domingo, 24 de enero de 2010

Ocasiones perdidas en nuestra Escuela Sabática

Estimad@s amig@s de “La Escuela Sabática… con otros ojos”:

El otro día recibí este estupendo artículo, escrito por Juanfer para el blog “A LA PUERTA…” Sitio, por cierto, que os recomiendo con entusiasmo:


http://yoestoyalapuerta.blogspot.com/


Inmediatamente me puse en contacto con su administrador, pidiéndole permiso para publicar dicho artículo. Éste me remitió a Juanfer, quien me dio autorización para hacerlo. Así que aquí lo tenéis. Es la primera vez que publicamos como entrada algo que no es la propia lección de ES. Pero es que me pareció tan perspicaz, que estoy seguro de que lo apreciaréis como yo. Un abrazo para tod@s.


«Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y al verlo pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, al verlo pasó de largo» (Luc. 10: 31-32).

Me encanta la escuela sabática. Es la parte de nuestro culto que más me enriquece, pues favorece el debate constructivo y profundo (el grado en que se consiga depende, en parte, de la apertura y habilidad del conductor de la clase). He aprendido mucho de nuestros queridos “libritos” trimestrales, así que doy gracias a Dios por ella.

Me gusta que la guía de estudio se sumerja a fondo en los temas. En cambio, me deja insatisfecho que eluda los más difíciles o enjundiosos. Esto me ocurre por ejemplo cuando veo cómo el autor correspondiente pasa de puntillas sobre las matanzas del Antiguo Testamento, sobre todo si quien las ordena es Dios mismo.

El tema tabú por excelencia en nuestra iglesia

Pero lo percibo aún más claramente en el tema del poder. El poder (humano sobre humanos) en cuanto tal. ¿Alguien recuerda algún trimestre dedicado a él? ¿Alguna lección semanal? Quizá me falla la memoria, pero yo no. Me refiero al poder en general, pero sobre todo al que se ejerce dentro de la iglesia. Y a los dirigentes de ésta.

La primera pregunta sería: ¿Por qué se trata de un asunto marginado?

Pero ocasiones no faltan. A fin de cuentas, y esto es de agradecer, las guías de la escuela sabática estudian todos los libros de la Biblia. Y la Biblia habla (mucho) del poder. Nos enseña, por ejemplo, que la rebelión satánica obedeció a un afán de dominar y prevalecer (así entendemos Isa. 14: 12-14; Eze. 28: 12-17 y Apoc. 12: 7). Y que, como fruto de ese afán, el Enemigo logró al menos ser el líder de la Tierra. «Príncipe de este mundo», lo llama el propio Jesús (Juan 12: 31). Los adventistas del séptimo día ponemos mucho énfasis en que la historia de la humanidad tiene como trasfondo el “conflicto cósmico” entre Dios y Satanás. Una lucha por el poder entre el Único con derecho a él y su vil adversario. Además sabemos que en Cristo todos somos hermanos e iguales en dignidad y derechos (que Dios rechaza la distinción de personas es un principio que se repite no menos de quince veces en la Escritura: ver, p. ej., Deut. 10: 17; Hech. 10: 34 y Rom. 2: 11). Sin embargo, no hacemos el mismo hincapié en una lógica consecuencia de ello, y es que nadie tiene derecho a abusar de nadie ni dentro ni fuera de la iglesia. Es rarísimo, por ejemplo, oír predicar sobre Mateo 20: 25-26.

Volviendo a la escuela sabática, en los últimos años hemos tratado más de una vez el asunto de los dones del Espíritu. Algunos de ellos tienen que ver con el liderazgo en la iglesia (ver Efe. 4: 11). Pero no abundan los análisis acerca de cómo debe ser ese liderazgo y de cómo suele ser en la práctica. Una pena, porque quizá del contraste, mayor o menor, que se derivase de ese estudio saldrían lecciones muy valiosas para todos, en particular para nuestros queridos hermanos en posición dirigente.

En el trimestre pasado estudiamos el libro de Números. La séptima lección se titulaba “Lucha por el poder”. La octava, “Sacerdotes y levitas”. El estudio, claro, se centraba en ese libro de la Escritura y hacía bien. Pero era una buena ocasión para haber hecho aplicaciones a nuestro tiempo. En algún grado, escaso, las hacía, pero en sentido unidireccional, enfatizando los deberes hacia los dirigentes (p. ej., el de orar por ellos). Necesario, pero quizá insuficiente. Además, hubo maestros y pastores que, en clases y predicaciones, hicieron aplicaciones en la misma línea. Algunos subrayaron lo peligrosas que son las “murmuraciones” (críticas o chismorreos) contra los dirigentes, como lo demuestran –decían– las que en su día sufriera Moisés (ver, p. ej., Núm. 14: 36). Pero olvidaban recalcar que éste era profeta de Dios, en un contexto teocrático de frecuentes intervenciones divinas, cosa que no ocurre con los dirigentes actuales. Tanto el librito como muchos maestros y predicadores perdieron la ocasión de plantearse por qué pueden surgir las críticas. ¿Obedecen siempre a un espíritu destructivo, y/o, como en la rebelión de Coré (Núm. 16), a un afán de hacerse ilegítimamente con el poder?

La última ocasión perdida

La lección de esta última semana perdió otra valiosa ocasión, y eso que esta vez parece que el propio autor preparó el terreno. El tema general era el amor y en la parte del jueves 7 de enero del presente 2010 se abordaba la cuestión del prójimo, magistralmente ilustrada por Jesús en la parábola del Buen Samaritano (Luc. 10: 25-37). De repente, en la parte central de esa página la guía cierra así el bloque de preguntas: «¿Por qué puso Jesús, específicamente, gente religiosa, incluso líderes religiosos, en el papel de “los malos”? ¿Qué lección hay allí también para nosotros?» (cursiva añadida).

Confieso que temblé de emoción al leer eso, aunque ya intuía el desenlace: tras las citadas cuestiones, la página continúa con el correspondiente espacio para que el estudiante anote su respuesta. Le sigue otro párrafo del autor en el que uno espera que él dé la suya… ¿y qué me encuentro? Pues una paráfrasis, interesante pero genérica, de Mateo 25: 35-36. Así ocurre tanto en la versión inglesa como en la española de la guía de estudio. Una vez más, la frustración se había consumado.

Quiero creer que no soy el único lector de esa lección que, llegado a ese punto, y alentado por los sugestivos planteamientos del propio autor, se preguntó: “¿Por qué Jesús no hizo pasar ante el herido a un judío ‘de a pie’, que no fuera de la casta dirigente?” A fin de cuentas, eso es lo que era el judío herido y tampoco se nos dice que fuera un dirigente (sí muy diligente) el samaritano que lo atendió (del pueblo judío no podía serlo, por supuesto).

Quizá tampoco sea yo el único que entonces recordó los frecuentes encontronazos que tuvo el Maestro con los gobernantes de su tiempo. Por cierto, a la hora de denunciarlos no se anduvo con chiquitas (ver, p. ej., Mat. 23). A los «principales sacerdotes» y «ancianos del pueblo» llegó a asegurarles que «los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios» (Mat. 21: 31). Sin olvidar que fueron ellos, los dirigentes del pueblo escogido, quienes acabaron llevándole a la muerte (ver, p. ej., Juan 11: 47-53).

Naturalmente, hoy las cosas no son exactamente iguales que entonces. Para empezar, Jesús-hombre ya no está físicamente entre nosotros. Y la iglesia, aunque a veces se diría que creemos otra cosa, no es una teocracia.

Sin embargo, como en el tiempo de Jesús, los dirigentes siguen siendo humanos falibles que pueden caer, y de hecho caen, en la tentación del poder. Algo, propio de «los gentiles», que debería estar desterrado entre nosotros, ya que Cristo dijo: «Entre vosotros no será así» (Mat. 20: 25-26).

Por ello resulta triste comprobar cómo una y otra vez se elude esa importante cuestión. Así ocurre incluso cuando la temática abordada tiene mucho que ver con ella. Y es lamentable, en primer lugar, porque debemos preguntarnos si estamos cumpliendo la instrucción del Maestro. Un análisis imparcial y constructivo de este asunto podría hacernos mucho bien. A todos, pero de manera muy especial a nuestros hermanos dirigentes.


Por Juanfer
(
http://yoestoyalapuerta.blogspot.com/)

18 comentarios:

  1. Por desgracia, la aludida del 7 de enero ya no es la última ocasión perdida, pues la semana pasada, perdieron (perdimos) otra muy valiosa: siendo el tema el de la paz, se olvidaron del pacifismo y de la postura esperable en los cristianos en estos tiempos tan violentos y belicosos.

    Un saludo fraternal.

    ResponderEliminar
  2. Jolín, qué chula y reflexiva esta entrada!!
    Pues sí, parece que este pueda ser un tema tabú. ¿Por qué tendremos tanto miedo? ¿Porque puede ser, tal vez, una marea incontenible?, o porque como se destape la olla a presión esto no hay quien lo controle.
    Pero el caso es que ves errores de bulto en la forma de proceder de nuestros dirigentes, sobre todo en la forma de tratar "problemas", se resuelven muchas veces sin valentía y con tristes resultados.
    No es que tenga yo una estadística, pero en lo que voy viendo, no se qué miedo les atenaza.
    No suelen poner el dedo en la llaga.
    Que todo esto es muy vago, lo se. Pero las oportunidades están para aprovecharlas y así cerrar las bocas de aquellos que las abran a posteriori.

    A ver si va a resultar que la Biblia no esconde las miserias del pueblo de Dios a lo largo de la historia y nosotros las vamos a barrer debajo de la alfombra y tarde o temprano sale toda esa "mierda", con perdón.
    No se por qué no podemos aprender del "pasado reciente" como dirían los franceses. El pasado más próximo, el que conocemos. Claro, claro, la reputación, el buen nombre, etc. etc.

    No se, no se. Corregidme si me equivoco.
    Volveré.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Queridos amigos, bastante tendría que decir personalmente sobre la autoridad ejercida por interés sobre un servidor. Hace ya un año y medio me planté ante Dios para decirle por qué se ha actuado así en mi vida y ministerio, que lo que hacía era predicar la Palabra de Dios y por allende nuestras creencias fundamentales, el resultado de hacer lo que por un lado Dios dice y por otro lado lo que la iglesia tiene como principio, dio como resultado un traslado inesperado ( yo lo llamo de otra forma ) todo porque a los hermanos no les gusta lo que oyen.

    A partir de ese momento he aprendido dos cosas: La oración incesante para que Dios haga justicia y la paciencia donde si he puesto todo mi dolor y las injusticias que hicieron no solo a mí sino a mi familia, debo esperar a la justicia de Dios.

    Esto me ha liberado de una cosa, de la impaciencia, he aprendido que Dios actúa y marcha a un ritmo que no es el mío, que debo esperar el resultado para alabar su nombre y la verdad es que soy feliz porque estoy esperando.

    Eso no quita que siga orando y orando y orando para que Dios me ayude a mantenerme en la paciencia de la solución del daño que han hecho a mi familia como al ministerio pastoral que llevo.

    Solo digo que habría que analizar y empezar a proponer cambios en el funcionamiento de nuestra iglesia. La parábola a la que se refiere del samaritano es así de clara y más yo diría que a mayor responsabilidad mayor servicio, no se puede estar sentado en un sillón pensando que uno es el jefe, todo lo contrario, como le dije una vez a un compañero, los administradores de la unión debe ser los servidores de todos los pastores, deben estar con los pastores y más con aquellos que predican y viven la Palabra de Dios y las creencias fundamentales que tenemos, ya que los pastores son los servidores de todos los hermanos de iglesia a la que ministra y deben vivir de idéntica forma.

    Tendría mucho más que decir, pero no diré por un principio claro de respeto a este blog, he dicho todo esto por lo escrito y sobre todo por la conexión que tiene con la lección de esta semana, me explico:

    Muchos piensan sobre el poder de ciertos dirigentes de la iglesia y sienten la frustración en tanto y en cuanto siguen en sus responsabilidades, tal y como Jesús menciona en la parábola del samaritano, lo que debe animar a uno es que el hombre probablemente no perdió la esperanza de ser rescatado ( esto no menciona la Biblia ) pero el simple hecho de que permaneciera vivo y no desmayara nos muestra que tendría esperanza de ser rescatado, es ahí donde actúa Dios y envía a un samaritano, el resultado es un cambio en la vida de este hombre, ya que sanó, ya que de los dirigentes del pueblo no se habló más e incluso hasta nuestros días de los dirigentes no se habla, siempre se dice "la parábola del buen samaritano" esto viene porque el hombre que fue atacado no pudo moverse de su sitio, sino vivir la esperanza de la ayuda. nosotros hoy no podemos hacer otra cosa que tener paciencia porque la esperanza de la ayuda viene y viene pronto, ¿quién se acordará luego de los dirigentes?

    ResponderEliminar
  4. Estimado Roberto, se me encoge el corazón al leer tu experiencia. El daño ya está hecho en tu caso, y no es victimismo decir que también ha sufrido tu familia. Lo creo porque no es la primera ni, tristemente, será la última vez.

    A eso me refería en mi comentario, al estudio de un pasado cercano, a no repetir errores de bulto.
    ¿Cómo puede pesar más la opinión de la feligresía o incluso la de un feligrés en concreto, que la de un siervo de Dios consagrado???
    Sí, en aras de "la obra de Dios" se han cometido muchas injusticias con resultados devastadores. Es triste. Pero es un hecho consumado, comprobado. Pues al reconocerlo se podría pedir perdón e intentar restaurar el daño infligido. Eso es altura de miras.
    Y la feligresía y el feligrés de turno que estén ahí calladitos, y si no ¡puerta!
    Que no avanzamos más por el conservadurismo paralizante: "o de este modo o de ningún otro".
    No hay término medio.

    Lo terrible es que los dirigentes fallen aún a sabiendas de que se están haciendo las cosas mal en este lugar o en aquel otro.
    ¿Es eso responsabilidad? No, eso son "oportunidades perdidas". Así lo veo yo.

    Sí, algo debería cambiar. Sobre todo en la elección de nuestros dirigentes. Si queremos que sea democráticamente, debe serlo al cien por cien.
    Hasta en el sindicato al que pertenezco y creado a causa de la corrupción de los de siempre, tiene unos estatutos sencillos pero bien eleborados. Hay una ejecutiva formada por secretario general, etc. etc. y cada 4 años, ese mismo equipo se presenta a la reelección. Pero pueden presentarse candidaturas avaladas por un número de firmas o apoyos. Presentan su programa, dicen los defectos de las otras candidaturas y se proponen como alternativa por esto o lo otro. Y luego a votar TODOS los representantes de TODAS las provincias. Y no nuestros delegados que casi siempre son los mismos y son del tipo "consevadores paralizantes". Decidmo si no, si nuestros "delegados" han resuelto la crisis de funcionamiento de nuestra Unión en los últimos años. ¿Han aportado ellos algo? Lo siento pero yo lo veo todo muy inmovilista, a pesar de que hay trabajadores sinceros en nuesta administraciión, pero también los hay torpes.
    Las pruebas están a la vista de todos.

    ¿Es esto una crítica ácida? Pues si nosotros, que somos cristianos, estamos tan ciegos que para resolver un problema creamos otro peor. Pues vamos daos!!!

    Roberto, veo que la oración y la confianza en nuestro Dios es lo que te sostiene. Te deseo lo mejor a tí y a tu familia.
    Recibe un abrazo cordial y que Dios te ayude en tu ministerio.

    ResponderEliminar
  5. Seguramente todos hemos escuchado esta oración que es muy popular: ¡“Señor dame paciencia”! Esto refleja de cómo vivimos en nuestra cultura contemporánea, con los alimentos instantáneos, los programas de televisión de 30 minutos, mini cursos, cámaras instantáneas, carriles expresos en las autopistas, aviones concordes, constantemente nos hacen ver que todo se puede hacer rápidamente. Sin embargo, Dios quiere enseñarnos a saber esperar. La Biblia esta llena de muchos textos que nos instruyen a vivir el fruto del Espíritu: Paciencia.

    Alguien ha definido la paciencia como contener largamente una reacción antes de dar lugar a la acción o pasión. Otro dijo que es la restricción propia que no se desquita apresuradamente del mal o de la ofensa sufrida. También se define como la resistencia que soporta la injuria y las obras malas sin ser provocada la ira o la venganza. Ahora bien, si hay una cualidad que necesitamos en nuestra vida hoy es la paciencia que es la mas difícil de aprender de todas las virtudes porque en nuestra era hemos hecho de la velocidad una forma de vida. Todo tiene que ser instantáneo, a como de lugar.

    Observemos que este fruto de la paciencia se encuentra en el carácter mismo de Dios y es ahí donde radica la fuente para nuestras vidas. Cuando se usa la palabra paciencia en referencia a Dios , “makrothumia” es traducido a menudo "perseverante" o "lento para la ira." El mayor factor sobre esta palabra es que "describe el carácter de Dios mismo. Es un atributo de Dios" El Señor se dio a conocer a Moisés, diciéndole: "¡Jehová! ¡Jehová! Fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad" (Éxodo 34:6). Esta frase puede ser vista en Salmos 86:15; 103:8; 145:8: "Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad"

    Siendo un Dios de paciencia, o sea, lento para la ira, el Señor estuvo siempre listo para ofrecer perdón e impartir Su gracia sobre su pueblo. El Dios majestuoso y omnipotente lleno de amor refrena su ira justa y ofrece perdón a todo aquel que se arrepienta y acepte Su gracia.

    En el Nuevo Testamento, 2 Pedro 3:15 dice, "Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación".Por tanto, la paciencia de Dios o lentitud en liberar su ira, no es a causa de clemencia o indisposición a actuar. Más bien, su paciencia es una oportunidad para que Sus hijos se arrepientan y confíen en el Salvador. En su paciencia, el Padre espera, no deseando que ninguna alma perezca, sino que todas vengan al Salvador y confíen en Él.

    ¿Cómo podemos hablar de la paciencia de Dios y la paciencia del hombre al mismo tiempo? Es porque Él es la fuente de esta virtud. Nosotros no desarrollamos paciencia de manera natural. Él la hace crecer dentro del corazón confiado y obediente. Recordemos lo que Jesús dice en Juan 16:15:“El Espíritu tomara de lo mío y lo hará saber”. Una vida llena del Espíritu Santo resulta en una vida paciente ante las adversidades de la vida.

    Un fuerte abrazo para todos.
    Yolanda

    ResponderEliminar
  6. Yolanda, que gran reflexión, totalmente estoy en armonía con tus palabras, eso es lo que he experimentado, una paciencia que ha producido paz en mi corazón y esperanza del renuevo. Es importante pensar en todo momento que a pesar de la exclamación de Moisés en Éxodo 34:6 que Dios está esperando de nosotros el cambio, el reconocimiento, pero que él no es ( perdón por la palabra ) tonto, Dios en su Palabra vemos como actúa contra la maldad, nuestro Dios aborrece la maldad y ama al malo, porque espera que cambie, le da la posibilidad de cambiar y por ello es paciente para con nosotros tal y como dice en 2ª de Pedro 3:9 por lo que animo a todos durante esta semana a realizar un examen personal y orar a Dios para que nos ayude a acercarnos más a Él.

    El resultado de esta acción produce en el ser humano paciencia, tal y como dice en Salmos 40:1 en el que dice "pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor", queridos amigos os puedo decir que es un gozo saber que Dios es paciente conmigo y esto produce una renovación en mi interior y siento que al final Dios pone todo en su sitio, debemos dejarnos llevar por sus frutos y que bueno es el fruto de la paciencia.

    ResponderEliminar
  7. Estimada Yolanda: creo que deberías colocar tu comentario en la entrada que pertenece a la lección de esta semana, que está justo por encima de ésta. Quizá sea yo el que haya inducido al error, ya que es la primera vez que colgaba algo que no era la lección. Mil excusas, pero es que me pareció un artículo tan certero que no puede retenerme. Te rogaría, si lees esto, que hagas copy-paste aquí y lo coloques en la de esta semana. Así podremos disfrutar de él en su sitio. Gracias.

    ResponderEliminar
  8. En realidad, podríamos coger todos estos comentarios y pegarlos, tal cual, en la lección de esta semana. No os preocupéis. Os evito el marrón. Gracias a tod@s.

    ResponderEliminar
  9. Antonio, Roberto... En efecto, se podrían decir muchas más cosas: se podría hablar del dominio de humanos sobre humanos (que se da de tortas con Mateo 20: 20-27), del secretismo con la excusa de la discreción pero que no hace sino alimentar el Poder, de los lobos disfrazados de pastores que “no perdonan al rebaño” (ver Hechos 20: 29), de las más viles maniobras para echar a gente de instituciones... Pero, como dice Yolanda (fuera para aquí o no su comentario), hemos de tener paciencia, pues antes o después TODO saldrá a la luz (ver Lucas 12: 2).

    ¡Mucho ánimo en Jesús!

    ResponderEliminar
  10. Por cierto, el primer enlace al blog 'A la Puerta' es erróneo. Debiera aparecer como al final, es decir:

    http://yoestoyalapuerta.blogspot.com/

    Buen día.

    ResponderEliminar
  11. Cordura, eso es lo que vivo la paciencia en Dios y que sea él quién quite y ponga, eso sí sobre lobos disfrazados de pastores, se algo, sobre maniobras para echar a gente de instituciones, también se algo, lo viví en mis carnes pero no de la institución sino de la iglesia, por lo que apoyo y afirmo lo dicho por ti, hemos de tener paciencia para que Dios haga su voluntad y sobre todo que no está en nuestras manos la venganza, el mismo Señor dice que suya es la venganza, por lo que hemos de dejar a Dios actuar, ahh y te digo una cosa, Él está actuando.

    Por último una cosita, lo de la venganza de Dios no es como la entendemos nosotros, la venganza en Dios creo firmemente que es poner a cada uno donde corresponda, que Él quitará el manto o aureola santa que hallamos creado a nuestro alrededor para mostrarnos tal como somos (y para dar paz a los afligidos de espíritu, ya que en esa demostración podremos ver que realmente le hemos sido fieles a Él), luego no sabremos donde meter la cabeza como el avestruz ( aunque este animal no esconde la cabeza bajo tierra, sino que la pone arras de suelo)

    ResponderEliminar
  12. Corregido el enlace al blog recomendado. Perdonad el despiste. Gracias, Juanfer.

    ResponderEliminar
  13. Sí, Roberto. Tú viviste en tus carnes ser echado de la iglesia (algo sabía...) y otros vivimos la experiencia que te decía (aunque en “instituciones” englobaba también iglesias). Pero no estamos hablando, en ningún caso, de despidos motivados por la crisis económica, aunque lo vendieran así. Los lobos no toleran que nadie amenace su dominio sobre lo que han convertido en su “coto privado”.

    Por eso, paciencia, sí, pero sin dejar de luchar con las armas del evangelio (ver Efesios 6: 11-18), dando testimonio sin descanso, en manos de Dios que al final lo dejará todo limpio.

    ResponderEliminar
  14. Y puestos a poner el dedo en la llaga, ¿qué le ha pasado al pastor José Luis Borrego? (creo que se llama así, pero no estoy seguro).
    Estaba en Canarias, y después de preparar una campaña de lo que fuese con los laicos, vino a Madrid para pedir apoyo o lo que fuese. El caso es que cuando volvió, reunió a la junta y dijo que dejaba el ministerio, la iglesia, todo...
    ¿Qué pasó en Madrid?
    Se rompió el límite de la paciencia de este siervo de Dios, ¿por qué? A mí me gustaría saberlo, por eso lo expongo aquí.
    Ahora los hermanos le ayudan y busca trabajo. ???

    No se si estoy yendo demasiado lejos, pero no quiero "perder la oportunidad"; así como un joven italiano que ha cursado aquí sus estudios en el S.A.E. y no tenían trabajo para él al terminar. Pidió trabajar en la Unión Italiana y en la Francesa y le contestaron que no validaban los estudios cursados en el SAE, ¿por...? Me lo ha dicho una persona que estuvo al lado de él, vio la carta y sus lágrimas.
    Si sabéis algo y lo podéis contar aquí, espero con avidez y preocupación la información.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  15. Antonio, te aclaro solo parte de tu mensaje, primero que el pastor José Luis Borrego, fue a Canarias a sustituirme a mí, cuando fui sacado de allí por unas formas nada usual en mis 10 años de ministerio y pido a Dios que no vuelva a ocurrir como me hicieron a mí. El dejó el ministerio y los motivos que dio "fue por salud" lo que tu comentas de la reunión en Madrid no sabía nada y no sé nada por lo que no puedo asegurar o rebatir lo que dices, pero sí que él es miembro de mi querida iglesia de Las Palmas, por lo que sé está bien, tiene una relación buena con todos los hermanos, también sé que tenía proyectos para realizar, no sé si al final está en el colportaje, esto es algo que tampoco tengo confirmado, si te digo que mi madre que es miembro de esa iglesia cuando me habla de él me habla como de un pastor que se preocupa por las almas, él y su esposa (cuando digo pastor, no es que esté ejerciendo, pero lo es y punto, fue ordenado para el ministerio y el Espíritu Santo está en él).

    No puedo explicarte más sobre mi punto de vista porque ojos ocultos están leyendo estos comentarios y es una pena que luego te persigan y busquen el desanimarte, por eso sigo viviendo y pensando en que Dios hará justicia a su tiempo y que nosotros debemos esperar y tener paciencia santa ( cuando hablo de santa hablo de la paciencia que Dios nos da ).

    Del joven al que mencionas no sé nada, pero es obvio que se cometen ciertas irregularidades, porque a estos jóvenes que están en el S.A.E. se les debe aconsejar que si no hay posibilidades de incorporación, pues que la carrera corre a riesgo de ellos, también hacerles explicar que en los otros campos donde vaya a pedir servicio, tienen que tener en cuenta que primero cogerán a los que han estudiado en sus instituciones antes que otros que vengan de fuera, esto es simple decirlo y aclararlo.

    También sería buen debate el que para contratar a más compañeros que sirvan en el ministerio de la evangelización, debería quitarse toda ayuda de viaje, de dietas, de los administradores, rebajar los salarios de los obreros al menos 100 euros para que de esta forma pudiéramos tener la posibilidad de hacer más llamado a los que están estudiando.

    Bueno esto puede ser impopular pero es lo que pienso y lo que hemos hablado en nuestro hogar.

    Que Dios nos bendiga a todos.

    ResponderEliminar
  16. Gracias Roberto por tu aclaración.
    No sabía que hubieses estado vinculado con Canarias. O sea, que he ido a dar en el cayo sin querer.
    Debe ser complicado esto de hacer reformas en la Administración, pero si se exige sacrificios al pueblo, los dirigentes no son menos. Que algún pastor por querer, lícita o ilícitamente, ganar un poco más de dinero acabaron sacándole tarjeta roja. Una pena, que no comprendamos que hoy hace falta mucho para vivir y los sueldos a veces son justillos. Que errores los cometemos todos, y a veces peores.
    En fin, los que miran de reojo por aquí, pues que escriban o aclaren algún aspecto. Queremos edificarnos y contribuir y exigir un mejor funcionamiento. Nada de censuras, que últimamente da sonrojo saber de ciertas actuaciones. La editorial fue un buen ejemplo de ello.
    No más ocasiones perdidas, no más daños innecesarios, no más protección ni encubrimiento a familiares o amigos. Ahí sí que había que haber sacado tarjeta roja a más de uno. Que algunos arreglos saldrán de los bolsillos de todos. Mientras que otras personas, por dolorosas que hayan sido sus acciones no pusieron en riesgo nada de la economía de la iglesia. Repito que a todos nos gusta vivir holgadamente, yo mismo estuve 3 años pluriempleado y sufrí envidias varias. Pero pudimos pagar a nuestro hijo sus estudios en el CAS. Dirán que hay modos lícitos y otros no tan lícitos. A ver, que estamos en una sociedad y nos engañan como a chinos. A veces cogemos lo que tenemos a mano, y perdón pero yo hay cosas que no considero tan censurables como otras.
    En fin, hemos tocado un poco en profundidad un tema gracias a tu sinceridad. Tal vez, si hubiesen actuado bien contigo y seguido tus indicaciones, el problema de Jose Luis se podría haber evitado. Y claro que es pastor, no hay profesión más vocacional y cualquier persona que yerre merece un respeto. Porque todos en mayor o menor medida han sufrido y sucumbido a tentaciones varias.
    Jolín, qué rabia, perder a buenos siervos de Dios a las primeras de cambio. Si somos todos barro, a ver si nos damos cuenta de una vez.
    A veces como en política, en un caso grave se puede sancionar con una inhabilitación por un número de años: uno o dos a lo sumo. Tiempo suficiente para reflexionar.
    Y no "de por vida".
    "Se ha hecho lo que es justo", he oído alguna vez, ¿Ah sí? ¡Justo para quién!!!
    Sí que Dios es paciente con nosotros. Mucho más de lo que merecemos.

    Un abrazo fuerte Roberto.

    ResponderEliminar
  17. "Dios quiere que su pueblo sea disciplinado y que obre con armonía... será necesario reprender y exhortar, y a algunos habrá que hacerles severos reproches, según lo exija el caso"

    1 JT 344 E. White

    ResponderEliminar
  18. Hoy he leído una frase de Testimonios para la Iglesia, no me preguntes el tomo porque sigue en uno de los baños ( es que me gusta leer en todas partes, incluso allí donde mejor se piensa jeje ) y no tengo ganas de bajar a buscarlo, pero es muy conocida dice algo así como que Dios quiere hombres y mujeres que no se compren, ni se vendan, esos hombre y mujeres sufrirán por la política del poder, pero gracias a Dios hay un poder superior que pondrá a cada uno en su sitio.

    Ahhh Antonio muy acertado tu texto de Joyas de los Testimonios, que pena que algunos no acepten esos toques de atención y cambien su orgullo en servicio, pero bueno, hay que seguir orando para que el Señor proteja a los suyos.

    ResponderEliminar