lunes, 2 de agosto de 2010

Lección 6 Para el 7 de agosto de 2010: Ampliación de la fe


Sábado 31 de julio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Romanos 5.

PARA MEMORIZAR:
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rom. 5:1, 2).

PABLO HABLÓ de la justificación, o aceptación de parte de Dios, porque solo su justicia puede darnos el derecho de estar con el Señor. Ampliando esta verdad, Pablo muestra que la salvación es por fe y no por obras, ni aun para alguien tan “justo” como Abraham. Pablo mira el cuadro completo del pecado, el sufrimiento y la muerte, y ve que la solución se encuentra solo en Cristo.


Por la caída de Adán, el hombre afrontó la condenación, la separación y la muerte; y por la victoria de un hombre, Jesús, todo el mundo puede tener una nueva posición ante Dios ya que, por la fe en Jesús, todos los pecados y su castigo pueden ser perdonados.

Pablo contrasta a Adán con Jesús, y muestra cómo Cristo vino para deshacer lo que hizo Adán, dado que Jesús puede rescatar a las víctimas del pecado de Adán, que tienen fe. El fundamento de todo es la cruz de Cristo y su muerte sustitutiva, que abrió el camino para que todos, judíos o gentiles, fueran salvos por Jesús, quien justifica a todos los que lo aceptan.

Este es un tema digno de ser ampliado, porque es la base de toda nuestra esperanza.

Domingo 1º de agosto: JUSTIFICADOS

Lee Romanos 5:1 al 5. Resume el mensaje de Pablo. ¿Qué puedes obtener de él para ti mismo?

“Justificados” es literalmente “habiendo sido justificados”. El verbo griego presenta la acción como completada. Hemos sido declarados justos no por obras de la ley, sino porque hemos aceptado a Jesús. La vida perfecta de Jesús, su perfecta observancia de la ley, nos ha sido acreditada. Al mismo tiempo, todos nuestros pecados han sido puestos sobre Jesús.

Dios considera que Jesús cometió esos pecados, no nosotros, y de ese modo somos exceptuados del castigo que merecíamos. Ese castigo recayó sobre Cristo, en favor nuestro, para que nunca tuviéramos que afrontarlo nosotros mismos. ¡Qué noticia más gloriosa para el pecador!

La palabra griega traducida “gloriamos” en el versículo 3 es la misma del versículo 2. Las personas justificadas se pueden regocijar en las pruebas porque tienen confianza en Jesús. Confían en que Dios hará todo para su bien. Consideran que es un honor sufrir por causa de Cristo. (Ver 1 Ped. 4:13.)

Nota también la progresión que se observa en los versículos 3 al 5.

1. Paciencia. La palabra griega traducida así, hupomoné, significa “resistencia constante”. Esta es la resistencia que la tribulación desarrolla en aquel que mantiene la fe y tiene la esperanza en Cristo, aun en medio de las pruebas y sufrimientos que pueden hacerle la vida miserable.

2. Prueba. La palabra griega traducida así es dokimé que significa “la cualidad de ser aprobado” y, por ello, “carácter”, o mejor, “carácter aprobado”. El que soporta pacientemente las pruebas desarrolla un carácter aprobado.

3. Esperanza. La resistencia y la aprobación generan esperanza, la esperanza en Jesús y en la salvación. Si nos aferramos a Jesús con fe, arrepentimiento y obediencia, podemos esperar todo de él.

¿Qué es lo que más esperas en tu vida, más que otra cosa? ¿Cómo puede esa esperanza cumplirse en Jesús? ¿Puede hacerlo? Si no, ¿estás seguro de poner tanta esperanza en ello?

Lunes 2 de agosto: DIOS BUSCA AL HOMBRE

Lee Romanos 5:6 al 8. ¿Qué se dice aquí acerca del carácter de Dios, y por qué nos da tanta esperanza?

Cuando Adán y Eva transgredieron los requerimientos divinos, Dios comenzó la reconciliación. Desde entonces, Dios ha provisto un camino de salvación e invita a los hombres a aceptarlo. “Cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo” (Gál. 4:4).

Romanos 5:9 dice que podemos ser salvos de la ira de Dios por Jesús. ¿Cómo entendemos esto?

La sangre en las puertas de los israelitas en Egipto protegió a los primogénitos de la ira que cayó sobre los primogénitos egipcios. Así también la sangre de Jesús garantiza que quien ha sido justificado y retiene esa condición será protegido cuando la ira de Dios destruya, finalmente, el pecado al final de la historia.

Algunos dicen: ¿Cómo un Dios amante tiene ira? Pero es por causa de su amor que existe esta ira. ¿Cómo Dios, quien ama al mundo, no tendrá ira contra el pecado? Si fuera indiferente, no se preocuparía de lo que ocurre aquí. Mira a tu alrededor y verás lo que el pecado ha hecho a la creación de Dios. ¿Cómo no estaría Dios airado por tanto mal y devastación?

¿Qué otras razones se nos dan para regocijarnos? Rom. 5:10, 11.

Algunos comentadores ven en el versículo 10 una referencia a la vida que Cristo vivió sobre esta tierra, durante la cual desarrolló un carácter perfecto que ahora ofrece acreditarnos. Aunque esto es ciertamente lo que realizó la vida perfecta de Jesús, Pablo parece enfatizar que Cristo, después de morir, se levantó otra vez y vive para siempre (Heb. 7:25).

Como Jesús vive, nosotros estamos salvados. Si hubiese permanecido en la tumba, nuestras esperanzas habrían perecido con él. El versículo 11 continúa dando las razones que tenemos para gozarnos en el Señor.

Martes 3 de agosto: SORBIDA ES LA MUERTE

La muerte es nuestro máximo enemigo. Dios creó al hombre con la intención de que viviera para siempre. Con pocas excepciones, los seres humanos no quieren morir; los que quieren morir lo hacen solo por angustia y sufrimiento personales. La muerte va en contra de nuestra naturaleza más básica porque fuimos creados para vivir para siempre. No era el plan que conociéramos la muerte.

Lee Romanos 5:12. ¿Qué describe Pablo aquí? ¿Qué explica esto?

Los comentadores han discutido más sobre este pasaje que sobre la mayoría de los otros. Tal vez la razón sea, como dice el Comentario bíblico adventista (t. 6, p. 525), que los comentadores han “tratado de usarlo para propósitos que no son los de Pablo”. Ellos discuten en qué forma pasó el pecado de Adán a su posteridad.

¿Comparten los descendientes de Adán la culpa del pecado de él o son culpables ante Dios por sus propios pecados? Aunque muchos han tratado de obtener respuesta a esa pregunta a partir de este texto, ese no es el problema que Pablo está analizando. Él enfatiza lo que ya había afirmado: que “todos pecaron” (Rom. 3:23). Necesitamos reconocer que somos pecadores, pues solo así nos daremos cuenta de nuestra necesidad de un Salvador. Aquí Pablo trata de lograr que sus lectores se den cuenta de cuán malo es el pecado y el daño que trajo a este mundo por medio de Adán. Luego muestra que Dios ofrece en Jesús el único remedio para la tragedia de este mundo.

No obstante, este texto solo nos habla del problema, la muerte en Adán, y no la solución, la vida en Cristo. Lo más glorioso del evangelio es que la muerte ha sido sorbida por la vida. Jesús pasó por los portales de la tumba y rompió sus ataduras. Él dice: “[Yo soy] el que vivo, y estuve muerto; y he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades” (Apoc. 1:18). Como Jesús tiene las llaves, el enemigo ya no puede retener a sus víctimas en el sepulcro.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la realidad y la tragedia de la muerte? ¿Por qué, frente a un enemigo tan implacable, podemos tener una esperanza en algo mayor que nosotros mismos o mayor que cualquier cosa que este mundo pueda ofrecer?

Miércoles 4 de agosto LA LEY DESPIERTA LA NECESIDAD

Lee Romanos 5:13 y 14. ¿Qué dice Pablo aquí?

La frase “antes de la ley” es paralela a la afirmación “desde Adán hasta Moisés”. Se refiere al tiempo transcurrido desde la creación hasta el Sinaí, antes de la introducción formal de las reglas y leyes del sistema israelita, que incluían, por supuesto, los Diez Mandamientos.

El pecado existió antes del Sinaí. La mentira, el homicidio, el adulterio y la idolatría ¿no eran pecaminosos hasta entonces? Por supuesto que sí.

¿Cuáles son algunos textos que revelan la realidad del pecado antes del Sinaí?

Es cierto que antes del Sinaí el hombre tenía una revelación limitada de Dios, pero sabía suficiente para ser tenido por responsable. Dios es justo y no castigaría a nadie injustamente. Antes del Sinaí la gente moría. La muerte pasó a todos. Aunque no habían pecado contra un mandamiento revelado explícitamente, de todos modos habían pecado. Tenían revelaciones de Dios en la naturaleza, y por no responder a ellas eran tenidos como culpables. “Las cosas invisibles de él [...] se hacen visibles desde la creación del mundo [...] de modo que no tienen excusa” (Rom. 1:20).

¿Con qué propósito se reveló Dios mismo más plenamente en la “ley”? Rom. 5:20, 21.

La instrucción dada en el Sinaí incluía la ley moral, aunque ella había existido antes de eso. Sin embargo, esta fue la primera vez, según la Biblia, que esta ley fue escrita y proclamada.

Cuando los israelitas se compararon con los requerimientos divinos, descubrieron que estaban lejos de alcanzarlos. Es decir, el pecado abundó.

De repente se dieron cuenta de sus transgresiones. Esta revelación los ayudaría a ver su necesidad de un Salvador y los llevaría a aceptar la gracia ofrecida por Dios. La verdadera religión del Antiguo Testamento no era legalista.

Jueves 5 de agosto: EL SEGUNDO ADÁN

“Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida. Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos” (Rom. 5:18, 19). ¿Qué contraste se nos presenta aquí? ¿Qué esperanza se nos ofrece en Cristo?

De Adán recibimos la sentencia de muerte. Sin embargo, Cristo vino y pasó por el terreno donde cayó Adán, soportando toda prueba en lugar del hombre. Él redimió el desgraciado fracaso y la caída de Adán y, como nuestro sustituto, nos puso en una buena relación con Dios. Por eso, Jesús es el “segundo Adán”.

“El segundo Adán era un ser moral libre, responsable por su conducta. Rodeado por influencias intensamente sutiles y engañosas, estuvo en una condición mucho menos favorable que el primer Adán para vivir una vida sin pecado; sin embargo, en medio de los pecadores, resistió toda tentación a pecar y mantuvo su inocencia. Siempre estuvo sin pecado” (“Comentarios de Elena G. de White”, CBA 6:1.074).

¿De qué modo se contrastan los actos de Adán y de Cristo en Romanos 5:15 al 19?

Considera las ideas opuestas aquí: muerte/vida, desobediencia/obediencia, condenación/justificación, pecado/justicia. ¡Jesús vino y revirtió todo lo que Adán había hecho! También es fascinante que la palabra don aparezca cinco veces en los versículos 15 al 17. ¡Cinco veces! El punto es sencillo: Pablo enfatiza que la justificación no se gana; es un don. Es algo que no merecemos. Como todos los dones, tenemos que buscarlo y aceptarlo. En este caso, lo pedimos por la fe.

¿Cuál es el mejor don (regalo) que alguna vez recibiste? ¿Qué lo hizo tan bueno, tan especial? ¿De qué modo el hecho de que fue un don, a diferencia de algo que hayas ganado, te hizo apreciarlo mucho más? No obstante, ¿cómo puede siquiera compararse ese don con lo
que tenemos en Jesús?


Viernes 6 de agosto

PARA ESTUDIAR Y MEDITAR:
Lee “Ayuda en la vida cotidiana”, El ministerio de curación, pp. 372-374; Mensajes selectos, t. 1, pp. 449, 450; “La tentación y la caída”, Patriarcas y profetas, pp. 34-37; y, si tienes acceso a la SDA Encyclopedia, lee el artículo “Justification”, t. 1, pp. 839-841.

“Muchos están engañados acerca de la condición de su corazón. No comprenden que el corazón natural es engañoso más que todas las cosas y desesperadamente impío. Se envuelven con su propia justicia y están satisfechos con alcanzar su propia norma humana de carácter” (MS 1:376).

“Hay gran necesidad de que Cristo sea predicado como la única esperanza y salvación. Cuando la doctrina de la justificación por la fe fue presentada [...] llegó a muchos como el agua que recibe el viajero sediento. El pensamiento de que nos es imputada la justicia de Cristo no debido a ningún mérito de nuestra parte, sino como una dádiva gratuita de Dios, pareció un pensamiento precioso” (MS 1:422).

“Las pruebas constituyen parte de la educación en la escuela de Cristo, para purificar a los hijos de Dios de las escorias terrenales. Porque Dios está dirigiendo a sus hijos, se presentan las experiencias angustiosas. Las pruebas y los obstáculos constituyen métodos elegidos por él como disciplina y condiciones para el éxito. Aquel que lee el corazón de los hombres conoce sus debilidades mejor que ellos mismos. Ve que algunos tienen cualidades que, dirigidas correctamente, pueden ser usadas para el adelantamiento de su obra” (HAp 432).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR

1. ¿Cómo te ha sostenido tu fe en grandes pruebas? ¿Qué aprendiste de ellas acerca de ti y de Dios? ¿Qué aprendiste que puede ayudar a otros que estén pasando por momentos difíciles?

2. Piensa en la realidad de la muerte, cómo afecta a la vida y el significado de la vida. Escritores y filósofos han lamentado la falta de sentido último de la vida porque termina en la muerte. ¿De qué modo, como cristianos, les respondemos? ¿Por qué la esperanza que tenemos en Jesús es la única respuesta para esa falta de sentido?

3. Así como la caída de Adán nos impuso una naturaleza caída, la victoria de Jesús nos ofrece la promesa de vida eterna si la aceptamos por fe. Con esta provisión, ¿qué retiene a la gente de pedirla? ¿Cómo podemos ayudar a quienes buscan comprender mejor lo que Cristo ofrece y lo que hizo por ellos?

23 comentarios:

  1. Hola Amigos:

    Primer punto de partida clave y fundamental.
    La reconciliación no es de Dios con el hombre sino del hombre con Dios. Ésto es importante y no siempre se ha considerado así. Nosotros no podemos amar a Dios, ésto es imposible. Le amamos porque él nos amó primero, es decir, que el movimiento se produce de arriba hacia abajo y no al revés...

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  2. Tan acertado me parece el diagnóstico de Diego, que quiero profundizar un poquito más. Y, para ello, me gustaría reflexionar sobre el versículo de memoria que el autor nos propone:

    “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rom. 5:1, 2).

    Algunos teólogos han compartimentado el acontecimiento de la salvación en tres fases: Justificación, santificación y glorificación. Las tres aparecen en el versículo de arriba:

    Justificación (el regalo del perdón, de una vez y por todas): “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo...".

    Santificación (el regalo de la transformación, de forma paulatina): "...por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes".

    Glorificación (el regalo de la vida, por toda la eternidad): "...y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios".

    Hay un punto en común, que aparece en todas estas fases: Jesucristo, actor y consumador de nuestra justificación, santificación y glorificación. La vida, muerte y resurrección de Jesús nos permite descubrir la verdadera imagen de un Dios testarudamente empeñado en que nos reconciliemos con Él. Fue el ser humano quien lo dejó plantado a Él en el Edén, no al revés, por lo que Dios no necesita nada ni a nadie para reconciliarse con nosotros.

    Nada ha cambiado en Él. Ama al ser humano con las mismas fuerza y terquedad con que lo amaba antes de equivocarse ante el árbol de la ciencia del bien y del mal. Fue el ser humano quien pensó lo contrario, y comenzó una huida hacia adelante, que hasta aquí nos ha traído. Un extraordinario malentendido que, aun a pesar de todas las muestras de amor divino, lo llevó a pensar que debía defenderse de Dios, de una ira divina que exigía muerte para poder acceder a la reconciliación.

    Jesús vino mostrar que Dios no está enfadado y que, por lo tanto, no necesitamos defendernos de Él. Que el camino de la reconciliación, la solución a este enorme malentendido, no pasa por lo que podamos hacer para que Él nos mire con ternura, sino por lo que Él ha hecho para que nosotros lo miremos así. Y la obediencia humana, que nada tiene que ver con su salvación, no es sino la manifestación de esa misma ternura contagiada por Dios a los seres humanos.

    La verticalidad desde arriba hacia abajo de todo el proceso de la salvación humana (justificación, santificación y glorificación) queda entonces manifiesta.

    En ese momento, empezamos a estar seguros de que "...ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo bajo, ni ninguna otra cosa nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro." (Rom. 8:38,39).

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  3. Querido juan Ramón, tengo una pequeña duda, por supuesto estando completamente de acuerdo contigo, pero dime: ¿Qué ocurre con la salvación,justificación y glorificación de "los otros"?

    Es decir, Oriente, civilizaciones perdidas, Musulmanes, Judíos, Budistas, zaratroistas, Sumados todos, superan el cristianismo, y no tienen a Jesús como autor y consumafdor de la fe. Sin embargo, sabemos que con ellos también se obraraá el milagro...

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  4. Diego, has planteado una buena pregunta, pero si ya de antemano dices saber que "con ellos también se obrará el milagro", no creo que estés siendo honesto del todo, o que realmente te atrevas a explorar sus implicaciones... ¡no vale ser curioso a medias! Es una pregunta que puede dar mucho juego:

    ¿Qué pensarán ellos de tu salvación? ¿Cómo sabes que no vas al infierno por no creer en Alá? ¿Y si de repente la palmas y te encuentras con alguna deidad egipcia o griega esperándote?

    Todos somos ateos con respecto a los dioses de los demás...


    ¡Un saludo!

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  5. Creo que aquí radica una de las grandezas de la doctrina bíblica bien entendida. Diego acaba de insinuarla y Juan Ramón le ha abierto la puerta para que entre directamente en la palestra.

    Me refiero al hecho de que la doctrina bíblica no es excluyente en cuanto al credo profesado. Es curioso como muchas religiones se abrogan la exclusividad de la vía de salvación. Para el catolicismo, por ejemplo, la única iglesia verdadera es la Iglesia Católica Apostólica Romana. El resto de cristianos somos, literalmente, "hermanos separados" a los que hay que hacer volver al redil; para lo cual, en tiempos pasados, no dudó en usar cualquier método, por cruento que fuera.

    Y ya no hablemos de judíos y musulmanes, a los que se considera infieles; los cuales, por su parte, responden que la suya es la única religión verdadera y lo demás son idolatrías y falsas doctrinas y sus seguidores merecen ser pasados a cuchillo. Eso sí, en el caso del Islam, judíos y cristianos pueden persistir en su error previo pago de un cuantioso impuesto.

    A este respecto, se me impone una reflexión en cuanto a nuestra concepción adventista de la salvación. Muchas veces, demasiadas, he escuchado comentarios que abundaban en la preeminencia de la vía adventista. Es verdad que, oficialmente, no se cierra la puerta a que se salven los practicantes de otros credos. Pero, en la práctica, se les deja una rendija tan estrecha que, a menos que tengan la capacidad de comprimir sus esqueletos hasta extremos indecibles, es imposible que pasen por ella. ¡Cuántas veces he escuchado referencias a católicos o evangélicos como integrantes "del mundo", olvidando que la Iglesia, entendida como pueblo de Dios, puede estar oculta en el lugar más insospechado!

    Como estos ejemplos, tantos otros hay que corroboran la tesis. Pero lo que hace realmente distinto el mensaje bíblico es, precisamente, su alcance universal. El Dios de la Biblia lo es de todos —lo sepan o no— y provee salvación para todos. En este caso, algunos tenemos una cierta ventaja en cuanto al conocimiento porque hemos recibido un poco más de luz que los demás y gozamos de la oportunidad de descubrir, ni que sea de manera muy esquemática, los entresijos del mecanismo establecido por Dios.

    Pero el mayor conocimiento implica, también, mayor responsabilidad. Todos seremos juzgados según la luz que hayamos tenido oportunidad de recibir.

    Y aquí es donde entra en juego la Ley; pero no la ley mosaica, redactada en el Sinaí, sino la Ley que Dios inscribe en el corazón de todos los miembros del género humano y que los empuja a seguir unas pautas de conducta más o menos generalizadas en todas las culturas y épocas. Para algunos, esta Ley es algo intuido y seguido de manera instintiva. Para otros, los menos por una cuestión puramente demográfica e histórica, es algo que se nos ha hecho evidente en los Diez Mandamientos; los cuales son la mayor y más elevada declaración de derechos humanos.

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  6. Lo flipo:

    "Para otros, los menos por una cuestión puramente demográfica e histórica, es algo que se nos ha hecho evidente en los Diez Mandamientos; los cuales son la mayor y más elevada declaración de derechos humanos."

    ¿¿¿¿La mayor y más elevada declaración de derechos humanos???? ¿Y los derechos de la mujer? ¿Y los derechos de los homosexuales? Para empezar, los cuatro primeros no tienen nada que ver con los derechos humanos...

    ¡Pero si en esos mandamientos hasta se llega a equiparar a la mujer con un asno!


    Qué fuerte... qué fuerte colega...

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  7. Genial aportación una vez más de Niel, que presenta una claridad de ideas impropia de "alguien que no viva una experiencia con DIos"

    Es de sobra conocida la influencia del decáologo sobre los derechos fundamentales, no de ahora sino ya desde el código Hamurabi, precursor de los mismos. Desde luego, la salvaciónb no es patrimonio de Jesús, sino de Dios. El mundo cristiano adora a ese Jesús como el verdadero Mesías, como Dios algunos y como un dios otros. En cualquier caso, todos podemos decidir, la ideología es secundaria, lo principal es la Fe.

    Ojalá comprendamos nuestra misión en ésta tierra y sepamos cuál es el plan que Dios tiene para nosotros, y desde luego, Conocerán si somos o no sus discípulos en el amor que nos profesemos, siendo éste un milagro desde luego, imposible para nosotros...

    Os presentaré Calvino y su tesis sobre romanos 5, a ver si ahora te quedas o no sorprendidito Neil... Ya verás...

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  8. La escuela sabática de este trimestre ha pasado por alto un pasaje de Romanos, Romanos 2:12-16. Pablo no puede ser mas claro en cuanto a la salvación de los "otros".
    Luego lo remata con Romanos 3:29,30.
    El haber recibido mas o menos revelación o un tipo u otro de revelación no tiene que ver con el valor de la salvación que es en Cristo ni con la labor del Espiritu en la conciencia y en el corazón de todos, conozcan a Cristo o no.
    Esther

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  9. Gracias Diego, pero no creo ser merecedor de tantos elogios. Lo mío no es nada místico, sino el resultado de largos años de reflexión. Que soy demasiado racional para tener una experiencia “reveladora”, vaya…

    Por cierto, sigue dejándome estupefacto ver que, después de haberse dicho infinidad de veces,por activa y por pasiva, que es preciso poner la Biblia en su contexto para entenderla en su justa medida, todavía haya quien mide el texto bíblico con el rasero de nuestro tiempo y sin ninguna medida que matice el resultado.

    La lectura directa de la Biblia, sin ir más allá de lo que de su letra se entiende en un primer instante, sólo puede llevar a una aberración. Demasiadas veces perdemos de vista que los bíblicos son textos escritos hace, cuando menos, dos mil años y para sociedades completamente distintas a la nuestra; por lo que, antes de emitir un juicio sobre los mismos, se imponen una investigación y una reflexión concienzudas. Y, sin embargo, tras una lectura banal, lanzamos la barbaridad y nos quedamos tan anchos después de tildar a sus autores de cafres y subdesarrollados.

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  10. Niel, ¿es necesario que me ponga a buscar entre tus comentarios y que te copie y pegue partes de algunos en los que citas versículos que aparecen en el mismo contexto que el Éxodo y que tratas de forma literal? ¿Me podrías ahorrar ese trabajo?

    Las contradicciones no acaban ahí: si realmente te aplicases el cuento, no serías un creacionista de pelo en pecho. La hipocresía es tan grande que me abruma.

    Y para concluir: por supuesto que los autores eran unos cafres subdesarrollados que daban rienda suelta a sus instintos tribales y machistas amparándose en el Dios que ellos mismos crearon; el psicópata del AT. En vez de eso, tú prefieres creer en todo aquello de lo que no existe ni la más remota evidencia: animales parlanchines y milagrería. Fíjate en la cienciología, por ejemplo, que seguro te parecerá absurda: fijo que para ti será impensable que dentro de unos siglos se dé el caso de un hipotético Niel defendiendo la inspiración divina de L. Ron Hubbard...

    Cuando un versículo es incómodo, hay que "ponerlo en su contexto" y hacer el pino-puente, cuando no resulta agresivo para nuestra moral secular, entonces sí es totalmente válido tal cual. Este blog está lleno de evidencias que apoyan lo que digo... quien tenga interés, que busque.


    Un saludo, ¡demasiado-racional-man!

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  11. 1 "Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
    2 Por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia1 en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios."

    1. Justificados pues por la fe. El Apóstol comienza haciendo valer y descubriendo por los efectos lo que ya dijo, hasta ahora, sobre la justicia2 de la fe. De este modo todo el capítulo es una ampliación que, sin embargo, tiende también tanto a explicar y a aclarar el asunto como a confirmarlo. Y así como antes dijo que la fe es abolida si se busca la justicia por las obras, porque tal cosa no podría producir más que el que las pobres almas no encontrasen nada firme en ellas siendo turbadas por continua inquietud, ahora demuestra, por el contrario, que se tornan apacibles y tranquilas después de haber obtenido la justicia por la fe.
    Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. He aquí un fruto notable de la justificación por la fe, pues si alguien desea buscar la paz de su conciencia por las obras (lo que se observa entre las gentes profanas y necias), perderá su tiempo. Porque si el corazón se encuentra adormecido por el menosprecio o el olvido del juicio de Dios, o bien se llena de temores y temblores o encuentra su reposo en Cristo, porque solamente El es nuestra paz.
    La palabra paz significa aquí tranquilidad de conciencia originada por el sentimiento de reconciliación y apaciguamiento de Dios hacia ella. El fariseo lleno de orgullo por una falsa confianza en sus obras jamás disfruta de esta paz, como tampoco el pecador estúpido que embriagado con la dulzura de sus vicios no siente inquietud alguna dentro de sí. Porque aunque no parezca que uno y otro luchen abiertamente como aquel que se siente afligido por el sentimiento de su pecado, no obstante, al no acercarse jamás verdaderamente al juicio de Dios no se puede decir que tengan paz con El, pues la estupidez de conciencia es una forma de retroceso y alejamiento de Dios y, por consiguiente, la paz con Dios es opuesta a ese estado de la carne que es como una embriaguez. Siempre es fundamental que cada persona se despierte a sí misma para dar cuenta de su vida. Es cierto que jamás el hombre podrá presentarse con atrevimiento ante Dios, si no se apoya en la reconciliación gratuita, porque es preciso que todos se espanten y se confundan ante Dios, como Juez.
    Eso prueba de un modo infalible que nuestros adversarios hablan mucho y fácilmente no haciendo otra cosa que parlotear3 a la sombra de la olla, según se dice, al atribuir la justificación a las obras; porque la conclusión de San Pablo es que las pobres almas se encontrarán siempre bamboleándose y en incertidumbre si no reposan en la gracia de Cristo.
    2. Por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia. Porque nuestra reconciliación con Dios está fundada en Cristo, siendo en efecto El, únicamente, el Hijo bien amado, y nosotros, por naturaleza hijos de ira;4 pero esta gracia nos es comunicada por el Evangelio, porque él es el ministerio de la reconciliación y por su medio somos, por así decirlo, introducidos al Reino de Dios. Es, pues, muy razonable que San Pablo lo proponga y establezca poniéndonos a Cristo como señal cierta de la gracia de Dios, con objeto de apartarnos mejor y desviarnos de la confianza en las obras.
    ¿Qué os parece?

    JUAN CALVINO, S.XVI

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  12. He de reconocer, Diego, que no me cae muy bien Calvino. No hablo sólo de su forma de entender la teología, sino de su forma de entender la religión. He vivido seis años en la ciudad (Ginebra) donde él ejerció su liderazgo espiritual con mano de hierro y, aunque es un icono importantísimo, los propios teólogos suizos son muy críticos con él.

    Mucho más radical que Lutero en su aplicación de la Reforma a la vida secular de los ciudadanos, instituyó una especie de Inquisición protestante (Consejo de la Ciudad), de la que el genial aragonés Miguel Servet fue víctima propiciatoria, muriendo quemado en la hoguera por su diferente comprensión de la doctrina de la trinidad, que le acarreó la persecución tanto de católicos como de protestantes.

    Es cierto que, en aquella época, la intolerancia religiosa campaba por sus respetos y tanto unos como otros manejaban la hoguera con unas ciertas querencia y soltura. Pero estarás conmigo en que se esperaba otra cosa de la Reforma Protestante. Es lo que pasa cada vez que la religión toma las riendas de la vida secular. Cuando el dogma se convierte en ley ciudadana, la suerte está echada. Una auténtica pena...

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  13. Me hace gracia, por no decir otra cosa, la interpretación que el autor hace de Rom. 5:9, atribuyendo a Dios el atributo de la ira. No me parece que este pasaje en concreto permita dicha interpretación:

    "5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
    5:9 Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.
    5:10 Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
    5:11 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
    5:12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron".

    En estos versículos Pablo no está hablando de las reacciones de Dios ante el pecado de los seres humanos, sino de la situación en la que quedan cuando se apartan de la fuente de Vida, y de las soluciones que Dios busca para este problema.

    Si la ira mencionada por Pablo fuese divina, ¿contra quién iría destinada? ¿Contra los impíos? Eso no parece ser posible, ya que Pablo dice en el primer versículo citado que "Dios muestra su amor para con nosotros, en que SIENDO AÚN PECADORES, Cristo murió por nosotros". Antes de dejar de ser pecadores, Dios ya nos mostró su amor. No parece ser ira lo que sienta Dios. Lo que pone en marcha el plan de la salvación no es la necesidad de aplacar la ira de Dios, sino el amor que Dios siente por sus criaturas. Y ese amor no comienza en el momento en que aceptamos el plan de salvación, sino al revés: siendo aún pecadores, Dios nos amaba. El sentimiento que genera en Dios el pecador no es ira, sino amor, preocupación, ternura. (Continúa...)

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  14. Pablo quiere dejarlo aún más claro. No sólo éramos pecadores ocasionales, o una especie de víctimas involuntarias del pecado. Éramos ENEMIGOS de Dios, parte activa de la rebelión cósmica: "Porque si siendo enemigos..." (5:10). Pero esto no produce ira en Dios, sino voluntad de reconciliación: "Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo..." (5:10). Dios no se mueve por parámetros humanos. No siente ira contra el enemigo; sólo amor y voluntad de reconciliación.

    Entonces, ¿qué significa, de dónde proviene y hacia quiénes va dirigida esta ira que Pablo menciona?

    Todo el pasaje está trufado de referencias a la muerte, en oposición a la vida; a la condenación en oposición a la salvación. Lo que Dios quiere no es encontrar solución a su ira, ni justificación para aplacarla. Lo que a Dios le importa es que los hombres no sigan mueriendo para siempre, porque la muerte es el gran enemigo del ser humano.

    El punto cumbre de estep análisis paulino se encuentra en Rom 5:12: "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron". El problema que había que solucionar era la consecuencia natural de la calamitosa elección del ser humano. Dios no quiere muerte y condenación, sino vida y salvación: "...mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida" (5:10).

    En este juego de opuestos encontramos, a mi entender, la solución a nuestro texto, y el verdadero agente de la ira mencionada por Pablo: vida-muerte / salvación-condenación / reconciliación-ira. Si los tres primeros pertenecen a Dios, los tres segundos no tienen nada que ver con él, sino con el hombre y el mundo de horrores en el que ahora vive. Dios es vida, reconciliación y salvación. El ser humano es muerte, condenación e ira. El paradigma humano, con su muerte, condenación e ira, se enfrenta al divino con su vida, reconciliación y salvación. Y Jesús viene a mostrar a los seres humanos que Dios y su paradigma saldrán victoriosos, y nos rescatará de la muerte, de la condenación y de la ira.

    Esta ira no es expresión de la realidad divina, sino manifestación de la naturaleza humana. El pecado produce en el hombre muerte, condenación e ira. El amor de Dios, manifestado hasta el extremo en Jesucristo, viene a traer salvación, reconciliación y vida. Mientras que la ira es el bastión del hombre, la reconciliación es el de Dios, su bandera. Jesucristo viene a rescatarnos de las manos de la ira, pues ésta no pertenece a la esfera de Dios, sino que es manifestación de la naturaleza pecaminosa de los hombres. La única solución a la ira del pecado es la reconciliación provista por el amor de Dios.

    No digo que no haya otros textos que mencionen la ira divina. Lo que sostengo es que en esto texto no está claro, en absoluto, que la ira mencionada por Pablo tenga que ver, en este caso, con Dios.

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  15. Hola atodos he recopilado los nombres de los libros del tanaj(acrostico de tora(instruccion) nevim(profetas) ketuvim(escritos).Bereshit:en el principio.Shemot:los nombres.Vayiqra:Y EL llamo´.Bemidbar:en el desierto.Devarim:estas son las palabras.Ahora os dejo desde un enfoque hebreo los niveles de interpretacion y entendimiento.Se pronuncian con el acrostico PARDES.P:peshat(sentido literal).R:remez(alusion,analisis,busqueda.)D:drash(enseñanza,significado implicito del texto)S:sod(secreto,verdad mas profunda).Bendiciones ajim.

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  16. Querido Juan Ramón, desde la más de las humildes moradas, debo discrepar un poco contigo, querido amigo. Juan Calvino, mostró en mi opinión un gran conocimiento de la Escritura, no sólo la del derecho, pues era un excelente notario, sino de la inspirada, y creo realizó una labor impropia de su tiempo y en ocasionas fundamental para nuestra comprensión precisamente de la carta de Pablo a la Iglesia de Roma. Hoy en día, siglo XXI aún seguimos sin entender lo que quiso decir Pablo, y eso que tenemos la Reforma y las opiniones abiertas de casi todo el xtmo, imagínate entonces con los prejuicios que había... Que se le pudo ir la olla un poco con las obras, bueno observa en qué comunidad vivía y cómo vivían, pero su austeridad, pobreza, y espiritualidad a mí me asombra. Hoy necesitamos gente así. Perdona, pues, mi discrepancia..

    Juan Calvino vivió una vida de claro sufrimiento por amor a la verdad y ésta no es sólo la fe sino también la aplicación de las obras...

    Un abrazo, (Aún espero noticias de animo..)
    Besos

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  17. De todos modos, Diego, personalmente creo que Calvino se excedió en su modo de llevar el asunto. También se excedió Lutero con el asunto de los campesinos. Pero eso no es óbice para excusarlos.

    Hay un matiz en la teología de Calvino que me pone un tanto en guardia. Me refiero a la doctrina de la doble predestinación. Esto choca frontalmente con el libre albedrío que Dios nos otorga a la hora de elegir si lo seguimos o nos apartamos de él.

    Además, no olvidemos que, por más que queramos obviarlo, Pablo es el teólogo del cristianismo y Jesús es el fundamento y fundador. Jesús llevó la praxis del judaísmo hasta sus últimas consecuencias. Pablo puso negro sobre blanco los fundamentos de la praxis de Jesús.

    Como buen experto en la Ley que era, supo ir a la base y explicar el porqué de los actos de Jesús. Leyendo a Pablo se puede entender por qué Jesús hacía lo que hacía.

    Por su parte, Calvino, como tampoco Lutero, no deja de ser hijo de su tiempo. En la teología de Lutero se intuye su formación de fraile franciscano; se trata de un discurso completamente escolástico. Calvino, como muy bien has dicho, era un excelente notario y ello se nota en su manera de argumentar, típica de un experto en derecho.

    Con ello quiero decir que hay ciertos puntos en los que no tengo más remedio que estar en desacuerdo con la argumentación que presentas de Calvino; en especial, la mención a la ira de Dios. Aquí Calvino todavía no ha sido capaz de librarse de la visión que de Dios tenía el mundo medieval: iracundo y justiciero al que es preciso aplacar.

    Quizá entendió mejor que otros el papel de la fe en el proceso de la salvación del hombre, pero no lo entendió perfectamente. Se le escapó el verdadero carácter de Dios. Por esto, por haber mezclado los asuntos religiosos con el gobierno de Ginebra (y las consecuencias que trajo consigo) y por las consecuencias que trajo la doctrina de la doble predestinación, Calvino no es, precisamente, un reformador que me inspire demasiada confianza.

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  18. Diego me vas a perdonar, no sabemos lo k Pablo quiso decir porque estudiamos a Pablo desde un concepto y enfoque erroneo, lo hacemos cristiano cuando el se expresaba como un erudito de la tora al igual que nuestro Rav Yahoshua. pablo no creo una religion llamada cristianismo,pongamonos pues lentes hebreos,probemos a escudriñar sus escritos desde una perspectiva hebrea.No obviemos el daño hecho por las traduciones y tradiciones. Shabbat Shalom

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  19. Gracias a los 2 por vuestros comentarios, nada desafortunados desde luego, si bien, debo decirle a NIel, que hombre somos un poco "cabroncetes" si juzgamos desde nuestra perspectiva las creencia de entonces, tal como dice Shara.
    Seamos condescendientes hombre..

    De todas formas recordad las barbaridades que se han llegado a creer a lo largo de los siglos..
    Leamos entre lineas y su contexto histórico..

    Un saludo
    Diego

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  20. Disculpad la intromisión, por tardía y farragosa.
    La Reforma es el proceso de restauración de un edificio antiguo, en ocasiones formal, en otras estructural pero nunca concluida.
    Calvino debido a sus contínuos dolores, a su concepto de enemistad del cuerpo hacia el espiritu y de la disciplina como pedagogia divina vive amargado y amarga a toda su ciudad-estado. Su teología ningunea la voluntad del hombre y en este sentido está muy lejos de nuestro pensamiento arminianista (concepto del libre albedrio del hombre, de Jacob Arminius 1560-1609, que llegó al adventismo a través de J.Wesley y el metodismo).
    El hombre para Calvino tiene muy poco protagonismo en la salvación, de ahí el grave error de la doble predestinación o del una vez salvo siempre salvo. Que Dios predestine a determinadas personas a la condenación antes de su nacimiento es incompatible con el Padre que Cristo vino a manifestar.
    A veces resulta difícil entender la estructura del pensamiento paulino. Pedro no lo consiguió ni alcanzando la maduración como creyente. Estructuras paralelas, reducciones al absurdo, ironias son métodos "muy de Tarso". Creo que la exposición que haces Juan R. con respecto a los trinómios vida-salvación-reconciliación y muerte-condenación-ira, son un buen ejemplo de la pedagogia paulina.
    En el tema de los dos Adanes que Pablo toma de la literatura rabínica encontramos una estructura literaria demasiado simétrica en la oposición del primer y del segundo Adán. Las expresiones "todos" o los "muchos" son estéticas y pedagógicas. No todos murieron (conocemos alguna excepción) ni todos serán salvos. Esa contundencia, sin margen para la voluntad del hombre sería muy calvinista pero Pablo se apresura a puntualizar que sólo serán salvos los que acepten el ministerio de Cristo (Ro. 5:17, 1ªCo.15:22, 23).
    E.White precisa de forma muy clara este pensamiento al decir que Jesús hizo en la cruz "provisión", es decir una oferta de la redención. Muy diferente es deducir del texto que todos somos salvos en Jesús y que para perdernos tenemos que renunciar a ella.
    Dios no predestina a nadie ni para la salvación ni para la condenación. Dios llama a todos los hombres pero respeta su volundad.

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  21. Cuando hablan los sabios, los ignorantes callamos. Sin comentarios. Josep Manel, como siempre, en tu línea apabullantemente lúcida y pedagógica. Es un placer leerte y un privilegio poderte escuchar en vivo. Ojalá te prodigaras más.

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  22. El decir que Calvino vivía amargado es atribuirse la Omnipresencia de Dios en uno mismo, ni tu ni nadie que viva hoy por mucho esfuerzo que haga puede llegar a decir que Calvino fue un amargado y que quiso amargar al ser humano de su época. Es tan barato querer hacer este tipo de valoración. Calzate las sandalias de Calvino para argumentar lo que dices, te darás cuenta que es imposible, Calvino estudió una verdad y la implementó con su conocimiento, que el pensamiento calvinista a nuestros ojos fue una opresión, igual que el de Lutero en Alemania, la cuestión es que en la luz que encontraron anduvieron con firmeza, algo que hoy si que falta en muchos cristianos y eso solo con mirar a nuestro alrededor.

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