada,por nuestros hermanos judios en este dia, dice asi: Que tengas una buena firma en el libro de la vida¡Amen Bendiciones.Mañana sigo os contare el calendario que usa la religion judia establecido desde 1998.

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  12. Hay una perla escondida en el capítulo 16 de Romanos, a la que no mucha gente presta la suficiente atención. Es un nombre que, de forma providencial, se filtra en el versículo 7. Pero dejadme hacer un poco de historia:

    En muchas comunidades cristianas primitivas, las mujeres desempeñaban un papel preponderante. La conversión de Apolos es más debida a Priscila que a Aquilas (Hechos 18:18-26). En Corinto, es Cloé quien le envía a mensajeros a Pablo para informarle sobre problemas que está enfrentando esta Iglesia (1 Corintios 1:11). La comunidad de Cencrea posee una diaconisa, Febe (Romanos 16:1). En Filipos, donde Lucas ejerció mucho tiempo su apostolado, encontramos mención de tres mujeres importantes: Lidia, que era una vendedora de púrpura próspera, y en su casa se reunía la comunidad local (Hechos 16:14-15); Evodia y Síntique sobre quienes Pablo puede decir "lucharon conmigo por el Evangelio" (Filipenses 4:2-3). ¿Alguien que lucha codo a codo con el apóstol Pablo en la predicación del evangelio, no merece el mismo reconocimiento eclesiástico que él?

    Pero mucho más flagrante, como advertía al principio de mi comentario, es el caso de Junia, de la que Pablo dice en Romanos 16:7 que junto a él pasó muchos cautiverios. Junia fue considerada apóstol(a) por los primeros padres de la Iglesia primitiva, pero transformada en varón (Junias) en la Edad Media por no poder admitir que una mujer hubiese sido apóstol junto a Pablo y tomada como "ilustre entre los apóstoles".

    Mujeres como ésta y otras muchas fueron misioneras, líderes, apóstoles, ministras del culto, catequistas que predicaban y enseñaban el evangelio junto a Pablo, que fundaron iglesias y ocuparon cargos en ellas... pero muy pronto el varón retomó el poder e hizo caer en el olvido una de las facetas más novedosas del mensaje cristiano (en el siglo II, la declaración de Gál 3:26-29 ya había sido traicionada en todo lo que hace a la igualdad entre los dos sexos).

    En un mundo basado en la fuerza física y en la violencia, efectivamente el hombre es superior, en la mayoría de los casos, a la mujer. La pareja es diferente físicamente y, en cuanto a músculo, es evidente que el varón recibió la parte del león. La disposición hacia las tareas agresivas obviamente le hizo al hombre, en vez de a la mujer, candidato para el liderazgo en la sociedad antigua. Pero, ¿es el Reino de los Cielos propuesto por Jesús un reino basado en el músculo, en la fuerza física, en la violencia? Si es así, la mujer deberá estar sometida al varón. Pero si el Reino de los Cielos se basa en el amor, en la fuerza del espíritu, ¿qué diferencia hay entre los dos? ¿por qué él debe ser ordenado para la misión del evangelio y ella no? ¿No es esta diferenciación una forma de negar el poder del Reino de Dios?

    Evidentemente, en tiempos de Jesús, confiar el liderazgo del ministerio a las mujeres habría precisado una revolución social profunda. Jesús trastocó muchas de las estructuras sociales de su sociedad, pero no pudo con todas. Hubiera sido un insensato creyendo que podría con todo en un tiempo tan corto. El mito social del liderazgo masculino estaba tan arraigado en la textura de vida de las personas, incluso de las propias mujeres, que no podía ser arrancado de cuajo en tres años de predicación. Pero es que esa revolución social ya se ha producido en nuestro medio. Hoy ya no tenemos excusa. La sociedad se ha propuesto remediar esa desigualdad. No hay escándalo en ordenar al ministerio eclesiástico a una mujer. El escándalo está, en pleno siglo XXI, en no hacerlo...

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  13. Ya, Juan Ramón… Pero, como tú bien has dicho, «el mito social del liderazgo masculino» está profundamente arraigado, incluso entre las mujeres. En nuestro entorno cultural europeo y occidental, no cabe duda que esta es una cuestión sobradamente superada… O al menos debiera serlo; porque no hace tantos años, ordenar a una mujer al ancianato fue causa de verdadera rebelión en mi iglesia: fue tal el revuelo que se armó, que tuvimos que dar marcha atrás a una decisión adoptada por la Comisión de Nombramientos. Por fortuna, ese lance se superó y ahora hay ancianos y ancianas de iglesia, como debe ser.

    Pero, métete tú en camisa de once varas y atrévete a ordenar mujeres al ministerio pastoral en nuestra Unión. No quiero ser agorero, pero me parece que iríamos al borde del cisma. Y no te digo yo que lo hagas en uniones ubicadas en países de tradición cultural fuertemente machista: estarías abocado al fracaso más estrepitoso.

    Con ello no digo que yo personalmente sea contrario a la ordenación de las mujeres. Al contrario; de hecho, incluso creo que hay asuntos para los cuales una mujer está mejor capacitada que un hombre. En ciertas áreas y situaciones, por educación, por sensibilidad o por estructura de pensamiento, una mujer se desenvuelve mejor que un hombre. Es un hecho demostrado empíricamente.

    Lo que sí me dolió es que en la última Asamblea de la Asociación General el tema de las mujeres ordenadas al ministerio ni siquiera constara en el orden del día y que, en ocasiones anteriores, se tuviera que hacer marcha atrás en los avances al respecto alcanzados en algunas divisiones. Entiendo que, si quiere que su mensaje llegue a todo el mundo, la Iglesia, en la medida en que no sean directamente opuestos y contrarios al evangelio, tiene que adaptar sus formas externas a los usos y costumbres de los distintos entornos en que se desenvuelve. Pero ello no tiene que implicar un freno al avance en su camino de acercamiento a las verdades evangélicas.

    Con todo, personalmente, no arrojo la toalla. Hay algunos temas en los que creo que todavía se pueden dar grandes pasos y que, a causa de la presión del entorno, todavía se encuentran en estado muy larvario. La ordenación al ministerio pastoral de las mujeres es uno de ellos. Falta mucho por recorrer, pero también se ha avanzado mucho. No perdamos la esperanza: paso a paso, con tesón y grandes dosis de dotes persuasivas y pedagógicas, estoy seguro que esta, y otras discriminaciones, acabarán por caer. Tiempo al tiempo…

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  14. Me gustaría contestar, de forma personal y probablemente intransferible, a la última pregunta que se plantea en el libro de este trimestre:

    "¿Cómo encontraremos el equilibrio correcto, como cristianos, entre ser libres en el Señor y, no obstante, darnos cuenta de nuestra responsabilidad de ser buenos ejemplos para quienes nos observen?"

    Miremos a Jesús: una de las cosas más notables que tiene este personaje es que, si nos atenemos a lo que dicen los relatos evangélicos, Jesús impresiona tan hondamente porque fue un hombre no sólo “ejemplar”, sino además (y sorprendentemente) fue también un hombre “escandaloso”. Los evangelistas lo afirman repetidas veces y sin titubeos (Mt 11:6; Lc 7:23; Mt 15:12; 17:27; 26:31; Mc 14:27; Jn 6:61; 16:1). Y Pablo lo confirma (1 Cor 1:23; Gal 5:11).

    El Evangelio, por tanto, nos enseña que tendríamos que ser (como lo fue Jesús) personas “ejemplares” por nuestra forma de pensar, de hablar y de actuar. Pero también nos dice que no nos debe dar miedo resultar “escandalosos”. Porque ambas cosas están claras en el Evangelio. La ejemplaridad y el escándalo.

    La conflictividad del Evangelio sigue adelante en la historia. Ya es arriesgado hablar de religión y exponer las propias ideas, sin trabas ni censuras, desvelando las propias convicciones religiosas a los cuatro vientos. La religión es un asunto muy controvertido y ante el que mucha gente se apasiona, a favor o en contra de lo que oye y lee. Por eso aquí hay que extremar la delicadeza, el respeto y la tolerancia.

    Pero también pienso yo que, en cualquier caso, uno no puede ser un cobarde o traicionar sus propias convicciones. Lo cual es tanto como andar siempre sobre el filo de la navaja. Supongo que esto (y mucho más) es lo que hizo Jesús. Y terminó sus días crucificado como un maldito.

    Como es lógico, yo no pretendo equipararme a Jesús. Estoy demasiado lejos (infinitamente lejos, diría yo...) del ideal evangélico. Pero, en cualquier caso, hablo de esta manera porque la vida me ha ido enseñando, entre otras, estas dos cosas: (CONTINÚA)

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  15. 1) Tomar en serio el Evangelio es tomar en serio una auténtica “agonía”, en el sentido etimológico de la palabra griega ágon = “lucha”, en cuanto que afrontar la lectura y meditación del Evangelio es afrontar un auténtico combate. El combate interior que todos llevamos dentro de nosotros mismos, y que inevitablemente salta a nuestras relaciones con la sociedad y con los demás. Esto está muy claro cuando se asoma a este blog.

    2) Con demasiada frecuencia ocurre que, cuando se expresan las propias convicciones entre gentes religiosas, pronto se da uno cuenta de que, en la mentalidad de muchas personas, se pueden poder en cuestión no pocas cosas de lo que dice el Evangelio ("Vende todo lo que tienes y dalo a los pobres", "Mira la viga de tu ojo y no la paja del de tu vecino", "Lo importante no es el sábado, sino el ser humano", "Mucho amó porque mucho se le perdonó", "Filtráis el mosquito y os tragáis el camello", "Cuando miras con deseo a una mujer ya estás adulterando", etc...) pero, para esas mismas personas, lo que no se puede poner en cuestión es lo que dice la Iglesia. ¿Por qué será que, en la mentalidad de muchos creyentes, pesa más lo que dice la Iglesia que lo que dice el Evangelio? Pareciera que el evangelio es interpretable pero lo que dice la iglesia no.

    Por eso, seguiré sintiéndome libre en Jesús. Libre de pensar lo que pienso; libre de decir lo que digo; libre de actuar como actúo; libre en mi iglesia, sin tener que cuestionar constantemente mi derecho a la membresía por pensar diferente a los que mandan. Ante el hermano que se sienta ofendido por mi forma de pensar, hablar y actuar, intentaré moderar mis supuestos excesos de laxa conciencia, porque quiero aprender a amarle a él por encima de lo que amo yo mi libertad. Pero seguiré siendo consciente de que Jesús pasó por este mundo siendo ejemplo y escándalo, dependiendo de con qué actitud recibían su mensaje quienes le escuchaban. Porque el escándalo se forja, muchas veces, no en la boca de quien habla sino en el oído de quien escucha.

    En definitiva, se trata de tener paciencia con quienes no comprenden la libertad que hemos descubierto en el evangelio, pero firmeza cuando nos colocan entre la espada y la pared, como tantas veces nos pasa a todos los que nos significamos, y hemos de defender nuestras convicciones, por muy de conciencia laxa que parezcan...

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  16. Ramon-Carles Gelabert i Santané24 de septiembre de 2010, 21:57

    Lo primero agradecer los comentarios de Daniel y Juan Ramón a la lección de esta semana, que me han parecido realmente interesantes y enormemente motivadores.
    Pero quisiera hacer una mínima apostilla: el Nuevo Testamento está en contra de "ordenar" a las mujeres, tanto al pastorado, al ancianato y al diaconado.
    Por cierto, el Nuevo Testamento también está en contra de "ordenar" a los hombres para esas mismas funciones.
    "Ordenar" según el María Moliner es: Conferir órdenes sagradas a alguien. Recibir órdenes sagradas. Y según el DRAE, ídem: Conferir las órdenes sagradas. Recibir las órdenes sagradas.
    Ordenar, lo que se dice ordenar, solo se ordena a los sacerdotes, que reciben un sacramento que imprime carácter.
    Espero que en nuestra iglesia nunca jamás se ordene a las mujeres... y que se deje de "ordenar" a los hombres. En todo caso espero que tanto mujeres como hombres, de acuerdo con lo que "ordena" el NT, sean "dedicados" (apartados)a la función pastoral, del ancianato o del diaconado, cuando en ellos la iglesia reconozca que el Espíritu Santo les ha concedido tal don para edificación de la iglesia y la predicación del evangelio.

    Ramon-Carles Gelabert i Santané

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  17. Ramon, Aceptamos el matiz. A partir de ahora, prometo que intentaré hablar de dedicación, consagración, etc.

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  18. Lo mismo digo, Ramón. El lenguaje, aunque pensando tener las cosas claras, nos traiciona muchas veces. Tienes más razón que un santo (¿se ordena a los santos? No sé, no sé...).

    Abrazos, y bienvenido.

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  19. Bueno, puede ser que específicamente "ordenar" no sea correcto, pero todos lo entienden como "dedicado", apartado , asignado a una tarea especial.

    Es un caso parecido al término "stress"
    Cuando una persona está cansada, agotada y desganada decimos que "tiene stress" o "está estresado"
    Sin embargo, el "stress" es bueno, y no significa exactamente lo que se interpreta.

    Pero el uso común lo hace decir lo que realmente quiere significar, aunque no coincida con su acepción correcta.
    Saludos :jc (juan carlos)

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  20. ¡Uy, Juan Carlos! Me parece que por ahí entraríamos en un terreno que, aunque interesante, no tiene nada que ver con el tema abordado aquí. Sólo te haré un comentario: El nombre sí hace la cosa. Me explico:

    Las palabras, además del significado principal, llevan asociadas ciertas connotaciones que les imprimen un cierto carácter. Ello hace que, sin darnos cuenta, mediante la elección de nuestro vocabulario vayamos proporcionando al interlocutor información accesoria sobre nuestra manera de pensar, de ver las cosas, de relacionarnos… Así, tus palabras me permiten intuir cómo eres por dentro y cuáles son tus pensamientos más íntimos.

    Por eso es importante elegir bien las palabras que usamos a la hora de comunicarnos. En el caso de la 'ordenación' o la 'dedicación' se añade otro aspecto: el argot denominacional. Para nosotros ordenar al ministerio pastoral, al ancianato, al diaconato, etc., tiene un significado distinto al que tiene para el resto de la comunidad de castellanohablantes. Aunque nosotros lo vemos como un acto de dedicación, consagración, de selección, un no adventista lo ve como un acto que confiere carácter sacerdotal; prueba de ello es la definición que dan los diccionarios.

    Por tanto, a menos que quermos que se nos malinterprete, es aconsejable usar palabras cuyo significado no esté "contaminado" por la jerga denominacional. Por ejemplo, es mejor que nos refiramos al rito de lavamiento de pies que al rito de humildad. Ambas expresiones designan la misma cosa, pero un no adventista entenderá perfectamente la primera, mientras que la segunda le sonará a chino mandarín.

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  21. ¡Uy, Niel!Comprendido tu mensaje, y no te contradigo, pues acertadamente muestras un aspecto.
    Pero hay algunas variantes, y es lo que quise decir, o sea que hay veces que una palabra tiene un significado "exacto" pero en lenguaje y uso común se entiende otra cosa, como el caso del "stress".
    A cualquiera que le preguntes si es bueno tomar medicación "antistress" te dirá que sí, pues entiende que es una enfermadad. Sin embargo si anulamos el "stress real" será muy malo para nosotros.
    De todas formas es inútil polemizar por esta nimiedad, pues también cabría mencionar que a veces , para que una persona entienda lo que queremos decirle, tenemos que usar sus términos, sus palabras, (aunque sean términos inadecuados, incorrectos o que tenga un concepto diferente de lo que las palabras significan realmente), en beneficio de que nos comprenda "en su idioma" lo que queremos trasmitirle.
    Abrazo:jc (juan carlos)

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