lunes, 1 de noviembre de 2010

Lección 6 Para el 6 de noviembre de 2010: Urías: La fe de un extranjero


Sábado 30 de octubre

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Samuel 26:5-11; 2 Samuel 11; Ester 8:17; Salmo 51; Isaías 56:3-7; Efesios 2:19.

PARA MEMORIZAR:
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas” (Deut. 6:5).

IMAGÍNATE QUE ESTÁS COMPRANDO un pasaje de tren. La fila es larga y estás impaciente porque podrías perder tu tren. Finalmente pagas, recibes tu boleto y corres al tren. En el camino, cuentas tu vuelto, y descubres que te han devuelto mucho de más. ¿Qué haces? ¿Vuelves a la fila para devolver el dinero sobrante y tal vez pierdes el tren o consideras que fue tu día de suerte y sigues adelante?

Lo que hagas depende de tu comprensión del bien y del mal. La ética es la manera de aplicar esta comprensión en la vida diaria. Hoy, la ética más popular es la situacional, que dice que no hay absolutos morales. A menudo, significa hacer lo que más te beneficia en una situación específica.

Esta semana veremos un contraste de ética entre la del rey David y la del soldado Urías. Aunque las acciones de David son horribles, parecen peores al contrastarlas con las del soldado. Si bien no se dice mucho sobre Urías, lo que vemos de él y de su lamentable suerte puede enseñarnos lo que significa vivir la fe, en oposición a solo hablar de ella.

Domingo 31 de octubre: LA CUESTA RESBALADIZA

Lee 2 Samuel 11. ¿Cómo puede alguien tan honrado por Dios caer tan bajo en el pecado? ¿Qué advertencia presenta esto para todos nosotros?

No podemos estudiar la historia de Urías sin considerar a David. Aquí vemos a David en su peor aspecto. El autor del libro de Samuel no alaba al héroe e ignora sus pecados. La historia de David, Betsabé y Urías es un punto de inflexión en la vida y el reinado de David. Hasta aquí, era descrito como alguien con fuerza creciente. En 2 Samuel 11 se habla del comienzo de su caída.

Algunos ven, en este pecado, una excusa para el suyo propio. Sin embargo, el pecado tiene consecuencias, y aquí se muestra cuántas vidas afectó. El primero en sufrir, como resultado del pecado de David, fue Urías; luego, el niño nacido de David y Betsabé. David pierde credibilidad en su familia, y las repercusiones se expanden y son un problema nacional. La reacción en cadena del pecado de David se amplía hasta incluir violación (2 Sam. 13:14), asesinato (2 Sam. 13:28, 29) y la pérdida de muchas vidas en una rebelión (2 Sam. 15). Si bien él se arrepintió y obtuvo la misericordia de Dios, el autor del relato claramente señala que el pecado tiene graves consecuencias (2 Sam. 12:13, 14).

Esta historia se narra en una forma bien estructurada. El autor bíblico usa palabras de acción (a menudo el verbo enviar), y contrasta las conductas de Urías y de David. Veamos la estructura del relato:

* David envía a Joab a pelear contra los amonitas (11:1).
* David pregunta acerca de Betsabé y la envía a llamar (vers. 3, 4).
* David comete adulterio con Betsabé (vers. 4).
* Betsabé envía un mensaje acerca de su embarazo (vers. 5).
* David manda a llamar a Urías (vers. 6).
* Urías rehúsa dormir con Betsabé (vers. 13).
* David envía la sentencia de muerte con Urías (vers. 14, 15).

Como se ve, “enviar” es una actividad muy importante en 2 Samuel 11. Cuando enviamos a alguien a alguna parte, tenemos poder sobre esa persona. Vemos que David es el personaje más poderoso de esta historia.

Él es el que más envía y controla. Es capaz de destruir. Actúa como un monarca absoluto del Cercano Oriente. Sin embargo, hay algo que David no puede controlar: el pecado. Aunque parece que él domina las acciones externas, el pecado controla sus elecciones y sus motivaciones.

Lunes 1º de noviembre: NINGUNO ES UNA ISLA

La historia de David y de Urías es presentada en el marco de una guerra con los amonitas. Lee cuidadosamente 2 Samuel 11:1. ¿Qué sutil crítica a David incluye el autor?

David se queda en casa y envía a su ejército al mando de Joab.

Este, por supuesto, es el primer error de David. De algún modo, había comenzado a creer que él realmente era más especial que sus hombres, y que no debía exponerse al peligro. No había aprendido, todavía, que los peligros mayores son casi siempre los de adentro, no los de afuera. El gran problema con el poder o la autoridad es cuán fácilmente distorsiona nuestra percepción propia. Pensamos que somos mejores y que estamos por sobre las leyes, o que las reglas existen para otros.

Compara las formas de liderazgo que ejerce David en la historia de 1 Samuel 26:5 al 11 y en 2 Samuel 11. ¿Qué diferencia observas?

Un relato describe cómo David protegió la vida de Saúl, dirigió con el ejemplo y pidió voluntarios. Pero el otro, 2 Samuel 11, muestra que, en lugar de haber ido con sus tropas y haberlas dirigido, dependiendo de Dios para su conducción y su seguridad personales, David estaba en el techo plano de su palacio, una tarde calurosa (probablemente, con el fin de captar la brisa vespertina).

Sin duda, su palacio estaba en una parte alta, desde donde se veía la mayor parte de Jerusalén. Mirando los techos de las casas, David vio a una mujer que se estaba bañando y preguntó cuál era su identidad. Luego, mandó a buscar a la mujer, aun sabiendo muy bien que era la esposa de Urías, el heteo. El verbo hebreo que se usa indica que la orden de David a Betsabé es muy fuerte, y en otros contextos se utiliza para expresar que algo es tomado por la fuerza (Gén. 14:11). David fue tras sus deseos, y archivó completamente su conocimiento del bien y del mal. Poco se imaginaba David, en ese momento, las consecuencias que seguirían a esta decisión personal. El ostentar deliberadamente su poder afectaría directamente las vidas de Betsabé, de Urías, de un niño no nacido y del curso de la historia de Israel.

Piensa en las decisiones que haces. ¿Están basadas mayormente en el pensamiento racional y en la lógica o están basadas en emociones y pasiones? ¿Qué motivaciones parecen dominarte? ¿Cómo puedes llegar a un equilibrio correcto entre ambos?

Martes 2 de noviembre: UN EXTRANJERO EN ISRAEL

En este capítulo, se menciona a Urías como “Urías heteo”. ¿Quiénes eran los heteos de Palestina? Eran un grupo étnico relacionado en forma incierta con los estados neohititas del norte. En la cultura del Antiguo Testamento, la nacionalidad, la raza y la religión estaban interconectadas.

Por eso, se prohibía el casamiento entre los israelitas y las naciones circundantes, como se ve en Deuteronomio 7:3 y en cada reavivamiento de Israel. La prohibición del casamiento mixto tenía que ver con la religión. Pero, en el Antiguo Testamento hay ejemplos de extranjeros que aceptaron al Dios de Israel, como Urías, quien fue asimilado por medio del casamiento y la religión.

¿Cuáles son algunos ejemplos de extranjeros que fueron asimilados a Israel? Jos. 6:25; Rut 1:1-16; Est. 8:17; Isa. 56:3-7.

Rut, la moabita, dejó su tierra, su pueblo y su religión, y acompañó a su suegra de regreso a Israel. Sus famosas palabras subrayan que adoptaba no solo a otro pueblo, sino también a otro Dios: “Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios” (Rut. 1:16). La asimilación incluye a prostitutas mentirosas como Rahab, que protegió a los dos espías (Jos. 2:4). Ella respondió a la pequeña luz que tenía, y creyó que el Dios de Israel era poderoso y fiel. Tiempo después de la caída de Jericó, Rahab se casó con Salmón y, junto con Rut, está incluida en la genealogía de Cristo (Jos. 6:25; Mat. 1:5).

Urías no es el único heteo que sirvió a David: también se menciona a Ahimelec (1 Sam. 26:6); pero Urías era uno de los guerreros de elite de David (1 Crón. 11:41). Es interesante notar que si Eliam, el padre de Betsabé (2 Sam. 11:3), era Eliam hijo de Ahitofel gilonita (2 Sam. 23:34), entonces Urías se casó con alguien de una familia influyente. Su suegro era un guerrero elegido e hijo del estimado consejero de David. Esto podría explicar la proximidad de la casa de Urías al palacio y la deserción de Ahitofel (2 Sam. 15:31). Puede ser que este sintiera rencor por la forma en que David había tratado a su nieta Betsabé y por el asesinato de Urías.

Lee Efesios 2:19. ¿De qué modo la asimilación de Rut, de Rahab y de Urías a Israel puede ayudarnos a comprender que, no importa cuál sea nuestro trasfondo, por medio de Cristo podemos ser aceptados en “la familia de Dios”?

Miércoles 3 de noviembre: ¿QUÉ HAY EN UN NOMBRE?

Los nombres eran muy importantes en el mundo bíblico. El nombre hablaba de la herencia cultural de una persona y de sus creencias, o señalaba los deseos de los padres para sus hijos. A menudo, un cambio de creencias o de circunstancias de la vida se indicaba con un cambio de
nombre.

Nota los nuevos nombres de los siguientes personajes y señala la razón que se da para el cambio de nombre:

Abram (Gén. 17:5)
Jacob (Gén. 32:27, 28)
Daniel (Dan. 1:7)

Después de la noche de lucha de Jacob con su visitante celestial, experimentó tal vez uno de los cambios de nombre de mayores consecuencias en toda la historia sagrada. De “engañador” (Jacob), se convirtió en “que Dios ayude a” (Israel), y todos sus descendientes llegaron a ser conocidos como “israelitas”, o los hijos de Israel.

El cambio de nombre de Daniel tuvo un propósito diferente. El rey Nabucodonosor quería que los jóvenes exiliados supieran quién tenía el control. El nombre de Daniel (“Dios es mi juez”) fue cambiado a “Protege la vida del príncipe” (Beltsasar), en un intento de socavar la lealtad de Daniel hacia Dios.

El nombre Urías no es singular en la historia bíblica. Durante el tiempo del rey Ezequías, un profeta de nombre Urías comunicó el castigo de Dios sobre Jerusalén (Jer. 26:20-23). Es interesante que el nombre “Urías” es hebreo, y puede ser traducido como “mi luz es el Señor” o “llama del Señor”. Él pudo haber sido heteo de nacimiento, pero por elección pertenecía al Dios de Israel. La ascendencia hetea de Urías subraya el hecho de que Dios no mira el exterior, sino el corazón. Tener miembros de la familia en posiciones destacadas en la iglesia o piadosos antepasados no nos da una mejor posición ante Dios.

Al morir por toda la humanidad, Cristo derribó las barreras entre todos los pueblos (Gál. 3:28). La Cruz muestra que todos somos iguales ante Dios; Cristo murió por cada ser humano, y cada uno es de infinito valor ante sus ojos. Dios dio tareas y vocaciones especiales a diferentes grupos, pero eso no quiere decir que algunos pueblos son de más valor para Dios que otros. La Cruz demuestra que esto es algo equivocado.

Jueves 4 de noviembre: UN HOMBRE DE PRINCIPIOS

En la narración bíblica, Betsabé parece ser un personaje pasivo, y el autor bíblico se abstiene de comentar acerca de su responsabilidad o participación. Aun cuando ella aparece como pasiva en todo el informe, debe pagar un alto precio: su bebé muere. La única vez que Betsabé habla es cuando le envía un mensaje a David para decirle que está embarazada (2 Sam. 11:5). David calcula que si Urías vuelve a su casa, aunque más no sea por una noche, podría parecer que el bebé es de Urías, y su pecado pasaría inadvertido. David envía a buscar a Urías, que está a 65 km (40 millas) de Jerusalén. David habla con él y lo manda a su casa para dormir con su esposa (2 Sam. 11:8). En un esfuerzo por parecer generoso, envía un regalo al hogar de Urías, y piensa que la situación está atendida. Pero Urías es un hombre de principios, y no puede ser manipulado. Pasa la noche en la puerta con los siervos del Rey. La situación se escapa del control de David. A la mañana siguiente, David se entera y envía a buscar a Urías. Se siente frustrado y, aunque es un hombre íntegro, ahora no parece comprender la integridad de Urías.

¿Qué dice 2 Samuel 11:10 al 13 acerca de los motivos de Urías? ¿Qué otros ejemplos podemos encontrar en la Biblia de personas que actuaron con la misma clase de integridad?

La respuesta de Urías muestra que él no era un creyente nominal, sino que se había identificado con el Dios de Israel y con sus camaradas.

Urías creyó que estaba mal usar su situación para su comodidad o su ventaja personal. El mismo David que una vez mostró su lealtad al rey Saúl ahora no podía comprender la lealtad y la fidelidad de Urías.

David recurrió a un plan repugnante: deliberadamente emborrachó a Urías, en un intento de quebrar sus principios. Es interesante notar que las dos hijas de Lot usaron el mismo plan, que dio origen a los amonitas (Gén. 19:30-38), precisamente el pueblo contra el cual el ejército de Israel está peleando. A pesar de su razonamiento debilitado, Urías rehusó comprometer sus valores, y otra vez pasó la noche con los siervos del Rey.

Lee el Salmo 51 en el contexto de 2 Samuel 11. ¿Qué podemos aprender acerca de la naturaleza del pecado, del arrepentimiento y de la gracia de Dios?

Viernes 5 de noviembre

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:

“La Biblia tiene poco que decir en alabanza de los hombres. Dedica poco espacio a relatar las virtudes hasta de los mejores hombres que jamás hayan vivido. Este silencio no deja de tener su propósito y su lección. Todas las buenas cualidades que poseen los hombres son dones de Dios; realizan sus buenas acciones por la gracia de Dios manifestada en Cristo. Como lo deben todo a Dios, la gloria de cuanto son y hacen le pertenece solo a él; ellos no son sino instrumentos en sus manos.

“Además, según todas las lecciones de la historia bíblica, es peligroso alabar o ensalzar a los hombres; pues, si uno llega a perder de vista su total dependencia de Dios, y a confiar en su propia fortaleza, caerá seguramente. [...] El tenor de la Biblia está destinado a inculcarnos desconfianza en el poder humano y a fomentar nuestra confianza en el poder divino.

“El espíritu de confianza y ensalzamiento de sí fue el que preparó la caída de David. La adulación y las sutiles seducciones del poder y del lujo no dejaron de tener su efecto sobre él. También las relaciones con las naciones vecinas ejercieron en él una influencia maléfica. Según las costumbres que prevalecían entre los soberanos orientales de aquel entonces, los crímenes que no se toleraban en los súbditos quedaban impunes cuando se trataba del rey; el monarca no estaba obligado a ejercer el mismo dominio de sí que el súbdito. Todo esto tendía a aminorar, en David, el sentido de la perversidad excesiva del pecado. Y, en vez de confiar humilde en el poder de Dios, comenzó a confiar en su propia fuerza y sabiduría” (PP 775, 776).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:

1. En la clase, identifiquen cargos o posiciones en los cuales tuvieron poder o influencia. Analicen cómo hacer para no usar mal ese poder. ¿Cómo podemos ayudar a alguien que está por usar mal su autoridad o su influencia?

2. Considera la composición étnica, cultural y socioeconómica de tu clase. ¿Cómo se sentirían, en tu clase, personas de otros grupos o que no pertenecen a ninguna iglesia? ¿Qué podrían hacer, como clase, para extenderse hacia los “extranjeros”?

3. Urías –honesto, leal, de principios– es asesinado por su propio rey, a quien servía fielmente. David –deshonesto, traicionero, engañador– consigue la hermosa mujer como esposa y vive muchos años más. Analiza la situación.

4. Repasen el Salmo 51 y analicen qué enseña acerca del perdón. ¿Cómo aprenderemos a aceptar el perdón cuando podríamos ser culpables de pecados tan malos como los de David?

6 comentarios:

  1. Hola amig@s!! Este David va in crescendo: primero su amistad con Jonatán y su respeto al "ungido" nos descubren un corazón tierno y sensible, además de valiente hombre de fe que venía de tumbar a un gigante; segundo, el episodio con Abigail en que se cabrea a más no poder y es refrenado por las sabias palabras de esta mujer; por último la caída, terrible caída de ceder a su espíritu animal (vamos a decirlo así) con mucho que entresacar de lo que nos cuenta La Palabra.
    No me puedo imaginar a Dios tomándose unas cañitas mientras aquí abajo lo estamos pasando tan mal. Y aunque algunos de nosotros (un porcentaje mínimo) estemos más o menos bien, sufrimos porque otros lo pasan mal. Y creo que Dios es el primero que sufre en esta desenfrenada lucha entre bien y mal y las consecuencias que vemos.


    El (Dios) ha hecho y hace su parte. A nosotros, a los humanos, nos corresponde hacer la nuestra.
    A David parece que le da igual que sus soldados se estén jugando la vida frente a sus enemigos.
    Y qué si después de una siestecita nos apetece hacer algo ilícito, sólo porque podemos permitírnoslo. Un derecho de pernada sobre personas o bienes o lo que sea. Pues que a la luz de esta historia tendrá consecuencias.

    ¡Qué modales! Fijaos cómo se dirige a Urías: "¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa?"
    Ya bastante enojado porque no consigue que haga lo que él quiere.
    Flipo con Urías y su respuesta, ¡qué integridad y solidaridad al pacto que hacían los soldados mientras se libraba una batalla!
    Luego más argucias del rey, "lo emborracharé". Dice el dicho que "el borracho pierde la vergüenza, pero no el conocimiento". Y así Urías no perdió su integridad a pesar de esa trampa.

    Sigue...

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  2. ¡Qué triste que el líder, su líder, lo traicionara de esa manera! ¿Menospreció David a Urías por ser extranjero? ¿Pudo más su deseo al ver a la bella mujer? ¿Le apeteció hacerlo porque era el rey? Sea alguna de éstas u otra la causa, es un acto vil, una traición.

    Mirad este trocito del material auxiliar de la esc. Sab.:
    "Con la respuesta de Urías en el versículo 11 David se da cuenta de que tiene ante sí a un hombre al que no puede adular, sobornar, ni disuadir a que traicione sus principios. El argumento de Urías es impecable. Su respuesta demuestra que no es un creyente nominal, sino alguien que se ha identificado completamente con el Dios de Israel y con sus camaradas. Urías cree que aprovechar su situación para obtener comodidad o privilegios personales está mal. David, que había sido leal al rey Saúl mientras lo perseguía, no puede ver más allá del embrollo y no entiende la lealtad y la fidelidad de Urías".

    Pues éste es el personaje que abordamos esta semana. A mí me seduce y me atrae, quizá porque escasean mucho personalidades como la suya. Levanto mi lamento por su muerte innecesaria e inocente. Alabo su valentía hasta la muerte, aún sabiendo que el obedecer aquella orden era un gran riesgo para su vida.

    ¿Creéis que ahora es diferente?

    Venga, abrazos a tutiplen, como decía una amiga.

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  3. ¿Alguien puede decir algo que Dios haya podido hacer mal? ¿Alguien es capaz de construir una crítica basándose en algún desacuerdo con el Mismísimo? ¿Es posible ese mínimo ejercicio de libertad de expresión?

    Sinceramente, pienso que el que se refiere al Dios de la Biblia como un ser benevolente se está engañando a sí mismo. Vale que la mayoría de la peña tenga una imagen "cultural" de Dios, pero no entiendo cómo personas con la habilidad de comprender un texto puede atribuir a semejante personaje cualidades de bondad.

    Esta lección es un ejemplo más del entrenamiento semanal en "retórica defensiva" (me lo acabo de inventar) orientado hacia el creyente, es decir, cómo ordenar las palabras para justificar cualquier cosa que haga Dios.

    Si les apetece, les recomiendo que busquen en google o por ahí información sobre el experimento que George Tamarin realizó en israel.

    (Tags: George Tamarin Israel Josué Jericó)


    Un saludo


    Macarra-Chungo

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  4. Macarra-Chungo, amigo que voy descubriendo, aún a pesar de mis excentricidades:

    Pedirle al creyente que vea algo malo de Dios es salirse de su paradigma. La cuadratura del círculo. Puedes pedir a un creyente inquieto que deje de creer en Dios. Tendrás muchas razones que mostrarle. Es cierto: muy probablemente, hay más razones para no creer que para hacerlo. Pero cuando se decide (en mi caso hay mucho más de decisión que de fe ciega) creer en Él, se entra en un mundo de las ideas que es incomprensible para quien no cree. Tú puedes percibirnos (lo planteo como posibilidad, no como hecho...) como perros verdes, como ratones coloraos. Gente rara que no se cuestiona la locura que es pensar en un Dios que no está, que no se aparece, que no se hace perceptible por los sentidos. Es normal. Tu mente científica es fiel a los hechos, a los datos. Lo comprendo. Eres coherente con tu percepción de la realidad. Existes, te comprometes con la vida, amas y no necesitas para ello a ningún Ser superior.

    Creo que el creyente, sin embargo, añade a todo eso la percepción (equivocada o no) de una realidad que le trasciende. No es explicable, ni demostrable. Es sólo compartible. Aun a riesgo de parecer (o padecer...) locura.


    El Dios que aparece en la Biblia es contradictorio, es cierto. Pero creo que es porque nosotros lo somos. Y contamos las cosas como nos parece que son. En mi caso, no estoy encadenado a una Biblia interpretada de una forma literal. Creo que es la forma que algunos creyentes encontraron de describir una percepción que los supera. Y en sus contradicciones involucraron a Dios. Muchos me dicen que, entonces, no es un libro de fiar. Quizá tú mismo lo hagas. Creo, sin embargo, que el mensaje global, lo que queda de ella al final, al menos es el que me queda a mí, es que Dios sólo es bueno, y sólo vela por nuestro bien.

    Yo no pretendo convencerte (porque además no podría) de que Dios existe, y de que es bueno. Sólo puedo compartir contigo que creo que es así. Y que esta percepción me hace íntimamente mejor. No hay datos, ni hechos demostrables. Sólo el testimonio de alguien que piensa que esta locura merece la pena.

    No puedo (ni sé) decirte más.

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  5. Un apunte más antes de que acabe la semana.

    "Después que Urías abandonó el palacio, David el envió un regalo. Es interesante este detalle de que el regalo es enviado a posteriori. Tal vez David tenía el presentimiento de que si se lo daba personalmente, Urías encontraría la manera de rechazarlo. En efecto, la intención del regalo es colocar a Urías en una situación que lo obligue a obedecer los deseos del rey. Urías no es un hombre que se pueda comprar. En el mundo antiguo, el acto de dar presentes a menudo implicaba cierta obligación del que lo recibía hacia el que lo daba. Aun cuando David le envía un regalo para disuadirlo a que vaya a su casa, Urías no se deja comprar." (Material auxiliar de esc. sab.)

    Después de esto vienen las groseras palabras de David a Urías en el verso 10.
    Parece que lo de "todo hombre (o mujer) tiene un precio", no se cumplió con este fiel hombre.
    No le sirven los halagos y prebendas, hasta él mismo podría haber pedido un ascenso o un aumento de sueldo, a cambio de hacer la vista gorda en ese asuntillo de su mujer con el rey. Que no es el primero al que no le importan estos "asuntillos" con tal de promocionar, de ascender, de obtener más poder, etc.

    Tal es el cabreo que se pilla Ahitofel (se cree que era ascendiente de Betsabé) que se rebela contra este "rey", contra el "ungido" de Jehová. Se pasa a las filas de rebeldes con Absalón (hijo de David) a la cabeza. E intenta acabar con él. Pero su consejo es estorbado, y cuando ve que tamaña injusticia se consuma y este hombre iba a seguir reinando, no tiene más deseos de vivir: "y después de poner su casa en orden, se ahorcó, y así murió..." (2 Sam. 17:23)
    Otro daño "colateral" a una serie de tropelías reales. Comprendo la rebelión de espíritu de este hombre contra su rey. Parece que hay ocasiones en que no merecemos el puesto que ocupamos. Pero por alguna circunstancia seguimos desempeñándonos en él.

    David aceptó los insultos de un tal Simei cuando huía de su hijo Absalón: "¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y perverso!"
    Es duro, pero aguanta estoicamente estos "escupitajos" a su conducta e impide que le sea quitada la vida a este enojado hombre.

    Y es que la cadena de sucesos posteriores, como un efecto dominó, desequilibró la vida hogareña y nacional.
    Algo de lo que tomar buena nota.
    ¿No os parece?

    Abrazos.

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  6. Es interesante constatar tres detalles de la biografía de Urías. Bueno, en realidad, de la biografía no. Uno de ellos tiene que ver con la reseña que de él se hace en el Nuevo Testamento (sí, sí, su memoria perdura hasta después de los tiempos de Jesús...); otro, con su opción religiosa, que para nada parece tener que ver, al menos públicamente, con el Dios de Israel; y el tercero, con ese Urías que puede representar, por méritos propios, a tantos y tantos seres humanos perseguidos por causa de la justicia, entrampados sin motivo por el mal, y abandonados solos, en primera línea de riesgo, antes sus garras.

    1. Urías, frente a todo pronóstico, aparece en la genealogía que el evangelista Mateo publica sobre Jesús. En Mt. 1:6 aparece lo siguiente:

    "Jesé fue padre del rey David. David fue padre de Salomón y su madre, la que había sido la esposa de Urías."

    Fijaos el requiebro que ha de hacer Mateo para acabar nombrando a Urías. Eso quiere decir que la memoria de este hitita había calado hondo en el acerbo histórico de Israel. Imagino que tanto daño había hecho la actitud de David con Urías; tanto escándalo produjo la injusticia que el rey cometió con él; tanta repulsión provocó en el pueblo la maquinación urdida en la sombra, al milímetro, que acabó en la muerte, premeditada por el rey David, de un hombre leal, que acabó su memoria incrustada en el imaginario popular, y homenajeada en la relación de los antepasados de Jesús.

    2. Siempre que se nombra en 2Sam. a Urías, se añade el apodo "el hitita" o "el heteo", como si se quisiese dejar bien claro que aunque peleaba en el ejército de Israel, era pagano. Y esto es muy interesante. Porque la supermegahiperestupenda religiosidad israelita de David, que da como frutos el adulterio, la premeditación y el asesinato, se ve confrontada con una laicidad o, como mucho, un paganismo, repleto de compromiso, responsabilidad y lealtad. Cuando la religión nos separa de lo humano; cuando el fenómeno religioso no tiene como consecuencia hacernos más humanos, o simplemente humanos, es como un címbalo que retiñe. Sin embargo, cuando la laicidad está acompañada de un compromiso compasivo, una lealtad a prueba de bombas y un sentido de la responsabilidad inquebrantable, esa laicidad produce héroes de la fe, aunque no crean...

    3. En nuestras sociedades occidentales, e incluso en nuestras comunidades religiosas existen muchos Urías. Apestados que nos gustaría tener más lejos que cerca, y que no nos importaría que no aparecieran más por nuestros lares. Son, muchas veces sin saberlo, espejo de nuestros errores y voz de nuestra conciencia. Si los escuchamos, son tabla de salvación. Si nos enrocamos frente a ellos, llevan todas las de perder, pero descubriremos nuestra fe como muerta. Hay muchos Urías entre nosotros. Oportunidades de hacerlo mejor que David. Futuro abierto a nuevas posibilidades...

    David y Urías, juntos en la genealogía de Mateo. Flipo en colores. Se me hace difícil entender a Dios, pero me encanta lo que veo...

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