viernes, 13 de noviembre de 2009

Bienvenid@s


Salir a la aventura es excitante. No sólo por las sorpresas que esperan a quienes deciden emprenderla, con poco más en los bolsillos que la necesidad de buscar respuestas. También porque la aventura puede convertirse en un viaje íntimo, silencioso, en el que lo nuevo no está sólo fuera, sino dentro de uno mismo, aún por descubrir.

A menudo, es en la aventura hecha camino, en el desierto de la reflexión, donde los seres humanos gastan lo propio que les queda, y se abandonan en las manos de Dios. Lo sabe Moisés. Y Elías. Y también Juan. Y por supuesto, Jesús.

No sé por qué el desierto tiene tan mala prensa. Será porque a los humanos nos da miedo encontrarnos con nosotros mismos. Con nuestros miedos, dudas, aquello que nos inquieta y nos saca de la comodidad de lo conocido, de lo que dominamos. En el desierto, a donde se llega saliendo de donde estamos, nos vaciamos, nos hacemos vulnerables, penetrables, necesitados de la ayuda que viene de fuera. Creo que por eso a Dios le gusta tanto el desierto. Porque le gustamos nosotros, desnudos, tal como somos, sin tanta armadura que nos protege de Él, llevados al límite de nuestras propias fuerzas, en un estado de completa dependencia, ansiando cualquier gota de agua que provenga de lo alto. En ese estado de necesidad, el miedo a perder lo que ya no tenemos desaparece, y estamos en condiciones de escuchar la voz de Dios.

Os proponemos esta desértica aventura, en la que nuestras soledades se unirán las unas con las otras, para poder escuchar el susurro de Dios en cada una de nuestras aportaciones. Salir de donde estamos, para reflexionar juntos sobre Dios, y volver después a nuestras comunidades, para contar lo que hemos aprendido de Él. Éste será nuestro camino de cada semana. Quizá no sepamos a dónde vamos. Pero espero que, paso a paso, avancemos juntos, asidos de la mano de nuestro Padre.

Los domingos colgaremos como entrada principal el propio texto de la Escuela Sabática, y durante el resto de la semana intentaremos descubrir, todos juntos, al Dios que se nos revela, esperando que sea una experiencia enriquecedora. Os esperamos como al agua en el desierto...

9 comentarios:

  1. Me parece una idea muy interesante. Estaría bien hacerlo también con la Escuela Sabática Infantil, la temática no se adapta a la edad de los niños. El texto y las actividades dan pena y los padres acaban por no hacer la E.S. con sus hijos.

    ResponderEliminar
  2. Retomamos la idea, Mercedes, y te prometo que no cae en saco roto. Hablaré con algunos amigos, a ver si se quieren hacer cargo de ella. Creo que estos medios de comunicación abren puertas que, hasta ahora, estaban cerradas, y podemos aprovecharlas entre todos. Gracias, amiga. Has inaugurado la ventana de comentarios de esta aventura.

    ResponderEliminar
  3. Estupendo Mercedes, mis hijas se aburren mucho en la Escuela Sabática, y a veces no entienden nada de lo que hablan. Así que hace mucho que no la hacemos.
    Estoy con una especie de gripe que me ha dejado literalmente tumbada, pero, en cuanto esté bien, aquí estaré.

    Eva

    ResponderEliminar
  4. gracias por invitarme a particiapar en esto..me parece estupendo!!
    :)
    Nerea

    ResponderEliminar
  5. Gracias por la invitación espero que sea seguido por muchos y garcia a los que nos ayudais a conocer mas y mejor a Jesus nuestro lider
    (Salva de Murcia)

    ResponderEliminar
  6. Bueno, yo supongo que es aquí donde se hacen los comentarios... ¿Sí?

    Hola, soy Eva

    Antes de nada me gustaría decir que soy consciente de que puedo llegar a decir o plantear muchas barbaridades. No me lo tengáis en cuenta. Estoy aprendiendo, y en este proceso es sabido que se cometen muchos errores. Como dice la Biblia “en las muchas palabras no hay sabiduría” o algo semejante. Y “el que cree saber algo no sabe nada como debe saberlo”. Bien, pues ésa soy yo, y lo digo sin acritud, no pasa nada... Hecha esta aclaración ya puedo empezar.

    Lo primero es que en la lección de la semana pasada, encontré un episodio que había olvidado. Es cuando Moisés y Aarón interceden ante un Dios muy enfadado que está a punto de matar a varias familias… A mí, hermanos, esta imagen de Dios me parece como la de otros dioses a los que hay aplacar suplicándoles y rogándoles, incluso ofreciéndoles promesas o sacrificios. ¿Cómo podían Moisés y su hermano amar más a estas personas que el mismo Dios? Me hizo sentir incómoda y me puse en el lugar de los que no conocen a Dios que pudieran estar escuchando este relato. ¿Qué pensarán ellos? ¿Qué idea tendrán de Dios?

    Y en relación a esta semana, no deja de sorprenderme la minuciosidad de los rituales y pasos que había que seguir para el servicio en el santuario. Me cuesta entender el propósito de todo ello. Sinceramente, no creo que Dios necesite todas estas cosas. ¿Será , tal vez, que lo necesitaban ellos para sentir que estaban haciendo algo por Dios? ¿Nos pasa también eso a nosotros? ¿Es por eso que en todos, en TODOS, los libritos de la escuela sabática, traten el tema que traten, SIEMPRE nos encontramos con la famosa (y fastidiosita, para mí) preguntita “y tú ¿qué estás haciendo por el Señor? ¿Qué estás haciendo con tus talentos, con tus dones, estás predicando el evangelio… bla, bla, bla…?
    Yo creo que son estas preguntas las que me han hecho abandonar el estudio de los libritos. Me parece que el propósito de los escritores es, constantemente, ponernos en acción. Pero ¿no tendríamos que alimentarnos primero? Y a mí, los libritos de escuela sabática no me dicen nada… y sigo teniendo mucha hambre….

    Eva

    ResponderEliminar
  7. Hola Juan Ramón:

    Me ha gustado la idea, sabes que yo no soy adventista y sí mi esposa, Paula, pero me parece interesante este otro punto de vista que se le quiere dar a todo lo que envuelve a nuestra relación con Dios. Me quedo principalmente con esta primera frase que abre el blog:"No sólo por las sorpresas que esperan a quienes deciden emprenderla, con poco más en los bolsillos que la necesidad de buscar respuestas".
    Un abrazo desde Valencia

    ResponderEliminar
  8. Bienvenidos, Manuel y Paula. Es un placer recibiros por aquí. Por como nos vais conociendo, sabéis que a nosotros nos da igual quién es adventista y quién no lo es. No importan las creencias, sino el respeto que nos manifestemos. Es la única carta de presentación necesaria por estos lares. Así que permitidnos disfrutar de vuestra presencia amenudo.

    ResponderEliminar
  9. Hay un detalle interesante que veo en la leccion de esta semana.
    Aparentemente, la decision de Dios de establecer a Aaron y su familia como sacerdotes, con la responsabilidad por el pecado que se realizara en el santuario, responde al temor del pueblo de perecer si se acercaban al tabernaculo.
    Este hecho ofrece una clave para entender todo este libro, y quizá buena parte de la biblia, y hasta quizá buena parte de nuestras vidas.
    Como ocurre cuando uno va conduciendo un coche, con ayuda de un GPS, si por acaso te sales de la ruta marcada, el GPS siempre recalcula el mejor camino a seguir para llegar al destino.
    Veo a Dios como ese GPS, que no se cansa de marcarnos el camino a casa, no importa lo mucho que nos alejemos de su plan original. Solo que ademas del GPS, en este viaje el es mucho más que eso.

    ResponderEliminar